Skopje, pronunciado Skopi(e), es la capital de Macedonia y la mayor y más poblada ciudad del país. Se encuentra al Norte de Macedonia, en pleno corazón de los Balcanes, a medio camino entre Belgrado y Atenas. Skopje es una ciudad “singular” con un atractivo extraño que se desprende de su especial concepción arquitectónica y artística, probablemente derivada de la necesidad de crear una ciudad de la nada tras las guerras y el terremoto que redujo a escombros la población en 1963.
Un día en Skopje
La visita a la capital de Macedonia era el último lugar que visitaríamos en ese país antes de cruzar la frontera con Serbia. No merece emplear mucho tiempo en Skopje porque es una ciudad realmente pequeña y sus lugares de interés se encuentran concentrados en un área reducida. Sin embargo, debíamos detenernos para hacernos la prueba PCR que necesitábamos para cruzar la frontera con Serbia, algo que, habida cuenta de lo que nos ocurrió, tampoco estuvo de más.
Reservamos nuestro hotel a mitad de camino entre el laboratorio donde nos haríamos la prueba PCR y el centro de la ciudad al que, aunque estaba algo alejado, llegamos caminando.
Nuestro alojamiento, el Hotel Kozle, estaba ubicado en una especie de “adosado” frente a una zona ajardinada. La habitación era confortable, las camas cómodas, estaba limpio y disponía de terraza. Pagamos por la habitación 23€ por noche.
Llegamos a media tarde. Veníamos de Ohrid y habíamos visitado la mezquita pintada de Tetovo y el Cañón de Makta; así que, después de pegarnos una ducha, decidimos salir a cenar. Pero echamos a andar y terminamos en la Plaza de Macedonia, en pleno centro de la capital.
Fue un acierto porque Skopje iluminada es realmente bonita y, en las noches de verano, el centro de la capital se llena de vida con el bullicio de quienes se sientan al fresco en las terrazas de sus bares, cafeterías y restaurantes.
A la mañana siguiente, fuimos a Avicena Lab a realizarnos las pruebas PCR. Nos costaron 1.600 DMK (26 € pax) y estarían en 5 ó 6 horas. No había mucha gente, así que no tardó mucho en que llegara nuestro turno. Pasó el primero, pasó el segundo y, al pasar Macarena pequeña e introducirle el bastoncillo en la nariz ¡Plof! La niña se desplomó. Os podréis imaginar el susto. Así que nuestra visita a Skopje fue una visita edulcorada y lenta, aunque no hubiese hecho falta para ver Skopje más tiempo del que empleamos nosotros.
(Todavía no sabemos qué pasó. A la vuelta le hicieron todo tipo de pruebas. Suponemos que fue un golpe de calor, o una bajada de azúcar… Pero ya, todo bien).
Qué ver en Skopje
Ya hemos contado que Skopje es una ciudad pequeña y que todos sus atractivos se encuentran cerca unos de otros. Además, se trata de una ciudad nueva.
Como todos los países de esta parte del mundo, sufrió los embates de la Guerra y comenzó a recuperarse tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se reintegró en Yugoslavia. Pero, en 1963 sufrió un devastador terremoto que destruyó la ciudad casi por completo y dañó gravemente su patrimonio histórico. Señal de este devastador recuerdo, ha quedado el reloj de la antigua estación de ferrocarril, inmóvil a las cinco y dieciséis, cuando en Skopje se detuvo el tiempo.
Las estatuas de Skopje
Una de las características más significativas (y bizarras) de Skopie es la cantidad de estatuas que hay por toda la ciudad.
La idea de poblar la ciudad de estatuas fue anunciada en 2010, con lo que vino a llamarse el Plan Skopje 2014. Se trataba de dar un “aire clásico” a la ciudad construyendo más de 20 edificios y 40 monumentos a fin de terminar por definir su identidad macedonia y de atraer el turismo. El problema fue que, de los 80 millones inicialmente presupuestados, el presupuesto terminó por dispararse hasta los 550 millones de euros, de los cuales sí que una parte fue destinada a la construcción de edificios, como el Museo Arqueológico o el Museo de la Lucha de Macedonia, y a la instalación de cientos de estatuas, pero otra gran parte se perdió por el camino.
Hay fuentes, estatuas ecuestres, estatuas de personajes históricos, conjuntos escultóricos que retratan escenas de la Historia, personajes anónimos, revolucionarios,…
De entre todas, quizá la más controvertida es la gran Estatua de Alejandro Magno a caballo en la Plaza de Macedonia.
Cuando se disolvió la República de Yugoslavia en 1991, Macedonia se convirtió en República Independiente de Macedonia. Pero Grecia se opuso a que el país tomara el nombre de unas de sus regiones, así como que utilizara el sol de Vergina en su bandera. Comenzó entonces un bloqueo económico que duró hasta 1995 y que afectó drásticamente a la economía Macedonia, que finalmente terminó claudicando y pasó a denominarse Antigua República Yugoslava de Macedonia.
Por este mismo motivo, tanto Macedonia como Grecia, han reivindicado la figura de Alejandro Magno y, por este mismo motivo, la gran estatua de la Plaza de Macedonia, creada para gloria del Gran Rey de Macedonia, se vino a denominar “guerrero montado a caballo”, aunque no cabe duda de quién es el personaje representado en la escultura.
Skopje Clásica
Skopje, el centro de la ciudad, queda dividido en dos áreas por el río Vardar.
En uno de los márgenes, se encuentra la “Skopje clásica”, la “Skopje del Plan 2014” en la que se incluyen:
La Plaza de Macedonia, centro neurálgico de la ciudad moderna, presidida por la gran estatura de Alejandro Magno.
La Puerta de Macedonia.
El Puente de las Civilizaciones en Macedonia, por el que se accede al Museo Arqueológico.
Los galeones-restaurante anclados en el río.
El edificio de la Agencia de Comunicaciones Electrónicas.
El Museo de la Lucha Macedonia.
Skopje Musulmana (Stara Čarsija)
Cruzando el Puente de Piedra y pasado el Museo del Holocausto de los Judíos de Macedonia –en el que fue el Barrio judío de Skopje- se encuentra la Skopje Musulmana, la ciudad antigua.
Las calles empedradas y estrechas indican que nos hallamos en el viejo bazar, el Starа Čarsija de Skopje, en donde únicamente se elevan los minaretes por encima de las construcciones de una sola planta.
En esta zona, además de callejear, disfrutar de los restaurantes –con su carne a la brasa- y comprar sovenirs, antigüedades y artículos de plata a buen precio, se pueden visitar:
Daut Pasha Hamman, unos baños turcos de 1466.
La Mezquita Mustapha Pasa, y
La Iglesia de la Ascensión, del siglo XIV, con su campanario de madera.
Un poco más allá se encuentra la Fortaleza, muy dañada por el terremoto de 1963 y aún en proceso de reconstrucción, a la que no subimos.
Skopje Comunista
Bajando en dirección opuesta al puente de piedra, encontramos la Skopje comunista, menos espectacular que el centro, pero con edificios más interesantes.
En esta parte, se puede visitar el Museo de la Ciudad de Macedonia, ubicado en la antigua estación de tren, y dedicado a mostrar la ciudad antes del terremoto de 1963 y la destrucción que éste supuso.
Muy cerca, se encuentra la plaza de la Madre Teresa.
Santa Teresa de Calcuta nació en Skopje, pero sus padres eran de Shkodër, aunque provenientes de la actual Kosovo –os imaginaréis la devoción (y rivalidad) en esta zona por esta figura religiosa-.
En Skopje, se ubica la Casa Memorial de la Madre Teresa de Calcuta, justo en el lugar en el que se ubicaba la catedral en la que fue bautizada. Su construcción fue financiada por el Gobierno de Macedonia y se inauguró en 2009.
La entrada es gratuita y en su interior se pueden ver objetos originales de su casa y de su infancia, así como manuscritos, fotografías, reliquias que pertenecieron a la santa y su Diploma del Premio Nobel de la Paz.
Junto a la casa, una escultura –por supuesto- y una catedral en construcción.
Cruz del Milenio
Por último, y ubicada en la cima del monte Vodno, se divisa la Cruz del Milenio como símbolo de la ortodoxia macedonia. Se trata de unas de las mayores cruces del mundo y cuenta con un ascensor interior. Se puede llegar hasta allí en coche o teleférico.
9 comentarios
Un lugar sin duda interesante de conocer, sobre todo me ha gustado la parte del bazar yo disfrutaría mucho paseando por allí y qué bonitos esos barcos restaurante. Un beso
Una capital curiosa, la verdad.
Un beso, Asun.
Madre mía qué susto lo de tu Macarena hija.
Desplomarse allí, sin más, cuando le estaban haciendo la PCR. Puedo imaginar el mar cuerpo que se te quedaría, bueno a los tres, porque es un susto.
Lo importante es que ella está bien, y que ya de vuelta a casa los médicos verificaron que todo está bien. 👏👏
Qué bonita esta parte de Macedonia que nos compartes. Ciertamente las fotos de noche con la ciudad iluminada son preciosas.
Me encantó la foto del puente sobre el río Vardar. Bueno, en realidad me gustó todo, para no variar 😍
No recordaba que Santa Teresa de Calcuta nació en Skopje. Qué entrañable mujer y qué gran Santa en mayúsculas pues predicó con el ejemplo una y mil veces. Muy emotivo lo que guarda el interior la casa que la vio nacer y donde pasó su infancia.
Macarena, gracias por permitirnos viajar a través de través de tus ojos. Es un lujazo.
Un besote grande 😘😘
Lo de «tu hija Macarena» quise decir.
Sí, sí es «Macarena hija» jjjjjjjj.
Ay Nélida qué susto pasé. No se lo deseo a nadie porque, además, no me lo esperaba.
Skopje es «un poco rara», así como querer levantar una ciudad con personalidad y desviar fondos públicos a la vez; pero quizá por eso es un lugar para conocer. De todas formas, no deja de ser un lugar agradable y, creo, que incluso bonito, sobre todo con la iluminación nocturna. En realidad, Macedonia es un país muy agradable y acogedor. Supongo que un gran desconocido.
Muchas gracias Nélida por tus comentarios. Me encanta verte. Espero que vayan bien esas clases. Mucho ánimo, ya va quedando menos. Un beso fuerrrrrteeeee.
Una muy bella entrada y como siempre muy bien explicado todo. Esa zona es muy bonita.
Si que os llevaríais un buen susto con el desmayo de la niña, menos mal y me alegro que al parecer no fue nada.
Un fuerte abrazo y buen resto de semana.
¡Hola Juan!
Skopje es una capital rara, aunque he de decir que me pareció un lugar tranquilo y encantador.
Lo de Macarena… un gran susto.
Un fuerte abrazo!!!!
¡Hola, Macarena! Vaya susto con tu hija, me alegra que no fuera nada. Una ciudad que por lo que comentas me ha resultado enternecedora. Por un lado ese reloj detenido en el momento de su destrucción, por el otro, ese plan urbanístico que parece una carrera por recuperar el tiempo, por querer recuperar el tiempo con esas estatuas y elementos clásicos como si con ello se olvidara la devastación sufrida. Realmente curiosa en esa búsqueda de identidad a la que parece le niegan hasta el nombre. Un abrazo!!
Creo, David, que has sabido resumir en pocas palabras la verdadera esencia de Skopje.
Un fuerte abrazo!!!