Tryavna es un pueblo de Bulgaria central en la falda de la Stara Planina, en los Balcanes Centrales, y dicen de ella, que es uno de los pueblos más bonitos del país.
Llegamos hasta él para pasar la noche en nuestra ruta desde el Valle de los Reyes Tracios hacia Veliko Tarnovo y realmente fue un lugar que nos sorprendió por agradable, tradicional y acogedor.


La población ha estado habitada desde la época tracia, pero los primeros datos sobre esta aldea de montaña datan del siglo XII, en los años posteriores a la conquista del Segundo Reino de Bulgaria por los turcos otomanos.


Durante el período del renacimiento nacional búlgaro, se produjo un desarrollo artesanal en Tryavna y las casas de este período presentan su propio diseño arquitectónico. Las plantas bajas tenían formas irregulares y albergaban artesanos y comerciantes. Los pisos superiores presentaban ventanas de madera, los techos estaban cubiertos con lajas de piedra.
Los mejores rincones de Tryavna
Hoy Tryavna parece que no ha perdido su esencia y sigue manteniendo su espíritu renacentista.


En el centro se encuentra uno de los símbolos de la ciudad: la Torre del Reloj. Fue construida en 1814 y su altura es de 21 metros. La torre fue declarada monumento arquitectónico de importancia nacional en 1967.
Los logros de la Escuela de Arte de Tryavna se pueden observar en varios museos: el Museo de talla en madera ubicado en la Casa Daskalova; o El Museo del Icono, que guarda muestras de la Escuela de pintura de iconos de Tryavna. Además, en Tryavna se encuentra el único Museo de los Balcanes dedicado al Arte asiático y africano.


Otro de sus atractivos es una Vieja Escuela de finales del siglo XIX en la que se exhiben elementos escolares de la época.


Y muy cerca se halla la Iglesia del Arcángel San Miguel, construída en el siglo XII.


Además, en Tryavna se puede contemplar un bello Puente en Piedra del siglo XIX, también declarado monumento arquitectónico de la cultura.


Llegamos al caer la tarde, y nos alojamos en un antiguo y enorme hotel, Hotel Tryavna, en el centro de la ciudad, por otra parte, lleno de gente en el salón central. La ciudad olía a la madera de las chimeneas y hacía algo de frío.


Sólo pudimos contemplar las antiguas casas del centro del pueblo, con todo ya cerrado, y tomar algo para cenar en un bar casi vacío.
Por la mañana, apenas una hora nos bastó para conocer lo principal de Tryavna, aunque de buena gana nos hubiéramos quedado a pasar allí el día. Lo que está claro es que mereció la pena hacer esta parada en el camino.
12 comentarios
Qué bonito, Macarena. Me encantan estos pueblecitos… a mi que me encanta un pueblo, lo disfrutaría como loca. Ese patio de la escuela me ha fascinado, ya me imagino haciéndome fotos allí y teniendo a Juan amargado jajajaja. No me extraña que os entraran ganas de haberos quedado el día completo, me hubiera pasado lo mismo, pero seguro que el resto de la ruta mereció mucho la pena también. Besos.
Es cierto, Verónica. Sé que te gustan los pueblos, pero éste es de veras pequeñito; aunque con más tiempo…
Un beso
Precioso Macarena. Por las fotos veo que es un pueblecito con mucho encanto. Besicos
Es pequeñito, pero encantador. Ahora que, hacía un frío…
Un beso
Con lo que me gustan a mi los pueblos con pequeños y con encanto. Y si encima huele a leña de las chimeneas más todavía. Ese olor me recuerda a mi infancia.
Me ha gustado mucho la iglesia del Arcángel San Miguel, tiene una arquitectura muy peculiar. Y el puente de piedra desde esa perspectiva con la Torre del Reloj al fondo, muy bonito.
Que ganas me están dando de hacer una escapada de estas…
Un abrazote.
Insisto, Alicia, es un lugar ideal para una escapada ¡A ver si os animáis!
Un fuerte abrazo
Que lindo lugar. Macarena y más con lo que me gustan los puentes y esos pueblitos pequeños serranos que tanto tenemos por aqui y es una delicia visitarlos. Precioso el patio de la escuela!!
Un abrazo.
Coincido contigo, Laura. Precisamente estos pequeños pueblos son los más acogedores y más agradables de visitar.
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado Macarena,… tiene ese sabor a pueblo de montaña arraigado a sus tradiciones. Y los tejados en lajas de piedra dispuestos como escamas de peces me han parecido fantásticos.
Feliz domingo!
¡Pequeñito, pero matón! Estos pequeños pueblos son los que conservan mejor la esencia de una región o de un país ¿Verdad? Pero de eso tú sabes más que yo.
Un abrazo!!!!
¡Quién pudiera pasar en este pueblo este confinamiento de quince días! Creo que tendría que ser obligatorio que cada uno de nosotros pasará unos días al año en pueblos retirados como este. Sería purificador y revitalizante. Un fuerte abrazo!! Espero que estés bien tanto tú como tu familia.
No sé, David, qué decirte porque creo que, después de todo, bastante privilegiados somos. De cualquier forma, Tryavna es un sitio encantador y lo que molaría es poder perderse por sus senderos y los lugares que debe haber en los alrededores.
Un fuerte abrazo. Cuidaros mucho!!!!