El Búnker de Tito y el Puente de Jablanica sobre el Río Neretva eran nuestras dos siguientes visitas en la etapa desde Jajce hasta Mostar, en los 163 km que separan a ambas poblaciones, atravesando un hermosísimo paisaje.
El Búnker de Tito
El Armijska Ratna Komanda ARK D-0, conocido también como ARK D-0, el Arca o el búnker de Tito se encuentra en la población de Konjic, en la ruta entre Sarajevo y Mostar, a orillas del Río Neretva.
Se trata de un búnker antinuclear construido en 1953 para proteger al dictador yugoslavo Josip Broz Tito, a su familia y a los colaboradores de su círculo más cercano en caso de ataque con bomba atómica. El búnker posee un área de casi 7.000 m2 y en 1979, cuando finalizó su construcción, el gasto estimado en la edificación del mismo era de 4.600 millones de dólares (equivalentes a 26.000 millones de dólares en la actualidad).
Durante su construcción, en el período de su existencia, y aún una década tras la muerte de Tito, en 1980, fue un secreto de estado hasta la desintegración de Yugoslavia.
Hoy día, la instalación pertenece al Ministerio de Defensa y se halla custodiada por efectivos de las Fuerzas Armadas. Convertida en Museo, se puede realizar una visita guiada por el interior de sus instalaciones, que además se han convertido en centro de exposiciones.
La estructura se compone de áreas residenciales, salas de conferencias, oficinas, salas de planificación estratégica y otras áreas.
En el exterior, a cierta distancia del río y en una zona de abundante vegetación, unas casitas ocultan un gran secreto en su interior.
Tres grandes puertas blindadas de más de un metro de grosor al final del corredor de una de las casas dan acceso a la tercera mayor instalación de Yugoslavia, a la que se entra por el interior de un túnel que lleva al corazón del refugio.
El refugio nuclear se ideó para soportar una explosión de 20 kilotones, una potencia explosiva mayor que la que soportó Hiroshima. Además, se ubicó en un lugar estratégico en el corazón de los Balcanes que permitiera una rápida evacuación del dirigente yugoslavo en caso de necesidad.
Posee forma de herradura y se extiende por 12 bloques, de los cuales los más importantes son el Bloque 6 (comunicaciones), el 8 (Bloque de Tito), el 9 (filtración de aire), el 10 (almacenamiento de combustible) y el 11 (almacenamiento de agua).
La instalación tiene 100 habitaciones: dormitorios, dos salas de conferencias, cinco centros de operaciones, dos cocinas, cinco grandes baños, un centro de criptografía, televisión por cable – que no sé para qué serviría en caso de ataque nuclear- y un hospital.
La visita al búnker es necesariamente guiada y dura aproximadamente dos horas y, aunque es muy interesante, tanto tiempo se termina haciendo algo largo – o eso me pareció a mí-, entre otras cosas, por el limitado manejo del inglés de la guía (que nos tocó), que terminaba por repetir una y otra vez la única cantinela que tenía aprendida sin entrar en otro tipo de explicaciones.
Llegar el búnker de Tito es algo complicado porque no está bien señalizado y el GPS nos llevó por otra ruta hasta unas instalaciones militares en las que nos indicaron el camino correcto.
Desde la carretera, hay que tomar un pequeño camino pobremente asfaltado y allí hay un cartel que indica que las entradas se compran en una cafetería junto al río. En realidad, hay que hacer una reserva porque la visita se hace en grupos, pero si quedan plazas libres, puedes entrar a formar parte de un grupo. De allí, te conducen en coche (en el tuyo) hasta la entrada al búnker.
Hay tres pases: a las 10:00, a las 12:00 y a las 14:00 horas y la entrada cuesta 20 BAM (10€).
Cuando acabamos la visita, comenzó a llover como si no hubiera un mañana, así que paramos a comer. Pero la lluvia cesó cuando visitamos el Puente sobre el Río Neretva.
El Puente sobre el Río Neretva en Jablanica
El Puente sobre el Río Neretva en Jablanica se ha convertido, con el tiempo, en uno de los lugares más visitados de Bosnia Herzegovina como símbolo de la batalla entre los partisanos yugoslavos y las fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.
El puente fue construido en 1888 en Hungría, pero por error, la estructura se construyó 4 metros más corta y se tuvo que llevar a Mostar. Así que se construyó un nuevo puente en Inglaterra.
En el año 1943, los partisanos destruyeron todos los puentes sobre el Neretva para parar el avance de las tropas alemanas, pero ese mismo año los alemanes construyeron un nuevo puente ferroviario que fue destruído en 1968 durante el rodaje de la película “La Batalla del Neretva”.
La justificación del director para demoler el puente, en lugar de realizar las tomas en un estudio, fue que se convertiría en una atracción turística. El puente fue así volado, pero debido a que no se puedo utilizar ninguna de las imágenes por el humo que hacía que fuera imposible ver nada, se decidió que el puente debía repararse y destruirse nuevamente. El problema con el humo excesivo se repitió y las escenas del puente volado en la película se rodaron con una réplica del tamaño de una mesa.
La celosía existente del puente ferroviario demolido, que cayó a la margen izquierda del Neretva, se ha mantenido hasta el día de hoy con las necesarias obras de protección contra nuevos derrumbes y deterioros. No obstante, existe un proyecto de reconstrucción del puente en la actualidad, como atractivo turístico.
Por cierto, uno de los carteles originales de la versión inglesa de la película fue realizado por Pablo Picasso que rehusó al pago, solicitando únicamente una caja de los mejores vinos yugoslavos.
Junto al Puente se encuentra el “Museo de la Batalla de los Heridos en el río Neretva” –al que no entramos- y también, en Jablanica, existen muchos otros vestigios históricos de la épica lucha de los Chetniks yugoslavos, dirigidos por Tito, contra las fuerzas alemanas.
Tras la parada, continuamos hacia Mostar por una de las rutas de carretera más hermosas de las que he disfrutado en todos mis viajes, a pesar del aguacero que terminó por descargar casi llegando a Mostar y que, tras inundar la carretera, nos obligó a parar en el arcén un buen rato.
10 comentarios
Hola, Macarena.
Gracias, como siempre, por tus tan elaboradas entradas a los lugares que visitas. No tiene precio, amiga.
En esta ocasión lo disfruté más si cabe, porque hace poco un programa de televisión (no recuerdo cuál, ni la cadena que lo emitió. Ups) hablaba con todo detalle sobre este búnker hoy convertido en Museo. El cámara hacía el recorrido como un visitante más. Me resultó increíble, y en su día fue secreto de Estado, tantos metros cuadrados, baños, etc….
¿Sabes que en casa hicimos (vimos el programa mi marido y yo) el comentario del tema de la televisión por cable? No sé para qué lo querrían en caso de ataque nuclear, no podrían ver nada🤦🏼
El puente tiene un enclave muy bonito, y la historia de su construcción es muy interesante. También conocía el dato del cartel hecho por Picasso para la película y, que en vez de dinero, pidió el pago en unos buenos vinos de la región.
Qué lujo haber estado allí, Macarena, me alegro mucho por ustedes. Muchas gracias porque a través de tu percepción el viaje se hace mucho más agradable e interesante. Ni punto se comparación! 😍
Gracias.
Un beso muy grande!
Somos almas gemelas, Nélida. Jjjjjjjjj
Estos son lugares curiosos que uno encuentra en los viajes, pero si están ahí es porque un día se construyeron con una finalidad ¡Parece que hayan pasado siglos! Y ya ves, sólo han pasado un par de décadas.
Me alegra que te haya gustado la entrada.
Muchos besos
Qué curiosos ambos lugares, ni sabía de su existencia. Un beso y gracias
Gracias a ti, Asun. Un beso.
Como siempre un placer leerte Macarena, la de curiosidades que he aprendido en esta entrada. Un poco larga la visita al búnker pero yo creo que merecio la pena. Un beso
La verdad que fue curiosa y muy interesante, pero sí un poquitín larga. Gracias Vicenta. Un beso
Ostras! Sin duda es una entrada con una fuerza metafórica tremenda. Un búnker antinuclear y un puente caído. Ni qué decir que juntos parecen causa y efecto, romper puentes nos lleva al conflicto y el conflicto nos lleva a creaciones tan absurdas como ese refugio nuclear. Digo absurdo puesto que llegado el caso, puedes salvarte del primer cataclismo, pero luego ¿qué? ¿Cómo vivir bajo tierra durante años o décadas? Una entrada que ejemplifica la estupidez humana. Con el dinero que costó ese búnker se construirían miles de puentes, reales y metafóricos.
En fin, esperemos que la cordura regrese pronto. De momento te deseo que paséis, tú y tu family, un verano maravilloso en un destino del que sin duda nos darás buena cuenta. Un fuerte abrazo!
¿Estupidez? ¡No hombre! Si hubiese habido un cataclismo nuclear podían haberse quedado dentro viendo televisión por cable jjjjjjjj Aunque lo de volar el puente, un puente real y funcional, para rodar la escena de una peli, tampoco le va a la zaga.
Un fuerte abrazo, David, te deseo un merecido descanso. Nos vemos a la vuelta!!!!
Interesante entrada Macarena.
Que derroche de dinero para construir ese búnker. La humanidad sigue cada vez más loca.
Probablemente en una guerra nuclear a escala mundial, no quedaríamos nadie por mucho búnker que se quiera realizar.
Un fuerte abrazo, amiga.
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has comentado. Un abrazo, amigo.