Miri es la segunda mayor ciudad del Estado de Sarawak. Un lugar al que afectó enormemente el descubrimiento de petróleo en la zona hace ya un siglo, convirtiendo un puerto pesquero en una ciudad de más de 300.000 habitantes.
Sin embargo Miri no es una ciudad bonita ni especial. Más bien es el lugar de paso desde donde se toma el vuelo hasta el Parque Nacional de Gunung Mulu, único sitio UNESCO en Sarawak , o como en nuestro caso, se visitan las Cuevas de Niah, la cuna de la civilización en el Sudeste Asiático. Además, su proximidad con Brunei, la ha hecho popular entre expatriados que trabajan en las compañías petrolíferas y permite a los pocos turistas que visitamos aquel pequeño país, un viaje corto y cómodo.
No os vamos a poder muchas imágenes de Miri, ya que nosotros únicamente tomamos la ciudad como base, tal y como hemos ya comentado, para visitar el Parque Nacional de Niah Caves y la cercana Brunei. Pero dado que es muy útil conocer la información sobre cómo llegar y salir de Miri, dónde alojarse y los mejores lugares para comer, dedicaremos esta entrada a ofrecer la información necesaria que necesitarás durante la estancia.
Qué ver en Miri
Templo San Ching Tiang
Es el Templo Taoísta más grande del Sudeste Asiático y se encuentra tan sólo a 15 minutos de la ciudad.
Las Playas de Miri
Las principales playas de Miri a una distancia que oscila entre 15 y 30 minutos de autobús son Taman Selera y Hawai. La primera, bastante sucia dicen, cuenta con buenos restaurantes de marisco abiertos por la noche.
Grand Old Lady
Es como se conoce el primer pozo de petróleo de Malasia. Hoy día, es el lugar en el que se encuentra el Museo de Ciencias del Petróleo. Se encuentra en Jalan Miri Pujut, al sur de la Ciudad.
Tammu Muhibbah
Se trata de un pequeño mercado local que se encuentra junto a la Estación de Autobuses.
En este lugar, viví una de las experiencias más enternecedoras de mi viaje, mientras me estaban estafando.
Cuando viajo a Asia soy una auténtica obsesa de los plátanos asiáticos. Los compro y como a todas horas, así que en una de las casi media docena de veces que pasamos por la Estación de autobuses, me acerqué a comprar unos plátanos.
El mercado era un lugar muy destartalado y por el género ofrecido, bastante pobre.
Me acerqué a un señor que, por sus arrugas, debía estar allí desde antes que se construyera el mercado y le pedí un racimo de plátanos.
Sabía lo que costaban porque el precio estaba puesto en un cartel, y sabía lo que pesaban porque vi el peso, aun así, por inercia pregunté cuánto era. Y el viejecito desdentado me dio un precio superior al que marcaban los plátanos que no superaba, igual, los cincuenta céntimos de euro. Lo mejor de todo es que, mientras lo hacía, mientras me timaba, no podía contener la sonrisa por la que asomaba diente sí, diente no.
Pero yo, sin decir nada, saqué el dinero del bolsillo y le pagué. Jamás me ha enternecido más una estafa.
Parque Nacional Lambir Hills
A tan sólo 30 minutos de Miri, asombra por la diversidad de sus especies vegetales.
Alojamiento en Miri
Con tantas idas y venidas a un lado y otro de Miri, fueron dos los hoteles en los que nos alojamos en la ciudad, todos bastante céntricos.
El primero, Yew Hotel y el segundo, 101. Ambos limpios, espaciosos y no muy caros (una media de 30€ por noche en habitación triple).
Comer en Miri
Junto con Kuching, Miri fue una de las ciudades en las que mejor se come en Borneo. Su proximidad al mar, hace muy presente el pescado y el marisco en sus platos a unos precios excelentes y, además, el gran número de comunidades en la ciudad, hace que la oferta culinaria ofrezca especialidades de la comida de Sarawak, Malasia, Tailandia e India.
Mings Café en Jalan North Yu Seng es un popular sitio al aire libre que ofrece comida local e india. No obstante, cualquier restaurante servirá una amplia carta de platos deliciosos.
También es típico, al caer la tarde, acercarse hasta Pasar Malam, el mercado nocturno de Miri en el que te aliñan y asan cualquier tipo de carne o pescado al instante. Además, venden una importante variedad de dulces, como el típico Kek Lapis de Sarawak. El problema, sin embargo, es que no hay sitio para sentarse y comer tranquilamente lo que hayas comprado.
Llegar y salir de Miri
Las rutas habituales recorren Sarawak desde Kuching a Miri y, desde Miri, o bien se realiza una visita Brunei, o bien se toma un avión hasta la región de Sabah.
Desde Kuching a Miri en Autobús
Realizar la ruta desde Kuching a Miri en autobús el sentido que sea no sabría decir si es una temeridad o un auténtico coñazo. El autobús tarda no menos de 16 horas en realizar los 700 kilómetros que separan ambas ciudades, y los autobuses de Borneo no son los de la Malasia peninsular.
La única ventaja que tiene este medio de transporte es el precio, que oscila entre los 13 y los 18€, pero creo que no merece la pena perder casi un día –con suerte lo del “casi”- en ningún itinerario por muy dilatado que éste sea.
Los autobuses que hacen esta ruta pasan también por Sibu y Bintulu y paran en la Terminal de Autobuses de Pujut Corner en Miri.
Después de las 18:00 horas no hay taxis ni autobuses desde la Estación, así que la única opción será hacer uso del servicio de Grab Car.
Desde Miri a Brunei en Autobús
Lo normal es que si estás en Miri y te diriges a Brunei, este trayecto lo hagas en autobús.
Los autobuses desde Miri a Brunei salen de la Terminal de Autobuses de Pujut Corner, la misma en la que se cogen autobuses a Kuching o a Niah.
Sólo hay dos autobuses diarios Miri-brunei que salen a las 8:15 a.m. y a las 15.45 horas. El trayecto hasta Bandar Seri Begawan dura entre 3 horas y cuarto y cuatro horas y el billete cuesta 50 RM (10€) –el de vuelta cuesta 60 RM (13€).
(Sobre este aspecto hablamos en nuestras entradas dedicadas a Brunei)
Llegar y Salir de Miri en avión
El Aeropuerto Internacional Miri (MYY) fue declarado recientemente el aeropuerto más concurrido de Sarawak. Tanto Air Asia como Malaysia Airlines operan muchos vuelos al día a todas partes de Malasia. Tiny MASWings vuela a zonas rurales y al Parque Nacional Gunung Mulu.
Lo normal es hacer el trayecto Kuching-Miri en cualquiera de los sentidos en avión porque el precio no es excesivo y porque se ahorra muchísimo tiempo.
También se suele tomar el avión para cruzar de la región de Sarawak a la de Sabah por las mismas razones.
Y si la visita es a Brunei, lo mejor será salir del país y coger un vuelo desde Miri, ya que el precio es bastante más económico.
Nuestros billetes con Air Asia desde Kuching a Miri nos costaron 60€ por persona e incluía equipaje, selección de asientos y comida, en una oferta que lanzaba la compañía aérea. Los compramos el día anterior al desplazamiento.
El vuelo tarda no más de 1 hora en hacer el recorrido.
Al llegar al aeropuerto, para llegar al centro, es posible tomar un taxi por una tarifa fija de 25 RM (5€), o bien, que fue la opción nuestra, tomar un Grab Car por el que pagamos 12 RM (2,5€), justo la mitad.
14 comentarios
Me ha encantado la anécdota del señor desdentado del mercado, es taaannn entrañable. Quitando el hecho de que te quisiera estafar, lógicamente eso no está bien, pero con esa estampa el timo parece menos timo. Estas cosas son las que hace que adore viajar. Gracias por compartirlo con nosotros.
Un abrazote,
Alicia
Ay Alicia, los viejecitos en lugares así tan pobres me enternecen hasta el fondo del corazón. Siempre nos fijamos en los niños, pero creo que no reparamos de igual manera en los ancianos y personalmente me dan una pena tremenda. El señor de los plátanos me miraba con una sonrisilla de «jejeje» ¡No podía contenerse! Pero igual era la primera venta que hacía en el día y la verdad es que ya era casi la hora de cerrar. Así que me hice la guiri y dí gracias a Dios por… todo.
Un abrazo.
La de anézdotas que vives Macarena!! Me parece que este viejecito hace lo mismo con todo el turista que ve, la verdad es que timos como este se pueden llevar. Un beso y feliz semana
No sé Vicenta. La verdad es que era un lugar no muy concurrido turísticamente. A mí me dio una pena horrible, así que «me dejé timar».
Un besito
¡Hola, Macarena! Completita la entrada de hoy, aunque el detalle que más me ha llegado ha sido el de ese «desdentado» timador. Desde luego que, si nos timan, al menos que sea con gracia. Un abrazo!!
Ay pobre, David. El señor con su sonrisilla no podía contenerse de la alegría de haber podido timarme cincuenta céntimos ¡Qué pena! ¿Verdad? Yo me alegro de haberle contentado el día y haber sido, seguro, motivo de conversación en su casa.
Un abrazo!!!
Me he imaginado la escena de los plátanos, vaya con el viejecito, se las trae no? jajaja. Un beso
Pobretico, Asun. Me dio una pena a pesar de todo…
Un besito.
Hola Macarena! Muy buena información la que ofreces. El hotel se ve bastante bien por el precio que tiene y el mercado también, una buena opción para comer si estás allí aunque sea de paso o para hacer base como vosotros. La anécdota del señor mayor es adorable, sinceramente, para nosotros no supone prácticamente gasto y seguro que al señor le vino muy bien. A mi me encantan las personas mayores (puede ser que incluso más que los niños), así que yo estoy segura que hubiera hecho igual. Besos.
Pues estoy contigo, Verónica. Siempre se repara y se mira a los niños, pero creo que los mayores son los grandes olvidados de esta sociedad. A mí esta estafa me enterneció el corazón.
Un beso
Olvidé aceptar la casilla de privacidad al darle a publicar y me ha borrado el comentario, ¡qué mal!
Decía que aplaudo tu actitud en el caso de la estafa del señor mayor. La vulnerabilidad de los ancianos es conmovedora, eso lo sabemos bien quienes tenemos familaires cercanos de edad avanzada, pero pocas veces se ve desde ese punto de vista.
Respecto a Miri, según cuentas es el lugar de partida para muchas visitas interesantes, así que merece la pena tomarla como base en el viaje. Además la oferta de alojamiento y gastronómica parece variada y de calidad, así que no se puede pedir más. Muchas gracias por toda la información que nos ofrecéis, Macarena. Y por cierto, qué mayor y qué guapa está tu hija. No deja de llamarme la atención cuando sale en alguna foto. Ay los jóvenes que nos hacen viejos a los demás…
¡Un besazo y buena semana!
Ay mi Macarena chica, como yo digo. En esta foto no está muy favorecida y, además, la imagen es de 2018; si la vieras ahora ¡Madre mía! Bueno, la verás en breve por Facebook, que en nada nos vamos de nuevo Jejejejeje
Lo del señor de los plátanos, lo llevo en el alma ¿Sabes? Hace ya muchos muchos años, en Chequia, en la puerta de un mercado, había una señora viejecita viejecita que vendía unas hierbas. Supongo que porque no tendría otra cosa que vender. Yo era bastante más joven y no caí en comprarle todo el género de lo que fuera que estaba vendiendo; pero con el paso de los años no he podido olvidarla. Así que, desde entonces, intento ayudar a los ancianos que veo en mis viajes. Aunque eso no me quita la pena de aquella señora a la que podía haber ayudado y no lo hice.
Muchos besotes, Julia.
Cuando nos timan de esas maneras hasta nos sentimos bien. El plato se ve delicioso Macarena.
Un abrazo.
Un timo entrañable ¿Verdad?
Un fuerte abrazo, Laura.