La rafflesia, una de las flores más raras y grandes del mundo, fue lo que nos llevó en esta gran aventura hasta el Parque de Gunung Gading después de haber visitado a los orangutanes en Semenggoh.
He contado en entradas anteriores lo que había soñado con Borneo antes de emprender nuestro viaje. Estaba como una niña pequeña y no sé qué me hacía más ilusión si los orangutanes, los monos narigudos o la rafflesia; aunque en este último caso, no albergaba muchas esperanzas porque sabía que la rafflesia es de floración extremadamente rara y sería mucha casualidad que coincidiera con algún ejemplar durante nuestra visita a Sarawak.
De hecho, pregunté en el Centro de Información sobre Parques Naturales de Sarawak el día anterior a nuestra visita al Parque Nacional de Bako (dos días antes de poder verla) y me dieron una negativa por respuesta: No. No había rafflesias florecidas en el Parque de Gunung Gading.
Sin embargo, tras haber visto los orangutanes de la Reserva Natural de Semenggoh, pregunté a uno de los guardas del Parque que, con una amplia sonrisa, me contestó que había una rafflessia en floración desde hacía 48 horas. Así que, en lugar de dar una vuelta por Semenggoh, a donde habíamos ido principalmente para ver orangutanes, decidimos poner rumbo a Gunung Gading, el Parque Nacional de Sarawak que florece esta bella especie del mundo vegetal.
La Rafflesia
La Rafflesia es una de las flores más raras del mundo que sólo crece en la selva de Borneo, Sumatra, Java, Tailandia, Filipinas y la Amazonas Brasileña.
Su floración es extremadamente rara porque deben conjugarse un conjunto de circunstancias casi milagrosas.
La rafflesia es una “flor parásito” que se desarrolla en el interior de una especie de vid llamada parra Tetrastigma. Para ello, la planta debe infestarse con el parásito que crea la flor. Este parásito crea brotes en las ramas que, en la mayor parte de las ocasiones, muere; pero en otras ocasiones, madura durante nueve meses hasta dar lugar a la flor. Esta flor, sin embargo, es efímera y sólo vive entre cinco y siete días.
Aunque no es la flor más grande del mundo, sí que es la segunda mayor especie, pudiendo llegar a pesar unos 10 kilos.
La rafflesia no tiene hojas ni tampoco tallo, y además no realiza la fotosíntesis. Poseen cinco o seis pétalos y su textura es carnosa; pero aunque dicen que su olor es insoportable, al menos la que yo pude ver y oler no olía a cadáver o a podrido como dicen. Es verdad que huele distinta, pero ni mucho menos es ese olor pestilente que muchos han descrito.
Debido al olor que dicen que despide, muchos la denominan erróneamente “la flor cadáver”, el nombre que en realidad se le da a la que sí es la flor más grande del mundo, la amorphophallus titanium. Y no está claro si las flores desprenden olor para atraer a los polinizadores o si el olor es producto de la descomposición de los pétalos que quedan reducidos a un material fangoso y negro después de unos cinco o seis días.
Para reproducirse, los polinizadores (las moscas generalmente) llevan el polen de una flor a otra, teniendo que darse la circunstancia que haya más de una en flor, claro. Y para hacer las cosas más complicadas, los insectos no sólo tienen que ir de una flor a otra, sino que deben polinizar una flor de sexo diferente. Además de este factor, existe un desequilibrio constatado científicamente, que es una floración mayor de rafflesias masculinas.
Todos estos factores, junto a la necesidad de un hábitat específico y la continua destrucción de los mismos, a lo que se añade la recolección de las yemas de las vides para tratar la infertilidad como método de medicina tradicional, hace peligrar esta rara especie protegida en parques naturales del Sudeste Asiático, como éste de Gunung Gading.
Pero para alegría de botánicos y amantes del mundo natural, se ha conseguido clonar la flor con éxito dentro de su hábitat en Borneo, lo que constituye un avance más que alentador.
Y solo me queda decir que es la flor símbolo de la región malasia de Sabah (también de Surat Thani en Tailandia) y aparece en los billetes de 10 RM.
Nuestro camino desde Semenggoh a Gunung Gading
Para poder llegar al Parque Nacional de Gunung Gading desde Semenggoh, que era donde nos encontrábamos, había que desandar el camino hasta la Estación de Autobuses de Kuching Sentral y tomar allí un autobús a Lundu, para luego coger un taxi. El trayecto completo nos iba a llevar casi tres horas con las esperas, así que decidimos hacer el los 100 km. en grab car.
El conductor que vino a recogernos era un auténtico sinvergüenza. El trayecto costaba 111 RM (24€), pero al llegar nos cobró 8€ (39 RM) más porque “se acordó” que sería difícil coger pasajeros de vuelta.
El caso es que se pasó todo el camino (1 hora y cuarto) dando por saco con la vuelta e intentando negociar el devolvernos a Kuching. Yayo se ponía negro por minutos, así que al llegar, le dije que le pagara sin discutir y que nos dejara en paz de una vez para no amargar el emocionante día que estábamos pasando.
Lo increíble fue que, al salir del Parque ¡Estaba allí esperándonos! Que fue cuando Yayo se terminó de enfadar y bueno…
Decidimos recorrer andando los tres kilómetros que separan el Parque Nacional hasta la Estación de Lundu, pero comenzó a llover como sólo en Asia sabe hacerlo. De pronto, nos paró una furgoneta de reparto de butano y se ofreció a llevarnos; así que allí terminamos: sentados sobre las botellas.
Al llegar a la estación, a eso de las dos y cuarto, tendríamos que esperar hasta las cuatro y media para que saliera el último autobús que te deja próximo a Kuching en el que, mojados, pasamos un frío mortal durante las dos horas que duró el trayecto.
Durante la espera, nos refugiamos en uno de los pocos bares/restaurantes de la plaza del pueblo donde no podíamos comunicarnos en idioma conocido para pedir algo de comer. Yo le dije a la chica que quería noodles y me dijo ¿crispi? Y como le contesté que sí, me puso de comer una bolsa de esas de noodles crudos (sin cocer) con un huevo aceitoso encima. Menos mal que Yayo y Macarena pidieron arroz.
Llegamos a Kuching Sentral a las 18:30 horas y nos dijeron que ya no había ningún autobús al centro, así que cogimos un grab car que nos costó 15 RM (3€).
Cómo llegar a Gunung Gading, de verdad
Lo primero que hay que hacer es ir desde Kuching hasta la Estación de Autobuses Kuching Sentral que está a las afueras. Lo mejor es que preguntéis desde qué parada de Kuching se cogen los autobuses y cuál es el que hay que tomar.
Desde Kuching Sentral, hay que coger un autobús a Lundu que tarda aproximadamente 2 horas y cuesta 12 RM por persona (2,50€).
Y por último, desde la Estación de Lundu, hay que coger un coche que te acerque al Parque.
La vuelta se acuerda previamente con el conductor teniendo en cuenta que el último autobús a Kuching sale a las 16:30 y que ya no habrá autobuses desde Kuching Sentral a Kuching.
Parque Nacional Gunung Gading
Horarios y Precios
Gunung Gading abre de 8:00 a 17:00 horas y la entrada cuesta 20 RM (4€) adultos, 10 RM (2€) Discapacitados y 7 RM (1,5€) niños a partir de 6 años.
Lo normal es que haya que contratar al llegar los servicios de un Guía 30RM (6€) que te guíe a través del parque para ver la rafflessia en floración; pero cuando fuimos nosotros, la rafflesia en flor se encontraba a tan solo 300 metros de la entrada, con lo que pudimos verla solos ¡Y menos mal que estaba cerca! Ni os podéis imaginar la de mosquitos que allí había. Horrible.
El Parque Nacional, a diferencia del de Bako no tiene servicio de restaurante ni venta de bebidas, por lo que hay que llevarse todo lo que uno necesite, sobre todo, repelente y agua.
Alojamiento
Como en el resto de Parques Nacionales de Sarawak, es posible pasar la noche en cabañas, y las de este parque están estupendas.
Sólo hay dos cabañas de tres dormitorios: Uno con cama king size y dos dormitorios con dos camas individuales. Además la instalación posee cocina, sala de estar y barbacoa. El precio por noche es de 150 RM (32€) + la tasa turística de 10RM por habitación y noche.
Además, existe un albergue con literas en habitaciones para dos personas que cuestan 40 RM (8,5€) o 15 RM (3€) una sola cama y camping que cuesta 5RM (1€) por persona sin el equipamiento de campaña.
Otras atracciones de Gunung Gading
Aunque nosotros solo fuimos a observar la rafflesia –y menos mal porque los mosquitos hubieran terminado devorándonos-, el Parque Nacional de Gunung Gading posee otras atracciones.
Los diseñadores del parque lo idearon para que los visitantes pudieran disfrutar de su ecosistema pero sin dañarlo, por lo que se han construído senderos de madera para que el público no dañe los frágiles brotes de rafflesia que podrían encontrarse en el suelo del parque.
Las 7 cascadas
Existe un sendero, cuyo recorrido previsto es de una hora u hora y media, en el que se puede llegar a disfrutar de siete cascadas, alguna de ellas aptas incluso para el baño; aunque yo, no me fiaría.
Cumbre de Gunung Gading
En el parque existe un pico de 965 metros de alto que es posible coronar a través de una caminata a través de la selva.
Restos de la Guerra
En el interior del Parque también existe un helipuerto, un tanque de agua y alambres de espino recuerdos de la guerra.
Batu Berkubu
Fue un campamento base comunista durante la insurgencia. Muchos le llaman la cueva, aunque realmente es una gran roca para refugio que se encuentra entre los árboles.
26 comentarios
Jajajajaja ay Macarena, te pusieron noodles sin cocer?? jajajaja y como pretendía esa muchacha que te comieras eso por dios? es que me ha hecho mucha gracia… Vaya flor rara! pero la verdad es que a mi me da un poco de grimita, no te lo voy a negar… Nunca he sido muy de flores (se me seca hasta el romero, con eso te lo digo todo) así que no entiendo mucho, pero la verdad es que tiene que ser increíble ver algo que sabes que es dificilísimo ver. Besos.
Pues ya ves, Verónica. La chica me vino a decir… «Tú lo que quieres son crispis» Todo eso en un idioma muy raro del que lo único que entendí claramente fue lo de los crispis. El plato era eso, el contenido del interior de un paquete cuadradito, allí, encima del plato con un huevo frito. Y ya sabes que yo no es que sea comilona, pero después de la selva, te puedes imaginar el hambre. Jijijijijiji Besitos
¡Qué maravilla de flor exótica! No tenía ni idea de su existencia, pero gracias a tu espléndida información ya puedo irme a dormir sabiendo una cosa más… ja,ja,ja Y lo mejor fue la suerte que tuvisteis de poder verla así en directo y además fotografiarla para nuestro deleite, pues seguro que muchos no podremos tener dicha posibilidad.
Ni qué decir tiene que me ha dejado asombrada toda la información complementaria y de carácter botánico de la rafflesia y lo mejor que ya han podido clonarla en su hábitat.
Bueno la anécdota del regreso del parque con ese pillo del conductor ¡menudo sinvergüenza! en ese camión de bombonas de butano, no se os olvidará nunca y mira que lo siento.
Algo complicado veo el transporte, ya que hay que ajustar vehículos diferentes con horarios también complicados para no perder el tiempo entre unos y otros, En fin, que si te dan mal de comer es el colmo!!!
Se nota que le echáis paciencia e ilusión, porque la cosa no es nada sencilla, pero bueno, la experiencia viajera y el espíritu aventurero están asegurados con vosotros.
Un placer haber descubierto estos dos encantadores parques asiáticos.
Un besazo, Macarena y mil gracias por tus encantadores comentarios.
Sin duda, Estrella, lo más complicado de Borneo es el transporte. Piensa que cualquier camino atraviesa la selva (o lo que queda de ella).
Respecto a la rafflesia, me hacía una ilusión enorme, y ¡pude disfrutar de verla en floración! Me considero una persona con suerte por ello.
Y, bueno, ya ves lo bien que me tomo cualquier tipo de experiencia. Yayo lo lleva un poco peor y se pone nervioso. Me dice que un día vamos a terminar solos en medio de la nada hasta que alguien se apiade de nosotros; pero yo siempre confío en «la divina providencia» y hasta ahora no me ha ido mal.
Muchos besos Estrella.
Pues no sabía nada sobre la flor y que curioso la manera en la que se forma, ciertamente bonita, lo que se dice bonita no diría que es, pero realmente impresiona el tamaño. Un beso
Es una rara curiosidad Asun. Además es maciza: bastante gordota. Fue más que chulo poder verla en flor.
Un besazo
No había oído hablar de esta rarísima flor y me ha encantado. Ay que ver las cosas que llega a hacer la Naturaleza cuando se pone en ello. Al pronto, por el aspecto, me ha recordado a algunos cactus que también dan una especie de flor, pero desde luego las condiciones que se necesitan para que el proceso llegue a buen puerto con la rafflesia no tiene nada que ver. Qué emocionante que pudiérais verla y además tan cerquita de la entrada.
Debo de ser una cotilla incorregible, porque me he quedado con las ganas de saber qué le dijo Yayo al «fresco» del conductor jajajajjaa.
Un besito enorme, Macarena, y gracias por enseñarnos siempre cosas tan interesante.
Jajajajajaja No mucho, Julia, no creas, que yo soy de las que deja pasar las cosas ¿Para qué perder el tiempo discutiendo si esa discusión no te lleva a nada? A Yayo esas cosas ni te imaginas lo que le molestan, pero yo no suelo buscar problemas cuando ando tan lejos de casa, así que lo convenzo y le cambio de tercio.
Y la rafflesia, menos mal que andaba cerca, porque los mosquitos me acribillaron en el tiempo que tardamos en llegar y verla. Que no entiendo yo como se abren paso entre el sudor de la piel empapada.
Un besote enorme
Chula la flor Macarena. Me gusta más que los orangutanes. La de cosas que aprendo contigo!! La verdad es que no la había visto nucna y me llama la atención lo que puede llegar a pesar, como para tenerla en una maceta!! Un beso
Jajajaja ¿Te imaginas? Pues oye, si se deja en la terraza sería un buen remedio para que las moscas no entren en casa jjjjjjjj
Un besazo, Vicenta.
Como me gusta la naturaleza, los parques naturales siempre visito en cualquier lugar nuevo, bellas fotos <3
Genial que te guste, Kinga. Un abrazo
La Rafflesia es genial. Espero que la pueda ver en el futuro, feliz finde ♥
Te encantará Kinga. Un abrazo!!!
Madre mía. La flor es espectacular, pero me recordó casi a uno de esos huevos de Alien que cuando te acercas te salta el bicho a la cara, ja, ja, ja… O si metes la mano te la coma. Desde luego que su apariencia viene que ni pintada para estas fechas de Halloween.
Viendo la vegetación, esa flor… es como si hubierais viajado al Centro de la Tierra que imaginó Verne. Una entrada estupenda, Macarena. Un abrazo!!
¡Eres increíble, David! Pero sí, visto con tus ojos literarios, es fácil imaginar la experiencia tal y como la cuentas.
Me alegro que te haya gustado y hayas podido hacer tu remake jejejeje
Abrazos.
Sabes una cosa Macarena?,… Norte es buena persona por naturaleza y cuando tiene una aventura que sabe que puede causar desazón, envidia, animosidad, resentimiento,… ENTONCES NO LA PUBLICAAAAAA!!
Me ha encantado!
Jajajajjajaja La próxima vez, intentaré enviar primero el borrador a Norte para que le dé el Visto Bueno y saboree todas las imágenes en primicia Jajajajajaja
Me acordé muchísimo de ti en este viaje. Te lo vengo diciendo en todas las entradas y ¿Sabes qué? Sé que con ellas te vas a animar y un día me contarás cómo la has vivido tú. O ?Quién sabe? Igual quedamos para ir juntos.
Un abrazo grande.
Vaya descubrimiento nos haces hoy. Esa rara flor tiene todo un «embarazo» de nueve meses para salir a la luz. Trabajo tiene para sobrevivir en un terreno tan reseco. «Listillo «el conductor, de esos sueles encontratr en muchas partes del mundo, lo mejor pasar de ellos aunque nos de rabia.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Es una auténtica pasada, Laura. La verdad es que me hizo muchísima ilusión verla en floración porque siempre me causó curiosidad.
Un besito
Macarena, que flor más curiosa nunca había visto algo así. Lo que me llama la atención que no tienen hojas ni brotes, será porque es una
plantas parasitas. Gracias por compartirla.
Feliz Domingo! Besos.
Gracias a ti, Cristina. Me alegro que te guste. Besos
Vaya suerte Macarena y qué envidia, esa flor es espectacular aunque el nombre por el que dices que es conocida da un poquito de grima… si ese es su olor y lo de los mosquitos me ha parecido terrorífico, a mi mosquito que hay me pica, así que no quiero ni pensar en un lugar así.
Desde luego entiendo un poco a Yayo aunque tu actitud es mucho más práctica.
Besotes guapa
Jo Conxita, pues en Borneo se iban a «poner morados» contigo. Para mí fue sin duda lo peor de la Isla. En Asia me suelen picar mucho, a pesar de que me ducho en repelente; pero lo de Borneo es criminal. Además, es que los ves y los espantas, pero se quedan ahí, chupando, chupando, chupando,…
Y la rafflesia es una auténtica pasada. Me siento una persona con suerte de haberla podido ver porque, antes de ir, siempre había querido verla. La primera vez que supe de ella en un documental, me causó tanta curiosidad que sabía que algún día tendría que buscarla ¡Y así ha sido!
Muchos besos
¡Olé! ¡Menuda información amplia sobre la reflexia! y con lo que a mi me gustan las plantas…
Un disfrute de post, Macarena. La verdad es que esta planta es espectacular aunque solo sea por lo rara que es. Me hubiera gustado conocer las 7 cascadas. El sendero es encantador.
Un abrazo.
No sé yo, Carmen, si te hubiera gustado ese paseo por la selva con tanto mosquito, de verdad.
Ahora que por ver la rafflesia a mí sí que me mereció la pena las decenas de picaduras que me llevé de este Parque ¡Menos mal que la que estaba en flor se encontraba cerca de la entrada!
Es una flor muy curiosa ¿Verdad?
Un besazo, Carmen.