En realidad, Líbano no es el lugar ideal para ir de compras. Desde nuestra primera entrada, advertimos que se trata de un país caro. Pero es que, además, la oferta está muy limitada ya que el comercio se enfoca principalmente al comercio de ropa –sobre todo zapatos- y es difícil encontrar una venta generalizada de artesanías y souvenirs para turistas. Así que a quienes les guste perderse entre mercadillos y baratijas debe saber que éste no es su sitio.
No obstante, es posible encontrar algunas tiendecitas para turistas en el zoco de Biblos, la parte alta del Palacio de Beiteddine, Deir el-Qamar y Beirut. Pero no vamos a hablar de los grandes centros comerciales y las lujosas tiendas del centro de la capital.
Esta entrada contempla sólo las calles comerciales y barrios más “barateros”, así como los rastros y mercadillos de Beirut.
Calles y Barrios para hacer compras baratas
Calle Mar Elías
Se trata de una concurrida calle en la zona sur de Beirut en donde muchas tiendas comercian con marcas libanesas, por tanto mucho más baratas. Pero la mayoría de las tiendas ofertan ropa y calzado, con lo cual, es más adecuada para vivir el ambiente de esta calle que para realizar compras de productos que probablemente podemos adquirir a mejor precio y más bonitos en nuestros propios países.
Calle Hamra
De un tiempo a esta parte son muchas las tiendas de marcas internacionales que se han instalado en la calle Hamra también llena de ropa y calzado. La diferencia es que aquí, además, se puede encontrar alguna tiendecita de souvenirs, camisetas de algodón originales o frutos secos y dulces típicos libaneses.
En la misma placita del Dunkin Donuts, al fondo, hay una tiendecita que sí vende artesanías a buen precio: pequeñas joyas en plata, pañuelos, gorros de lana, chalecos hechos a mano,…
Bourj Hammoud
Bourj o Burj Hammoud se encuentra ubicado al este de Ashrafieh, pasado el río.
El Barrio de Bourj Hammoud es conocido como Barrio Armenio porque fue fundado por los supervivientes del Genocidio armenio de los jóvenes turcos en 1915 como parte del plan de eliminación de todos los infieles de Turquía. Los maronitas les dieron derecho a construir barracas para formar un campo de refugiados en el lado este del río Beirut. Las barracas se convirtieron en casas y las casas en una pequeña ciudad que hoy es la zona más poblada de Oriente Medio.
La mayoría de las calles del Barrio reciben nombre de ciudades de la actual Armenia o de ciudades armenias de Turquía. Su arquitectura es desvencijada y muy diferente a la del resto de Beirut y la mayor parte de la actividad se hace en la calle.
La economía de Bourj Hammod se basa fundamentalmente en el comercio: la joyería hecha a mano; la industria del cuero (bolsos, zapatos, cinturones); ropa; restaurantes de comida armenia tradicional; y mercado de especias. Así que éste es un lugar ideal para realizar compras ya que, además, se trata de un barrio de clase trabajadora en el que los precios son más adecuados a su poder adquisitivo.
De cualquier manera, no esperéis encontrar maravillas, aunque sí que merece la pena llegar hasta allí sólo para pasear por sus calles, ver el caos de su tendido eléctrico, sus calles llenas de gente sentada a la puerta de sus casas y el colorido de las tiendas de frutas, verdura, golosinas y legumbres al peso.
El violinista Ara Malikian, de origen libanés y ascendencia armenia, compuso una canción con el nombre de Bourj Hammoud.
Zocos y Mercadillos
Souk el Tayeb
Souk el Tayeb se ubica en Trablos Street, en la parte trasera de los Zocos de Beirut.
Se celebra todos los sábados de 9:00 a 14:00 horas y congrega a granjeros orgánicos de Beirut que promueven métodos tradicionales de cultivo y conservación. Aquí se venden quesos, vinos (Líbano es un gran productor de vinos y hay viñedos y numerosas bodegas en el Valle de Beca), miel, pan, zumos, verduras y algo de artesanía.
Además, sirven tentempiés, se ofrecen degustaciones y organizan clases de cocina.
Realmente, este mercadillo matutino de los sábados es un lugar de encuentro para las clases pudientes de Beirut que merodean entre los puestecillos mientras que las chicas de hogar, principalmente filipinas, etíopes o ceilandesas, vestidas de riguroso uniforme cuidan de los niños y cargan con las bolsas de la compra.
No merece mucho la pena visitar souk el Tayeb si lo que se desea es ir de compras, pero sí que es cierto que encontrarás la sonrisa y amabilidad de los beirutíes en cada uno de los puestos en los que mires.
Souk al-Ahad Sunday Market
Se encuentra ubicado en Corniche Al Nahr Emile Lahoud Ave, bajo el puente de la autopista, en el Este de Beirut. Y realmente es complicado llegar. Así que elegimos la opción de señalar el nombre del zoco en Uber para no tener que complicarnos.
Souk al-Ahad abre todos los domingos de 7.00 a 13.00 horas.
No se trata de un lugar turístico en absoluto, pero eso es lo que buscábamos y, desde luego, éste era el lugar.
El zoco se encuentra en un pequeño recinto amurallado y guarrete cubierto con plásticos, lo que debe ser horrible con lluvia o con el calor de Beirut en verano.
Hay tres o cuatro filas de puestecillos con muchísimas baratijas que van desde perfumes (en Líbano son comunes las perfumerías en las que realizan las mezclas personalizadas), pájaros, antigüedades, golosinas, especias, ropa de segunda mano y zapatos, miles de zapatos usados.
Dicen que para comprar hay que regatear duro y es cierto porque aunque sólo compramos unos tasbihs (rosario islámico) que ya tenían el precio puesto, algunas de las cosas por las que preguntamos eran realmente caras. De hecho yo, que soy como soy, pregunté por una faja usada de talla XXL que me dijeron que costaba ¡10$!
Los vendedores y compradores (no demasiados) nos miraban extrañados, pero siempre mostrando la mejor de las sonrisas.
Y si el zoco es auténtico, la parte trasera, al lado de un aparcamiento caótico, era el acabóse: zapatos revueltos con ropa, cosas viejas, cosas rotas, gente vociferando, vendedores andando por encima de las montañas de cosas,…
Así que, si queréis vivir una experiencia única, éste es el sitio. Al que le gusten los mercadillos, comprar, lo que se dice comprar, no va a comprar nada o más bien poco, pero seguro que va a disfrutar del ambiente auténtico de un mercadillo de Oriente Medio.
12 comentarios
Es impresionante la cantidad de información que llegáis a reunir y transmitir después sobre cada sitio, Macarena. Además de conocer lo que conocería cualquier turista al uso, siempre encontráis cosas realmente típicas, llamativas y únicas de cada zona. Me quito el sombrero, sinceramente 🙂
Respecto a que Beirut, en general, no sea un buen sitio para hacer compras de souvenirs, me parece un «despiste» por su parte. Ya deberían saber lo mucho que nos gusta comprar recuerdos a los visitantes y el dineral que se están perdiendo. Quizás ese cambie con el tiempo, no lo sé.
De todos los sitios que mencionas el que más me llama la atención y el que menos me gustaría es el último, la parte trasera del Souk al-Ahad Sunday Market. Me horrorizan el regateo, la gente que grita y las cosas viejas. Vamos, que saldría corriendo. Mejor me quedo en la parte de delante que se ve «más civilizada» :))
Gracias por tanta y tan completa información, guapa.
¡Un besazo!
Ohhhh Julia, muero de amor. Muchas gracias.
¿Sabes Julia? Cuando viajamos, cuando viajo, paso meses y meses antes buscando información sobre cada lugar que visitamos: leo un poquito de aquí, otro poco de allá,… Pero, no sé si porque tenemos gustos o intereses diferentes, nunca logro una información exhaustiva y pormenorizada de los sitios a los que vamos. Me sería mucho más fácil que me dieran un «tochaco con todo» y extraer lo que me interesa; pero eso nunca ocurre. Así que lo que yo pretendo al proporcionar la información, aún a riesgo de que las entradas se hagan un poco largas, es intentar transmitir todo lo que he aprendido para que otros puedan aprovechar nuestra experiencia y hacer más ágil la que emprendan.
No obstante, de Líbano, al ser un país poco frecuentado por el turismo, encontré poquísima información. Ahora lo que quiero es, por un lado facilitar el viaje a otros compañeros y, por otro, contribuir a que ese país, tan aplastado por las desgracias que ha tenido que vivir durante tantos años, vuelva a florecer. Quizá otros, viendo que nuestra experiencia ha sido grata, se animen a visitarlo.
Y las compras… sí, muy mal. Además es todo carísimo. También supongo que con el poco turismo que hay ahora, no les merece la pena invertir en ese aspecto.
El rastro del domingo, por otra parte, fue para mí el mejor. La gente nos miraba encantada, pero como preguntándose qué se nos habría perdido allí jajajajaja. En este caso, difiero de tus preferencias. Soy amante del ambiente de los rastros, aunque al final nunca compre nada.
Un besote. Gracias a ti.
Madre mia con lo que me gustan a mi los rastros!!! No me importaría nada visitarlo, auque creo que a mi marido no le gustaria tanto, eso de ir de compras no lo lleva tan bien como yo. Un beso
¡De las mías! Jjjjjjjj Me encantan los rastros aunque luego no compre. Me gusta ver montañas de cosas, los vendedores vociferando, la gente deteniéndose a preguntar. Desde luego que es todo un mundo.
Un besito Vicensi
Yo no podría con el zoco de Souk al-Ahad, soy incapaz de regatear y no soporto los gritos ni la ropa amontonada.
Increíble la gran cantidad de información que nos das. Una pena que no pueda ver las fotografías que ilustran el post.
Un abrazo 🙂
Hola Carmen,
La verdad que es un sitio muy típico!!! A mí el ambiente de los mercadillos me encanta aunque luego no compre nada, pero ese olor a cosas viejas humedecidas, las voces de los vendedores, las montañas de trastos,… me gustan.
Siento mucho que no hayas podido ver las imágenes, te conté que llevo a vueltas con el servidor desde el sábado pasado y ya hoy comienzo a calmarme un poco; pero está siendo un horror. Es una pena porque estaba contenta con ellos. Ahora creo que han perdido una clienta.
Un besito
Desde luego Macarena estás haciendo una guía de lo más completa para viajar al Líbano, lo documentas exhaustivamente y con todo aquello que nos gusta o nos preocupa a la hora de viajar. Son de agradecer este tipo de entradas cuando planificas un viaje.
Respecto a las compras, no soy de muchas compras pero cada vez más tengo la sensación que es muy difícil no encontrar lo mismo en todas partes.
Besos y feliz fin de semana
Hola Conxita,
Espero que con estas entradas, quien decida viajar a Líbano lo tenga más fácil de lo que lo tuvimos nosotros porque nos fue casi imposible encontrar información. Desde luego bastante poca en español.
La verdad es que a mí me gusta mirar, ver los puestecillos en las calles: el color, la gente, las cosas típicas,… Pero luego casi nunca compro nada. Bueno, en realidad, después de haber comprado muchas cosas en todos nuestro viajes, un día dejé de hacerlo. Ahora, suelo traer algún broche o un colgante. Algo pequeño para recordar. Me hace ilusión. Pero la que es una devoradora de souvenirs es Macarena pequeña. Supongo que está pasando por «mi primera fase» jjjjjjj
De cualquier forma, y tal como he contado, poca cosa se puede comprar en Líbano. De hecho, sólo compré unos platitos de cerámica para las mamis y un colgante armenio en plata.
Un besito
Me encantan los mercadillos pero es cierto que me encanta el ambiente y mirar, al final nunca compro nada, jajaja. Un beso
Pues entonces estás igual que yo jjjjjjjjjj
Un besito, Asun.
Bonito mercado 🙂
Gracias Kinga