Sarajevo fue amor a primera vista y caí rendida a sus pies. Cualquiera que sea el camino de acceso a la ciudad, necesariamente hay que bajar desde las colinas y es entonces donde se produce la magia. Porque allí estaba Sarajevo, entre la bruma de un día lluvioso, tal y como la conocí. Con sus puentes sobre el río Miljacka, sus cuestas, sus edificios agujereados, sus fachadas ennegrecidas, las chimeneas humeantes de Baščaršija y sus ganas de mirar hacia el futuro.
Tenía tantas ganas de conocer Sarajevo que mientras descendíamos las colinas me empecé a poner nerviosa: “Mira la mezquita del Emperador”, “Mira, la antigua biblioteca”, “Mira el cementerio”…”Aquí tenemos que venir”, “y aquí también”. Supongo que me puse tan intensa que tuvieron que llamarme la atención.
En los tres días que pasamos en la ciudad, lo veríamos todo para llegar a entender cuestiones incomprensibles cuando se sucedieron los años del Asedio a la ciudad.
Nos alojamos en un apartamento del barrio de Bistrik, cerca de la Iglesia de San Antonio de Padua, junto en frente del barrio de Baščaršija, así que teníamos todo muy cerca para visitar la ciudad sin prisas. No obstante, también utilizamos el coche para desplazarnos a los lugares más alejados o más altos. Y menos mal que el coche de alquiler era diminuto porque aparcar en el centro de Sarajevo es una auténtica locura.
En nuestro vecindario, los vecinos ponen palos y garrafas para reservar sus aparcamientos, y no se te ocurra aparcar donde alguien tiene un aparcamiento reservado ¡Me echó una bronca una señora por aparcar debajo de su ventana! Bueno, en realidad creo que se enfadó por eso, porque no entendí nada de lo que me decía, pero enfadada estaba del carajo.
El apartamento nos costó tan sólo 81€ por las tres noches y me encantaba porque, al caer el sol, los erizos venían a comer bajo la ventana en un jardín trasero; y por la mañana, los vecinos te saludaban como si fueras del barrio.
El Túnel de Sarajevo
Lo primero que hicimos fue buscar un lugar donde comer de camino al Túnel de la Esperanza, y comimos en un restaurante “para celebraciones” una deliciosa comida que además fue baratísima, aunque en realidad ésa es la tónica habitual en Bosnia Herzegovina.
Elegimos el Túnel como primer sitio para nuestra visita por ser el lugar más alejado del centro de la ciudad, ya que se encuentra a 13 kilómetros de Baščaršija – el centro de Sarajevo-, muy cerca del aeropuerto; de hecho durante el asedio de Sarajevo, el túnel cruzaba la pista del aeródromo por la parte inferior siendo el único punto para entrar y salir de la ciudad atravesando las líneas de las tropas que rodeaban la capital.
No es fácil llegar hasta el Túnel de la Esperanza, sobre todo en el tramo final, ya que hay que atravesar un pequeño camino mal asfaltado que serpentea una zona residencial de casitas de campo y huertos.
Hacía frío y estaba lloviendo a ratos, así que el plan era perfecto.
El Túnel de la Esperanza, o Túnel de Sarajevo, fue construido entre el 1 de marzo y el 1 de julio de 1993 durante el asedio de Sarajevo por voluntarios civiles. Su objetivo fue unir la ciudad de Sarajevo, rodeada por las fuerzas serbias, con el territorio bosnio en el otro lado del aeropuerto de Sarajevo, una zona controlada por las Naciones Unidas.
Originariamente, tuvo 800 metros de longitud, de los cuales se conservan apenas 100 metros y fue excavado bajo la casa de una familia que accedió a la construcción pese al peligro que corrieron sus vidas y a la ausencia total de tranquilidad que soportaron durante los dos años que restaron hasta el final de la guerra.
Se estima que el túnel era utilizado por unas 4.000 personas a diario, unos dos millones en total.
Se pensó para eludir el embargo de armas, pero fue utilizado para que miles de personas abandonaran la ciudad, para introducir alimentos y ayuda humanitaria, para enviar soldados a otros frentes e incluso para abastecer de electricidad a Hospitales y edificios oficiales.
Después de la Guerra, el Túnel cayó en el olvido y se inundó con las lluvias, pero la familia cuyo terreno se había utilizado decidió recuperarlo como museo, vaciando el túnel de agua y escombros y realizando una exposición de objetos del Sitio de Sarajevo que podía ser visitada. Con posterioridad, el gobierno quiso apoyar el proyecto –o quizá apuntarse el tanto- y, aunque alejado y menos visitado que otros lugares de Sarajevo, convertirlo en lugar turístico para el recuerdo –porque, supongo, que la “pela es la pela” y aquello estaba proporcionado bastantes beneficios.
Aunque hay un proyecto para abrir los 800 metros del túnel, ahora mismo sólo se visita una pequeña parte. Además hay pequeñas exposiciones sobre el asedio, una tiendecita, proyecciones y muestras fotográficas.
El túnel abre de 09:00 a 16:00 horas
La entrada cuesta 10 BAM (Marco Bosnio) (5€), y 5 BAM para estudiantes y periodistas. Para los discapacitados es gratis.
El aparcamiento cuesta 2 BAM (1€)
El Cementerio Judío
La siguiente visita, aprovechando la ruta en coche, fue al Cementerio Judío; aunque en realidad antes intentamos ir a las pistas de bobsled, pero había que dejar el coche y adentrarse por un camino que no sabíamos si era seguro y si terminaría por hacerse de noche antes de volver al coche. Así que merendamos en el Hotel Pino Nature y nos dirigimos al Cementerio Judío.
El antiguo cementerio se halla en el Monte Trebevic y sus primeros enterramientos son del siglo XVI, establecidos por judíos sefardíes en la diáspora. La belleza del cementerio es incuestionable y de él dicen que es el más grande de Europa tras el Cementerio de Praga.
Baščaršija y el centro de Sarajevo
Dedicamos el segundo día a ver el centro de Sarajevo. Estaba lloviendo y hacía fresco, así que había muy poca gente en la calle.
Mezquita del Emperador
Como nuestro alojamiento estaba en la orilla opuesta a Baščaršija, el primer lugar con el topamos fue la Mezquita del Emperador, que es la primera mezquita construida en Bosnia después de la conquista otomana, en 1457. La primera mezquita del sitio era de madera y alrededor de ella, se llevaron a cabo los primeros asentamientos de Sarajevo.
El Puente Latino (latinska Cuprija)
Se trata del puente más famoso de Sarajevo porque junto a él asesinaron al archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de 1914, en la calle Franz Josef (hoy Zelenih Beretki), en la orilla derecha del Miljacka, desencadenando la serie de conflictos armados que dieron lugar a la Primera Guerra Mundial.
Durante sesenta años fue llamado Principov most (Puente de Princip) en honor a Gaviro Princip, el autor de los disparos que mataron al archiduque y a su esposa.
Se trata del segundo puente más antiguo de Sarajevo y uno de los cuatro puentes que quedan del periodo otomano. Además del puente Latino, cabe destacar el Kozja Cúprija (Puente de la cabra de la segunda mitad del siglo XVI, a 2,5 km río arriba), el Seher-Cehajina cuprija (Puente del Alcalde la ciudad, de 1585, frente a la Biblioteca Nacional) y el Rimski Most (puente románico de la primera mitad del siglo XVI, en Ilidza).
Frente a él se encuentra el Museo de Sarajevo cuya exposición contiene una colección de artículos y fotografías con las que el museo presenta una historia cronológica del dominio austrohúngaro en Bosnia y Herzegovina.
Antigua Biblioteca Nacional
Se trata de uno de los edificios emblemáticos y más conocidos de Sarajevo. Inaugurado en 1896 durante el Imperio Austrohúngaro, fue el ayuntamiento de la ciudad (al igual que lo es hoy).
Fue destruido en 1992, durante el Asedio de Sarajevo, y la reconstrucción terminó en 2014. Se puede acceder a su interior por 10 BAM (5€) pero nosotros no entramos porque habíamos leído que su interior no merece mucho la pena.
Baščaršija
Es el viejo bazar de Sarajevo, su Stari Grad, y centro histórico y cultural de la capital de Bosnia y Herzegovina. Se trata de la zona más animada de Sarajevo para el turismo, atraídos por sus construcciones históricas, sus tiendas de recuerdos y sus pequeños restaurantes con encanto.
Fue construido bajo el dominio otomano alrededor de 1460, cuando la mayor parte de la población vivía junto a la Mezquita del Emperador. El mercado alcanzó su época de esplendor en el siglo XVI, cuando llegaban mercaderes de todas partes de Europa.
Fuente pública Sebilj
Uno de los lugares emblemáticos de Baščaršija es la Fuente Sebilj, ubicada en la conocida plaza de las palomas (por la cantidad de palomas que hay).
La Fuente es una estructura de piedra y madera con forma de kiosko construída durante el período otomano.
Dicen que quien bebe de ella, volverá a la ciudad.
Mezquita Gazi Husrevbegova
Justo en la Plaza de la Fuente Sebilj, encontramos la primera de las mezquitas del interior de Baščaršija, la Mezquita Gazi Husrevbegova, aunque no pudimos entrar porque estaba cerrada.
Nos liamos un poco porque esta mezquita y un complejo cercano reciben el mismo nombre.
Torre del Reloj (Sahat – kula)
Se trata de una torre del reloj construída por los otomanos que supone un raro ejemplo de reloj lunar para indicar a los musulmanes los horarios de oración. Construída en el siglo XVII con 30 metros de altura, ardió durante el saqueo de Eugenio de Saboya en el siglo XVII y se reconstruyó en el siglo XVIII.
Una vez a la semana, el relojero, llamado muvekit (residía en la muvekithana, casa situada enfrente del complejo de la mezquita Gazi Husrevbegova), subía los 70 escalones para dar cuerda al mecanismo.
Complejo Gazi Husrevbegova o Mezquita del Bey (Gazi Husrev-Begova Kompleks)
Este conjunto, en el corazón de Baščaršija, data del siglo XVI y fue construído por el señor de la guerra que hizo avanzar la frontera otomana.
Mayor valedor del islam en los Balcanes, construyó en Sarajevo la mezquita más grande del país, rodeada de un imaret (donde locales y viajeros podían comer de forma gratuita), una madraza, dos caravasares, un convento derviche, un hammam y una larga calle en forma de mercado cubierto.
La mezquita del interior del complejo fue la primera mezquita del mundo en recibir electricidad e iluminación en 1898, durante el período del Imperio Austro-Húngaro, y su fachada es de gran belleza, ornamentada con columnas de mármol, mocárabes y caligrafías en bajorrelieve.
Su estilo arquitectónico se llama Acem Ali (como su constructor) y mezcla el otomano clásico con el persa en el sistema de multicúpulas.
La mezquita quedó muy dañada durante el sitio de Sarajevo y su reconstrucción fue financiada por Siria y Arabia Saudí.
En el patio, hay una fuente otomana para abluciones ejecutada en mármol de estilo morisco cuyo tejado tuvo que ser restaurado íntegramente tras los daños sufridos durante el asedio.
La entrada al complejo es gratuita, pero se trata de una mezquita en funcionamiento en la que deben respetarse los horarios de oración.
Hammam Gazi Husrevbegova – Instituto Bosnio (Gazi Husrev – Begov Hamam – Bosnjacki Institut)
Diseñado como los baños romanos, incluye baños calientes, piscinas y saunas con un complejo sistema de canalización de agua y calefacción. Acoge por separado a hombres y mujeres y, a partir del siglo XIX se abrió a los no musulmanes a fin de que pudiera ser utilizado por lo vecinos del barrio judío.
El hamman está cerrado los fines de semana, pero se puede visitar de lunes a viernes con una tarifa de 3 BAM (1,50€).
Madraza Hursevbegova (Gazi Husrev-Begova Medresa)
Se trata de una escuela coránica con más de cinco siglos de tradición en sus espaldas. El edificio principal posee doce chimeneas y doce cúpulas que corresponden a cada una de las doce aulas.
Mercado Cubierto Gazi Husrevbegova (Gazi Husrev-Begov Bezistan)
El Mercado cubierto fue un alivio estando, como estábamos, empapados y con frío.
Lleno de tiendecitas de souvenirs, artículos de plata, piel y telas, es una buena distracción a cualquier momento del día.
Tras el mercado, se encuentran las ruinas de un antiguo caravasar.
Después del mercado nos sentamos a comer en un restaurante llamado Zembilj Steak House. Y fue tan buena la comida, tan bueno el servicio y estuvimos tan a gusto que repetimos para cenar y comer al día siguiente.
Iglesia de los Arcángeles Miguel y Gabriel (Crkva sv. Arhandela Mihaila i Gavrila)
Nuestra ruta continuó después de comer hacia la Iglesia de los Arcángeles Miguel y Gabriel, una de las iglesias más antiguas de la ciudad, también conocida como “Antigua Iglesia Ortodoxa”.
El Centro de Sarajevo: Ferhadija y la Avenida Marsala Tita
Continuamos por la Calle peatonal Ferhadija, en donde se encuentra la línea divisoria entre el Este y el Oeste.
Catedral de la Natividad de la Madre de Dios
Se trata de la mayor iglesia ortodoxa de Bosnia Herzegovina. Fue construida a mediados del siglo XIX con la financiación de la comunidad serbia y la donación del sultán del Imperio Otomano.
Catedral del Sagrado Corazón
La Catedral del Sagrado Corazón es católica y se trata de la más grande del país. Su construcción se realizó a finales del siglo XIX y se le llama katedrala, “la catedral”.
Monumento a la llama eterna (Vjecna Vatra)
Adentrándose ya en la Avenida Marsala Tita, se encuentra el monumento a las víctimas militares y civiles de la Segunda Guerra Mundial en Sarajevo. Fue inaugurado el 6 de abril de 1946 para conmemorar el primer aniversario de la liberación de la ciudad.
A partir de aquí seguimos por la Avenida, donde pudimos respirar algo del verdadero espíritu de Sarajevo en la actualidad: bellos edificios, fachadas tiroteadas, un pequeño mercadillo, una muestra de libros…
Puente Festina Lente
Volvimos al Miljacka hasta el puente Festina Lente, en donde había además un conjunto escultórico original y precioso.
Inaugurado en 2012, se ha convertido en uno de los símbolos de la nueva Sarajevo.
Se llama así por el adagio latino Festina lente, apresúrate lentamente.
El puente está construido en cristal y acero y posee un giro en medio. Dicen que los diseñadores querían establecer un vínculo entre lo espiritual y lo profano. Aunque este significado no lo entiendo yo del todo.
Edificios austrohúngaros de la orilla Norte
Paseando bajo la lluvia junto al río, contemplamos el edificio de correos, uno de los más grandes del período Austro – Húngaro, dedicado en un primer momento a fines militares. Con posterioridad, acogió el servicio postal, lo que fue un gran avance, ya que hasta el momento era Francia quien gestionaba las comunicaciones.
Junto a él, se halla el edificio del Teatro Naciona y la Universidad de Sarajevo.
Edificio Papagajka
El edificio Papagajka es una de las últimas construcciones de la época socialista en Sarajevo. Conocido por sus múltiples colores, que simulan las plumas de un papagayo, y recién acabado cuando comenzó el Asedio, recogió a refugiados de primera línea. Posteriormente, fue un edificio marginal que acogía a gente de mal vivir hasta que fue restaurado y ahora en uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, pese a que su colorido desentone con edificios cercanos, como la sinagoga.
Las Rosas de Sarajevo (Sarajevske Ruze)
Las rosas de Sarajevo son las huellas que dejaron los impactos de obuses en el asfalto y se encuentran por toda la ciudad.
Al finalizar la guerra, los habitantes de Sarajevo los rellenaron de resina roja para no olvidar lo que había sucedido durante la guerra. Al principio, cada marca representaba el impacto de un proyectil que había causado al menos tres muertes, pero alrededor del año 2000, se marcaron casi todos los impactos, contabilizándose más de 300.
Se les llamó rosas rojas por su similitud con ellas.
Hoy día, jalonan las calles de la ciudad, pero han ido desapareciendo a medida que la ciudad iba renovando su asfalto. Y como en la gran frase de Blade Runner, “Todos esos momentos, se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”, cuando desaparezcan significará que las heridas han dejado de sangrar.
Seguía lloviendo y estábamos ya un poco cansados y ateridos de frío, así que pusimos rumbo a casa después de comer algo en el mismo restaurante del medio día y dimos por finalizado el día.
Avenida de los Francotiradores (Snajperska Aleja) y Hotel Holiday Inn
Utilizamos la mañana del tercer día en subir a las colinas para visitar parte de las antiguas instalaciones de los Juegos Olímpicos de invierno de 1984, pero no sin antes recorrer la Avenida de los Francotiradores.
Aunque durante el Asedio de la ciudad, un francotirador podía abatir a cualquier persona desde las colinas, fue éste el lugar más temido por la población porque era donde las tropas serbias se encontraban más cerca.
Desde ambas orillas del río, las milicias de ambos bandos hacían alarde de su puntería, situación que padeció la población que necesitaba seguir frecuentando la zona.
Los francotiradores apostados en las torres solían herir a las víctimas en las extremidades inferiores de forma que no pudieran moverse y quedaran tendidos desangrándose. De esta manera, todo aquel que fuera a ayudarlo iba cayendo, abatido por las balas.
En esta avenida se encuentra el mítico Hotel Holiday Inn. Construído para los Juegos Olímpicos de Sarajevo, sirvió como alojamiento para periodistas durante el Asedio y siguió dando servicio por un personal que acudía a trabajar bajo el fuego de las balas.
Pistas de bobsleigh abandonadas
Sarajevo fue sede de los Juegos Olímpicos de invierno en 1984, siendo el segundo evento olímpico desarrollado en un Estado Socialista, tras el evento de verano de Moscú en 1980.
Los Alpes Dináricos son lugares en los que tradicionalmente se desarrollan deportes de invierno y con la sede para los Juegos, el Mariscal Tito vio la oportunidad de modernizar la ciudad de Sarajevo, dar visibilidad turística a los Alpes Dináricos y potenciar los deportes de invierno en los Balcanes.
Pero en menos de una década se produjo la desintegración de Yugoslavia y el estallido de la Guerra de Bosnia, y con ella, vinieron los daños materiales.
Las pistas de bobsled y luge estaban situadas en la colina de Trebević, al suroeste de Sarajevo. Un lugar privilegiado desde el que contemplar la ciudad. Por ello, el ejército serbobosnio se apostó en estos lugares durante el asedio de la ciudad y las instalaciones quedaron dañadas para siempre.
Una vez finalizada la guerra, las pistas se llenaron de graffitis y hoy día son visitadas como recuerdo de un esplendoroso pasado.
Las pistas, a las que se puede acceder en coche desde el aparcamiento situado frente a Pine Nature Hotel, se encuentran en mitad de la naturaleza y es, pese a su aislamiento, un lugar relativamente concurrido al que acuden curiosos, turistas, excursionistas e instagramers porque la realidad es que, aunque abandonadas, las pistas desprenden un aire nostálgico y misterioso, y belleza ¿por qué no?
Montaña rusa alpina (Sunnyland)
Junto a las pistas se encuentran unas instalaciones recreativas, entre cuyas atracciones se encuentra una pista que discurre por la montaña.
Subimos a una parecida en Da Lat, cuando fuimos a Vietnam, y nos gustó tanto que decidimos volver a probar con ésta. Nos costó 10 BAM (5€) por persona.
Casas abandonadas en la colina de Trebević
Por toda la montaña se encuentran casas abandonadas tras haber sido utilizadas por las milicias serbias en sus ataques a la ciudad de Sarajevo por sus vistas privilegiadas. Con mucho cuidado, pero quizá de forma imprudente, visitamos algunas de ellas. No me pude contener…
Cementerio Mezaje Hambina Carina
Íbamos a dedicar la tarde a visitar algunos de los cementerios de Sarajevo y, antes de comer éste fue uno de ellos.
Durante la Guerra de Bosnia, con la ciudad sitiada, los sarajevitas debieron buscar la forma de enterrar a los más de 11.500 muertos en el interior del perímetro que marcaban las tropas serbias. Por ello, debieron crear cementerios improvisados en colinas, parques y zonas verdes. Era la única manera de dar justa sepultura a sus muertos.
En ocasiones, las milicias que sitiaban la ciudad, aprovechaban los enterramientos para causar más víctimas entre los asistentes, por lo que los familiares realizaban los enterramientos durante la noche y lo más rápidamente posible.
Éste es el motivo de los numerosos cementerios que se encuentran en el centro de Sarajevo. El lugar para el descanso eterno de quienes dieron su vida para defender a los suyos, a aquello en lo que creían y a aquello que les pertenecía.
Como, en gran medida, la Guerra de Bosnia tenía tintes étnicos y/o religiosos y la mayor parte de la población de Sarajevo es (o era) musulmana, la mayor parte de los cementerios son musulmanes y las tumbas están orientadas en dirección a la Meca con una estela sobre su cabecera, aunque víctimas siempre hay en todos los bandos y también pueden verse cementerios cristianos plagados de cruces.
Barrio de Bistrik
Al medio día, volvimos al centro de Sarajevo para hacer una visita especial, comer y hacer algunas fotos con un cielo completamente azul.
Tumba de los Siete Hermanos (Turbe Sedam Bracè)
En el barrio de Bistrik, en la orilla izquierda del Miljacka, muy cerca de donde nos alojábamos hay un pequeño edificio con siete ventanas verdes y un ataúd detrás de cada una de ellas. Lo llaman la tumba de los siete hermanos, aunque se trata de siete personas sin parentesco, unidas por el hecho de haber sido declaradas inocentes después de haber sido decapitados.
La tradición atribuye a este lugar poderes adivinatorios. Tras hacer una pregunta, se reza la misma oración delante de cada una de las ventanas y se hace una donación (siempre la misma) en cada una de ellas. Luego, se toma un camino diferente al que ha llevado hasta allí y, la primera frase que se oiga de los transeúntes dará respuesta a la pregunta.
Yo llevé a cabo el ritual, y probablemente me funcionó, pero como no entiendo bosnio, me quedé sin conocer la respuesta.
Iglesia de San Antonio de Padua
Muy cerca de nuestro alojamiento, la Iglesia de San Antonio de Padua, destaca por el color rojo de la construcción. Se trata de un monasterio franciscano de estilo neogótico de principios del siglo XX.
Después de comer visitamos el Bastión Amarillo y los cementerios de la orilla derecha del río.
El Bastión amarillo
Se trata de una construcción defensiva del siglo XVIII muy frecuentada por turistas dada su posición privilegiada y céntrica para divisar Sarajevo desde las alturas. Junto a él, hay algunos locales con terraza para merendar o tomar algo y muy cerca se hallan tres cementerios, entre ellos el cementerio Kovači.
El Cementerio Kovači
El Cementerio Kovači se encuentra entre el Bastión Amarillo y la Plaza Sebilj y es uno de los más visitados en Sarajevo por su cercanía al centro.
Se trata de un cementerio musulmán y en él se encuentra enterrado Alija Izetbegović, el presidente de Bosnia Herzegovina durante la etapa de la Guerra de Bosnia.
Sin embargo, este cementerio no es reciente, como otros del centro de la ciudad. De hecho, se trata del cementerio más antiguo de Sarajevo.
El cementerio Kovači se halla ubicado en el camino que conducía a una antigua cantera de la que se proveían del mármol para las estelas funerarias y contiene enterramientos de 100 años de antigüedad, pero también acoge a las víctimas de la guerra de Bosnia que perecieron durante el Asedio de la ciudad de 1992 a 1995.
Y con esta visita terminamos nuestros tres días en Sarajevo, la ciudad de la que me enamoré perdidamente y donde pude comprender la Historia de la Guerra allí ocurrida hace 30 años.
18 comentarios
Qué visita tan completa, gracias a vosotros hemos podido dar un paseo por Sarajevo y conocer en detalle esta ciudad. Un abrazo
Gracias Asun, espero que te haya gustado. Un abrazo.
Qué entrada más completa, Macarena!
Me ha encantado todas las cosas que nos has enseñado. Creo que es un lujo estar en ese puente que unía Sarajevo con Bosnia, por la finalidad que le dieron (introducir alimentos en aquel momento tan crítico del asedio, ayuda humanitaria, etc). No sabía que se pudiera visitar solo 100 metros de sus 800 m construidos.
Nos has llevado por el cementerio judío, por variadas catedrales, curioso lo de las»rosas de Sarajevo» que lleva a cualquier transeúnte a recordar diariamente su significado, la torre del reloj, mezquitas, me encantó la escultura de ese puente, pero……es imperdonable que no entrase a la Antigua Biblioteca Nacional. Jajajaja. Bromas aparte, yo no me pierdo la visita de ninguna buena biblioteca y -en este caso- el edificio por fuera prometía.
Gracias, Macarena
Qué lujo venir hasta aquí y viajar de tu mano.
Un beso muy grande!!
Jajajajajajaja Ay Nélida, es que de biblioteca ya no queda nada. Sólo son dependencias administrativas. Puedes ver las fotos de Gervasio Sánchez justo después del incendio. Son escalofriantes: no quedó nada más que la fachada. Así que ése es el motivo. Lo de dentro es todo nuevo.
¿Sabes la emoción que sentí al visitar Sarajevo? No entendía, cuando la Guerra de Bosnia, la facilidad de las milicias serbias para sitiar una capital. Después de estar allí entiendo que la orografía de la zona facilitó el asedio. Además, se entienden los impactos de bala en edificios céntricos y alejados de la primera línea.
Luego está el tema de la convivencia (o no) entre culturas. Los cementerios y el por qué hay tantos en sitios tan inesperados.
La visita a la ciudad me ayudó a entender tantos acontecimientos históricos… Incluso el asesinato del Archiduque Fernando de Austria.
En fin, Nélida. Todo un descubrimiento para mis ojos y mi mente. Y eso que hay lugares de los que no he hablado como museos, plazas, mercados…
Un besote.
🤦🤦🤦🤦
Disculpa mi error. Tenía que haberlo imaginado, creí que aún quedaría una parte -aunque pequeña- del interior como biblioteca que fue.
Gracias por la aclaración.
😘
Nélida, no tenemos que saberlo todo… No hay nada que disculpar. Muchos besos
Bueno, ya estamos por aquí después de ese corto período vacacional saludando a los amigos.
Otro precioso reportaje en fotografía y narrativa.
Debe ser una maravilla pasear por sus calles.
Un gran abrazo, amiga y gracias por compartir esos espléndidos viajes.
Me alegro que hayas podido descansar, Juan. Muchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Enhorabuena Macarena, la verdad es que es una guia súper completa. Con el buen recorrido que nos has dejado parece como si ya lo hubiera visitado. Además he apredido un monton de curiosidades sobre Sarajevo que desconocía. Un beso y feliz finde
Gracias Vicenta. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo
es que tus guias son indispensables, me las guardo por si voy, aunque evito viajes largos por el momento. ❤❤❤
¡Estupendo! Muchas gracias
Muy buena guía para visitar Sarajevo. Lo explicas todo tan bien que me la acabo de guardar para cuando pueda ir a visitarlo.
¡Genial! Espero que te enamores de la ciudad tanto como yo me enamoré.
Muchas gracias
Vuelvo a darte las gracias. Con vosotros ya sabemos donde acudir cuando queramos visitar un lugar que ya habéis visto y tan buenas reseñas nos dejas.
Abrazos familia y buen fin de semana.
Muchas gracias, Laura. Un abrazo
Enhorabuena por tu post. Es tan completo y está tan bien redactado que por segundos me ha trasladado a Sarajevo. Las primeras líneas de la entrada me han transmitido fielmente tu entusiasmo y nerviosismo por visitar la ciudad. Ese que tienen los viajeros de verdad, ese que sentimos los que amamos recorrer el mundo.
Y el resto que decirte, muy bonito. Me estoy planteando ir a Sarajevo en un puente y visitar la ciudad tranquilamente. Me encantaría alojarme en un lugar similar al tuyo al que se acerquen los erizos por la noche y nos saluden los vecinos por la mañana. Muy curioso la forma de reservar el parking ajajaja ver para creer.
Lo dicho amiga, me guardo tu post en favoritos con la esperanza de ir algún día.
Un abrazo,
Espero, de verdad, Alicia que algún día conozcas Sarajevo. Tanta y tanto la había visto en televisión y tanto y tanto había leído sobre ella que pensé que nada podría sorprenderme, pero recorrerla fue una auténtica sorpresa porque, además de especial, me ayudó a resolver las dudas que tenía sobre algunos acontecimientos históricos que allí sucedieron. Por ejemplo, el asedio. Se me hacía difícil entender un asedio de tantos años sobre una ciudad (que yo creía) tan grande. Pero cuando ves su orografía, entiendes perfectamente dónde estaba cada uno de los bandos y por qué había más muertes en unas zonas que en otras. Como en la avenida de los francotiradores, en donde ambos frentes se situaban a escasos metros en una zona que era necesaria recorrer para muchas familias. En fin, que me ha entusiasmado tanto Sarajevo, que si empiezo no termino.
Moló mucho mi vecindario, en el que encuentras muchas casas con grande planchas en sus fachadas para reconstruir las huellas de los impacto de obuses.
Acuérdate, cuando vayas, de llevar tu garrafa y tu propio palo.
Muchas gracias por tu comentario, amiga.
Un abrazo