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Marruecos

La Mezquita de la Kasbah de Marrakech

La Mezquita de la Kasbah o Mezquita de Moulay al-Yazid de Marrakech, es una mezquita de los viernes (que alberga las oraciones especiales de los viernes al mediodía, conocidas como  jumu’ah), construída por Yacoub Al Mansour en el siglo XII y ubicada en la antigua kasbah de la Medina de Marrakech. Junto con la Koutubia es una de las mezquitas históricas más importantes de la ciudad.

Denominaciones de la Mezquita de la Kasbah

Principales lugares de interés en Marrakech
Minarete de la Mezquita de la Kasbah

Aunque la denominación más común para este lugar de culto es de Mezquita de la Kasbah, recibe múltiples denominaciones: Mezquita  Moulay Al – Yazid (sultán alauita del siglo XVIII que asedió Ceuta y perdió la Guerra con España), Mezquita del Palacio (porque estaba destinada a la oración del gobernante y junto a su palacio), Mezquita Mansouria (porque fue construída por Yacoub Al-Mansour) o Mezquita de las Manzanas de Oro (más adelante descubriréis el motivo).

Historia de la Mezquita

Visitas en la Kasbah de Marrakech
Mezquita de las Manzanas de Oro

La ubicación de la mezquita se eligió, junto con el resto del nuevo distrito imperial, porque la zona sería la residencia de Al Mansour y la sede de su gobierno, y se necesitaba un lugar cercano para que el mandatario fuera a rezar.

A final del siglo XVI, la mezquita recibió de lleno el impacto de una explosión de una tienda de pólvora cercana y tuvo que ser restaurada. Se cree que los saadíes emprendieron el proyecto de reparación del edificio respetando los elementos principales almohades, aunque la decoración de estuco es netamente saadí.

Posteriormente, el sultán alauí Sidi Mohammed Ibn Abd Allah emprendió una nueva restauración en el siglo XVIII, cuando decidió añadirse la cúpula de madera de la entrada a la sala de oración. A este mismo gobernante se debe la revitalización de la ciudad de Essaouira tras su declive, la construcción de la antigua medina de Casablanca y la renovación de la Kasbah de Marrakech.

La Mezquita de las Manzanas de Oro

Construcciones Almohades de Marrakech
Mezquita del Palacio

El exterior de la mezquita es muy bello, con altos muros de arcos de herradura ciegos (cerrados). El minarete tiene paredes lisas hasta el límite del muro de la mezquita, y desde aquí, comienza la decoración con arcos de herradura y entrelazados de ladrillo que se asemejan a la flor de lis rellenos de loza verde. En la parte superior, hay un friso de azulejos verdes y blancos y en la linterna se conserva la estructura y decoración acordes.

Como casi todas las mezquitas de Marruecos, a excepción de la Tinmel y la Mezquita de Hassan II, es imposible acceder al interior a no ser que profeses el Islam.

El minarete se corona por tres esferas de cobre que simbolizan el pan: agua, harina y sal. La creencia popular estima que las esferas estuvieron hechas del oro de las joyas de la mujer de Al Mansour y de ahí, su popular denominación de Mezquita de las Manzanas de Oro. Aunque esta misma leyenda se atribuyó posteriormente a la Koutubia.

Curiosidades

Construcciones de Yacoub Al Mansour en Marrakech
Mezquita de la Kasbah

La mezquita, como pasó con otras del período almohade, no está orientada correctamente en dirección a la Meca. Su Quibla (Muro orientado a la Meca) está demasiado al Sur y requeriría una rotación hacia el Este para coincidir con la dirección exacta a la Meca. Esto se debe a los debates históricos sobre la dirección de la Meca y ocurre que, según el período histórico, la orientación de la quibla de las mezquitas de Marrakech varía sustancialmente.

Cómo llegar hasta la Mezquita de la Kasbah

La Mezquita se encuentra en la Kasbah de la Medina de Marrakech, a menos de 10 minutos andando desde la Plaza de la Jemaa. Lo mejor es entrar por la bella Puerta de Bab Agnaou para, de paso, poder verla. Desde ella y continuando recto, se llega hasta la Rue de la Kasbah en donde se ubica la mezquita.

Cerca se pueden visitar las Tumbas Saadíes que, de hecho, lindan con la parte sur de sus muros; el Palacio de El Badi y la Puerta de Bab Agnaou. También está cerca el Palacio de la Bahía, cruzando la Plaza de los Hojalateros.

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18 comentarios

Verónica 23 abril, 2019 at 12:54 pm

Hola Macarena! Me parece súper interesante este lugar, fíjate que se me parece el minarete, a las torres que se pueden ver en Teruel, creo que tengo fotos de ellas en un artículo en el blog. Este tipo de templos religiosos a mi me fascinan, la arquitectura, las decoraciones.. me quedo siempre embobada mirándolos. Besos.

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El mundo con ella 23 abril, 2019 at 11:56 pm

¡Claro que se parecen, Verónica! La mezquita es almohade, como la inspiración de las Torres de Teruel, aunque las de Teruel son de estilo mudéjar y un poco posteriores. Si es que, al fin y al cabo, formamos parte de la misma cultura durante una época prolongada de la Historia.
Hay que reconocerles su belleza, la verdad. Aunque en ésta, la de Marrakech, esté eclipsada por la Koutubia mucho más conocida.
Un besote

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El desvan de vicensi 23 abril, 2019 at 5:14 pm

Preciosa esta mezquita Macarena, me ha encantado leer su historia y curiosidades. Tiene razón Verónica, recuerda mucho a las torres de Teruel. Un beso

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El mundo con ella 24 abril, 2019 at 12:00 am

Muchas gracias Vicensi.

Le decía a Verónica que, al fin y al cabo, las Teruel -aunque sean mudéjares- están inspiradas en las construcciones almohades a la que pertenece este tipo de arquitectura. Al final, nuestra cultura y nuestros vestigios históricos son más cercanos de lo que pensamos.

Besitos

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David Rubio 23 abril, 2019 at 9:07 pm

Pues me quedo con la denominación Mezquita de las manzanas de oro, me parece un nombre precioso. Un arquitectura preciosa aunque no esté orientada a la Meca, pero imagino que cuando se construyó nadie comprobaría empíricamente este hecho.
Un fuerte abrazo, Macarena!

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El mundo con ella 24 abril, 2019 at 12:03 am

Sí, David, tienes toda la razón. La denominación de «Mezquita de las Manzanas de Oro» es como «más romántica». El título de la entrada adopta el más funcional, creo. Para que nadie se pierda preguntando, vaya. Jjjjjjj
Lo de la orientación a la Meca a mí me resulta todo un misterio, sobre todo en aquella época en la que debía ser difícil hacer un cálculo preciso sobre la geografía. Pero si buscas el punto exacto en google earth, comprobarás que lo que cuento es cierto. No. No está orientada exactamente hacia donde tendría que estarlo.
Un abrazo, David!!!!

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Alicia de Trotajoches 24 abril, 2019 at 8:40 am

Un post muy completo sobre la Mezquita de la Kasabah en Marrakech. No sabía que no estaba orientada a la Meca…que cosas. Tengo que pasar este artículo y otros tuyos de Marruecos a unos amigos que se van en junio. Nosotros todavía no hemos ido, se me resiste este destino y eso que tengo un vuelo desde el aeropuerto de Santander bien de precio….

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El mundo con ella 24 abril, 2019 at 8:58 pm

Muchas gracias, Alicia.
No creo que debieras preocuparte por viajar a uno u otro lugar. Siempre estarán ahí al menos que se produzca un cataclismo global. Jajajajjajaj ¡Fíjate lo que me pasó con Vietnam! Yo ahí, insistiendo en contra de lo que me decían y, al final, fue una decepción. Además, ahora Marruecos se ha llenado de gente. Quizá sea mejor esperar a que las aguas se calmen y se ponga de moda otro destino para que se despeje el terreno Jjjjjjjj
Pero, bromas a un lado, yo creo que Marruecos os gustaría mucho porque, aunque es el exotismo a la vuelta de la esquina, es por otra parte un país muy moderno en el que hacer turismo es muy cómodo.
Un fuerte abrazo!!!

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Laura.M 24 abril, 2019 at 12:44 pm

Vamos que tienes que demostrar que eres musulmán para acceder a ellas.
Una pena , con lo que me gusta subir siempre que puedo a esas alturas, desde allí dominas toda la ciudad. Por alguno de sus lados mirará a la Meca, en ese, que recen.
Muy interesante. Me encantan todas estas historias. No consigo convencer a Paco para un viajecito a Marruecos, y se que él también lo disfrutaría. pero …
Un abrazo.

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El mundo con ella 24 abril, 2019 at 9:05 pm

Jajajajaja Ay, Laura ¡Me encanta tu comentario!

No es que haya que demostrar que eres musulmán, pero esas cosas «se intuyen». Pero, aunque lo fueras, tampoco podrías subir al minarete, al que no suele subir nadie, ni si quiera el imam, que realiza la llamada a la oración a través de megáfonos. Antes, y aún en pequeños lugares, sí que lo hacían, cuando el canto era «a pelo» sin megafonía. Pero no, no se sube a lo minaretes. Ni siquiera al de la Mezquita de Hassan II en Rabat que es una de las dos de Marruecos en la que sí se puede acceder al interior.

Lo de rezar mirando a la Meca, sería práctico, la verdad. En Malasia, por ejemplo, en los hoteles hay una flecha en las habitaciones que señala la dirección de la Meca. Pero eso no se puede hacer así en los lugares de culto musulmán, en los que deben tener el muro de la quibla orientado a la Meca porque, entre otras cosas, allí se ubica el mihrab (huequecito para el imam). Son costumbres diferentes, Laura.

Y por eso, la ingenuidad de tu comentario me ha parecido fantástica.

Espero que algún día Paco acceda porque Marruecos es un país espectacular.

Un besito.

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Julia C. Cambil 24 abril, 2019 at 4:30 pm

De los muchos nombres que recibe esta preciosa mezquita me quedo con el de las manzanas de oro; sea o no cierta la leyenda me parece muy bonito y también evocador. Ya tendría joyas la mujer de Al Mansour para poder elaborar las tres cúpulas 🙂
Qué pena que no se pueda ver por dentro, seguro que es también una maravilla aunque no esté correctamente orientada a la Meca, detalle que me ha llamado mucho la atención.

Un post estupendo, Macarena, ¡como siempre! La pena es no poder ir a ver al natural todas las cosas que nos mostráis.

¡Un beso!

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El mundo con ella 24 abril, 2019 at 9:13 pm

¿Quién dice que no puedes? Eso nunca se sabe, Julia. Algún día igual te lías la manta a la cabeza y te veo colgando fotos en FB en mitad de la Plaza de la Jemaa.

Tú sabes, Julia, que lo bonito de los lugares, más que su Historia, son las leyendas y las tradiciones que los rodean. Sí, son románticos el nombre y la historia.

Yo tampoco he podido acceder a la mezquita. Sí que he entrado a algunas de Asia, Bulgaria, Líbano y Brunei; pero en Marruecos no es lo común. Lo que ocurre es que, en su interior, esperamos encontrar algo parecido a lo que albergan nuestras iglesias y, pese a la suntuosidad de la ornamentación de paredes, alfombras, lámparas y artesonados; son en realidad un extenso espacio vacío. Creo que es más la curiosidad de lo desconocido a la realidad que uno observa en su interior.

De cualquier forma, según cuentan, ésta mezquita concretamente ha sufrido numerosas restauraciones a lo largo de su historia y no queda mucho de lo que en su día hubo.

Un besito, Julia, Muchas gracias.

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Asuncion Artal 25 abril, 2019 at 8:53 am

Una entrada muy interesante, me ha gustado mucho leer sobre la mezquita, que pena no saber como fue en sus inicios antes de todas las restauraciones. Un beso

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El mundo con ella 25 abril, 2019 at 7:25 pm

Me alegro que te haya gustado, Asun. Un besito

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Conxita 26 abril, 2019 at 7:19 pm

Muy bonita la mezquita, me gusta conocer estas leyendas que hay detrás de estos monumentos, gracias por compartirlas, y sí como a los compañeros me gusta más el nombre de las manzanas de oro.
Cuando has dicho que no estaba correctamente orientada hacía la Meca he temido por la mezquita, porque con tanto extremista como anda suelto cualquier día les da por echarla abajo porque no cumple los cánones.
Besos

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El mundo con ella 26 abril, 2019 at 10:02 pm

¡No te extrañes! Aunque en Marruecos tienen uno de los Servicios de Información de los mejores del Mundo. Poco se ha oído allí de atentados y extremismos. Alguno… en el Café Argana, precisamente en Marrakech, y en Casablanca; pero parece que los extremistas mejor atentan en Europa. Nuestros Gobiernos aplican penas menos duras y, además, son escrupulosos con los derechos humanos. Lo que viene siendo que somos más tontos que Picio.
Sí es bonita, Conxita, aunque yo prefiero la Koutubia. Y de todas todas las de Marruecos, mi preferida es la Tinmel (de la que hablaremos más adelante).
Un beso

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Norte 27 abril, 2019 at 9:23 am

Creo que por unanimidad a tod@s nos gusta el nombre de las manzanas de oro,… quizás porqué nos es comprensible,… quizás porqué somos unos románticos…
Es una pasada tener Marruecos a tiro de piedra Macarena,… a mi me pareceun país fascinante. Norte solo ha ido una vez y tiene que plantearse seriamente volver.
Buen fin de semana!

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El mundo con ella 27 abril, 2019 at 1:23 pm

Sí sí Norte, yo también estoy de acuerdo. Titulé el artículo como Mezquita de la Kasbah para que fuera más fácilmente localizable, pero es cierto que mola más «lo de las manzanas».
Y sí Norte, a Marruecos siempre hay que volver. Sobre todo a los lugares más desconocidos y menos turísticos del país. Pero que conste que yo también creo que los que estáis «en tierra firme» tenéis suerte. Salir de aquí y «llegar a alguna parte» no es tan fácil ahora.
Un abrazo!!!

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