Era nuestra última mañana en Ceilán, aunque no el último día de vacaciones. Nos enfrentábamos a la despedida de Sri Lanka. Aunque aún nos quedaba una nueva aventura por vivir antes de volver a casa. Y aún así, todos estábamos más callados de la cuenta ¿Había sido Sri Lanka nuestra particular Serendipity? ¿Fue de verdad un descubrimiento especial e inesperado para nosotros?
Por estos casi 100 kilómetros que separan a Hikkaduwa del aeropuerto nos pidieron en principio 7.500 LKR, aunque al final, terminaron gestionándonoslo en el Hotel por 6.500 LKR (45 €).
Es un país de gente tranquila y amable |
No sé lo que pensaban Yayo y Macarena en los últimos momentos en el taxi de camino al aeropuerto, pero por mi parte y, desde Hikkaduwa hasta la incorporación a la autopista , pasaban por mi cabeza todos aquellos paisajes llenos de vegetación y de olores, de casitas a ambos lados de la nacional, de las entradas a las minas de gemas, de los ceilandeses en sus vidas cotidianas, de los tuk tuks, de lo que habría sucedido diez años atrás en aquella zona cuando la devastación del tsunami de 2004, o de cómo este país de paz había podido haber finalizado una guerra civil hace apenas una década…
En la despedida, llenaba mi corazón de recuerdos |
Quizás, no quería despedirme de aquel país de gente amable y espiritualidad budista, o quizás estaba tratando de recoger esa última esencia para guardarla en mi corazón siempre… Había sido una estancia agradable, sin lugar a dudas, un sitio de cultura y entretenimiento muy acertado para viajar con Macarena. Un país seguro y amigable con miles de años de antigüedad, Historia y tradiciones. Un lugar rico para enseñar a Macarena que existen otras formas de vida, otros ecosistemas, otras creencias, otras leyendas. Un lugar en el que pueda ir aprendiendo dónde se encuentra verdaderamente la riqueza y la esencia de las personas… en definitiva, de la vida.
Sri Lanka es un país de profunda espiritualidad |
Y con la melancolía que toda despedida produce, subimos al avión con destino a nuestra siguiente aventura.
2 comentarios
Seguro que Macarena ha aprendido muchísimo en ese viaje, espero que sigáis compartiendo siempre aventuras y que nosotros, los que os leemos, seamos parte de ellas. Un beso enorme a los tres
Hola Chary! No te haces una idea. Se acuerda de todo: de las doncellas de Sigiriya, del Buda de Aukana, de la subida a las cuevas de Dambulla y ¡cómo no! de los animales de Yala. Aún no entiendo cómo una persona tan pequeña puede tener recuerdos tan nítidos, quizá sea el impacto de la experiencia. Y… sí, seguiremos viajando y contando nuestras experiencias. Espero que sean muchas y las leas todas. Muchos besos.