Aunque habíamos salido el día 29 de julio de Melilla hacia Bangkok, decidimos tomarnos allí unos cuantos días para descansar del largo viaje y así aprovechar para descubrir más rincones de esta ciudad que nos fascina desde el día en que la conocimos.


Pusimos rumbo a Manila el 2 de agosto.
De Bangkok a Manila


Ese día, nos levantamos a las 7:30 del Hotel y llegamos al Aeropuerto Internacional de Suvarnabhumi a las 9:00 a.m. El vuelo, con la compañía Cebú Pacific, debía haber salido a las 11.15 a.m. pero se retrasó hasta las 12.30; retrasos habituales en Filipinas con los que pronto nos comenzábamos a familiarizar.
La duración del vuelo Bangkok – Manila es de 3 horas y 35 minutos y, teniendo en cuenta que en Filipinas hay una hora más que en Tailandia (6 horas más que en España), llegamos a Manila a las 17:05 horas


En el Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino de Manila cambiamos algo de dinero en la oficina de Metrobank, después de haber comprobado las ofertas en el cambio de moneda de los distintos cambistas. Aquí el cambio era mejor, 56,52 Php.
Compramos también una tarjeta SIM en una oferta de la compañía SMART que proporcionaba 16 + 30 GB para 30 días por 1.000 Php (20€) ¡Ya lo teníamos todo!
Solicitamos un Grab Car que por 170 Php + 35 Php de peaje para la autopista (4€) nos llevó a nuestro hotel.
En realidad, utilizar el servicio de Grab es lo mejor que se puede hacer para salir y llegar a los aeropuertos de Manila. Conocimos a unas españolas en Puerto Princesa a las que un taxi había cobrado 100€ por una carrera. Y claro, a las pobres, que estaban cansadas y despistadas, las estafaron a lo bestia.
Escogimos un hotel cerca del aeropuerto llamado Hotel Bed and Breakfast (1.500 Php – 30€) que no era nada del otro mundo, pero estaba a tan sólo 15 minutos del aeropuerto, y hay que tener en cuenta que, sólo en salir del atasco que se forma, se tardan 45 minutos. Además, al día siguiente, teníamos que volver para coger el vuelo que nos llevaría hasta Puerto Princesa.
Era ya de noche cuando salimos a cenar. Preguntamos en el Hotel, y nos enviaron a unos 500 metros, pero la verdad es que el lugar intimidaba: estaba oscuro y andábamos por una sucia acera que estaba pegada a la autopista.
Llegamos a una calle perpendicular iluminada y llena de vida donde sentíamos las miradas de los niños que jugaban en la calle, y allí cenó Macarena en una cadena nacional de comida rápida llamada Lollibee. Nosotros, sin embargo, optamos por cenar en un restaurante de comida local, también una cadena nacional, llamado Inasal, en el que volvió a cenar Macarena.
De Manila a Puerto Princesa
Por la mañana, volvimos de nuevo al aeropuerto. Nuestro vuelo con Air Asia salía a las 9.50 a.m. y tardaría 1 hora y cuarto en hacer el recorrido Manila – Puerto Princesa.


Embarcamos a nuestra hora y el avión llego a su destino, pero no aterrizó, sino que volvió de nuevo a Manila donde sí que tomó tierra.
Pasamos una hora dentro del avión cuando finalmente volvió a despegar a eso de las 13:30 horas y, por fin, llegamos a las 14.45. Aunque aún nos quedaba un largo viaje por delante con un hambre feroz que se acumulaba desde el día anterior.
Al llegar a la Terminal Internacional de Puerto Princesa, nos acercamos a la oficina que hay saliendo de la Terminal a la derecha para comprar nuestros billetes para la van que nos llevaría hasta El Nido.
De Puerto Princesa a El Nido
El ticket cuesta 500 Php (10€) y el trayecto tarda entre 5 y 6 horas con 3 paradas.


La Terminal de Autobuses de El Nido está pasando la población de Corong Corong, que es donde nosotros teníamos el alojamiento; así que, si también es vuestro caso, podéis decir al conductor que os pare antes para así ahorraros el tricicle con el que tendréis que desandar el camino.


Una vez hicimos el check in y hambrientos como estábamos, decidimos cenar junto al hotel, en una hamburguesería llamada Thery´s situada en la parte alta de una bonita casa de madera.


Las hamburguesas estaban buenísimas, aunque el precio no era nada barato, ya que pagamos 25€ por dos hamburguesas y un perrito caliente. Pero la verdad es que todo nos supo a gloria.


16 comentarios
Vaya paliza, ¿verdad? Es lo que tienen los viajes tan lejos que para llegar al destino se nos hace muy largo, pero como dije en la otra entrada, estoy segura de que les mereció mucho la pena!!
Una pregunta que me quedé con la duda: Por qué el avión no aterrizó en Puerto Princesa la primera vez?? y en vez de eso regresó a Manila a tomar tierra.
Las hamburguesas me han despertado el hambre jeje. Sí que tienen buena pinta, y entiendo perfectamente cómo aquella noche les supiera a gloria bendita 🙂
Gracias por toda esta información, Macarena. Muy útil, sin duda.
Un beso.
El problema Nélida era la meteorología. Llegamos a Filipinas en mitad de una tormenta tropical y, yo no sé cómo será en Canarias, pero a esas situaciones estamos muy acostumbrados aquí, en Melilla. Los aviones son pequeños y el aeropuerto no cuenta con la misma tecnología que otros aeropuertos; así que las comunicaciones en avión dependen muchísimo del tiempo. En Filipinas es un poco igual y si no hay visibilidad, los aviones o no salen o, como en este caso, si no pueden aterrizar, se dan media vuelta. Total tres horas más entre la ida y la vuelta y una hora añadida de espera.
Gracias a ti siempre.
Un beso
Como me ha ocurrido en otras entradas donde también nos ponéis al tanto de todos los detalles habidos y por haber para realizar los vuelos, enlazar después con otros medios de transporte. Precios, distancias y hasta el menú que probásteis durante dicho viaje turístico, en este caso a Filipinas, pues me ha parecido completísimo y muy útil para quienes tengan intención de conocer ese país de contrastes, del cual, me imagino, que nos seguireis compartiendo nuevas entradas.
Me alegro que os gustara la hamburguesa y el perrito caliente, aunque el hambre acumulado os ayudaría mucho a saborear estos alimentos. 😛
Miles de besos y abrazotes.
Pues ya ves, Estrella. Yo odio las hamburguesas y los perritos, pero me hubiera comido hasta a la camarera.
Ya irás viendo Filipinas, sí, en las siguientes entradas. No diré que no nos gustó el viaje, pero sí que las expectativas eran muy superiores a lo que fue la realidad nuestra estancia en el archipiélago.
Un besote
Vaya panzada de viaje y al final yo creo que cualquier cosa que me comiera tras una jornada así me sabría a gloria, jajaja
Sí, la verdad es que para llegar, el viaje es largo.
Un besito
Camino intenso 🙂
Pues sí, Kinga.
Jo, si el destino ya es una aventura, el propio viaje es otra. Una entrada en la que nos lleváis de la mano y que en el caso de realizar el mismo viaje desde luego que es una hoja de ruta imprescindible. ¡Qué buena pinta tenía esa hamburguesa! Un fuerte abrazo!!
Se hizo largo, David. Muy largo.
Un fuerte abrazo.
Y tanto que se debió hacer largo Macarena.
Una entrada detallada en la que solo falta el tiempo y ahora la seguridad para poder ponerlo en la lista de lugares a visitar.
Me he dado cuenta que me sorprendía ver a¡¡¡¡ tanta gente,tan junta!!!! Buf,costará volver a no sentir a los otros como una fuente de virus.
Besos
Pues hasta que no lo has mencionado, Conxita, no había reparado en ello y, aunque odio las aglomeraciones, espero que algún día puedan volver a repetirse.
Un beso
Un viaje pesado pero veo que merecio la pena. Un beso y feliz tarde Macarena ???
Ya verás que sí, Vicenta.
Un besazo
Para que luego digan que viajar es una gloria!!, … como me ha recordado mis horas de espera en aeropuertos, retrasos, cancelaciones,… Sabes que «El Balie de Norte» o mi primera novela se fraguaron en los aeropuertos,… jajaja, así que os comprendo perfectamente.
Es largo, Norte. Se hace muy pesado llegar. Cuando ya estás en Asia, todavía queda un día más.
¡Un abrazo!