A Douz, al sur de Túnez, se le conoce como “La Puerta del Desierto” porque ante él se abre el gran erg.
Antiguamente fue uno de los principales enclaves de las caravanas transaharianas que, con miles de camellos, atravesaban las grandes dunas cargadas de oro, sal y especias. Hoy, sin embargo, Douz se ha convertido en el punto de partida de los turistas que quieren conocer el desierto, ya que desde aquí se organizan excursiones al Sáhara de todo tipo: para pernoctar una noche, para dar un paseo en camello, para descubrir las dunas en quad, para ver amanecer,…
Poco hay que ver en la pequeña población: un pequeño museo dedicado a la cultura tradicional nómada del desierto del pueblo Mrazig, un interesante mercado diario y su gran palmeral. De hecho, a Douz también se la conoce como «el último oasis de palmeras«, porque tiene más de 500.000 palmeras en la zona y es un importante productor de los dátiles deglet nour.
Festival Internacional del Sáhara
Sin embargo, si por algo destaca Douz por encima de todo, es por su Festival Internacional del Sáhara que se celebra todos los años a lo largo de cuatro días durante la última semana del año. Y en 2019 ¡Nosotros estábamos allí!
Muchas veces me he sentido muy afortunada en mis viajes por cientos de motivos. Ésta fue una de esas veces.
El Festival, llamado Festival del Camello, comenzó en 1910 cuando Túnez estaba bajo el protectorado francés. En 1967, tomó su identidad moderna de acuerdo con la voluntad de Habib Bourguiba, el primer presidente de Túnez, para convertirse en el Festival más antiguo y conocido del país.
M’hammed Marzougui, quien dedicó su vida a concienciar y apreciar el estilo de vida y las tradiciones nómadas, fue el principal responsable de la fundación del Festival. Desde entonces, cada año miles de personas, la mayoría de todo Túnez y otros países del Magreb, acuden en masa a Douz.
El Festival constituye una magnífica oportunidad para conocer mejor la cultura de los saharauis y los nómadas de desierto que, junto a los miles de visitantes, transforman la tranquila ciudad de Douz proporcionando un impulso cultural, económico y turístico a la región.
En esta localidad de 40.000 habitantes, cuando llega el Festival, el tráfico caótico y el trajín incesante de los transeúntes hacen parecer a Douz una gran urbe. La ciudad se llena, los pocos restaurantes se llenan, se llenan los hoteles, los aparcamientos, parece increíble.
Después de la ceremonia de apertura del Festival, los eventos principales tienen lugar en el Estadio H’naiech, frente al desierto rodeado de carpas beduinas: carreras y lucha de camellos, bailes, carreras de caballos pura sangre, carreras y caza de conejo de sloughis (lebreles bereberes), exhibiciones de todo tipo,… Es alucinante por su viveza, su colorido, sus puestas en escena y por la oportunidad que da de conocer las costumbres y la gente del desierto, orgullosos de mostrar su cultura.
Lo mejor del Festival es, sin duda, el trato que dispensan al turista posando para sus fotos, dejándoles sitio para ver los espectáculos, entablando conversación, e incluso invitándoles a montar con ellos a caballo ¡Estar allí es mágico!
Pero el Festival no se limita a los espectáculos que se llevan a cabo en la gran explanada, en la que se han instalado un descomunal graderío. Los hombres pasean a caballo y las mujeres se muestran ataviadas con sus trajes tradicionales. Hay además pasacalles por la ciudad, corrillos que se arremolinan ante contadores de leyendas y cuentos, grupos musicales, puestecillos de chucherías…
Alojamiento y comida en Douz durante el Festival
No fue del todo fácil encontrar alojamiento en Douz durante el Festival. Entre otras, cosas porque reservamos los hoteles tardísimo. Pusimos tanto cuidado en buscarlos que, cuando llegamos a las reservas de Douz, estaba todo agotado. Así que buscamos y buscamos en los alrededores, pero Douz es eso: un oasis en mitad del desierto y tampoco hay tantos hoteles de cierta calidad.
Casi cuando íbamos a desistir de hacer parada en Douz, no sé ni cómo, encontramos dos habitaciones en el Hotel Sáhara Douz, de cuatro estrellas y ubicado en un lugar estratégico para asistir al Festival. Además de estupendo y grandísimo, el hotel nos costó baratísimo, pues pagamos por las dos habitaciones 97€, aunque luego tuvimos que abonar allí 15 DT (4,50€ pax.) en concepto de tasas, pero no dijimos ni mu, por supuesto.
Comer fue algo más difícil porque todo estaba llenísimo, iba muy lento y, además, no excedía del tradicional pollo con patatas fritas o las salchichas merguez.
Por la noche, la opción era el buffet libre en el Hotel o, la que elegimos nosotros, que fue traer unas pizzas buenísimas de una pizzería chulísima que estaba en un primer piso de vete tú a saber dónde. Pagamos por la cena (4 pizzas y 5 latas de bebida) 18,50 DT (6€).
14 comentarios
es fascinante, tiene que ser una pasada vivirlo en persona
La verdad es que fue increíble.
Que bien el haber coincidido con el festival y así poder verlo. Un beso
Fue estupendo, Asun. Un beso.
Que buena coincidencia el haber podido alojaros en ese hotel, y disfrutar del festival. Quedo encantada con todo lo que muestras, Macarena, ya imagino la solidaridad de las gentes para con los visitantes. Y te entiendo, es una inmensa alegría estar justo en donde apetece, te percibo el entusiasmo. Un festival por todo lo alto, no me importaría ir algún año. Sobre la comida; ¡Me pareció barato! Toda esa comida por 6 euros, y de calidad por lo que dices. Todo un festín y festejo en Douz. Y yo agradecida de me hayas enseñado esta maravilla. Os acompañó la suerte.
¡Hay tanto por ver y agradecer! Gracias.
Muchos besos, preciosa.!
Estuvo genial, Mila.
Yo hice por coincidir la estancia con el Festival, pero jamás imaginé que fuera a la escala que realmente es ¡Viene gente de todos sitios!
La comida en Túnez es realmente barata. En realidad, todo es barato. Aunque en el sur se come algo peor que en el resto del país.
Me alegro que te haya gustado porque realmente es un Festival impresionante.
Un besazo, Mila
Son esas alineaciones estelares que te permiten decir «yo estuve allí» jajaja y pellizcarte para comprobar que no es un sueño,… menuda coincidencia. Y todos esos jinetes y sobre todo toda esa cultura y forma de ver la vida,… me parece alucinante.
Menuda suerte!
Sí, Norte, fue alucinante.
Yo pensaba que encontraría algo similar a una «carrera de la pólvora» de las que celebran al Sur de Marruecos porque jamás hubiera podido imaginar tal despliegue de viajeros, exhibiciones, indumentaria, animales… La verdad es que volvería de nuevo porque es algo digno de ver.
Un fuerte abrazo!!!
Poder visitar un lugar cuando ocurre en evento así es una gran suerte, a mí me encanta visitar lugares durante momentos especiales, la pena es que a veces está todo muy saturado pero son experiencias únicas, no conocía este festival, saludos viajeros.
Creo, Raúl, que me pasa un poco como a ti, aunque hay «mogollones» que me gustan ¡Como éste! porque no es la típica aglomeración de turistas para el selfie. Allí compartes experiencias con los asistentes y eres también una atracción jijijiji
Si puedes alguna vez, te lo recomiendo. Pero reserva el hotel con tiempo!!!!
Un abrazo viajero.
¡Qué maravilla, Macarena!
Con tu relato y las fotos, ha sido como estar allí.
Toda una suerte vivir en primera persona ese Festival que se reduce a tan solo 4 días al año. Me alegro de que las fechas les cuadraran así de bien. ????
Justo pensaba en lo difícil que sería alojarse allí para la ocasión, cuando llegué a la parte de tu relato que hablabas precisamente de ello. Menos mal que al final pudieron conseguir hotel para pernoctar y disfrutar mejor de aquello. Encima un buen hotel.
Se nota que los lugareños están orgullosos de su tierra y sus costumbres, por eso lo celebran con esa alegría, ceremoniosidad cercanía con el turista. Qué bueno cuando sucede todo eso al mismo tiempo! Y qué suerte haberlo vivido!
Gracias por todas estas cosas que nos compartes.
Un besazo.
Fue una gran sorpresa, Nélida, porque yo pensaba encontrar una feria con alguna que otra atracción o algo parecido, pero mucho más modesto. Así que poder presenciar el despliegue que allí se lleva a cabo, me dejó totalmente impresionada.
Un besote!!!!
¡Hola, Macarena! Jo, casi he podido paladear la arena del Sahara. ¡Qué maravilla tuvisteis la suerte de disfrutar! El espectáculo, a juzgar por las fotos y el relato es increíble. Un fuerte abrazo!
Planeamos el viaje haciendo coincidir un día con el Festival. Pero yo esperaba encontrar algo así como «una feria de barrio». Ni en mis mejores sueños pensé en el despliegue que allí se lleva a cabo, David. Fue una auténtica delicia disfrutar de aquel espectáculo.
Un fuerte abrazo!!!!