El Cromlech de Mzora, también conocido como “Círculo de Larache”, está situado a 25 km al este de Larache y a 15 al sureste de Asilah. Se trata del único monumento megalítico de Marruecos, aunque no es el único vestigio que podemos encontrar en el país de la Prehistoria, pues, además de los grabados y pinturas rupestres, en el interior de Marruecos se encuentran decenas de túmulos neolíticos. Mzora, en bereber, se traduce bellamente como “la visitada”.
Los cromlechs
Un cromlech es un monumento megalítico formado por menhires introducidos en el suelo para formar, en su conjunto, una forma circular o elíptica.
La palabra cromlech deriva del inglés y significa “piedra plana colocada en curva” y, aunque la palabra, en inglés, se usa para dólmenes, en francés y castellano, su uso es el de “círculo de piedras”.
Debido a la ausencia de fuentes escritas sobre estos monumentos prehistóricos, los investigadores han interpretado que, originariamente, se trataba de monumentos funerarios que rodeaban a los dólmenes y túmulos, más tarde sin embargo, pudieron convertirse en monumentos sagrados y, en algunos casos, sirvieron como templos.
Los cromlech son menos frecuentes que otro tipo de monumentos megalíticos y la mayoría, están datados en la edad de bronce. Existen círculos de piedra en casi todo el mundo, pero en el África Occidental, sólo pueden encontrarse en Senegal y Gambia -Sine Ngayène, Wanar, Wassu y Kerbatch – y aquí, en Marruecos, en Mzora.
El cromlech de Mzora
Fue César Luis Montalván quién llevó a cabo las excavaciones que, en Mzora, entre 1935 y 1936, sacaron a la luz el cromlech. En los trabajos se encontraron restos mortales incinerados, una espada de hierro, un arma de acero con inscripciones, conchas de tortugas, puntas de lanza y algunos objetos de alfarería. Pero la labor del investigador español fue interrumpida por la Guerra Civil y su arresto por el General Francisco Franco.
Las labores de excavación e investigación en la zona fueron retomadas posteriormente y, en 1980, una cooperación auspiciada por el gobierno de Marruecos entre científicos marroquíes y una Misión Prehistórica Francesa terminaron de dar forma a las conclusiones a las que había llegado Montalván cincuenta años atrás.
El centro del conjunto de Mzora es un túmulo en cuyo interior parece que hubo una cámara funeraria. El montículo, de forma elíptica, mide 58 metros de diámetro de este a oeste, y cuatro metros menos de norte a sur. Su punto más alto tiene 6 metros y se encuentra rodeado por 167 monolitos de diversos tamaños, aunque el más alto, “el Uted” (el mástil), mide 5,34 metros.
Los investigadores datan la construcción del círculo de piedra en la Edad de Hierro –entre el III y IV milenio a.C.- y, según la leyenda, aquí es donde se encontraría la tumba del gigante Anteo después que Hércules le diera muerte; no obstante, se cree que el centro del cromlech fue reutilizado en el siglo III a.C. como panteón megalítico de algún rey indígena.
Dicen que el Cromlech de Mzora, por sus características y las herramientas usadas en su construcción, podría pertenecer a la misma cultura que construyó los sitios megalíticos de Francia, Gran Bretaña o Irlanda porque los cálculos numéricos empleados en Mzora (el triángulo rectángulo de Pitágoras con la relación de 12, 35, 37) son los mismos que los empleados en las construcciones británicas.
Hubo un tiempo en que Mzora estuvo abandonada a su suerte y muchos habitantes de la zona utilizaron los megalitos para fines domésticos, hoy día, gracias a Dios, la zona se encuentra acotada y con un guarda a su cargo.
La visita
No es difícil llegar hasta la zona del Cromlech de Mzora desde que se asfaltó la carretera de acceso. Por el camino, ya comienzan a atisbarse las primeras piedras del mismo tipo que las utilizadas en los menhires de Mzora.
Al llegar al círculo de piedras, un pequeño muro con una verja de hierro acota la zona. Tocamos el claxon. Parece que no hay nadie. Bordeamos el muro y, al poco, nos sale al paso un señor muy mayor con parkinson que nos abre la cancela para posibilitarnos el acceso. Con su gorro de paja y su bastón, no se despega de nosotros durante nuestra visita, pero no nos dice nada. No habla español. Nos deja curiosear, hacer fotos, tomarnos todo el tiempo del mundo y, finalizada la visita, nos pide 50 Dh por persona, 15€ que por supuesto no pagamos porque, hasta en estas cosas, hay que regatear en Marruecos; y es una pena porque el precio del acceso a estos lugares debería estar tasado. Terminamos pagando 50 Dh por los tres.
Por suerte, Mzora ha dejado de ser un lugar abandonado, para terminar convirtiéndose en un lugar, que sin ser para nada turístico, ha captado la atención de las autoridades marroquíes que se han empleado en protegerlo frente al abandono y los expolios del pasado.
Durante nuestra visita al Cromlech hicimos un video que también puedes ver en este mismo blog.
12 comentarios
No sabía que había monolitos en Marruecos. Me ha gustado mucho tu entrada, la verdad es que con tu información estoy descubriendo un Marruecos muy interesante!!
Un besote guapa!!
Ay María, muchas gracias, de verdad.
En realidad, lo cuento todo en la entrada. No me he guardado nada porque es algo muy curioso. No es un lugar muy conocido porque, hasta hace poco, el acceso era muy malo. Pero ahora se puede llegar hasta allí cómodamente. Aún así, es un lugar que se saltan todos los tours organizados y los viajeros con falta de tiempo, por eso si vas por tu cuenta, seguramente estaréis solos en la visita.
No es Stonehege, pero aseguro que tiene más encanto aún.
Un besote
Te digo lo mismo que María Delagado,… ni idea,… jamás pude imainar que existiesen monumentos megalíticos en Marruecos,… me ha encantado,… y por supuesto, cuando vuelva a Marruecos me tendrás que pasar unos apuntes de como regatear en los museos,… bueno y en cualquier otro lugar. Ya te adelanto que jamás regateo, si me intersa entro, sino me voy,… como puedes ver, «un pardillo»
Jajajajajajaja ¡Eres genial Norte! Nunca me espero tus comentarios.
Yo creo que lo más sensato será que un día dedique una entrada al regateo, pese a que es una cosa que me gusta poquísimo. De verdad que me encantaría que, en los países a los que viajo, los museos cobraran entrada (algunas veces ocurre), los taxis pusieran el taxímetro, las tiendas pusieran etiquetas en los productos, o los hoteles los precios en la puerta; pero como no es así, hay que adaptarse. Pero a mí me resulta agotador porque, entre la sordera de Yayo y que Macarena es pequeña, siempre me toca a mí discutir los precios. En este lugar concreto, el precio era un poco lógico: si en Marrakech, por ejemplo, pagas entre 10 y 20 DH por entrar a los Palacios, aquí que no llega ni Perry no pueden pedirte 50 Dh por persona para entrar. La verdad es que muchas veces, al regatear, me debato entre la pena que me da la otra persona y la rabia de sentirme timada, con lo cual se trata de buscar un equilibrio ¿No?
Lo dicho, Norte, un día haré una «Guía completa del regateo».
Un abrazote!!!!
No tenía ni la más remota idea que hubiese cromlech en Marruecos, vaya flipe. Enhorabuena Macarena por este magnífico reportaje, me ha encantado y he aprendido mucho. Un abrazo desde Cantabria.
Muchas gracias Germán. Me alegro que te hayan gustado el sitio y la entrada; ya sabes que siempre te digo que cruzar el Estrecho lleva 45 minutos tan sólo y merece muchísimo la pena. Con unos pocos días, se pueden ver muchísimas cosas interesantes.
Un abrazote!!!!
No sabía de este enclave en Marruecos pero la verdad es que siempre me han causado mucha curiosidad este tipo de construcciones de las que se han hecho muchas hipótesis y pero que al final de todo seguimos sin saber porque lo hicieron. Un beso
Pues Asunción, coincidimos en opiniones. A mí los lugares de la Prehistoria me fascinan, pero claro, no fue hasta la invención de la escritura por el ser humano cuando podemos estar al tanto de lo que le pasaba al hombre por la mente en aquellos tiempos.
Un besazo
Me encanta. Adoro todos los conjuntos prehistóricos, estremece pensar que allí mismo, miles de años atrás, había humanos como nosotros que estaban iniciando nuestra civilización. Sin duda, estos enclaves tienen una fuerza especial. Menos mal que este en concreto ha empezado a cuidarse y darle la importancia que se merece. Son tesoros cuya pérdida sería irreparable. Un abrazo, Macarena!
Yo también creo poder ver y admirar la magia de estos lugares, sobre todo porque mi pequeña mente ignorante no acierta a entender las técnicas, la metodología y el significado de algunas construcciones megalíticas. Quizás sean sólo obras para ser contempladas ¿Quién sabe?
En Mzora han llegado a tiempo, gracias a Dios, espero que siga siendo así con todos las grandes joyas que aún conservan muchos lugares inhóspitos del mundo.
Un abrazo!!!!
Muy interesante. No había oído hablar sobre este lugar. Gracias por compartirlo.
Gracias a ti Florencio. Todo un placer.