Maafushi fue la primera isla local que emprendió una política turística low cost cuando el gobierno de Maldivas decidió cambiar la Ley en 2008 para abrir sus islas locales al turismo. Así que a día de hoy es una de las más turísticas y la que más servicios ofrece.
Nosotros visitamos la isla de Maafushi en 2014, cuando el turismo mochilero comenzaba a despuntar en las islas locales de Maldivas y, desde entonces, la isla ha cambiado bastante perdiendo gran parte de ese encanto que diez años más tarde nos hizo volver.
La primera vez que la visitamos, a los barcos públicos se les conocía como dhonis. Ahora son ferris. La playa bikini para turistas era poco menos que un trozo de arena cubierto con un cañizo; y no había más que cuatro o cinco alojamientos, una tienda y un comercio de souvenirs. Las casas y los hoteles no excedían una altura y las comidas tenían que hacerse en los mismos alojamientos porque sólo había un restaurante. Pero diez años más tarde, se trata de la isla local más concurrida de Maldivas con terreno ganado al mar, altos hoteles y edificios y decenas de restaurantes que se agolpan en la parte Norte de una isla de poco más de un kilómetro.
Cómo llegar a Maafushi
Maafushi, Gulhi y Guraidhoo son tres islas del atolón sur de Malé, a relativa poca distancia en barco de la capital.
El Ferry público sale justo al lado de donde te deja el ferry que llega desde el aeropuerto a la capital. El muelle desde el que opera el barco público de Malé a Maafushi es Hulhumale’ Ferry Terminal (el más cercano al pequeño muelle Airport Ferry (¡Ya no es el de Villingili!), así que no hay que coger ni siquiera un taxi. El precio es de 21 Rufiyaas (MVR) (1,25€) por trayecto. Y el horario, te lo dejamos a continuación.
Este ferry opera todos los días de la semana, menos los viernes.
La segunda opción es llegar a Maafushi en speed boat, cuya parada se encuentra también junto al muelle que llega del aeropuerto, a su derecha (Jety no.7). Los pasajes pueden reservarse a través de internet, aunque también es posible pagarlos allí mismo. El trayecto cuesta 25$ y tarda aproximadamente una hora.
Dónde alojarse y dónde comer en Maafushi
No es complicado hoy encontrar dónde alojarse o comer en Maafushi, ya que hay opciones para todos los bolsillos.
Aunque hay hoteles con habitaciones preciosas, piscina y vistas al mar, nosotros, fieles a nuestro “Maldivas low cost” optamos por un pequeño hotel familiar, como los del principio, porque sabíamos que íbamos a estar cómodos.
Aunque hay muchos otros, nosotros elegimos el Hotel Water Seven, ubicado alrededor de un patio de arena cubierto donde sirven el desayuno: Habitación doble, con baño individual, agua caliente y desayuno. 153€ cuatro noches y es posible pagar con tarjeta.
Con respecto a la comida, y a diferencia de lo que sucedía hace 10 años, la oferta es amplia y los restaurantes, tipo chiringuito de playa, con mesas en la arena y cubiertas con un cañizo, proliferan como setas. Los precios y la comida es muy similar en todos ellos: pescados, mariscos, western food…
Nosotros nos decantamos por Octopus, donde comimos casi todos los días y, la verdad, que estupendo: un servicio rápido, una oferta variada y unos precios normales.
Al ser un país musulmán, en Maldivas está prohibido el consumo de alcohol salvo en los resorts; pero como el turismo es negocio, hoy día se puede consumir alcohol en barcos que atracan a pocas millas de las costas en las que prolifera el turismo, se trata de los floating bar. Una pequeña barca, te recoge en tierra firme y te lleva al barco donde puedes tomar una cerveza, escuchar música y comer algo. A precio de oro, claro está. Así que, quien hace la ley hace la trampa, porque al fin y al cabo, un barco, por mucha bandera Maldiva que ondee, no es tierra firme del país.
Cómo es Maafushi
Maafushi es una isla pequeña y alargada de un kilómetro de largo por algo menos de 300 metros de ancho con una comunidad de casi 3.000 habitantes, más la población flotante de turistas que cada día llena sus infraestructuras turísticas.
El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos.
En los últimos 10 años, Maafushi ha ganado terreno al mar construyendo varios espigones que han dado lugar a nuevas playas –por supuesto para turistas-. Pero no deja de ser una isla muy pequeña que se puede recorrer andando de punta a punta.
La mayor parte de hoteles y restaurantes se concentra en el extremo Norte de la isla, en donde se encuentran las dos “playas bikini” –porque hay que saber que no es posible el uso del traje de baño occidental en cualquier lugar de las islas locales, estando los lugares en los que esto está permitido, acotados para ello-.
En el extremo opuesto, hay una prisión y, entre la zona turística y la cárcel, viven las familias que trabajan en la isla; y es allí donde se encuentran el dispensario, las mezquitas, un campo de fútbol, el colegio, tiendas de conveniencia y, en fin, todo lo que una ciudad chiquitita tiene.
En la zona oeste, se encuentra el embarcadero y los chiringuitos que se encargan de las excursiones y la este es la menos concurrida por turistas y más por los locales, es decir, en la que nosotros nos sentimos más a gusto. Aquí se encuentran las pequeñas embarcaciones de los pescadores de la isla, algunos bancos y un pequeño parque infantil en el que también se puede hacer deporte.
El principal arrecife de la zona se encuentra a este lado de la isla y, aunque no está bien visto tomar el sol y bañarse en bikini, nosotros dejábamos las cosas en los bancos para pasarnos la mañana y la tarde haciendo snorkel.
Qué hacer en Maafushi
Podría hacer una extensa lista de cosas que ver y hacer en Maafushi, pero estamos hablando de una pequeña isla rodeada de la inmensidad y belleza del Océano Índico, así que lo obvio es relajarse, tomar el sol, bañarse, hacer snorkel, dormir y comer.
Ahora bien, se ofrecen muchas excursiones y actividades a mejor precio que en los resorts y con una variedad casi pasmosa. Se puede contratar casi cualquier cosa: parasailinig, buceo, snorkel, pesca, motos de agua, avistamiento de tiburones, de tiburón ballena, de mantarrayas, visita a resorts de día, excursiones a otras islas… En fin, lo esperable.
¿Merece la pena visitar Maafushi?
Si bien es cierto que entre las ventajas que ofrece Maafushi se encuentra su cercanía y buena conexión con la isla de Malé, la amplia oferta hotelera y la multitud de actividades que se ofrecen a precios competitivos; hoy día se ha convertido, no en una alternativa a los resorts, sino en “la alternativa”; así que ha dejado de ser la isla paradisíaca que un día fue y se ha convertido en un lugar lleno de turistas. Maafushi ya no conquista corazones. Es un lugar más para hacer fotos de Maldivas a bajo precio. La próxima vez, si es que hay una próxima vez, elegiré otro lugar.
10 comentarios
Eso me suena, lo de tener enclaves casi vírgenes y ver cómo llega el turismo para engullirlo todo, incluso robando terreno al mar, y es que en mi isla eso ha sucedido con el paso del tiempo.
A veces me pregunto cómo sería de haberse mantenido como eran unos 40 años atrás. Y mira que soy de la opinión de que hay que avanzar, mejorar, y cazar todas las oportunidades, pero……….siendo sincera, si ahora mismo me dejaran elegir, hubiera elegido cambio pero no «tanto» como el actual, hubiera preferido que se respetasen playas cuasi vírgenes a un término intermedio entre el pasado y la masificación actual.
Y tú dirás ¿qué hace esta niña hablando de su tierra cuando aquí, en esta entrada, se viene a hablar de Maldivas y más concretamente de Maafushi? Pues precisamente porque al tener conocimiento de causa, te quería preguntar ¿Qué piensas tú e¡del cambio del primer viaje a este segundo? ¿Te hubieras quedado en un punto intermedio?. ¿En todo, en algunas cosas?
Si, me salió la vena preguntona, a veces suecede 🙂
Dicho esto, Macarena, me ha parecido una entrada muy de tu estilo; con información detallada de transporte, precios, hoteles, etc.
Hay que sacar el lápiz y papel para apuntar todo, porque este viaje promete.
Muchas gracias por compartirlo, amiga.
Un beso muy fuerte!
Amiga mía, yo coincido totalmente contigo. Hay lugares que desgraciadamente se han echado a perder. Es verdad que se trata de un gran impulso para la economía, pero ¡A qué precio!
Yo me hubiera quedado con la isla de hace 10 años, desde luego. De hecho, nos cambiamos de isla para retroceder esos años en el tiempo. Por suerte, hay todavía sitios, pocos, en el mundo donde el turismo no se ha enterado que vamos nosotros jijijijiji
Un besazo y tú nunca molestas con tus comentarios.
Qué lástima, no es el primero ni será el último de sitios preciosos que el turismo estropea. Una lástima
Un abrazo
Coincido contigo, Asun.
Un abrazo!!!
Y el hombre robando terrenos para estropear más.
Se ve un lugar tranquilo.
He estado un pelin liada de viajea a Salamanca, Ya vuelve la nornalidad.
Un abrazo
Bueno Laura, también es que las islas son muy pequeñitas. A lo mejor, lo que más la ha estropeado son las construcciones y la instalación de muchos negocios turísticos.
He visto algunas fotos de tu viaje a Salamanca.
Un abrazo!!!!
Entiendo lo que dices del encanto que ha perdido y lo masificada que està ahora, pero creo que es un pensamiento algo limitado y egoísta… Abrir las puertas al turismo les ha permitido crecer muchísimo económicamente y disfrutar de una vida muuuuuucho más digna y agradable… antes eran gente infinitamente más humilde… sin acceso a medicinas, tecnología, transporte (iban todos en bici, ahora pueden permitirse la moto). Era básicamente una isla de pescadores en la que contaban con lo justo para comer y poco más.
El turismo genera mucho mucho empleo, y al igual que en España dependemos de ello, me encanta que las islas locales puedan gozar de una vida mejor y dar a los turistas una experiencia inolvidable en un a isla que sigue siendo un paraíso. Madrid, Salamanca, Bilbao, Màlaga o Barcelona seguramente fueron lugares muy diferentes hace 100 años, y también han evolucionado de forma inevitable.
¡Hola Manuel!
Creo que no me he excedido en el comentario «perdiendo gran parte del encanto que diez años más tarde nos hizo volver», así que tildarlo de «limitado y egoísta» Mmmmmmmmm
Por supuesto que estoy de acuerdo contigo en el hecho de que el turismo crea empleo y enriquece lugares, y de acuerdo con el hecho de que los lugares evolucionan, pero me vas a perdonar si no me gustan los lugares masificados con la música «chunta chunta» todo el día y decenas de barcas y motos de agua para arriba y para abajo presionando especies y hábitats marinos. Porque al igual que el turismo es generador de oportunidades económicas, en muchos lugares resulta pernicioso: genera basura, destruye ecosistemas, molesta a los vecinos… y termina por cargarse la gallina de los huevos de oro. Que no digo que sea el caso, pero nada más hay que ver a los vecinos de las grandes ciudades que tú pones como ejemplo manifestarse contra los pisos de alquiler turístico en sus zonas residenciales.
Y como ya no me gustó el rollo de Maafushi, me fui a otra isla a contribuir al enriquecimiento de la economía local en el mismo país, disfrutando de lo que se integra más en mi concepción de Paraíso.
Yo lo siento Manuel, soy una limitada y una egoísta, pero no me gusta la sobreexplotación turística que sufren muchos lugares. Pienso que hay muchas formas en las que un país puede afrontar el desarrollo turístico haciendo prosperar la economía local, pero el modelo que se ha aplicado, concretamente en Maafushi, no va conmigo.
Sí… entiendo lo que comentas, y lo comparto, me ha gustado mucho más Dhanguethi que Mafushi, todavía conserva ese carácter más auténtico y salvaje, aunque poco a poco lo irá perdiendo… y sí, es una pena, supongo que todo tiene sus pros y sus contras. El turismo mejora la vida de la mayoría de locales y de algunos turistas (a los que les vaya el chunda chunda), pero destruye lo que hace realmente especial a este país, que son sus aguas y animales… y sí, es asqueroso. Ojalá se planteasen cambiar el tipo de turismo que venden, y hacerlo más local y respetuoso con la naturaleza.
En fin, el ser humano es lamentable. Somos lo peor que nunca ha caminado por este planeta 🥲
¡Hola Manuel!
No puedo estar más de acuerdo en todo lo que dices. No he estado en Dhanguethi, pero me parece que ese sandbank mola mucho ¿No?
No sé si volveré a Maldivas, realmente fue una sorpresa poder volver, ya que pensé que nunca más pasaría por allí; así que, si puedo volver alguna vez, apuntaré la isla que recomiendas en mi lista de deseos.
Muchas gracias por tu comentario. Ha sido todo un placer intercambiar impresiones contigo.
Un saludo!!!!