Bab Agnaou es la puerta que da acceso a la parte de la Kasbah de la Medina de Marrakech y es una de las más bellas de toda la ciudad. Ya que se trata del lugar más fácil para llegar hasta las Tumbas Saadíes y el Palacio El Badi, le dedicamos esta entrada para que, cuando visites la Marrakech, quieras contemplarla.
Las Puertas de Marrakech
La Medina de Marrakech, se encuentra rodeada por una gran muralla de origen defensivo con diecinueve puertas de acceso.


La palabra “Medina” designa, en los países de tradición árabe, a la parte antigua de la ciudad; aunque en su origen era la ciudad en sí misma o, en todo caso, el núcleo principal de las ciudades.
La de Marrakech mide 19 kilómetros de perímetro y alberga 600 hectáreas en su interior. Posee entre 8 y 10 metros de altura y su espesor oscila entre el metro y medio y los dos metros. El interior se comunica con el resto de la ciudad a través de 19 puertas o Babs, entre las que destaca la almohade Bab Agnaou por ser la más bella de todas.
Bab Agnaou, la Puerta del Sur
Bab Agnaou data del siglo XII y era la entrada a la kasbah en la parte meridional de la Medina. Es la única puerta sin restaurar que ha quedado de los almohades en Marrakech.


La palabra “Agnaou” se cree que proviene del término “Agnaw”, de la misma familia semántica que “Gnaoua”, y designaba a hombres sordos y mudos, término usado para designar a los no bereberes (gentes que no pueden entender ni hablar el idioma), como los negros del África Subsahariana (o la tribu de los Gnaouas del Tafilalet). Se adoptó este nombre, por tanto, en referencia a la ubicación de la puerta, que mira al Sur, al África Subsahariana, a la “tierra de los negros”.
Hay quien, sin embargo, determina que la palabra significa “carnero mudo sin cuernos” y que la puerta fue denominada así después de haber perdido las dos torres que la flanqueaban.


La construcción de puerta fue sobriamente ornamentada por los almohades. La entrada, un arco de herradura, está adornada con una fachada en la que existe una composición en piedra y ladrillo y está decorada con inscripciones coránicas y motivos florales y geométricos.


Es muy grande y cuenta con decoraciones simples, distinta a las puertas de las dinastías posteriores, que tienden a estar cargadas con azulejos y columnas decorativas, como ocurre en Mekines.
Construída con piedra azul grisácea, se ha tornado del tono actual por la acción de los vientos arenosos del desierto. No obstante, hasta en eso reside su belleza.


Bab Agnaou fue restaurada en una ocasión a finales del siglo XVIII y su abertura se redujo en tamaño.
Visitar Bab Agnaou es gratis, pues no deja de ser un elemento arquitectónico funcional de la ciudad. Se encuentra en la calle Oqba Ben Nafaa y se tardan menos de diez minutos en llegar hasta allí andando desde la Plaza de la Jemaa.


16 comentarios
Es la mejor ❤
La verdad es que es muy bella.
Realmente impresionante, si ahora es así de bonita en sus inicios debió ser increíble. Un beso
A mí me encanta Marrakech, por no decir que es uno de mis lugares preferidos del mundo, así que ¿Qué te voy a decir yo?
Un besito
Con lo que me gustan a mi las puertas!!! Y esta en particular mucho más, el hecho de saber que no está restaurada hace que tenga más encanto, por lo menos para mi.
Llevas razón, Alicia, en que muchas veces las restauraciones no hacen más que empeorar una joya histórica. Y no hablo del Cristo de Borja jajajajjajaja. Es bonita, sí.
Un abrazo!!!!
Impresionante y preciosa al mismo tiempo. Me ha gustado saber muchas mas cosas sobre ella. Un beso y feliz semana
Gracias Vicensi. Me alegro que te haya gustado Bab Agnaou y las informaciones que proporcionamos.
Un besito
Cuando se escucha aquello de que viajar es cultura, pienso que solo es así cuando se «viaja» y no solo se hace turismo. Viajar es hacerse fotos, pero es sobre todo aprender y comprender lo que se nos muestra. Como haces con entradas como esta. La puerta es una preciosidad, pero también me ha llamado la atención el significado de su nombre. Esa designación de sordos y mudos para los extranjeros. Viajar es precisamente curar esa mudez y esa sordera para otras culturas. Un fuerte abrazo, Macarena!!
Ay David ¡Qué bonito lo dices!
Mira, hace poco, he tenido una pequeña «crisis bloguera» porque me sucede frecuentemente que, cuando busco informaciones viajeras en otros blogs, al final termino en una página especializada para dar explicación a determinadas informaciones que me intrigan. Así que pensé «Quizá me estoy equivocando en cómo realizo mis relatos». Y lo he estado pensando hasta que he vuelto de Semana Santa. La conclusión ha sido que… no sé si lo contaré «al uso» o no, pero es sólo mi forma de viajar. No puedo hacerlo de otra forma y, por ello, no puedo contarlo de otra manera.
Me ha encantado tu comentario. Muchas gracias!!!!
Es una puerta imponente y realmente hermosa, Macarena, y qué curiosas las diferentes teorías acerca del origen de su nombre. Ambas tienen su razón de ser, como tú tan bien nos has explicado, así que cualquiera sabe 🙂
Una ventaja que visitarla sea gratis. Supongo que no podía ser de otro modo tratándose de una puerta de acceso a la ciudad.
Un beso de martes, guapa, y gracias como siempre.
La puerta es preciosa, sí, pero yo creo que esas pequeñas cosillas de su etimología, en este caso, o de las historias y leyendas que adornan un lugar los hace más interesantes. Creo que tomé esa costumbre desde que comencé a viajar con Macarena, que demandaba una explicación sobre todo. Con el tiempo, todo tiene que tener un «algo» para hacerlo más llamativo aún.
Un besito, Julia. Muchas gracias
Fantástica Macarena!,… serena, hermosa y monumental,… me ha encantado… también el estudio etimológico.
Gracias Norte. Por supuesto que me alegra. Un abrazote!!!!
Pues a pesar de su simplicidad decorativa comparada con otras claro, me parece impresionante…
Desde luego que merece la pena contemplarla y por su puesto atravesarla.
Lo que no sé es con cual de las dos opciones sobre el nombre me quedo mmmm pero me gusta mucho saber esas cosas, a veces de donde viene el nombre de algo es realmente curioso. Besotes!!!
Pues yo creo que a mí me gusta más la de «Los Gnawas» en referencia a «los hombres negros que vienen del Sur».
También creo que a veces lo siempre es lo más bello. Recuerdo la primera vez que fui a Asia y quería volver a casa ya cansada de tanto «recargameniento» en la ornamentación de todo lo que miraras. Incluso las cosas estaban como «apiñadas» en las calles, en las tiendas y en los restaurantes. Mi única tabla de salvación eran las habitaciones de hotel, excepcionalmente simples.
Ahora, ya ves. No sé si será cuestión de madurez o de edad.
Besazos