Cómo es la isla de Guraidhoo y qué hacer allí

Guraidhoo se encuentra a unos 15 ó 20 minutos en ferry público de la isla de Maafushi y, como Maafushi, se ubica en el atolón Kaafú al sur de Malé, frente al Hotel Holiday Inn.

Se trata de una isla más pequeñita, pero como por el contrario, es menos turística, da mayor sensación de amplitud.

Guraidhoo conserva el ambiente de las islas locales de Maldivas de hace 10 años: sin edificios altos, sin música a todas horas del día, y sin chiringuitos, restaurantes y actividades en cada esquina. Así que, en ese aspecto, al visitar la isla recuperamos lo que fuimos a buscar en el archipiélago: una isla tranquila, poco turística, de arena blanca y aguas azules.

Cómo llegar a Guraidhoo

Maafushi, Gulhi y Guraidhoo son tres islas del atolón sur de Malé, a relativa poca distancia en barco de la capital.

El Ferry público sale justo al lado de donde te deja el ferry que llega desde el aeropuerto a la capital. El muelle desde el que opera el barco público de Malé a Maafushi es Hulhumale’ Ferry Terminal (el más cercano al pequeño muelle Airport Ferry (¡Ya no es el de Villingili!), así que no hay que coger ni siquiera un taxi. El precio es de 21 Rufiyaas (MVR) (1,25€) por trayecto. Y el horario, te lo dejamos a continuación.

Este ferry opera todos los días de la semana, menos los viernes.

La segunda opción es llegar a Maafushi en speed boat, cuya parada se encuentra también junto al muelle que llega del aeropuerto, a su derecha (Jety no.7) y de allí tomar el ferry que va de una isla a otra.  Los pasajes pueden reservarse a través de internet, aunque también es posible pagarlos allí mismo. El trayecto cuesta 25$ y tarda aproximadamente una hora, más 20 minutos desde Maafushi.

Dónde alojarse y dónde comer en Guraidhoo

No es complicado encontrar alojamiento en Guraidhoo porque aunque se trata de una isla poco turística, los pocos extranjeros que la visitan realizan un importante aporte a la economía local.

Existen más de dos decenas de hoteles, hostales y guesthouses en la isla de varios precios y calidad. Muchos de ellos, como el nuestro, son casas tradicionales transformadas en pequeños hotelitos de dos o tres habitaciones de donde las familias obtienen una fuente de ingresos. Casi todos incluyen el desayuno en el precio y en realidad da igual en qué lugar de la isla se ubiquen porque, como ya hemos dicho, ésta es muy pequeña y se llega al mar en no más de cinco minutos. No obstante, todas ellas siempre te recogen y te vuelven a llevar al puerto para que evites andar por la isla cargado con el equipaje.

Por su parte, la oferta de restaurantes es reducida, lo que no significa que no la haya, que sí que la hay; pero no en la extensión en la que se puede encontrar en otras islas, como la de Maafushi.

Hay algunos chiringuitos junto a la playa turística, pero nosotros comimos en uno de ellos y la comida era escasa y de poca calidad, tardaba bastante, y además era cara.

Sin embargo, hay otros restaurantes en la isla, como “Amore The Island Café” o “Flat Bread”, con aire acondicionado, en donde la comida es mejor –. De hecho en Flat Bread hacen unas pizzas muy buenas- y la calidad-precio es mucho más sensata.

También hay varias tiendecitas en la calle principal de la isla, junto al puerto, en donde se puede comprar algo de fruta, snacks, bebidas sin alcohol o helados.

Cómo es la isla de Guraidhoo

Guraidhoo es una isla pequeña que conserva el encanto de las primeras islas maldivas que se subieron al carro de realizar una oferta turística a los extranjeros: calles sin asfaltar, casitas pequeñas, pequeños hoteles y escasos restaurantes…

Un pedazo de Paraíso lo arregla todo.

San Juan Bosco

Se encuentra frente a otra pequeña isla que aloja al hotel Holiday Inn y una más pequeña aún, a la que se encuentra unida por una lengua de arena, llamada Lhosfushi, que se encuentra deshabitada,  y con la que forma una bahía en la que se puede hacer snorkel.

La isla tiene un campo de fútbol, un cementerio, un basurero, un colegio, varias mezquitas, un centro de buceo, e incluso un cajero automático. Así que tiene de casi todo, pero en chiquitito.

Hay varias zonas habilitadas como playa: la primera de ellas, al Norte, está destinada a los turistas –la típica “bikini beach” de Maldivas, y la verdad es que la han acondicionado muy cuidadosamente. Los locales, por cierto, se sienten muy orgullosos de ello.

Se encuentra acotada, y en ella han colocado varias palapas con tumbonas, que aunque no son muchas, para el volumen de turistas que hay, parece que sobran. De hecho, en los días que pasamos allí, únicamente coincidimos con otra pareja. Además, hay palmeras y columpios de lo más fotogénico. Aunque falta, diría yo, un chiringuito de bebidas frescas.

Frente a bikini beach, se encuentra un banco de arena, llamado Fuhpi Finolhu Sandbank, hasta el que se puede llegar andando con marea baja.

Además, en la parte Este de la isla, hay otra playa, que es la utilizada por las familias locales. Pero allí hay que bañarse con ropa.

La isla, en la parte Oeste, tiene diversos espigones en los que se ha ganado terreno al mar y desde el que pueden observarse bellas puestas de sol.

Asimismo, a tan sólo unos metros de la isla hay una rompiente ideal para hacer surf; aunque para ello, es necesario alquilar una tabla y una barca que te lleve hasta allí.

Qué hacer en Guraidhoo

En realidad Maldivas es un lugar al que se va para desconectar: dormir, comer, disfrutar del mar, tomar el sol,…lo obvio.

Pero en Guraidhoo se pueden realizar también otro tipo de actividades como el snorkel –aunque a nosotros nos parece que es mejor el de Maafushi-, el surf -que ya hemos mencionado-, el buceo –hay un par de centros de buceo en la isla-, la pesca, o incluso contratar algunas excursiones para hacer las típicas actividades que se hacen en Maldivas: ver mantarrayas, tiburones, visitar algún que otro resort… El tema, sin embargo, es que al haber una oferta más reducida, los precios se incrementan; por lo que si esa es la idea, es mejor realizar las excursiones desde Maafushi.

¿Merece la pena visitar Guraidhoo?

Haciendo spoiler diré que a nosotros sí que nos mereció la pena tras haber visto en qué se había convertido Maafushi. En este sentido, si lo que buscas es una isla local muy tranquila y sin apenas turismo, éste es tu sitio; pero si la idea es realizar muchas actividades, que la oferta de alojamientos, restaurantes y excursiones sea más amplia, no recomiendo el sitio.