La expansión cultural de Europa a lo largo y ancho del mundo, supuso también una exportación de las tradiciones más ancestrales del Viejo Continente en los territorios colonizados. Entre ellas, las corridas de toros; cuyas huellas siguen vivas en varios países de Latinoamérica. Lo curioso es que la Historia ha dejado muestras de estas construcciones en lugares sorprendentes del mundo, pudiendo encontrar aún plazas de toros en el Norte de África.
Antecedentes
El origen de las plazas de toros está relacionado con la popularización y profesionalización de los espectáculos taurinos. Aunque se pueden encontrar un precedente de las plazas en los anfiteatros romanos, con características similares. De hecho, plazas de toros como las francesas de Nimes y Arlès, son antiguos anfiteatros romanos.
La tauromaquia, el toreo moderno, procede de la evolución de los ancestrales trabajos ganaderos de conducción, encierro y sacrificio animal en mataderos urbanos. Las tareas arriesgadas de conducción y sacrificio de las reses bravas crearon interés a los espectadores; aunque en la Península Ibérica los festejos taurinos no siempre se realizaron en el interior de las plazas de toros. Por el contrario, los espectáculos eran públicos y se realizaban en las plazas de las ciudades. Pero con la evolución del toreo, comienzan a crearse espacios para albergar al público asistente a los festejos, comenzando la fiebre constructora de las plazas alrededor del siglo XVIII.
Sin embargo, el toreo encuentra antecedentes en la Edad de Bronce, como una demostración de valentía en los rituales de paso de la niñez a la edad adulta. En la Antigua Roma, se realizaban espectáculos con uros para mostrar las dotes cazadoras de las familias nobles y se usaban estos animales para entrenamientos con gladiadores o espectáculos con cristianos.
En la Edad Media, comienza la práctica del lanceo de toros a caballo y se dice que, en 1387, tuvo lugar la primera corrida de toros en Barcelona. En el siglo XVI evoluciona la tauromaquia hacia los encierros de varas.
Los antecedentes de la fiesta en el mundo árabe se remontan también a muy atrás. Y así, en 1021, del soberano árabe de la España musulmana, Abbud-el Asma, se dice que organizó corridas cuando se rigió rey de Sevilla tras negar obediencia al califa de Córdoba. Una vez iniciada la Reconquista, se celebraban corridas de toros no sólo en las poblaciones bajo el dominio de los reconquistadores, sino también en la España musulmana. Pero también ha quedado registrada la participación, en el siglo XIV, de los musulmanes del Reino de Granada en fiestas taurinas rivalizando con los cristianos en momentos de tregua.
Plazas de Toros Africanas
Los estilos arquitectónicos de las plazas de toros son diversos según su mayor o menor grado de antigüedad, si bien en la actualidad predominan las de estilo neomudéjar, y también las hay portátiles.
En el continente africano quedan en pie cuatro plazas de toros: una en Melilla, todavía en uso. Una en Tenerife, sin uso y en un estado de conservación deficiente. Otra en Tánger, ya en desuso y medio en ruinas; y otra en Maputo (Mozambique) también en desuso y en muy mal estado, recuerdo de su herencia portuguesa.
Pero no fueron las únicas. Se ubicó otra en Luanda (Angola), otra en Orán (Argelia), cinco en Marruecos (Tánger, Tetuán, Xaouen, Casablanca y Alhucemas), una en el Sáhara Occidental (El Aaiún) y varias en España (Tenerife, la Laguna, Ceuta, Melilla, las Palmas de Gran Canarias, Telde y San Bartolomé de Tirajana). Lamentablemente, del total de estas quince muestras arquitectónicas, sólo han sobrevivido cuatro y, sólo una de ellas, la de Melilla, se encuentra aún en activo.
Plazas de Toros en el Norte de África
Marruecos
Plaza de Toros de Tánger
El coso taurino de Tánger fue patrocinado por Moulay Ahmed Rissouni e inaugurado el 27 de agosto de 1950.
La plaza disponía de cuadras de caballos, corrales, almacenes, toriles, quirófano, enfermería, capilla, baño, sala de toreros y vivienda para el conserje. Su estructura -barreras, tendidos, palcos, andanadas y asientos- eran de hormigón armado. Fue construida en 14 meses y formaba parte de un proyecto inmobiliario que incluía comercios, almacenes y viviendas económicas en el perímetro de la plaza. Con una capacidad para 11.500 espectadores, su coste ascendió a 12 millones de pesetas.
A lo largo de dos décadas, en Tánger torearon espadas como Juanito Belmonte, Pepe Luís Vázquez, Luis Miguel Dominguín, Conchita Citrón, Carlos Arruza, Cagancho, Manolo Vázquez, Pepín Martín Vázquez, Julio Aparicio, Litri, Enrique Vera, Antonio Ordóñez y Miguel Mateo «Miguelín».
Los hermanos Lozano trataron años más tarde de relanzar el coso, y el 12 de Julio de 1970 lograron que se reinaugurase tras quince años de cierre. La última corrida tuvo lugar el día 4 de Octubre de 1970 con Manuel Benítez “El Cordobés”.
Con el paso de los años, y tras la independencia de Marruecos en 1956, la plaza de toros de Tánger perdió primero al público de la tauromaquia y llegó a convertirse durante su vida posterior en un ring de boxeo, una sala de eventos artísticos y culturales, y hasta un centro de internamiento de inmigrantes subsaharianos en los años noventa.
En 2016, fue clasificada como Monumento Histórico Nacional por el Gobierno marroquí, lo que implica la imposibilidad de efectuar cualquier cambio en la estructura del edificio sin el consentimiento expreso del Ministerio de Cultura.
La plaza de toros de Tánger es la última que queda en Marruecos tras la desaparición de la arena de Casablanca, construida en los años veinte, y que fue destruida en los años setenta, según algunos historiadores, por órdenes del difunto rey Hasan II que estaba en contra de este espectáculo.
También desapareció la plaza de toros de Alhucemas, inaugurada en los años cincuenta, cuando la ciudad se llamaba Villa Sanjurjo.
España
Plaza de Toros de Melilla
La Plaza de Toros de Melilla, a la que apodan “La Mezquita del Toreo”, desde que el periodista Gregorio Corrochano la bautizara así, es la única plaza en activo de todo el continente africano. De estilo neobarroco, forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1986.
Con aforo para 8.100 espectadores, fue construída con piedra y ladrillo, vigas de hierro y tejas rojas para el tejado. Posee planta circular, con un único anillo en dos plantas y tres entradas monumentales, a las que se llega tras subir unas escalinatas para salvar el desnivel en la que se la construyó.
Inaugurada el 8 de septiembre de 1947 para las Fiestas Patronales de Melilla, en su primer cartel estaba previsto que torease Manolete, días después de hacerlo en la plaza de Linares, en la que perdió la vida. Así que el cartel contó con las figuras de Domingo Ortega, Rafael Vega de los Reyes, “Gitanillo de Triana”, Luis Miguel “Dominguín” y Agustín Parra “Parrita”.
El coso neobarroco, catalogado como plaza de segunda categoría, ha resistido 70 años celebrando una corrida anual con motivo de las Fiestas en honor de la Virgen de la Victoria, Patrona coronada y Alcaldesa perpetua de la ciudad. Sus muros, blancos y oro, resistieron la embestida del terremoto que, en 2016, azotó Melilla, aunque la estructura quedó muy dañada y hubo que emprender una restauración integral del edificio que, un año más tarde, celebraba su 70 cumpleaños. Estas obras para su restauración permitieron que, entre su muros, se descubrieran miles de de documentos y archivos fechados entre 1879 y la década de los 90.
Además de su anual corrida de toros, la Plaza de Toros es el espacio en el que se celebran también, durante las Fiestas patronales, algunos otros festejos taurinos como capeas, rejones o novilladas. Ha sido escenario de conciertos, ferias promocionales, exhibiciones de vehículos 4×4 y motocicletas, exposiciones y sirve de alojamiento a las imágenes procesionales de algunas cofradías durante la Semana Santa. En la actualidad, la Ciudad Autónoma oferta visita guiadas gratuitas de lunes a viernes.
Como curiosidad: dado que la ciudad no posee ganadería, los toros llegan a Melilla en barco con antelación a las corridas. Son alojados en los corrales de la plaza de toros donde previamente pasan la inspección veterinaria y se les deja recuperarse de la travesía para estar en perfecto estado durante la corrida.
Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife
Fue inaugurada en 1893, utilizando arcos de herradura y almenas almohades, técnicas arquitectónicas que, en aquel momento, se consideraron vanguardistas.
Con un aforo para 6.800 personas, sufrió un incendio en 1924 que destruyó palcos, gradas, corrales y chiqueros. Tras su remodelación estuvo en funcionamiento, desde 1927 hasta 1983, año en el que el Ayuntamiento decidió transformar el espacio para usos múltiples y comenzó a utilizarse para las galas de elección de la Reina de Carnaval, espectáculos de lucha canaria, boxeo, mítines políticos y conciertos.
Canarias fue la primera Comunidad Autónoma española en prohibir las corridas de toros. La Ley canaria de Protección de Animales, aprobada en 1991, descartó los espectáculos sangrientos con animales, entre ellos las corridas de toros.
En la actualidad, el recinto lleva cerrado casi tres lustros y se encuentra en un estado deficiente, pese a que fue incluida en el listado de edificaciones en zona protegida por el Cabildo. Desde su cierre, la plaza de toros ha sido un quebradero de cabeza para el Gobierno local. El problema, entre otros, es que la plaza es de propiedad privada y nunca se ha sabido qué hacer con ella porque nunca se ha podido llegar a un acuerdo con los propietarios para darle un uso público al edificio. Mientras tanto, la obra arquitectónica de Antonio Pintor y Ocete, cae en el olvido; entretanto sus muros se desmoronan poco a poco para conseguir dar paso a un proyecto especulativo que finalice con éxito una posible estrategia de sus propietarios.
NOTA: Gran parte de las imágenes para esta entrada han sido aportadas por mi compañera y amiga Maria José Ramírez Berenguer, del Archivo Personal del su padre, el que fue también periodista, compañero, amigo y gran aficionado a los toros, Salvador Ramírez Vélez. Por otra parte, también quiero agradecer a Lee de Caires, autor del blog «Qué gran viaje«, su aportación de las fotos de la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife.
21 comentarios
No tenía ni idea que hubiese plazas de toros en África, vaya pasada. Me ha encantado el reportaje, un abrazo desde Cantabria.
¡Hola Germán!
Me alegra haberte descubierto algo nuevo. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo
Desde luego las tradiciones no se circunscriben a una sola zona geográfica y algo tan antiguo como es el toreo raro es que no aparezcan plazas en sitios insospechados. Un reportaje fascinante, Macarena. Un abrazo!
¡Hola David!
Bueno David, fíjate hasta donde han llegado el chocolate y las patatas!!!! Con la colonización comenzó la globalización ¡Vaya frase! Jjjjjjjjj
Un abrazo!!!
¡Qué buen post Macarena!
Me ha encantado saber la historia de las plazas de toros de tu amena mano.
Un abrazote.
Gracias Carmen. Un abrazo
Un grandísimo post Macarena. Y me ha traído muy buenos recuerdos pues mi padre era muy aficionado al toreo y me hablaba de muchas las plazas africanas que has mencionado y yo no lo podía creer. Como buen aficionado a la arquitectura me parecen unos recintos mágicos y por lo general estéticamente espectaculares cuando están bien conservadas. La plaza de toros de Melilla es una preciosidad y me recuerda a la Maestranza de Sevilla, otra joya arquitectónica de un enorme valor artístico. Como curiosidad adicional te diré por si aporta algo que en las Islas Canarias, concretamente en Tenerife hay una plaza de toros ya sin uso. Y aparte de en Hispanoamérica, en España hay plazas de toros en lugares que pueden sonar raros para el toreo como Lugo, Santoña, Palma de Mallorca, Oviedo, y por terminar con el paías vecino la plaza de toros de Lisboa que es bonita también. Sin olvidarnos de Las ventas de Madrid que es otro lujo arquitectónico. Besos y muy buen trabajo, felicidades.
¡Hola Miguel!
Pues ¡Hala! no sabía yo que hubiera plaza de toros en Canarias, así que voy a buscar la información para ampliar el post porque, sin este detalle, quizás queda cojo.
No es que yo sea una aficionada a los toros, pero, siendo de Melilla, me apena que se dé siempre el dato erróneo de que se trata de la única Plaza de Toros de África porque no es cierto. Sí que es verdad que se trata de la única Plaza viva, pero por el momento queda algún otro ejemplo; aunque al ritmo que llevan, en breve se vendrán abajo y sólo quedará la que hay aquí.
Por otra parte, quiero agradecerte tus valiosas aportaciones a la entrada de hoy que espero que te haya gustado. Me hubiera encantado ofrecer fotografías de todas ellas, pero me ha sido imposible a no ser que las fusilara de internet; ahora bien, cuando visite Mozambique, no me olvidaré de la fotografía que voy a hacer en Maputo.
Un beso enorme. Muchas gracias.
¡Hola Miguel!
Siguiendo el hilo de tu valiosa aportación, he ampliado la entrada incluyendo, incluso, fotografías que me ha enviado un amigo. Muchas gracias y un abrazo!!!
¡Hola Macarena!
Pues encantado y agradecido con la ampliación de la información. Eso demuestra que este es un espacio vivo y siempre sugerente.
¡Abrazos de vuelta!
Muchas gracias Miguel. Espero que, entre los dos, hayamos terminado de hacer un post redondo. Besos
No soy nada aficionada a esto pero como decían los emperadores romanos, dale al pueblo pan y circo y estarán contentos y creo que es una de las razones de que este tipo de espectáculos se hayan extendido, mantienen a la gente entretenida y que no piensen demasiado y puedan dar problemas. Un besazo, una entrada fantástica como todas.
Pues es como dices Asun, y los toros fueron hace décadas, lo que hoy es el fútbol.
No obstante, yo tampoco soy aficionada a los toros; aunque creo que es interesante hablar de una arquitectura española única, por su estructura, y exportada por los españoles al resto de continentes.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!!!
Vaya sorpresa.,no sabía que hubiera plazas por ahí. La primera foto es espectacular. Preciosa arquitectura tiene!! Aunque no me gustan los toros y nunca he comprendido esta afición. No tiene nada que ver para que me gusten las obras arquitectónicas de algunas
En Béjar en el Castañar, está La Ancianita es la más antigua de España, tiene mas de 300 años y una arquitectura muy peculiar. Ahora está mas bien para hacer conciertos, te dejo el enlace para que la veas:
http://asimegustaelmundo.blogspot.com.es/2011/08/plaza-de-toros-de-bejar.html
Buen fin de semana.
Besos
Bueno, bueno, Laura,
Sorpresa la mía con la plaza de toros de el Castañar. Es una auténtica maravilla y he quedado sorprendida con su magnífico estado de conservación. Además, es lo que dices, que su estructura es diferente. Me ha encantado.
Por otra parte, coincido contigo en que yo tampoco soy aficionada a los toros; pero la arquitectura de las Plazas es algo muy nuestro, muy de España, y que nos hace casi únicos frente al resto del mundo, por ello, encontrarlas fuera de su entorno, me parece bastante curioso. Sobre todo, si se hallan en lugares como Maputo o Tánger ¿No crees? Raro que hubiera corridas allí. Incluso, de lugares como éstos, surgieron grandes figuras del toreo.
Me ha encantado el comentario de hoy por la aportación tan buenísima que has hecho. Muchas gracias. Un beso
Acabas de dejarme descolocado Macarena,.. jamás se me ocurrió pensar en que en el Afríca hubiese habido en algún momento aficción por los toros,… que interesante!un verdadero ejemplode colonialismo cultural ¿no? Estupenda y reveladora entrada!
No sólo eso Norte, de África han salido primeros espadas que han toreado en el resto del mundo. Por otra parte, las que se consideran las mejores figuras del toreo de todos los tiempos han toreado en África. La verdad es que es como para reflexionar sobre ello. Besos.
Un buen reportaje Macarena. Desconocía que habría plaza de toros en África. En Melilla como es España no me parece raro, es una plaza muy parecida a la de mi pueblo Olivenza en el coso e interior. Por fuera es preciosa. En Marruecos ya me ha sorprendido que tendrían los marriquís afición taurina. Un abrazo.
Gracias Mamen,
La verdad que es curioso. Pero no deja de ser fruto de la expansión colonial de los países en los que había tradición taurina. Por ello, después del abandono de las colonias, las construcciones también se han venido abajo.
Un abrazo!!!
Bueno, ni idea de lo de las plazas de toros en África. Es curioso. No me las imagino llenas de gente. A mi no me gustan los toros, pero hace tres meses viajamos a Córdoba y Jaén, y paramos en Almadén (Ciudad Real), para ver las minas de mercurio, y nos encontramos la plaza de toros abierta, así que nos metimos. Nunca había estado en una, y como recinto, me pareció interesante. Eso sí, prefiero ver rodeos americanos en los que los vaqueros montan a esos pedazo de toros que parecen elefantes ja, ja Vaya brincos!!
Muy interesante la entrada Macarena.
Un fuerte abrazo!!
Hola Lízar,
A decir verdad, los toros no son lo mío, pero de ahí a no haber pisado nunca una plaza de toros… extraño diciéndolo tú.
Verdaderamente es curioso encontrar Plaza de Toros en África ¿Verdad? Y, créeme, que se llenaban. En Melilla, que como he dicho siguen celebrándose festejos taurinos, las corridas son muy concurridas. La gente acude porque estamos en Fiestas y es como una tradición comer fuera y luego ir a la Plaza a terminar de «echar la tarde». Puede que muchos ni sean aficionados a los toros, pero como esto es una ciudad pequeña donde poco pasa, pues cualquier evento es motivo de ir a disfrutar del jolgorio. En fin, para quien le guste.
Independientemente de eso, creo que se trata de una arquitectura «muy nuestra» y que había que mostrarla. Así que me alegro que te haya resultado interesante.
Un abrazo!!!!