Al Norte de Erfoud, en la ruta de Errachidía, se encuentra la Kasbah Maadid, aunque en realidad se trata de un ksour o conjunto de kasbahs habitadas, dicen, desde hace más de seiscientos años.
Maadid, de planta rectangular, es el mayor conjunto arquitectónico de toda la región del Tafilalt, aglutinando cuatro barrios separados por murallas.
En 1968, Maadid fue objeto de un plan de mejora de las condiciones de vida de sus habitantes que financió la FAO y, por ello hoy día, continúa plenamente habitado.
Con tres accesos a la carretera principal, el mayor de ellos reconstruído en hormigón, Maadid es un lugar que impone al viajero. Es de esos sitios donde un extranjero se sigue encontrando extraño porque son pocos quienes lo visitan. Y es que el ksour se encuentra fuera de los circuitos turísticos de la zona, lo que hace que el foráneo se pregunte si se trata de un lugar con encanto, como en realidad es, o un laberinto en el que perderse y encontrarse sometido a determinados peligros.
La parte externa del ksour parece un barrio marginal de esos que existen en todas las ciudades del mundo ¡Nada más lejos de la realidad! Por la noche es un lugar oscuro, pero por el día un lugar animado lleno de niños y mujeres que se afanan en sus tareas cotidianas.
La fortificación se corresponde con la misma estructura arquitectónica que podemos encontrar en otros ksours del Tafilalet, como el Khorbat: debido a las luchas tribales que, durante siglos, caracterizaron la Historia de esta zona del desierto, los pueblos se amurallaban, protegiendo a la población en el interior frente a los asaltos. De ahí la ausencia de ventanas en los niveles más bajos y la carencia de más salidas exteriores que las establecidas en el trazado urbano del ksour.
Además, debido a la climatología del desierto, sus calles –callejones- se encuentran cubiertas y las casas se ubican en la parte superior, dejando pozos de luz de cuando en cuando. Esta disposición de las estructuras permite una cierta protección frente a las tormentas de arena y proporciona fresco en verano y calor en invierno. Además, la parte inferior era –y sigue siendo- usada para albergar los corrales de los animales domésticos que proporcionan, además, calor a los pisos superiores.
A diferencia de El Khorbat, recientemente restaurando y promocionado como un lugar ecoturístico, Maadid es más auténtico, pues conserva en sus pasadizos la realidad de una gran aglomeración de habitantes. Sus calles huelen a heno y al hedor que los corrales en uso suelen dejar en un lugar; y sus calles, poseen los baches y charcos normales que un piso de barro puede tener por el trasiego diario de cientos de personas.
En el interior no hay tiendecitas ni nada que invite a una visita turística: sólo corredores, casas, corrales de adobe, puertas y vigas en madera de palmeras, una mezquita, algunos baños públicos y un pequeño museo: Musée Tafilalet Dar Zauia, que no hemos visitado, pero intuimos, por lo poco que sabemos, que se trata de una pequeña muestra etnográfica de la vida en la zona.
Habíamos viajado decenas de veces a Erfoud, pero jamás nos habíamos planteado la idea de visitar Maadid, ni siquiera habíamos pensado que aquel barrio fuera un lugar visitable. Pero, un buen día, como por casualidad y animados por las recomendaciones de mis padres, decidimos conocerlo.
Los hombres del lugar te saludan al paso sin extrañeza. Mientras que las mujeres, cubiertas con su característico pañuelo negro que las oculta por completo, encuentran un motivo para el cuchicheo con las vecinas. Pero, como en cualquier lugar de Marruecos, son los niños los que hacen de la visita del extraño una auténtica fiesta.
La visita se inicia en la puerta principal accediendo al interior del ksour y, en poco tiempo, un reguero de niños se va uniendo a la ruta. No hablan, no piden nada, no arman mucho jaleo, sólo te persiguen, se ríen y hablan entre ellos. Es normal, pues ver a tres extranjeros en las puertas de sus casas haciendo fotografías, les parece de lo más gracioso.
Así que, si visitáis Erfoud y no tenéis mucho que hacer, podéis adentraros en los muros de Maadid y soprenderos con sus gentes y su curiosa arquitectura.
Y una última cosa. No hay que confundir la Kasbah Maadid de Erfoud con Maadid, la comuna de M´Sila, en Argelia, junto a la que se encuentra Al Qal’a o Kalâa de los Beni Hammad, una población del siglo XI cuyos vestigios fueron inscritos como Patrimonio de la Humanidad en 1980.
No obstante, los orígenes de ambos lugares podrían estar relacionados a tenor de la etimología de Maadid que, o bien podría provenir del mismo campo léxico que el de la civilización de los Hammadid, fundadores bereberes de la ciudad argelina, que extendieron su Imperio por el Norte de África en el siglo XI, y fueron derrotados por los almohades en el siglo XII; o bien del término madhi -el imán guiado- que servía para designar a los emperadores almohades que terminaron conquistando Maadid, en Argelia, y extendieron su poder en Marruecos, incluyendo la zona del Tafilalet.
Puedes ver cómo es la Kasbah Maadid por dentro en un video de otra de nuestras entradas.
16 comentarios
Qué maravilla. Me encanta! Estupendo post
Muchas gracias, Lee. Me alegro que te haya gustado. Besos
A veces lo mejor de una visita turística es encontrar algo que no está pensando para ser visitado por el turista :)) No tenía ni idea de que la madera de palmera sirviera para hacer vigas, pero parece muy conveniente. La verdad es que no estoy muy segura de que Maadid me gustara mucho, tiene un aspecto demasiado austero en su interior, pero claro, no lo he visitado. Supongo que todo tiene su encanto y que solo hay que saber verlo.
Gracias por otra entrada más detallada e interesante, Macarena.
¡Un beso enorme!
¡Hola Julia!
Impone ¿Verdad? La peculiaridad del sitio es que los ksours suelen tener calles entre las casas, pero no techadas. Lo que ocurre es que la climatología y los ataques de las tribus propiciaron este tipo de estructuras en el Tafilalt. Así que es una curiosidad arquitectónica.
He querido mostrar primero este lugar porque es «más austero» como bien dices, pero empezaré la semana con una estructura similar restaurada y más turística, aunque por ello, quizás menos auténtica a mi parecer.
Lo de las palmeras, pues sí, es curioso, pero claro, pensándolo bien… ¿Cuál es la madera disponible en un oasis?
Un beso, Julia. Gracias siempre por tu compañía.
Hola Macarena, quizás lo más destacable del lugar sea la propia pureza del mismo siendo un lugar más de viajero que de turista. Quizás el aparente descuido en las construcciones del lugar, o ciertas zonas cableadas, den una apariencia no tan bonita, como en otras poblaciones que habéis visitado. Muy interesante lo que explicas de la etimología del lugar, otra cosa aprendida, gracias por la labor.
Un gran abrazo.
¡Hola Miguel!
Qué bonito, Miguel. Describir el lugar como un sitio puro. Realmente lo es. Además, la arquitectura del lugar, aunque no única, es propia de esta zona de Marruecos y muy distinta a otros ksours monumentales del país, como Aid Ben Haddou.
De todas formas, te adelanto que la semana que viene veremos un lugar parecido, pero restaurado. Y aunque es una preciosidad, para mis ojos, no fue tan auténtico como Maadid.
Gracias a ti siempre. Un beso.
Hola Macarena,
la verdad es que esos callejones dan la impresión de poca seguridad. La climatología del lugar es la que realmente ha diseñado el trazado de las calles de Maadid.
Gracias por otro interesante post.
Besos.
Hola Carmen,
¿Verdad que sí? Pero ¡Qué va!
La arquitectura es realmente interesante y muy distinta del resto de kasars de Marruecos. Verdaderamente, merece la pena ver cómo es por dentro. Aunque, en la siguiente entrada mostraré otro lugar con igual trazado, pero restaurado.
Un beso. Y gracias.
Estos lugares tienen realmente una belleza muy especial. Un beso
Es un lugar increíble, Asun. Un beso
Hola Macarena, no se puede juzgar si conocer los sitios pero por las imágenes da un poco de respecto visitar cierto lugares. Pero no deja de ser un país con una historia rica, y con grandes tradiciones, su calles y su estructuras como tu dices, si lo protegen de el calor y el frío, cada uno sabe como tiene que vivir.
Besitos!!!
¡Hola Cristina!
El sitio, antes de entrar ¡Claro que impone respeto! Pero, una vez allí pues es… imagínate… una comunidad humana que vive con sus carencias en un oasis. No más. Pero, claro, una construcción así, tan distinta, pues es digna de conocer por dentro.
Un beso
Que entrada tan bonita,… un lugar auténtico, sin turista…
Y las fotos que has subido son espectaculares!
Me lo apunto!
Jejejejejeje Si es que yo sé que Norte es de los míos.
Estaba un poco asustada con esta entrada porque todos los comentarios han estado encaminados en el sentido de que «el lugar impone», pero veo que el sentimiento de Norte debe ser muy parecido al mío. No obstante, ya te adelanto que mañana publico una entrada de un ksour parecido en su estructura, pero más bonito porque han realizado un esfuerzo titánico para su restauración. Así que, como están cerquita, cuando Norte visite esta parte del mundo, puede ver ambos y juzgarlos simultáneamente.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!!!!!!
En Béjar hay algunas callejas parecidas a estas con las vigas de madera. Me ha encantado Macarena.
Buen fin de semana.
Besos.
¡Hola Laura!
¡Qué curioso! Pero ¿Hay edificaciones en la parte superior? Voy a buscar por si puedo encontrar alguna fotografía.
Muchas gracias. Besos