La historia de nuestro viaje de Yangon a Bagan comienza la noche del 18 de julio; y de no haber sido porque el día siguiente era la Fiesta Nacional del Día de los Mártires, quizá ésta hubiera sido una entrada como tantas otras. Pero no es así.
Después de visitar la Pagoda Chaukhtatgyi y la Shwedagon Paya anduvimos hasta el hotel a fin de comprar los billetes de Autobús para ir a Bagan.
El problema del transporte en días festivos
Todo el que haya visitado Myanmar sabe que los tickets para el autobús se pueden comprar en casi cualquier parte y que, aunque hay pequeñas “agencias”, una forma cómoda de hacerse con ellos es en los hoteles. No obstante, si os interesa el tema, tenemos también una entrada dedicada al transporte en Myanmar.
Pero ¡Cuál fue nuestra sorpresa! que al ir a comprar los billetes, el recepcionista nos dijo que el día siguiente no funcionaba el transporte público porque era Fiesta Nacional. Al principio pensamos que se trataba de un error en la comprensión del idioma, pero no era así.
Lo cierto es que yo me empecé a agobiar un poco. Nuestras previsiones eran visitar el resto de las cosas interesantes de Yangon durante el día y coger el bus nocturno para amanecer en Bagan el 20 de julio. A muchos os parecerá que la cosa no era tan grave, pero lo cierto es que Yangon es un poco agobiante con tanto tráfico, tanto calor y tanta gente por las aceras y, para poder llevarte un grato recuerdo de la ciudad, es mejor no pasar en ella más de un día y medio o dos días. Además, el Hotel ya he dicho que era un tanto “estrecho”.
Junto a nosotros había dos veinteañeros belgas que hablaban muy poquito inglés y que se acercaron a preguntarnos. Estaban allí por el mismo motivo que nosotros, pero ellos llevaban más días en Yangon y querían marcharse. Pensamos que quizás lo mejor era alquilar un coche para todos y hacer el camino juntos, pero allí comenzó “el trapicheo”. Resulta que el recepcionista conocía a un amigo de un amigo que podría llevarnos. Habló con él, pero como, “su coche era pequeño” podría conseguirnos dos coches para los seis. Así que, haciendo números, con la gasolina, el trayecto de vuelta que tendría que hacer los conductores solos y la Fiesta del Día de los Mártires, la factura por el alquiler de los dos coches ascendía a ¡700 €! ¡Venga ya!
Les preguntamos a los chicos si querían que siguiéramos discutiendo para que nos rebajaran el precio, pero por mucha rebaja que hicieran, jamás sería asequible. Así que les dije que si había novedades, les avisaríamos.
Subimos a la habitación a consultar la página para ver la manera de salir de allí ¡Pero no funcionaba internet!
Volvimos a bajar a recepción y efectivamente había una avería en la señal de internet; así que nos acompañaron a un hostel de la misma cadena que está en la calle paralela, con la advertencia de que cerraban a las 23:00 horas.
Decir que allí la wifi era lenta es decir poco. Más que lenta, era un castigo. Pero por fin accedimos a la web y, efectivamente, no se realizaban ventas de tickets de bus para los festivos.
Volvimos al Hotel –otra vez- e insistí, los pobres estaban ya un poco cansados de tantas preguntas; pero amablemente me informaron de que la única solución sería que la autoridad gubernativa emitiera “la autorización correspondiente” para la circulación del transporte público durante el día de la Fiesta Nacional y que, al día siguiente, podríamos dirigirnos a la estación de autobús para informarnos.
Esperando hasta el último momento
Al despertar, pensamos que la mejor opción era hacer el check out por si encontrábamos la forma de salir de Yangon a lo largo del día. Estaba lloviendo y era un día triste, pero nos animamos a salir a la calle para visitar la Sule Paya, la Botataung Paya y la zona sudeste de la ciudad – El Mercado Bogyoke, por desgracia, seguía cerrado debido a la Fiesta-. Pero, a mitad de camino, comenzó a llover como si no hubiera un mañana. Y tan era así, que ni siquiera los chubasqueros podían protegernos de aquella manta de agua. Así que nos refugiamos en la puerta de una farmacia.
Pasaron por allí dos chicas y, como correspondía, observaron tímidamente a Macarena. Anduvieron unos metros: dos o tres, no más y, de pronto, una de ellas se volvió y le regaló su paraguas a Macarena. “¡No no por favor!” agradecimos el gesto, pero la chica insistió tanto, que Macarena aceptó.
Aun así, tuvimos que volver al hotel. Era imposible andar por la calle; así que cogimos el notebook y volvimos a acercarnos al hostel para consultar internet y, entre espera y espera para que las páginas pudieran descargarse, se me ocurrió preguntarle al recepcionista si sería tan amable de llamar a la estación de autobuses para preguntar si había tickets de bus para la tarde. Y ¡milagro! Nos dijo que sí. Le dije que por favor nos reservara tres asientos para el autobús de las 20:00 que nos costaron 18.500 K. x 3 = 55.500 Kyats (unos 40 €) ¡Ya podíamos dejar Yangon!
Volvimos al hotel y lo primero que hicimos fue pedir que avisaran a los chicos belgas para darles la buena noticia, pero nos dijeron que ya habían abandonado el hotel y, por supuesto, que tras la alegría que acabábamos de llevarnos, no nos extrañó.
Seguía lloviendo a mares y ya casi era la hora de comer, así que nos acercamos a una pastelería cercana que servía comida en el piso superior –tipo noodles y sopa- y compramos unos pasteles tipo ensaimadas para la cena. Nos hicimos con algo de fruta y agua y regresamos al hotel, donde nos encontramos con los belgas. Pero ¿No os habíais ido ya? Les contamos que habíamos conseguido billetes de bus, que habíamos preguntado por ellos, bla, bla… Pero, por desgracia, ellos habían reservado y pagado una noche más de hotel y ya era tarde para irse.
La Estación de autobuses de Yangon
El “embarque” cierra 30 minutos antes de la salida y llegar desde el centro de Yangon hasta la Estación de Autobuses, lleva entre una hora y media y dos horas, con lo cual, como nuestro autobús partía a las 20:00 horas, había que salir entre las 17:30 y las 17:45. El taxi cuesta más o menos 10.000 Kyats (7 €).
El autobús que habíamos reservado era VIP, de los que tienen los asientos completamente abatibles –lo cierto que supercómodos- y baño. Normalmente, los autobuses que hacen rutas nocturnas en Myanmar son así. Y nuestros asientos eran el I, I2 e I3 –los antepenúltimos-. Lo guay de estos asientos es que el autobús tiene una fila de dos asientos y una fila de uno; pero los antepenúltimos asientos, los I, son dos y dos, y el que va tras la fila de uno – el I3- es doble y no venden su pareja –el I4-, con lo que, si tenéis la suerte de pillarlo, el que vaya en ese asiento, irá sólo y tendrá dos asientos para estirarse a la hora de dormir. Además, en los últimos asientos no iba nadie, con lo cual hicimos cómodamente el trayecto en 6 asientos para los tres.
El autobús de las 20:00 está previsto que llegue a las 05:30 y hace una parada a las 00:00.
La Estación de Autobuses era “para flipar”. Se trataba de un cúmulo de vehículos echando humo entre salpicones de barro, charcos y vendedores de toda clase de artículos. Cada compañía tiene su cubículo, tipo garaje, con unos cuantos bancos y unos pocos taburetes y un baño con más mierda que un paquete de pescado. ¡Madre mía cuando vi el váter! Menos mal que no tenía luz, que si lo llego a ver bien, me desmayo.
De Yangon a Bagan
Comenzó el viaje y, nos dormimos casi enseguida; pero el problema de Myanmar son las carreteras ya que, aunque vas por autovía, el firme es pésimo y vas botando todo el camino y golpeándote con el reposacabezas y la ventanilla. Muy mal.
Macarena dormía a pierna suelta en los asientos traseros cuando nos paramos, así que, aunque bajamos para fumar, nos quedamos en la puerta del autobús. Al volver a subir, nos obsequiaron con refrescos y pastelitos.
Subieron dos nuevos pasajeros y el conductor nos dijo que teníamos que quitar a Macarena de los asientos traseros, pero protestamos y le dijimos que quitase a la chica que se había puesto a su lado. Y así hizo.
Pese a que la hora de llegada prevista eran las 05:30, el autobús llegó a las 04:00 ¡Algo insólito para Myanmar! Bajábamos medio adormilados del autobús cuando una horda de taxistas te aborda para empezar a regatear el trayecto, mientras por megafonía van cantando el precio que hay que pagar por el trayecto: Nyang – U 5.000 Kyats; Old Bagan – 7.000 Kyats y New Bagan 9.000 Kyats. Aún así hay que regatear.
Nuestro Hotel estaba en Nyang-U y, durante el trayecto, tuvimos que parar en “la casetilla de los cobradores” donde nos cobraron 25.000 Kyats (18 €) por adulto –Macarena aquí fue gratis- para entrar en la Zona de Bagán.
Así que entre el taxi de Yangón, el autobús, el taxi de Bagan y los tickets de la zona arqueológica, la factura del día costó 90 € sólo por trasladarnos de un lugar a otro.
9 comentarios
¡Hola Mª Carmen!
¡Claro que sabrías! Si haces cosas aún más sorprendentes…
Muchas gracias por leer.
Un beso
Una estancias en Yagón un poco atropellada, yo no se si sabría andar por esos mundos. Un abrazo
Menuda odisea!,… estupendo post que me trae muchos recuerdos!, yo también tengo pasadas las mías, jajaja, pero ya veo que sabéis armaros de paciencia! Esperamos impacientes la entrada de Bagan.
Vaya aventura, menos mal que al final conseguisteis salir como teníais previsto. Un besazo
el blog de Sunika
Hola Norte!
Me alegro que la entrada haya podido sacarte una sonrisa y haber traído a tu mente experiencias pasadas. Pero… ya te voy adelantando que… llegamos a Bagán como elefante en cacharrería. Muchas gracias por leer.
Besitos
Muchas gracias por interesarte por nuestras aventuras y leer nuestras entradas.
Un beso fuerte
La verdad que si que pasasteis toda una "aventura" allí en Yangón, empezando con aquella lluvia torrencial, la deficiente conexión wifi, la coincidencia de ser el día de la Fiesta Nacional y para colmo de males, ese gasto excesivo del desplazamiento… ¡Ufff alucinante! Menos mal que tuvisteis paciencia y suerte con ese autobús nocturno, porque los pobres belgas no acabaron de salir de allí tan pronto como vosotros.
Me quedo con ganas de saber qué tal os fue en Bagán, supongo que mejor que en Yangón ¿verdad?…
Se me olvidó despedirme, disculpar que os añada este nuevo comentario, nada más que para daros un abrazo y besitos a Macarena hija.
¡Hola Estrella!
Bueno… supongo que son historias viajeras que, al contarlas, servirán para que otros den mayor agilidad a sus viajes.
y ¿Bagán? ya verás. Primero fue un episodio de los de Paco Martínez Soria en Atocha. Luego… estupendo. Pero ya lo irás viendo.
Muchos besos a ti que eres un encanto.