Una qubba es una estructura arquitectónica árabe de forma cuadrada con una cúpula. Este tipo de construcción se trasladó a España a través del arte mudéjar y solía usarse como monumento funerario y salones de trono. La palabra qubba dio lugar a la palabra “alcoba” para referirse a “la pequeña qubba de las casas”.
Legado único almorávide


La importancia de la Qubba Baroudiyine reside en que se trata del único vestigio de arte almorávide en la ciudad de Marrakech, pues como ya hemos comentado recurrentemente en entradas anteriores, las diferentes dinastías que gobernaron en Marruecos arrasaron la memoria de sus antecesores, quedando como muestra única del legado almorávide este pequeño monumento que, durante siglos, permaneció oculto bajo montañas de escombros y desperdicios hasta que salió a la luz en 1952.
Los almorávides procedían del desierto y fue el primer movimiento que unificó Marruecos, Argelia Occidental y Al-Ándalus, eligiendo Marrakech como capital. Se caracterizaron por su puritanismo religioso y alcanzaron una gran trascendencia artística porque, por vez primera, aplicaron técnicas de influencia andalusí sobre el Norte de África.


El arte de la primera época fue un arte austero y casi carente de ornamentación dado el fervor religioso, pero con el reinado de Alí Ben Youssef, cautivado por la belleza de la arquitectura de las taifas andalusíes, la cosa cambió y comenzaron las bellas construcciones ornamentadas influenciadas por el arte del Sur de España. De hecho, de su mano se produjo la introducción de las muqarnas y los mocárabes como motivos ornamentales en la arquitectura del Magreb.
No obstante, el ejemplo más característico de la sobriedad de la arquitectura almorávide está representado en la Qubba Baroudiyine, que data de 1120.
La Qubba Baroudiyine
Se trata de una pequeña construcción que alojaba una fuente para ablución de los fieles de la hoy inexistente mezquita Alí Ben Yousef, erigida justo a su lado. Junto a ella, se hallaban otras tres fuentes de agua potable, traída a la ciudad desde las montañas del Atlas a través del sistema de khetaras.
Además, esta construcción muestra la continuidad de las técnicas iniciadas en Al-Ándalus y asimiladas en el Magreb.


El exterior de la Qubba se encuentra relativamente libre de decoración, ya que la mayoría de los trabajos decorativos complejos se pueden encontrar dentro. Aun así, en su parte externa se pueden observar una serie de trabajados arcos y una estructura de estrella en la cúpula. Además, posee inscripciones caligráficas que son consideradas como las escrituras en cursiva más antigua del Norte de África.


La calidad de los materiales que se emplearon fue realmente inmejorable, lo que ha permitido su pervivencia a través de los años y su excelente conservación a pesar del maltrato al que ha sido sometida. La parte exterior de la cúpula fue realizada con ladrillo y estuco. La piedra se usó para los muros; y la madera, el estuco y el vidrio decoraron el interior. Además, una mano de obra cualificada se afanó en construir este pequeño pabellón que, gracias a su pericia, ha sobrevivido como ejemplo único de arte almorávide.
En este último viaje, en abril de 2018, la Qubba estaba siendo restaurada y, por ello, el acceso al recinto estaba restringido. Pero conseguimos colarnos para hacer algunas fotillos.
Datos Útiles
Dirección
La Qubba se encuentra ubicada en la Plaza del Museo Ben Youssef, frente a la Mezquita del mismo nombre
Horario
Abre de lunes a domingo de 9:00 a 19:00
Precio de las Entradas
60 Dh (6€)
16 comentarios
Últimamente estoy demasiado ocupada y no saco tiempo para nada, ni para mí. Hoy tengo un ratito y disfruto de este artístico post.
Una estupenda lección de historia del arte, Macarena. La cúpula de la Qubba Almorávide es una auténtica belleza.
Un abrazo.
Imagino el lío, Carmen, con un trimestre tan corto y el fin de curso a la vuelta de la esquina ¡No creas! A mí me pasa algo parecido con tantas elecciones seguidas, aunque a ti te queda poco para un largo descanso. Yo, en cambio, pasaré de un evento a otro y la única salvación que me queda es irme de vacaciones cuando toque.
Me alegra que te haya gustado la Qubba, aunque es una pena no haber podido mostrar más fotos. Pero prometo que cuando esté lista, volveré para completar la entrada.
Un besito
Bueno, Macarena, la razón de tanto lío no es el curso (me jubilé) sino la mudanza de mi hija que ha vuelto a casa mientras preparamos planos y demás embrollo que supone la renovación de su casa.
En fin, paciencia y mucha tila, jeje!
Besitos 😉
¡Ahí va! Pues entonces, paciencia Carmen. A mí me tocó pasar por eso ¡18 meses! Se nos hicieron interminables a todos: a mis padres y a nosotros. Pero todo tiene fin; así que a aguantar el tirón y ¡Ánimo! Muchos besos
Pequeña pero preciosa construcción Macarena. Me ha encantado saber sobre ella, pues la verdad es que no la conocía. Un beso y feliz fin de semana
Me alegra que te guste, Vicenta. Es por historia y arquitectura una construcción única, sí.
Un besito
Qué pena que solo quede esta Qubba como muestra del arte almorávide en Marrakech. Me hubiera gustado ver más fotos del interior, que a juzgar por la cúpula tenía que ser precioso. Son cosas que pasan, también yo estuve hace muchísmos años en Galicia y toda la fachada de la Basílica de Santiago de Compostela esta en obras y no pudimos hacer ni una foto. Tocó conformarse con postales 🙁
Gracias por acercarnos esta pequeña maravilla, Macarena.
¡Un besazo!
Prometo, Julia, volver y completar la entrada. También estaba de obras la Madrasa Ben Youssef, pero bueno, la verdad es que no me apena porque es de esas cosas que me sirven para convencer a Yayo y hacer una escapada: «¿Te acuerdas que nos faltó hacer más fotos de la Qubba de Marrakech?» Jajajajajaja
A veces, lo bueno de viajar también, Julia, es darse cuenta de que el mundo está vivo y de que hay quien cuida del Patrimonio.
Un besote
Siempre nos cuentas cosas interesantes!❣
Gracias Kinga
Macarena, puedes presumir de que tienes una bella colección de maletas viajera, llena de personajes, viajes fantásticos, y muchas aventuras. Y seguro que muchas anécdotas. Gracias por compartir son unas imágenes muy interesantes, sobre todo la decoración de dentro.
Besos.
Gracias a ti, Cristina.
Si te digo la verdad, salvo por el blog, guardo tantas cosas de mis viajes sólo en mi interior… Es como un secreto, algo íntimo que me enriquece y me hace sonreir a veces. Es como una ilusión constante que me ayuda en los momentos de bajoncillo que todos tenemos.
Me alegro que te haya gustado la Qubba. Es una construcción diferente e interesante.
Un besazo y feliz inicio de semana.
¡Hola, Macarena! Leí la entrada el viernes pero no he encontrado el momento para sentarme a comentar con tranquilidad. Bueno, lo primero es que me descubriste la etimología de alcoba, que nunca me había planteado. Por otra parte, me ha encantado esa foto de la cúpula. Las adoro en general, ese intento del arquitecto por alcanzar el cielo siempre me ha parecido sobrecogedor y levantar la mirada hacia ellas me produce una sensación de maravilla y vértigo. Un fuerte abrazo!
Es una pena no haber podido ofrecer más fotos porque, aunque parezca muy simple en su exterior, la parte interior de la cúpula es un auténtico tesoro. No obstante, he prometido volver para terminar de mostrar la parte que falta y, además, recién restaurada.
Me alegro que haya resultado interesante la entrada.
Un fuerte abrazo!!!
Como me recuerdan algunos elementos (decoración cúpula exterior) a partes de algunas iglesias mozárabes,… me encanta la cúpula desde el interior, pero especialmente la sobriedad y elegancia del exteriot,… ya sabes como somos los del Norte. Qué bonita entrada Macarena,…
Y ahora es cuando yo digo: «Tienes que ir, tienes que ir, tienes que ir».
Marrakech es un lugar ideal para perderse y descubrir.
Un fuerte abrazo, Norte.