Llegada de Pescadores al Puerto de Mbour |
Amando Yayo el mar y la pesca tal y como los ama, no cabrá duda que la visita a los principales puertos del país ha sido un imprescindible todas las veces que hemos visitado Senegal. En 2003, también fuimos al puerto de Dakar; pero, el que nunca ha pasado por alto en nuestros viajes al país africano, ha sido el Puerto de Pescadores de Mbour.
Llegada de Pescadores al Puerto de Mbour |
Llegada de Pescadores al Puerto de Mbour |
Puerto de Mbour |
Sólo 4,5 Kilómetros separan Saly de Mbour y se tardan unos 15 minutos en llegar de un lugar a otro. El taxi de ida y vuelta cuesta 3.000 CFAS (unos 4,5 €). El lío se monta al bajar del coche, cuando una decena de jóvenes se arremolinan alrededor para servir como guías. La verdad es que les da un poco igual que les contrates o no. Se te añaden como guardaespaldas y comienzan a espantar a todos los demás chavales que quieran acercarse.
Pueblo de Mbour |
Lo cierto es que de Mbour siempre nos han advertido por no ser lugar muy recomendable: carteristas, timadores,… Lo que se dice muy buena reputación, no tiene.
Puerto de Mbour |
Bajamos tranquilamente por la calle principal del lateral del mercado hasta la playa y allí… todo permanecía igual. Los puertos de pesca senegaleses, al igual que el resto de los africanos que conocemos, son muy diferentes de los nuestros. A diferencia del puerto comercial de Dakar, en el que existe una infraestructura portuaria, una estación marítima y lugares para el embarque de personas y mercancías, lo que se conoce como “Puerto pesquero” en África viene a ser una parte de litoral playero en el que cientos de mujeres y niños descargan el pescado de los cayucos anclados a metros de la orilla, adentrándose en el mar con cubos y cajas sobre sus cabezas que, una vez cargadas, vuelven a transportar hasta la orilla.
Puerto de Mbour |
Carretas tiradas por burros trasladan cubos llenos de un lugar a otro, montañas de pescados clasificados y amontonados se diseminan por la playa de sucia arena, sombrillas, toldos, arena, cajas de pescado, colores, suciedad, olores…
Puerto de Mbour |
Paseamos entre las montañas de pescado en la arena. El calor comenzaba a apretar ahora que el sol estaba alcanzando la cima del cielo. Y Macarena se aferraba a la mano de su padre entre sorprendida, maravillada y asustada.
Puerto de Mbour |
En la playa de Mbour -y también en su mercado- se pueden adquirir cientos de productos curiosos salidos del mar: conchas, caracolas, nácar, mandíbulas de tiburón, peces globo,… y ¡Claro! Macarena tenía que ver todas aquellos tesoros.
Puerto de Mbour |
Nos dirigimos al hangar en el que se comercia con pescado y comenzó la negociación ¡Puf! Yayo eligió un pescado y un vendedor comenzó a regatear por el pago. Tras un rato de tira y afloja y el coge y suelta la calculadora, llegaron a un acuerdo. Macarena mientras se quejaba del olor y de los salpicones de agua sucia que enfangaba sus pies descubiertos. Cuando Yayo se echó mano al bolsillo y fue a pagar, salió una señora de detrás del peso y dijo que el pescado era suyo y que por ese precio no lo vendía. Así que ¡vuelta a empezar! para terminar llegando a la misma conclusión y al mismo precio. También compramos unas gambas y unos calamares y, cuando ya comenzamos a agobiarnos -porque allí terminas agobiándote- nos marchamos calle arriba.
Puerto de Mbour |
Tras el hangar, en una especie de aparcamiento improvisado, sorprende ver imponentes y modernos camiones frigoríficos que trasladan el pescado hacia el Norte, en ocasiones, hasta Europa ¿Quién diría que de un lugar como éste, de pesca artesanal y caótica, saldrían trailers para la exportación de ingentes cantidades de pescado? Ver para creer.
Puerto de Mbour |
Nuestro guía “adosado” nos preguntó si queríamos visitar el mercado ¡Qué va! Cargados de pescado como íbamos y con el calor que ya hacía, no se nos hubiera ocurrido pasear entre el bullicio de los puestos del mercado de Mbour. Así que le dimos una propina de 1.000 CFAS (1,5€) y cogimos el taxi -que nos estaba esperando- de vuelta a Saly.
Pueblo de Mbour |
Si viajáis a Senegal, nos os perdáis la llegada de pescadores al Puerto de Mbour, pues se trata de un espectáculo que no olvidaréis en la vida. Puede que, a ratitos, el bullicio, los jóvenes y el trasiego os pueda haceros sentir intimidados, pero es una de las visiones africanas que merece la pena experimentar en este viaje. Recordar evitar ir cuando ya ha caído el sol porque no se trata de un lugar muy recomendable y si os sentís más seguros haciéndoos acompañar por alguien que recibirá un pequeña propina y alejará al resto de los molestos “guías” ¿Por qué no?
Nueva mezquita de Mbour |
6 comentarios
Hola Miguel!
Gracias a ti por seguir nuestras historias.
Cuando yo era pequeña, mi abuelo también me llevaba a una lonja que cerró hace muchos años, antes de ir al colegio; porque, la verdad, es que siempre me ha llamado la atención ver el pescado fresco listo para la venta.
Pero Mbour es un lugar "acojonante" tanto por lo que ves, como por lo que vives. Intimida, la verdad; así que imagínate la cara de Macarena. Pero lo cierto es que es un lugar para no perderse.
Un beso desde África, Miguel.
Hola Macarena, solamente con leerte ya es una experiencia arrebatadora, imagino que vivirlo es algo realmente único.
Admiro también vuestra valentía para adentrarnos en zonas un tanto intrépidas por lo que nos cuentas, claro que de día siempre es más cauto, además es la hora de los pescadores y mercados claro.
Salvando las distancias y mucho claro, me recordaba a mi niñez y a mi padre cuando me llevaba a la llegada de algunas barcas artesanales a la playa de La Línea de la Concepción, para comprar algo de pescado fresco, que bueno.
Bueno preciosa y descriptiva entrada que nos enriquece turísticamente y culturalmente.
Un beso y gracias por compartir tus experiencias.
Solo con las fotos y la descripción te da la sensación de estar allí mismo, me encanta!! Un besito
el blog de Sunika
Gracias Asunción.
Hola Macarena, ¡qué experiencia tan hermosa! Todos los puertos pesqueros (en algunos casos simples playas) tienen ese denominador común de la tensión de los mercados y su actividad frenética que tan bien has sabido plasmar. Yo he tenido oportunidad de visitar mercados pesqueros por una gran parte del mundo y alguno de ellos también los he plasmado en un post ( http://www.elbailedenorte.com/2014/07/el-viejo-bereber.html) y, aunque en forma de relato toca el mundo de los puertos pesqueros en este caso en Marruecos. Te felicito por la entrada!
¡Oh! Qué ilusión me hace este comentario!!!!!
Siento no haber contestado antes, pero andábamos de acá para allá en Asia.
Te doy mi palabra que leeré tu post y te lo haré saber. En casa somos amantes del mar y… de Marruecos.
Muchas gracias por tus palabras.
Un saludo