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Líbano

Anjar, un sitio Omeya en Líbano

Anjar o Anyar (عنجر en árabe y Անճար en armenio), ubicada a 62 Km de Beirut, fue erigida sobre el cruce de rutas comerciales que unían el Mediterráneo, Siria y el Norte de Palestina; y es testimonio único de urbanismo Omeya. Fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad en 1984.

Precios entradas Anjar
Tetrapilón en Anjar

La principal diferencia del sitio de Anjar con otros lugares de Líbano como Beirut, Biblos, Sidón, Tiro o Baalbek es que en todas éstas existió una continuidad histórica y unas civilizaciones fueron construyendo sobre los yacimientos de las anteriores; mientras que en Anjar sólo existen restos arqueológicos de la época Omeya sin haberse encontrado vestigios de otras civilizaciones entre las ruinas.

Urbanismo Omeya
Viviendas y negocios

Es decir, en Anjar no habría diferentes niveles correspondientes a diferentes épocas, sino que sería producto de un único período: el Califato Omeya del siglo VIII, que hizo de la ciudad un próspero punto comercial en el cruce de caminos en el que se halló ubicada, durante cinco décadas, hasta su desaparición.

Historia de Anjar

Los Omeyas  conforman la primera dinastía hereditaria del islam con sede en Damasco,  y permanecieron siempre ligados a las tribus beduinas que les habían asegurado el dominio del Imperio.  Con el deseo de mantener estrechos vínculos con esas tribus, la mayor parte de ellas nómadas, comenzaron a fijar residencias donde se fueron estableciendo y terminaron por transformarlas en fortalezas o centros comerciales con el fin de difundir un modo de vida más civilizado y animar a la sedentarización de los beduinos.

Qué es lo que no hay que perderse en Líbano
Visión desde el barrio residencial

En este estado de cosas, el califa Walid Ben Abd al Malik (705 – 715) ordenó construir la ciudad fortificada de Anjar al pie de la Cordillera del Anti-Líbano, muy cerca de una de las fuentes del Río Litani, en un lugar privilegiado del Valle de Beqaa.

Historia de Anjar
Reconstrucción de los muros del Pequeño Palacio

Para la construcción de Anjar, el califa hizo contratar arquitectos, artesanos y decoradores bizantinos y sirios expertos en artes romanas y griegas. Se cree que en la edificación de Anjar participaron prisioneros de guerra bizantinos, cristianos nestorianos del norte de Irak y obreros coptos.

Llegar y salir de Anjar
Sillería del sitio de Anjar

Años más tarde de la muerte de Walid Ben Abd al Malik, el también Omeya Marwan II arrasó la ciudad que quedó abandonada, a partir de la dominación Abasí, hasta que la Dirección General de Antigüedades de Líbano comenzó a excavar en la zona, en 1943.

Patrimonio de la Humanidad en Líbano
Barrio Sureste

Como muchas otras ciudades de esta época, Anjar habría sido creada exnihilo y, a continuación, abandonada.  Se cree que Anjar no se había terminado de construir aun cuando fue destruída.

Las Ruinas de Anjar

Mapa para orientarse en las ruinas de Anjar
Mapa Anjar

Anjar fue levantada sobre una superficie rectangular de 374 x 308 metros rodeada por una muralla de siete metros de altura, y se encuentra ligeramente inclinada por la orografía del terreno.

Las Ruinas más importantes de Líbano junto a Baalbek
Decumano Máximo bordeado de negocios

Los edificios interiores alternaban piedra y ladrillo en sus muros porque se les suponía más resistentes a los seísmos.

Anjar o Anyar en Líbano
Los sillares combinados con ladrillos hacían las casas resistentes a los terremotos

A la ciudad se podía acceder a través de cuatro puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales. Las puertas trazaban dos caminos de lado a lado (el cardo y el decumano) que se cruzaban en su parte central en un gran tetrapilón y formaban cuatro barrios (señoriales en la parte oriental y populares en la occidental). Además, las calles se encontraban bordeadas por pórticos con arquerías techadas (a modo de soportales) en las que desembocaban más de seiscientos negocios.

¿Merece la pena visitar Anjar?
Estructuras que protegían la entrada a los negocios

La ciudad, en contra de una opinión muy generalizada, fue planeada en su totalidad. El agua era traída de la fuente mediante atanores o cañerías y, en el interior de la ciudad, numerosos aljibes y pozos abastecían las casas. Una perfecta red de canalizaciones conducía el agua a través de dos alcantarillas principales que  llevaban las aguas residuales por el centro del cardo y del decumano para arrojarlas al exterior, hacia el norte, por debajo de la puerta.

Canalización de agua en la época Omeya
Red de aguas residuales cloacales de Anjar

Este esquema regular recuerda a la organización de los campos militares romanos, aunque adaptada a funciones mercantiles.

Quienes fueron los Omeyas
Ruinas de la Ciudad Omeya de Anjar

Lo más destacado de Anjar es el cuadrante en el que se encontraba el Pequeño Palacio, quizá por ser la parte más visible y espectacular.  Frente a este pequeño palacio se alzaría uno grande y una mezquita y en la zona suroeste se hallarían las viviendas.

Ciudades fortificadas en Líbano
Mihrab de la mezquita en el Gran Palacio

El otro cuadrante contiene los restos de un hamman y lo que se cree sería otro palacete. Curiosamente, los cuatro palacios de Anjar  poseen la misma planta y distribución a diferentes escalas: alrededor de un patio interior se ubicarían dos salas de recepción y a través de los laterales se llegaría hasta las habitaciones privadas y el piso superior.

Visitas obligadas en Líbano
Las columnas y arcos del Palacio de Anjar

Los muros protectores de Anjar incorporan todas las características de la planificación urbana omeya, que incluso persisten fuera del complejo, como un caravasar que por el momento no se incluye en la visita.

Ruinas con una sola capa de sedimentos
Termas junto al muro perimetral de Anjar

Independientemente de los trabajos que se han realizado en el sitio en ruinas es fácil reconocer cada una de las zonas del trazado urbano de Anjar, así como la funcionalidad de sus edificios. Y creo que, pese a que este lugar queda eclipsado por las imponentes ruinas de Ballbek, es un conjunto de imprescindible visita cuando se viaja a Líbano.

Las ruinas Omeyas ubicadas junto a las romanas de Baalbek
Visión general del Barrio residencial de Anjar

La visita a las ruinas de Anjar

Es posible, de hecho es lo normal, visitar las ruinas de Anjar conjuntamente con las de Baalbek, ya que ambas zonas se encuentran a tan sólo 46 kilómetros. El problema es que, al hacerlo por tu cuenta y no haber un autobús directo que te lleve de un lugar a otro, hay que coger varios medios de transporte y, si oscurece temprano, que es lo que a nosotros nos ocurría por la fecha en la que viajamos, no es muy recomendable que se te haga de noche en la carretera. Así que nosotros visitamos Anjar y Baalbek por separado.

Qué ver en Lïbano
Zona de las termas

Para ser sinceros, nosotros planificamos las excursiones en Líbano en función del tiempo meteorológico, pues tras el chaparrón del primer día, convinimos en que visitaríamos Baalbek el día más soleado de todos los que hubiera. No queríamos estar a cierta altura, con frío y empapados, en medio de un descampado, a riesgo de no disfrutar.

El Mundo con Ella
Macarena descubriendo las ruinas

Por ello, la visita a Anjar se produjo posteriormente a la de Baalbek y, claro, a Macarena por ejemplo, esto le decepcionó un poco. Pues, pese a que ambos lugares son incomparables, no hay nada que hayamos visto por el momento parecido a Baalbek.

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Palacio de las Ruinas de Anjar

Así que, como recomendación y para que no os llevéis una pequeña decepción, recomiendo visitar primero Anjar y luego Baalbek. Aunque a los que sois “locos de las piedras” como yo, creo que no os va a importar el orden porque Anjar es también espectacular a su manera.

Cordillera del Anti Líbano
Arcos y columnas

Realizamos, una vez más, nuestra visita a las ruinas libanesas en completa soledad.

Una vez visitadas las ruinas, el señor de la taquilla casi nos empujó a un pequeño puestecito de souvenirs, junto a la entrada de las ruinas, regentado por una señora armenia con más de 12 cámaras de seguridad en menos de 10 metros cuadrados.

Anjar fue en su día uno de los principales lugares de exilio para los huidos armenios del genocidio perpetrado por los turcos en 1915. Así que hoy día, una gran parte de la población de la ciudad de Anjar es armenia y, por tanto, cristianos.

El puestecillo contaba con iconos ortodoxos, joyas en plata y oro, y una pequeña variedad de otro tipo de souvenirs típicos del país. Al parecer, los armenios son muy diestros en el trabajo de las joyas y Anjar es un lugar de referencia en Líbano para la compra de joyas labradas en plata y oro.

La señora era muy pesada, la pobre ¿Os imagináis cuántas personas visitarán la tiendecita al día? Me llenó la mano de pulseras hasta el codo y cada una de ellas la pesaba para decirme cuál era su precio (al parecer las vendía según en peso del material y no en función del trabajo de tallado). Aunque para ser sinceros, lo de las cámaras, y el datáfono me descolocaban. Sea como fuere, y más como solidaridad que como necesidad, compré un colgante en plata, nada caro. No obstante, si os gustan este tipo de cosas, la verdad es que la tienda es más que recomendable. La señora es formal, los precios no son caros y se puede pagar con tarjeta.

Datos útiles

Imprescindibles de Líbano
Restos de las termas

Precio de las entradas: Las entradas a las Ruinas de Anjar cuestan 6.000 L.L (3,5€) y 3.000 L.L. (2€) para estudiantes y niños.

Duración de la visita: En ver las ruinas de Anjar con tranquilidad se tarda alrededor de una hora.

Dónde comer: Frente a las Ruinas de Anjar hay varios locales de comida, aunque recomendamos uno que hay en la rotonda del pueblo llamado Al Shams. Lo típico en esta zona es el pescado de río: trucha, salmón, etc.

Cómo llegar y salir de Anjar

Calles principales de las Ruinas de Anjar
La Ciudad Omeya de planta cuadrada

Para llegar a las Ruinas de Anjar, primero hay que llegar a la Intersección de Cola en Beirut (Uber: 7.000 L.L. -4€-)

Desde allí, hay que tomar una furgoneta hasta Chtoura por 5.000 L.L. (3€) cada uno que tarda aproximadamente 1h (Se trata del mismo tramo de camino que hay que hacer para ir a Baalbek).

Desde Chtoura se toma otra furgoneta hasta Anjar que tarda aproximadamente 15 minutos y cuesta 1.000 L.L. (0´50€)  por persona.

Esta furgoneta te deja en la entrada del pueblo y, para llegar a las ruinas (que están alejadillas), nos acercó otra furgoneta que nos cobró 5.000 L.L. a los tres.

Como en las Ruinas de Anjar sólo estaba el señor de la taquilla, la señora pesada de las pulseras de la tienda de 10 metros cuadrados y nosotros tres, tuvimos que volver andando hasta la carretera (paso de control militar incluído), y en la recurrente gasolinera “de la esquina” parar una furgoneta que nos llevara a Chtoura por, otra vez, 1.000 L.L. cada uno. Finalmente, la furgoneta de vuelta desde Chtoura a Beirut nos cobró 6.000 L.L. por cabeza.

Joyas armenias en Anjar
Aparejos de influencia bizantina típicos de Anjar

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16 comentarios

Alicia de Trotajoches 2 abril, 2019 at 9:49 pm

Ay Macarena, tus anécdotas viajeras son lo mas. Creo que deberías plantearte escribir un libro que verse sobre este asunto, yo lo compraría fijo. Y además lo regalaría en navidad a mi familia y conocidos.
Al margen de todo esto, el día que viaje al Líbano te haré caso y visitaré primero Anjar y luego Baalbek, ya sabes que no soy muy fan de las piedras….bueno, creo que los 3 trotajoches no lo somos jajajaja.
Un super abrazo.

Responder
El mundo con ella 2 abril, 2019 at 11:23 pm

Ay Alicia, la pobre señora!!! ¿Sabes lo que pasa? Entre que me da la risa, que para no ofender, me muestro respetuosa y que me da vergüenza… o penilla… Me meten cada una!!!! Además, como Yayo es muy seriote, siempre me pillan a mí por banda que tengo que tener cara de buena o de abuelita fácil de engañar. No te voy a decir que el de la puerta me llevó a empujones, pero sí me alentaba a entrar a la tiendecita acorralándome un poquito. Luego, allí dentro, la señora era ¡venga a sacar cajas y cajas! Me colocaba las pulseras, me las quitaba, las pesaba, me decía el precio y luego me las volvía a poner. En estos casos, yo miro a los míos que, en lugar de sacarme del embrollo, me preguntan ¿Cuál te gusta? Y ¡Claro! Eso alienta al vendedor ¡Nada! ¡Que no hay manera! Así que la única manera de salir de esas situaciones es comprando algo y ¡Hala! Lo peor es que luego, cuando uso esas cosas, me acuerdo del episodio y no me agrada. En fin, a lo mejor es que soy muy quejica o puede que sea verdad que, en cierta forma, sigo conservando algo de inocencia. No sé.
Un abrazote

Responder
El desvan de vicensi 2 abril, 2019 at 10:14 pm

Como dice Alicia en el comentario hay que ver la de hsitorias que os ocurren, menso mal que al final todas salen bien. Por otro lado no esta mal Anjar, veo que hay bastante por visitar, lo pongo en mi lista. Un beso

Responder
El mundo con ella 2 abril, 2019 at 11:25 pm

Ay Vicensi, yo creo que tengo que tener una cara de buenaza… O puede que en fondo siga siendo muy inocentona y todas estas cosas me siguen dando risa, o sorprendiendo,…
Anjar es un lugar ideal. El problema fue que, al visitarlo después de Baalbek, como es menos espectacular, pues da la apariencia que «tiene menos valor», pero es también un sitio admirable.
Espero que puedas ir algún día.
Un besito

Responder
Marina [Los Pobres también viajamos] 3 abril, 2019 at 2:36 pm

Qué lugares tan interesantes nos muestra siempre. Alucino con tus viajes, son una verdadera pasada.

Gracias por compartirlos con nosotros.

Responder
El mundo con ella 4 abril, 2019 at 12:02 am

¡Jo, no, Marina!

Gracias a vosotros siempre. Me alegro que te guste.

Un abrazo!!!!

Responder
Julia C. Cambil 3 abril, 2019 at 2:40 pm

Aunque ver el paso de sucesivas civilizaciones a través de las construcciones es muy interesante, me parece que también tiene mucho encanto ver algo tal cual se concibió, sin remodelaciones, re-construcciones o reformas. En este segundo caso es como si el tiempo se hubiese detenido de alguna manera (aunque no para el deterioro, claro).

¿Sabes lo que más me llama la atención de estas ruinas? Pues que denotan un orden perfecto a la hora de diseñar la ciudad. Yo que soy una maniática del orden y la simetría habría disfrutado mucho viviendo allí jajajjaa. Y desde luego es innegable que tiene gran belleza, aunque no resista tal vez ciertas comparaciones. Para evitarse eso lo mejor es hacer lo que recomiendas: planificar la visita e ir de menos a más 🙂

La anécdota con la señora de la tiendecita tuvo que tener lo suyo, ¡pobrecita! jajajaja. Yo odio cuando creo que empujan a hacer algo que en realidad no quiero hacer pero no soy capaz de negarme abiertamente. Si te sirve de consuelo, yo también habría terminado comprendo algo con tal de salir del apuro.

Magnífica la entrada, como siempre. ¡Muchas gracias, guapa!

Besitos de miércoles.

Responder
El mundo con ella 4 abril, 2019 at 12:09 am

En realidad, Julia, soy tan diferente según el entorno… En mi trabajo, por ejemplo, soy muy firme. En casa, muy madraza. Y aunque intento ser lo más amable posible, a veces soy bruta porque tengo el defecto de ser muy sincera y muy directa. Pero, cuando viajo y veo algunas situaciones, es que me desarmo.

Respecto a las ruínas, insisto en que lo maravilloso de estas visitas fue que estábamos solos y recrearse en lugares históricos de tanta belleza es todo un privilegio.

Leyéndote, me he sonreído. Anjar es el paradigma, creo, del orden extremo en el trazado urbano. Si ves el plano es casi una cuadrícula de ajedrez. Supongo que para tí será todo un encanto; aunque ¿Te imaginas lo que debía ser vivir allí? Porque, al menos, con mi despiste habitual seguro que me equivocaba de casa jjjjjjj ¡Son todas iguales!

Me alegro que te haya gustado también este sitio.

Un besazo

Responder
Laura.M 4 abril, 2019 at 12:41 am

En primer lugar me alegro de que lo arreglaras y pueda volver a entrar, creéme que lo intenté y no había forma.
Y ahora al asunto. Me encantan todas estas culturas y su medio de vida, así como me recuerda mucho a los romanos, por Mérida. Me da igual el orden Macarena, me gustan «las piedras» y disfruto mirándolas intentando averiguar algo más de lo que vemos. Se aprecia muy bien el suelo de las termas.
Que bien se hace una visita con tan poca gente, a que sí , libre de agobios para sacar fotos sin prisas?
Y en cuanto a tus anécdotas nos pasan en cuanto salimos a otros países, nos calan y lo mejor es compar algo para que te dejen en paz.
Gracias por tus buenas informaciones.
Buena noche.
Un abrazo.

Responder
El mundo con ella 4 abril, 2019 at 12:54 am

He tenido que cambiar la forma de firmar los comentarios y sólo he podido hacerlo identificándome, así que si no me hubieras avisado, sería como haber caído en un agujero negro jajajajajaj ¡Gracias por avisar!

Pues, Laura, como en ese sentido eres como yo, de las que amamos ruinas, lápidas, piedras y estructuras inertes, hubieras disfrutado este lugar tal y como lo hicimos nosotros.

Te insisto, como la vez anterior, cuando citas Mérida, y es que no me extraña que encuentres similitudes entre Líbano y España. Al final, todos los pueblos mediterráneos tenemos un origen común.

Muchas gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo!!!!

Responder
Mila Gomez 4 abril, 2019 at 3:05 am

Hola Macarena, he quedado fascinada con toda la información que proporcionas y las imágenes, ¡soberbias! También soy fanática de las piedras, la arqueología en general. No conozco el Líbano pero desde luego con lo que muestras me hago una idea de lo que al menos yo, visitaría, y a ser posible con tu consejo meteorológico.

Me impresiona tan solo imaginar el talento y creatividad para llevar a cabo tan magna ciudad y programarla contra los seísmos, calculando los canales del agua y demás, parece que por entonces estuvieran más adelantados que ahora pues todo se hacía con precisión. Es curioso que se creyera no terminada cuando si lo estaba. En cualquier caso sigue en pie como tantas otras, para poder verlas y además viajar.

¡Me ha encantado!
Gracias por mostrar esta maravilla.
¡Un abrazo!!

Responder
El mundo con ella 4 abril, 2019 at 9:45 pm

Ohhhh Gracias Mila,

Pues me entusiasma que me digas que también te encantan «las piedras». Hay a quien no le gustan. Pero a mí me fascinan, supongo que porque me dan la posibilidad de imaginar cosas y viajar en el tiempo.

En Líbano, Mila, disfrutarías como una niña. Es la cuna de las civilizaciones conocidas y, mires donde mires, hay Historia, hallazgos arqueológicos, ruinas,… Es una auténtica pasada. Además es un país con mucho encanto, buena comida y gente muy amable. Además, aún es un destino poco barajado por el turismo, así que se está a salvo de las hordas de instagramers lo cual es un lujo hoy día.

Es cierto que Baalbek es el destino estrella del país porque sus ruinas son incomparables con ninguna otra en el mundo, pero Anjar es un lugar muy interesante y bello y tiene mucho que ofrecer y mucho que enseñar.

Me alegro que te haya gustado. Muchas gracias.

Un abrazo!!!

Responder
Norte 6 abril, 2019 at 9:33 pm

Como tú, Norte es un apasionado de las piedras,… así que Anjar le ha parecido fantástica. Qué fotazos, esa combinación de piedras y ese verde intenso de los cupressus,… sin nadieeeeeeeeeeeeeeeee!!!, cómo lo lográis,… me tienes muerto de envídia. Sin duda a Norte le entusiasmará Líbano,… espero que pueda cumplir su sueño!

Responder
El mundo con ella 6 abril, 2019 at 10:09 pm

Ojú Norte, qué preguntas. Yo ya sé que es retórica, pero ya tuvimos bastante en Vietnam!!!! Aquí, ya sabes, que no hubo intención. No sabíamos dónde ir pero queríamos ir a alguna parte y buscando los vuelos más baratos ¡Allí caímos! Para dentro de poco, «hemos caído» en otro lugar «sin intención». A ver qué tal…
Pero sí, Norte, lo de Líbano es que es inenarrable. Por la poca información que encontramos antes de viajar, ya intuíamos que íbamos a encontrar poco turismo ¿Pero solos? Eso únicamente ocurre una vez en la vida; pero te advierto: después de mis entradas, Líbano se llenará de viajeros jajajajajajaja ¡Tienes que ir ya!
Un fuerte abrazo!!!!

Responder
Maria Delgado 8 abril, 2019 at 11:19 pm

Otra buenísima entrada Macarena!! Yo también soy una loca de las piedras jajaja veo que la entrada no es nada cara! Todas las fotos geniales!!
Un besote!!!

Responder
El mundo con ella 9 abril, 2019 at 12:17 am

Gracias María.
El sitio es tan diferente… Y además, cuando llegas a un lugar como éste y lo disfrutas sin gente… ¡Somos unos privilegiados!
Me alegro que te haya gustado.
Un besazo.

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