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Marruecos

Marrakech, la “Ciudad Roja”

Lo primero que llama la atención de Marrakech, una vez atravesado el extenso palmeral que la circunda, es el color rojizo de sus murallas, sus edificios y sus construcciones que se ha mantenido incluso en su zona más moderna (conocida como Gueliz). Este bello y monocromo tono de Marrakech le ha valido el sobrenombre de «Ciudad Roja» y es debido un componente férreo que contiene la tierra con la que se hicieron las primitivas construcciones de adobe y que, posteriormente, se ha ido manteniendo a lo largo de los siglos.​

 Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna (Marrakech)

Marrakech es una ciudad moderna pero lleva a cuestas un extenso legado cultural y una dilatada Historia y ha sido, desde su fundación por los almorávides en 1062, capital de Marruecos en dos ocasiones.

Muralla de Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna (Marrakech)
Plaza de la Jemaa el Fna (Marrakech)

En Marrakech estaban los abuelos de Macarena, mis padres, que son unos incansables viajeros en autocaravana -han recorrido medio mundo- y cuyo nick en los diferentes foros de viajes que hay en internet es “abueletes”, aunque no poseen un blog propio.

"Abueletes"
«Abueletes»

 

El palmeral de Marrakech

Hacía una muy buena mañana, y decidimos dar una vuelta por el Palmeral para que Macarena viera los camellos.

Cuentan que, tras conducir a sus hombres a través del Atlas, Youssef ibn Tachifne -uno de los grandes líderes de Marruecos y fundador de la ciudad de Marrakech- decidió que la llanura al norte del Gran Atlas, cálida y bien protegida por las montañas de los fuertes vientos del desierto, sería un buen lugar para establecer un campamento. Construyó una mezquita y una Kasbah y, así surgió Marrakech.

La escasez de agua en aquel entonces, igual que ahora, era un grave problema y, por ello, ordenó perforar pozos con conductos subterráneos que se unían unos con otros en un sistema de irrigación subterránea, conocido como khetara, y que, a día de hoy, aún es el sistema regular de abastecimiento de agua en lugares como Erfoud. Este sistema fue el que dio esplendor y frondosidad a los palmerales que hoy rodean la ciudad de Marrakech, cuyo origen, muchos han querido ver en los agujeros que hacían en la tierra con sus espadas curvas las tropas almohades en sus numerosos asedios y ataques contra la ciudad. Dado que los dátiles eran el alimento más nutriente y calórico de todos los que se pueden encontrar en el desierto, los integrantes de estas huestes, tras ingerir la carne del dulce fruto, escupían en el suelo los huesos. De esta forma, agrupados en los agujeros que previamente habían dejado las espadas clavadas en la tierra, e irrigados por el agua de los pozos de las khetaras que había mandado construir Yousef años atrás, fueron germinando las semillas de las palmeras que hoy conforman el maravilloso y exótico palmeral de Marrakech.

Palmeral de Marrakech
Palmeral de Marrakech
Palmeral de Marrakech

El Palmeral de Marrakech no es un espacio protegido y se ha ido mermando con el paso de los años y la construcción de residencias, importantes hoteles y un campo de golf. Además, las plagas – la última de ellas del picudo rojo– amenazan seriamente la pervivencia del Palmeral que, de no dictar las autoridades gubernamentales de manera inmediata una orden para su protección y conservación, verá en pocos años una rápida degradación que conllevará su inexorable desaparición y, con ella, uno de los principales atractivos de la “Ciudad Roja”.

Camellos en el Palmeral de Marrakech
Camellos en el Palmeral de Marrakech
Camellos en el Palmeral de Marrakech

Había camellos por decenas en toda la ruta del palmeral junto con decenas de quads para alquilar. Macarena estaba encantada. El abuelo trató con el camellero el precio del paseo que cerró en 50 Dh (Unos 4,50 €) y, antes de montar, disfrazaron a Macarena con «ropajes nómadas» ¡Estos marroquíes son la pera! pero es cierto que, a veces, se lo montan bien con el turismo y llevan hasta sus últimas consecuencias esto del exotismo que parece que es lo que buscan los viajeros y turistas.

Macarena montando en camello en el Palmeral de Marrakech
Macarena montando en camello en el Palmeral de Marrakech
Quads de alquiler en el Palmeral de Marrakech
Quads de alquiler en el Palmeral de Marrakech
Camellos en el Palmeral de Marrakech
Camellos en el Palmeral de Marrakech

La Kutubia

Tras la ruta del palmeral, decidimos acercarnos al centro de Marrakech. A la plaza de la Jemaa el Fnaa. Ya hemos dicho que viajamos con nuestro coche, por lo que había que buscar un buen aparcamiento vigilado cerca de la Kutubia. En general, hay montones de aparcamientos en el centro de Marrakech por los que tienes que pagar unos 20 DH (1,80 €) al guardacoches; pero recomiendo otros (tras la Kutubia) en los que controlas el tiempo con un ticket y, al final, pagas sólo por el tiempo que has consumido que, en realidad, sale más o menos igual, pero estos aparcamientos están menos concurridos y son más seguros.

 

Kutubia de Marrakech
 Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech

De camino a la plaza de la Jemaa el Fnaa se encuentra la Kutubia. La Kutubia -ahora casi tan sólo un minarete- es una de las mezquitas más bellas del Magreb y de las mayores de toda África. De origen almohade y estilo hispano morisco, su minarete es el símbolo de la ciudad. Su nombre deriva de la palabra kutubiyin (libreros) ya que, al parecer, la Kutubia, en sus orígenes, combinaba sus funciones de biblioteca, con los de universidad y escuela coránica. La Kutubia es la segunda mezquita construida por los almohades, aunque se encuentra en el mismo lugar en el que fue erigida la primera que fue destruida inmediatamente porque la orientación a la Meca, dicen, no había sido bien calculada.

Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech

El minarete es similar al de la Giralda de Sevilla y a la torre de Hassan en Rabat, todas obras del sultán Yacoub al-Mansour. De 77 metros de altura, domina la ciudad y todo el palmeral y está coronada por cuatro esferas de bronce que simbolizan el pan -como en casi todas las mezquitas-: la mayor simboliza la harina, la siguiente en tamaño, el agua y las otras dos, la levadura y la sal.

Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech
Coches de caballos en Marrakech
Coches de caballos en Marrakech

Plaza de la Jemaa el Fna

Cruzando la calle se llega andando hasta la Plaza de la Jemaa el Fna, incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco desde 2008. Su nombre, según dicen, quiere decir «La mezquita (asamblea) de los muertos», aunque otros traducen el nombre como «Viernes del ahorcado». En cualquier caso, el nombre hace referencia a la costumbre de mostrar en ella las cabezas de los rebeldes ya vencidos, ya que la plaza era lugar de ejecución pública cada viernes hasta el siglo XIX. Desde entonces, la Jemaa se ha convertido en el «alma de Marruecos» siendo punto de encuentro de artesanos, artistas, vendedores, cuentacuentos y pregoneros. Pese a que su viveza es una constante diaria, la gran vida de la plaza comienza al caer el sol, cuando se dan en ella cita hechiceros y brujos, encantadores de serpientes, sanadores, narradores de historias, aguadores, escritores de cartas… todos pasando la gorra tras su espectáculo ante el público arremolinado en círculos alrededor de ellos.

Plaza de la Jemaa el Fna en MarrakechPlaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech

En el ocaso, comienzan a montarse los puestecillos de comida en los que se puede degustar kefta, harera, pinchitos, tajine, pastela, cus-cus, caracoles,… y toda clase de delicias de la gastronomía marroquí. Los nacionales y turistas comparten largas mesas con hules pegajosos en los que la higiene brilla por su ausencia, mientras notas, de manera contínua, cómo mendigos y pedigüeños llaman tu atención para lograr conseguir algunos dirhams; pero ningún visitante de Marrakech puede dejar de cenar, al menos una vez, en el tipismo de los encantadores y bulliciosos puestecillos de la Jemaa, en los que los voceros te reclaman al paso realizando sus ofertas del día y mostrando sus cartas de precios.

Plaza de la Jemaa el Fna en MarrakechPlaza de la Jemaa el Fna en Marrakech

Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech

Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna en MarrakechPlaza de la Jemaa el Fna en Marrakech

Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna en Marrakech

Comimos -los cinco- en la calle perpendicular de la plaza que hay junto a la comisaría por tan sólo 189 Dhs (17€) y fuimos a visitar el Palacio de la Bahía que era una de las cosas que aún no habíamos visitado en viajes anteriores.

Calle perpendicular a la Jemaa el Fna
Calle perpendicular a la Plaza de la Jemaa el Fna
Restaurante en Marrakech
Restaurante junto a la Jemma el Fna en Marrakech

El Palacio de la Bahía

El Palacio de la Bahía perteneció a Bou Ahmed, un esclavo negro que llegó a alcanzar una posición de inmenso poder hasta llegar a convertirse en visir. Cuentan que en el palacio llegaron a vivir hasta trescientas mujeres entre esposas y concubinas y que se emplearon más de 1.000 artesanos en los 6 años que se tardó en construir el Palacio. También cuentan que, cuando en 1900 murió el visir, sus esclavos y concubinas saquearon el palacio y su familia tuvo que huir precipitadamente de Marrakech.

Palacio de la Bahía (Marrakech)
Palacio de la Bahía (Marrakech)

La visita cuesta 10 dh y el Palacio se cierra a las 16.30. Esta vacío, pero pese a ello, se trata de un magnífico ejemplo de arquitectura doméstica andalusí del siglo XIX, y aún sigue conservando su artesonado, sus puertas originales, sus patios y la policromía típica con la que es posible imbuirse en el espíritu de lo que fue aquel lugar cuando cientos de mujeres, esclavos y niños habitaban sus paredes.

Palacio de la Bahía (Marrakech)Palacio de la Bahía (Marrakech)

Palacio de la Bahía (Marrakech)Palacio de la Bahía (Marrakech)

La Mellah de Marrakech

Como el Palacio de la Bahía se encuentra al norte de la mellah, decimos visitar el cementerio judío, un lugar poco concurrido donde a penas pueden verse turistas. La mellah de Marrakech es el barrio judío, cuyo origen data del siglo XVI, cuando el sultán Abd Allah creó esta zona para proteger a los judíos de los insultos y las amenazas de los musulmanes y a la vez controlar la recaudación de impuestos procedente de este importante colectivo. Mellah quiere decir algo así como «mercado de la sal», ya que los judíos ejercían el monopolio del comercio de este producto hasta fechas no muy lejanas. En su día, era una ciudad dentro de otra; con una superficie de 18 hectárea y varias sinagogas, y diferenciada del resto de la ciudad por la poco habitual altura y hacinamiento de sus casas.

Mellah (Barrio Judío) de MarrakechMellah (Barrio Judío) de MarrakechMellah (Barrio Judío) de MarrakechMellah (Barrio Judío) de Marrakech
Mellah (Barrio Judío) de Marrakech
Mellah (Barrio Judío) de Marrakech
Mellah (Barrio Judío) de Marrakech
Mellah (Barrio Judío) de Marrakech

El Cementerio Judío

El cementerio judío es un lugar curioso de indudable belleza, quizás por la paz que allí se respira, o quizás por el respeto con el que los musulmanes lo han conservado durante siglos. El Miâara, como se le denomina, es una sucesión de túmulos regulares de diferentes tamaños pegado a la muralla de la Medina en el que llama la atención ver algunas lápidas con fechas recientes.

Cementerio Judío de MarrakechCementerio Judío de MarrakechCementerio Judío de Marrakech
Cementerio Judío de Marrakech
Cementerio Judío de Marrakech

La entrada es gratuita, aunque para entrar, los hombres deben cubrir su cabeza con un kippah que amablemente proporciona el cuidador del recinto. En las sinagogas, otros lugares de rezo y en los cementerios, no sólo los judíos llevan puesta la kippah, sino que, en señal de respeto, también lo hacen los gentiles (no judíos). Y a la salida de los cementerios -por supuesto aquí también- hay que lavar las manos –ritual Netilat Yadaim– para alejar simbólicamente la impureza creada por el contacto con la muerte. Tras esto, se entrega un donativo al guarda para la conservación del lugar. Por cierto, la casa del guarda se encuentra junto a unas pocas tumbas separadas del resto: son las tumbas de los rabinos.

Cementerio Judío de Marrakech
Cementerio Judío de Marrakech

Ya era tarde. Volvimos paseando por la Medina de nuevo hasta la plaza de la Jemaa. Comenzaba la puesta de sol. Hicimos unas compras -pocas- de las novedades que se ofrecen en Marruecos. Y observamos maravillados, como cada vez que visitamos Marrakech, el comienzo del bullicio en la Plaza de la Jemaa. Empezaba “la hora mágica”.

Medina de MarrakechMedina de MarrakechPlaza de la Jemaa el Fna en Marrakech
Medina de MarrakechPlaza de la Jemaa el Fna en MarrakechMedina de Marrakech
Medina de MarrakechMedina de MarrakechMedina de Marrakech
Medina de Marrakech
Plaza de la Jemaa el Fna y Medina en Marrakech

Nos sentamos en uno de los chiringuitos de la Plaza tras atravesar una nube de voceros y camareros. Pedimos harera, pinchos, pastela, aceitunas, lenguado y calamares. Los cinco pagamos 220 Dh (20 €) por cenar, antes de dejar a los “abueletes” en su autocaravana e irnos a dormir a nuestro hotel. Había sido un agotador y perfecto día de año nuevo.

Kutubia de Marrakech
Kutubia de Marrakech

También disponemos del vídeo COMIDA EN EL BULLICIO DE LA PLAZA DE LA JEMAA

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13 comentarios

El mundo con ella 11 febrero, 2016 at 12:28 am

Jajajjajajjaja. No te preocupes. Para eso estamos. Un besazo.

Responder
Maria del Carmen Píriz 11 febrero, 2016 at 12:12 am

Muchas gracias Macarena por compartir mi post del blog. Un abrazo

Eva te contesto aquí por que desde mi blog estoy penalizada hasta el día 20. Las pinturas son como escribir cuando entra el duende sale todo bien.

P.D. muchas gracias por tu entrada en mi blog
Ya sabes que estoy sancionada por Google y hasta el día 20 no me levantan las sanción, si no me echan antes. Y no puedo compartir, ni mis escritos, ni la de mis compañeros, ni contestaros en mi blog por eso te mi comentario en tu espacio. Gracias de nuevo por tu comentario. Un beso

Responder
Maria del Carmen Píriz 11 febrero, 2016 at 12:14 am

Se me colo una contestación para Eva es que estoy utilizando el corto y pego pro que en algunos lugares no se admite mi mensaje. Gracias por vuestra ayuda

Responder
El mundo con ella 11 febrero, 2016 at 6:41 pm

¡Hola Julia!
Como siempre, muchas gracias por leer nuestras entradas.
Lo cierto es que Marruecos ha cambiado mucho en las últimas décadas, supongo que como ha ocurrido en el resto del mundo; antes, lo peor eran las carreteras y, además, no había una infraestructura hotelera como la de ahora. Tampoco era tan frecuente el turismo; pero Marruecos es un país excepcional de muchos contrastes y con muchas cosas por descubrir y disfrutar.
Si eres perezosa para viajar, no te preocupes, a mucha gente le ocurre. Nosotros te seguiremos contando lo que veamos del mundo como hasta ahora, al detalle.
Muchos besos

Responder
Estrella Amaranto 11 febrero, 2016 at 6:50 pm

Magnífica descripción de estos lugares emblemáticos de Marruecos o Marraquech, La ciudad de los edificios rojos, bueno, elaborados con restos de ese barro con componente férreo, o hechas de adobe en la antigüedad.
Las fotos para mi si quieres que te sea sincera son de lo mejorcito y ayudan muchísimo a conocer lugares o edificaciones como la Plaza de la Jemaa el Fna, El Palmeral, la Kutubia (que me recuerda mucho a la Giralda de Sevilla), esos enormes puestos de mercado o de feria con tantas mercancías llenas de colorido y supongo mucho aroma. El Palacio de la Bahía me ha gustado bastante. Medina también ya veo que tiene grandes mercadillos ambulantes.
Muchas gracias, Macarena por compartirlo.
Muchos besos a toda la familia y a ti por supuesto.

Responder
El mundo con ella 11 febrero, 2016 at 7:04 pm

Hola Estrella,
Muchas gracias a ti por visitarnos ¿Quieres que te cuente un secreto? Jijijijiji Me han regalado una cámara que es una chulada, así que estaba como una niña pequeña probándola y de verdad que funciona genial. Ahí ves el resultado. Pasé mucho tiempo intentando decidirme y al final… parece que he acertado en la elección porque la cámara no necesita mucha historia para captar toda la luminosidad y los detalles de la imagen. De hecho, las imágenes nocturnas están captadas sin flash. Así que te imaginarás la ilusión que me hace que me digas lo que me has dicho.
Muchas gracias a ti por visitarnos. Y muchos besos.

Responder
Julia C. 11 febrero, 2016 at 6:34 pm

Unas fotos y un recorrido impresionante, Macarena. Todo lo que muestras son cosas interesantes y nuevas para mí ya que nunca he estado en Marraquech. Lo cierto es que mi hermana estuvo allí de viaje de novios, hace muchiiiiisimos años, y no recuerdo que hablara muy bien. Pero viajes que no salen perfectos pueden tener cualquier destino, claro.

Me ha encantado ver a tus padres tan viajeros. Ahora comprendo que lo lleváis en la sangre y que para vosotros recorrer el mundo es algo de lo más natural. Os admiro, a mí me gusta viajar pero soy mucho más perezosa. Me apunto a vuestros viajes desde casa y listo jajajaja.

Un abrazo fuerte y gracias por una entrada tan colorista, completa y didáctica.

Responder
Maria del Carmen Píriz 12 febrero, 2016 at 1:34 pm

Ah, me olvidé decirte que estoy invitada a visitar Marruecos por un guía turístico de la zona de Echarria y se llama Hafido. Lo conocí en un chat y hablo mucho con le. Si voy Seré su invitada y el será mi guia en todo lo que el tiempo que visite me permita las excursiones. Me encantará ir
un abrazo

Responder
Chari BR7 12 febrero, 2016 at 6:46 pm

¡¡Qué explosión de color!! Me ha encantado tu descripción de los puestecillos de comida, jeje. El Palacio de la Bahía se ve bellísimo. La reacción de las concubinas y esclavos a la muerte del visir me parece hasta lógica, justicia poética, vamos.
Me ha encantado vivir esta aventura "a través de vuestros ojos"
Besos a los tres

Responder
El mundo con ella 13 febrero, 2016 at 11:37 am

¡Hola Chari! Me alegro que te hayas recuperado. Ahora la que anda con fiebre soy yo.
Parece ser que el visir había sido un advenedizo y había alcanzado su poder con malas artes. No fue buena persona y no trataba bien a sus esclavos, ni al personal de servicio, con lo cual, hubieron de esperar a su muerte y el expolio fue su venganza.
Me alegro que te haya gustado la entrada.
Muchos besos

Responder
El mundo con ella 13 febrero, 2016 at 11:41 am

Maria del Carmen, no tengo ni idea cuál es la zona a la que denominas Echarria ¿Podrías decirme dónde está?
Si te animas, sé prudente, pero seguro que lo vas a pasar genial. Avísame cuando vayas, lo mismo hasta coincidimos.
Muchísimos besos.

Responder
El mundo con ella 13 febrero, 2016 at 1:08 pm

¡Hola Maria del Carmen!
Gracias a ti. Sí, si conozco la zona de Errachidía. Es el desierto al que vamos en los puentes largos. Hay dunas, arena, oasis,camellos… uno de los valles más bonitos de Marruecos (El Ziz) y si os movéis un poquito podréis visitar las gargantas del Todra, el valle del Dades,… Es un lugar muy pero que muy distraido. Lo vaís a pasar bien. En el viaje éste que estoy narrando toco un poquito esa zona porque pasamos por ella de vuelta a casa.
Lo dicho, avísame cuando vayas.
Un besazo.

Responder
Maria del Carmen Píriz 13 febrero, 2016 at 12:24 pm

Amiga gracias por tu entrada en mi blog y dejar el comentario. la zona donde estoy invitada es Errachidia antes lo escribí mal te pongo un enlace:
http://www.guiademarruecos.com/el-sahara/visitar-errachidia/

lo miráis son zonas de oasis y montaña de los Atlas.

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