Mostar es probablemente, la ciudad más bella de Bosnia & Herzegovina y, de lejos, la más turística del país porque, al encontrarse a pocos kilómetros de Dubrovnik, muchos visitantes de la Perla del Adriático hacen una excursión de un día para conocerla. Por ello en verano, puede que encuentres un casco antiguo impracticable; pero no fue nuestro caso: en pandemia y con lluvia, pudimos recorrer unas calles tranquilas impregnándonos de la esencia de cada rincón.
Llegábamos desde Jajce haciendo parada en Konjic, para ver el Búnker de Tito, y en Jablanica, para ver el Puente sobre el río Neretva. La ruta es absolutamente alucinante, ya que la carretera discurre a orillas del río junto a las montañas. No obstante, llegando a Mostar nos cayó una lluvia de impresión que inundó la carretera y nos obligó a parar durante un rato.
Nuestro alojamiento, en el casco antiguo de la ciudad, era modesto pero muy limpio y contaba con una pequeña plaza delante en la que, aunque apretados, pudimos aparcar el coche. Es fundamental encontrar alojamiento cerca de la ciudad vieja y nosotros estábamos en el corazón de la misma.
Mostar es una ciudad medieval y fortificada conocida ya en documentos del siglo XV cuando había un puente de madera que atravesaba el Neretva uniendo las dos orillas del río. A los guardianes del puente se les conocía como móstari y por ello al puente otomano de piedra se le llamó Stari Most, lo que dio nombre a la ciudad.
El trazado de Mostar siguió los cánones de la ordenación urbana otomana en donde se erigía un conjunto de edificaciones destinadas al intercambio y el comercio (čaršija) separado de la zona residencial (mahala). Pero además de esta área (stari grad), que es el gran atractivo de Mostar, hay también cosas interesantes que ver en la parte Oeste de la ciudad, en la zona que rodea a la plaza de España.
Aunque previamente a la Guerra de Bosnia, Mostar era una ciudad intercultural, la conflagración bélica dejó a las distintas religiones y culturas de la ciudad divididas en dos zonas separadas por el río: en el Oeste, alrededor de la plaza de España, se asentó la población cristiana, mientras que en el Este (principalmente el casco antiguo) se alojaron los bosníacos y los bosnios musulmanes. Así las cosas, y aunque la belleza del barrio otomano que rodea el Stari Most es el objetivo principal de la visita a Mostar, no hay que dejar de pasear por las avenidas de la “parte más nueva” de la ciudad, lo que permite por un lado, distinguir la distinta arquitectura (y culturas) de ambos barrios, y por otra parte, ver cómo la Comunidad Internacional se volcó en la reconstrucción del Casco antiguo, mientras que las huellas de la guerra siguen patentes en la zona más nueva y de menos valor histórico.
Pese a que Mostar es la quinta mayor ciudad de Bosnia Herzegovina, su casco antiguo es realmente pequeño, pero merece la pena dedicarle un día completo para visitar todos sus rincones. Además, no es difícil recorrer la ciudad para conocer todos sus atractivos.
Por otra parte, y aunque se trata de la ciudad más cara de Bosnia Herzegovina dado el turismo que atrae, en realidad es un sitio barato, así que no tengas miedo a la hora de ir de compras o sentarte a comer en el centro de su casco antiguo, cerca del puente.
Mostar Este
Torre del Reloj (Sahat Kula)
Nuestro itinerario, en un día gris, comenzaba en la parte alta del casco antiguo. Bajando por empinadas escaleras de piedra llegamos hasta la Torre del Reloj.
Del período otomano, es una torre de piedra que una vez tuvo un reloj y una campana que, según dicen, podía escucharse a tres horas de caminata. La campana parece se fundió durante la ocupación austrohúngara del país y nunca se reemplazó. El resto del edificio sufrió graves daños durante la Guerra de los Balcanes, pero fue restaurado en 1999, aunque aún le falta el reloj.
Museo de Herzegovina (Casa otomana)
Frente a la Torre del Reloj se encuentra una casa típica otomana de piedra en su parte baja, su primer piso con ventanas y encalado, y su tejado de pizarra. La casa, kuca Dzemala Bijedicá, lleva el nombre del primer Ministro yugoslavo, nacido en Mostar, y alberga el Museo de Herzegovina, que no parece merecer la pena por los escasos objetos de su exposición.
En la orilla izquierda de Mostar hay otras cuatro casas otomanas más, entre las que destacan Bišćevića Kuca y Kajtaz’s House, cuyos interiores pueden visitarse.
Mezquita Nesuh-Aga Vucjakovic
Seguimos bajando escaleras hasta la mezquita –de extraño nombre- conocida como Mezquita bajo los tilos, del siglo XVI. Construida en piedra y recubierta con cal, cuenta con un minarete de piedra. Es una de las tres mezquitas de Móstar coronadas por una cúpula, junto con las mezquitas Mehmed Koski Pacha y Karaðoz Beg. Dañada en 1993, fue reconstruida en 1999 gracias a la ayuda de Jordania. Pero la guerra sigue estando presente en el cementerio musulmán que se habilitó justo delante del edificio durante el asedio.
Mezquita Koski Mehmed Pacha
Mostar posee 15 mezquitas, pero quizá sea esta la más conocida y la más bella de todas. Se trata de una mezquita del siglo XVI a la que se accede por un arco. Posee un patio con una fuente de abluciones y una madraza. Además, hay un café con terraza sobre el río Neretva y una tienda.
Plaza del Mercado
En la orilla izquierda del Stari Most existe también un pequeño mercado cubierto que asoma sobre el río. En él, los habitantes de Mostar venden productos artesanales: vinos, aceites, miel…
Stari Most, el Puente Viejo
Ya casi estamos frente al Stari Most, el bello puente de piedra de Mostar ubicado en el corazón del casco antiguo de la ciudad, al que la UNESCO designó como Patrimonio de la Humanidad en 2005, como símbolo de asentamiento multicultural y, tras la reconstrucción del puente, ejemplo de cooperación internacional, respecto a todo lo cual yo discrepo personalmente.
Es cierto que Mostar fue una ciudad multicultural de tradición centenaria y que incluso, musulmanes y cristianos se unieron en la lucha contra los serbobosnios durante la Guerra de los Balcanes. Una guerra que por cierto supuso un asedio de 18 meses para la ciudad, con lo que eso supuso para sus habitantes y su Patrimonio. Pero una vez expulsados los serbobosnios de la ciudad, los musulmanes (bosníacos) y los católicos (bosnio croatas) se enzarzaron en una nueva lucha armada para tomar el control de la ciudad. La destrucción del puente, en 1993, fue la representación de la culminación de una división que, pese a la paz, llega hasta hoy plasmada en la división en barrios de la población.
El Puente Viejo de Mostar fue obra del alumno mayor del arquitecto del Puente sobre el Drina en Visegrad. Con un solo arco, se encuentra flanqueado por dos torres: La Torre Tara, en la orilla izquierda, y la Torre Halebija en la derecha, ambas del siglo XVII.
El puente es una obra de ingeniería única en el mundo y tan es así que dicen que su constructor huyó antes de que quitaran los andamios por miedo a que no resistiera. Pero sí lo hizo. Lo hizo durante 427 años antes de recibir el impacto de los 60 obuses lanzados por la milicia bosnio croata.
El ejército español construyó una pasarela de madera, mientras que la UNESCO buscaba financiación para su reconstrucción. La idea era reconstruirlo con los materiales originales que los submarinistas del ejército húngaro se ocuparon de rescatar de las aguas del Neretva.
La reconstrucción comenzó en 2001 por una empresa turca familiarizada con la restauración de construcciones otomanas, empleando las piedras del Neretva y piedras de la misma calidad extraída de canteras cercanas.
La inauguración tuvo lugar en julio de 2004 como símbolo de reconciliación entre comunidades separadas aún hoy en los dos barrios que divide el Neretva.
Fotografiar el puente desde todas las perspectivas y atravesarlo una y otra vez es el hobby favorito de todos los que visitamos la ciudad. Pero además, es típico en verano ver los saltos de los chicos de la ciudad que, tras recaudar unos cuantos marcos de los turistas, realizan un vertiginoso salto desde los 20 metros que los separan del río. De hecho, a mitad de agosto, todos los años se celebra una exhibición de saltos patrocinada por Red Bull.
Nuestra suerte fue que, además de ver los saltos, comenzó a llover y todos los visitantes desaparecieron, así que logramos disfrutar del Stari Most casi para nosotros solos, aunque fuera bajo la lluvia.
Kriva Cuprija (Puente torcido)
En la orilla derecha del Neretva se encuentra el Puente Torcido que es aún más viejo que el Puente Viejo y atraviesa el río Radobolja, un pequeño afluente del Neretva. Aunque fue gravemente dañado durante la Guerra de los Balcanes, permaneció en pie hasta 1999, cuando una inundación terminó por derribarlo. No obstante fue reconstruído con ayuda de Luxemburgo. Junto a él se encuentra la Mezquita Nezigara.
Móstar Oeste
Abandonamos por un rato el Stari Grad de Mostar para dirigirnos a la Plaza de España, desde donde es fácil acceder a todos los lugares señalados de esta zona de la ciudad.
Bulevar
La carretera principal fue la frontera que dividió a la ciudad durante el enfrentamiento entre musulmanes y cristianos, por ello es posible ver tantos edificios dañados por los proyectiles de la guerra. La calle posee dos nombres, uno para cada lado –que dominaba cada uno de los bandos-, pero hoy día se utiliza este nombre neutro.
El Campanario de la Paz
Dicen que este lugar, dedicado a la paz, es el lugar más irritante de Mostar porque su campanario católico se eleva sobre el resto de monumentos de la ciudad para hacer patente la división de comunidades y la supremacía de una frente a otra.
En el lugar en el que se alza la torre, hubo una iglesia desde el siglo XIX con un pequeño campanario, pero severamente dañados durante la Guerra, se decidió el derribo y la construcción de este gran mirador.
Catedral de María Madre de la Iglesia
Es la catedral de la diócesis católica. Cerca se encuentran el Monumento a los Partisanos y el Parque Zrinjevac.
El Parque Zrinjevac y la Estatua de Bruce Lee
Junto a la plaza de España, el parque Zrinjevac es un espacio ajardinado agradable en el que se expone una curiosa estatua dedicada a Bruce Lee, que resulta ser una de las únicas muestras del acercamiento entre comunidades.
Tras la guerra, cada comunidad comenzó a levantar sus edificaciones y monumentos, pero con cada acción, una comunidad molestaba a otra que se sentía ofendida por los héroes contrarios, enemigos unos años antes.
En 2004, una asociación local emprendió una acción para colocar una estatua que agradara a todos, y así se llevó a cabo una votación popular para elegir al personaje neutro que representara a todos. Y este personaje curiosamente fue Bruce Lee, cuya estatua puede apreciarse en uno de los emplazamientos centrales del parque.
El Korzo
Se trata de una calle peatonal llena de árboles y jardines que un día atrajo a los jóvenes de Mostar. Hoy, aunque sigue teniendo su encanto, ha perdido mucho de su animada vida, pero es agradable el paseo en el que aún pueden verse restos de casas abandonadas durante el asedio.
La Plaza de España
La Plaza de España es el punto de encuentro entre las dos zonas de la ciudad. Recibe su nombre en honor al ejército español de la ONU desplegado en la ciudad desde 1993, estableciendo en este punto el control sobre los dos barrios enfrentados.
En la plaza, se alzó un monumento inaugurado en 2012, que contiene el nombre de los soldados españoles (y un intérprete) que murieron en la Guerra de los Balcanes. Esto tenía especial interés para nosotros porque en Mostar murió un melillense que conocíamos y la visita nos provocó cierta emoción.
Instituto de Mostar (Instituto Aleksa Santic)
Este edificio se encuentra en la Plaza de España. Su estilo neomorisco y su color anaranjado recuerdan a la Vieja Biblioteca Nacional de Sarajevo.
Banco de Cristal
También junto a la Plaza de España y antes cubierto de cristales, sirvió para que primero los tiradores serbobosnios y posteriormente bosniocroatas disparasen contra el lado oriental de Mostar.
Hoy es un edificio en el que aprecian muchísimos impactos de proyectiles y se encuentra lleno de grafitis. Desde el final de la guerra, no ha habido compradores que se hayan interesado por el edificio, que se ha convertido en refugio para indigentes a pesar de estar vallado.
El Hotel Neretva
Desde la Plaza de España, volvimos hasta el Stari Grad de nuevo. En el camino, fuimos observando todas las cicatrices que dejó la Guerra en las edificaciones de Mostar. Entre ellas, las del antiguo Hotel Neretva, que está siendo rehabilitado.
Y llegando la hora de comer, ya habíamos completado el recorrido, así que pasamos la tarde buscando nuevos rincones y bajando a la orilla del Neretva para contemplar el Stari Most desde nuevas perspectivas.
12 comentarios
Buen reportaje Macarena. Por las fotos veo que Mostar tiene rincones preciosos pero lo que más me ha gustado es el puente. Un beso
El puente es una auténtica preciosidad, Vicenta, y recoge toda la esencia de Mostar en muy pocos metros.
Un beso!!!!
Mira, este lugar sí me suena jajaja. Debe ser por lo que apuntas en el post, dada su cercanía con Dubrovnik muchos viajeros deciden visitarlo. Es imposible no reconocer el Puente Viejo, aunque el Puente Torcido también me ha parecido encantador. Ahora, me he quedado impactada con la cantidad de mezquitas que tiene Mostar, 15!!!! Madre mía. Mira que mi pueblo tiene 7 iglesias y ya me parecen muchas, no te digo 15..
Un abrazo,
Mostar es preciosa. Esa imagen del Puente Viejo sobre el Neretva es de Agencia de Viajes (no la mía, sino la estampa en sí). Es un lugar pequeñito y con bastante más turismo que en el resto del país, pero como he comentado, tuvimos suerte; así que nos encantó. Aunque como ya sabes, mi corazón se quedó en Sarajevo.
Un fuerte abrazo.
Guauuu, realmente Mostar me ha parecido una ciudad preciosa, tus fotos son testigo de ello. No solo puedes delitarte al llegar a la ciudad, sino durante el trayecto para llegar hasta allí. Paisajes de ensueño.
Curioso el dato de la campana del reloj, que podía escucharse a tres horas de caminata.
Y muy interesante todo lo que nos cuentas del puente y su contexto. Gracias por discrepar y darnos tu opinión personal, no solo en eso sino en tantas cosas ya.
Voy tomando nota, Macarena, porque sin duda has hecho una guía para apuntar.
Gracias por tanto!!!
Un beso grandote.
P.S: La última foto, la más bonita de todas. ¡¡Qué bien les veo!!
Jijijiji Ahí nos ves, con el poco abrigo que llevábamos para el frío y la lluvia que nos calló.
Mostar es realmente preciosa, Nélida. No es impresión tuya. Y el camino para llegar es de una absoluta belleza. Pero tú ya sabes que mi gran amor fue Sarajevo.
Además es una ciudad para ir de compras, comer, sentarse en una terraza o ver a los chicos saltando desde el Puente Viejo. La verdad es que, con el tiempo que hacía, pensé que no los vería, pero sí, ví dos saltos y la verdad es que me parece una auténtica proeza. Además, no dejan saltar a cualquiera. Hay una escuela para personas que no son de la ciudad y, sólo cuando los locales piensan que está preparado, lo dejan saltar. Es además una forma de mantener a salvo el monopolio de las propias … Algo parecido al «salto de la Reja» en El Rocío, salvando las distancias.
Te encantaría el sitio si además lo pudieras encontrar con poco turismo.
Me alegra que te haya gustado. Y mil gracias, de corazón, por tu comentario.
Un beso enorme.
Qué belleza de puente!
Mostar me parece una hermosa ciudad con un paisaje realmente precioso, como atestiguan en tus fotos.
Me entristece ver esos restos de la Guerra en las que tantas personas murieron.
Me ha encantado disfrutar de esta visita con vosotros.
También ha sido una gozada ver cómo ha crecido Macarena, ya te deja pequeña jajaja.
Abrazo fuerte.
Ay Carmen, pequeña pequeña porque, aunque ha heredado nuestros genes bajitos, la más pequeña de todos es verdad que soy yo. Lo malo es que lo que me toca ahora es ir menguando!!!! Jajajajaja
Mostar es una ciudad bella y muy fotogénica. La estampa de su Puente Viejo es inolvidable. A mí también me entristece la Historia de lo que sucedió en Bosnia en los 90 y que espero no vuela a repetirse, aunque ya ves Ucrania ahora…
Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
Me encantó todo cuanto vi de tu mano. Es un sitio maravilloso para visitar.
Por desgracia aún quedan partes de los horrores de la guerra.
Gracias por mostrarlo de la forma que lo haces y con tan buena explicación acompañada de buenas imágenes.
Un abrazo y buen fin de semana.
Muchas gracias, Juan. Escribir sobre Mostar ha sido fácil porque es un sitio especial y bello.
Un fuerte abrazo.
La de veces que hemos oído hablar y visto imágenes pero nunca la había visto desde esta perspectiva, como siempre muchas gracias por acercarnos estos lugares y mostrarnos su auténtica belleza. Un abrazo
Muchas gracias a ti, Asun. un fuerte abrazo.