Uzbekistán para fumadores

En aquellos países en los que el consumo del tabaco está poco extendido, no es fácil encontrar información sobre la normativa específica acerca del consumo de tabaco. No es que no haya conciencia sobre los peligros de fumar, sino que al no estar extendida su utilización, parece como si no se le prestara tanta atención –en ocasiones, como si el humo no molestara-.

Por este motivo, y  con más razón, es necesario que el fumador esté atento a las normas que seguiría en su propio país, como si su destino fuera igual o más restrictivo en el consumo de cigarrillos.

Esto es lo que ocurre en Uzbekistán: Los uzbekos consumen tabaco de mascar, llamado nasvay o naswar, pero hay pocos lugares en los que se indica la prohibición de fumar y hay ceniceros en los restaurantes y en las habitaciones de algunos hoteles. La pregunta es ¿Fumarías en tu habitación de hotel en España?

Por ello, más que de una normativa, hoy hablamos de sentido común y de las recomendaciones de lugares en los que no encenderíamos un cigarro. En primer lugar, en lugares religiosos: mezquitas, mausoleos, necrópolis o madrazas, por razones obvias. En segundo lugar, en lugares públicos cerrados como museos o exposiciones. En el transporte público, estaciones de metro o tren, taxis, yandex, etc. En cuarto lugar, en restaurantes, hoteles, mercados y otros lugares en los que se comparta espacio con otras personas y el humo del tabaco pueda molestar o dejar algún tipo de olor. Y, en definitiva, en cualquier lugar en el que se tenga alguna duda sobre si se puede fumar o no, lo mejor será abstenerse de hacerlo.

En teoría, sólo pueden importarse 10 cajetillas de cigarrillos, pero realmente en la aduana poco control hay ahora a la entrada al país, salvo para el tema de los drones. No obstante, 10 paquetes de tabaco suele ser más que suficiente para una estancia media de un turista en el país.

Si por el contrario, la idea es comprar tabaco durante el viaje a Uzbekistán, las principales marcas de tabaco extranjero que puede encontrarse son Winston, a un precio de 13.500 som por cajetilla (1,16€) o LM, que cuesta 11.500 som (1€). El resto es tabaco uzbeko o ruso.

No hay estancos como tales, por lo que el tabaco se adquiere en las “tiendas de barrio”. Las mismas en las que compras agua, pan o chuches; pero no todas venden, así que hay que ir preguntando hasta dar con ellas.