Habíamos planeado realizar el trayecto de Udaipur a Jodhpur en coche para poder hacer las paradas que nos permitieran conocer el Fuerte Kumbhal y el Templo jainista de Ranakpur, que en fotografías nos habían enamorado antes de viajar.
Negociamos en Udaipur un coche con conductor por 5.500 rupias (60€) para ese trayecto y aunque nos pareció un poco excesivo, dadas las circunstancias en las que yo me encontraba en Udaipur, el objetivo era encontrar un coche para el día siguiente, así que ni buscamos, ni discutimos mucho.
El camino se hace bastante largo y pesado. El firme no es regular, hay muchas curvas y grandes tramos en los que el paisaje es muy árido y no hay mucho para distraerse. Aunque, a decir verdad, hice la mayor parte del viaje durmiendo. Aun así, tengo que decir que tanto el Fuerte de Kumbhalgarh y el Templo de Ranakpur merecen la pena los kilómetros de incomodidad.
La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y característicos de la belleza.
La primera parada fue en el Fuerte de Kumbhalgarh, a 80 kilómetros de Udaipur.
El Fuerte, que fue construido en el siglo XV, posee el muro contiguo más largo del mundo tras el de la Muralla China, con un total de 36 km.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2013 y es el segundo Fuerte más grande de India.
Kumbhalgarh Fort posee 7 puertas de acceso y, su interior aloja 360 templos hinduistas y jainistas.
Gracias a su ubicación estratégica, Kumbhalgarh fue utilizado como refugio seguro por los gobernantes Mewar en momentos de amenaza o peligro. Está construido sobre una colina aprovechado las propiedades defensivas del terreno.
La subida hasta el palacio es bastante fatigosa, y lo cierto es que el interior no es tan lustroso como el de otras fortificaciones que vimos en Rajastán, pero nada más por poder ver la estructura de la fortificación, merece la pena visitarlo.
El Fuerte abre de 9:00 a 18:00 horas y la entrada cuesta 500 rupias (5,50€). Por la noche hay una espectáculo de luz y sonido a partir de las 18:30 horas que dura 45 minutos.
Templo Jainista de Ranakpur
La siguiente parada fue Ranakpur. Desde el Fuerte Kumbhalgarh hasta el Templo Jainista hay 33 kilómetros, pero se tarda algo más de una hora en llegar.
La principal atracción de Ranakpur es su templo jainista.
El jainismo es una doctrina surgida en el siglo VI a.C. de Majavira y propone un tipo de vía salvadora filosófica. No se centra en el culto a ningún dios y su práctica se basa en la realización de esfuerzos para encarrilar el alma y la conciencia hacia un estado de liberación y divinidad.
El complejo, incluye varios templos, aunque el principal está consagrado a la deidad Adhinat y se considera el mayor templo jainista de India y el más hermoso. Este templo principal se llama Chaumukha Mandir o templo de las cuatro caras.
El Templo fue construido por un rico comerciante jainista en el siglo XV y financiado con aportaciones de otros comerciantes jainistas. La edificación tardó en completarse 50 años y ocupó a más de 3.000 trabajadores.
El templo, que tiene forma cruciforme posee 29 salas, 80 cúpulas y 1444 columnas de mármol bellamente esculpidas con bajorrelieves de dioses, bailarinas, ninfas, apsaras, serpientes y elefantes. Todas las columnas son diferentes, pero existe una torcida, en la creencia de que la perfección sólo se puede encontrar en el Universo.
La luz que incide en el templo, que es abierto, hace que las columnas adquieran varias tonalidades según la exposición a la claridad del sol.
La limpieza en el templo es extrema para evitar que ningún animal, ni siquiera un insecto, pueda ser pisado, tal y como marca el jainismo.
El templo abre de 9:00 a 17:00 horas y la entrada cuesta 200 rupias por persona más 100 rupias por llevar cámara o teléfono móvil. La entrada incluye una audioguía.
La norma de vestimenta es estricta. No se permiten rodillas ni hombros al aire, así que sólo queda ir en pantalón o falda larga y camiseta con mangas.
15 comentarios
Es verdad, cuando llegas a un lugar de auténtica belleza, que te cautiva, proporciona una agradble sorpresa… merece la pena el trayecto por pesado que haya sido, lo he comprovado varias veces. Bien sabian entonces cómo construir algo para ser un seguro refugio, aún me sigo admirando de la destreza y sabiduría de las gentes de antaño, lo tenían todo meticulosamente controlado hasta el lugar. El Fuerte es una maravilla lo mires por donde lo mires. No sabia de su grandeza ni lo de la Unesco. El Templo Jainista; ¡INCREÍBLE!, ahora mismo iría, y que buena construción para que ni los insectos puedan entrar, y ya las columnas impresionan de hermosas, ese detalle en la columna torcida me parece una auténtica genialidad el significado de la misma, aún así, luce perfecta.
También iría a esos lugares gracias a ver fotografías, las vuestras, que como siempre, son una pasada.!
Miles de gracias, Macarena, jooo, si no fuera por las visitas que te hago aquí, me perdería de conocer detalles de tan bellísimos lugares que visitáis.
Un besazo, guapísima 🙂
Lo cierto, Mila, es que casi cuando no esperaba más de India, vamos y nos topamos con estas sorpresas. No es un tópico: India es increíble ¿Te imaginas vivir en un Fuerte así o rezar en un templo como el de Ranakpur?
Me gusta saber que te gusta el mundo que mostramos.
Un besazo!!!
Ayyy, que falta he visto en mi comentario, no sé si habrá más pero esta se nota, jajaja «comprobado».
Hola Macarena, es una entrada fascinante, no falta detalles. El Templo Jainistas es una pasada, con esas columnas tan perfectas, cada detalle y que trabajo tan meticuloso. Me encanto!
Un fuerte abrazo.
El Templo de Ranakpur es una maravilla. No queda ni un centímetro sin tallar.
Gracias, Cristina.
Si que mereció la pena el viaje y el tiempo que se tarda en llegar El templo es una maravilla. Al llegar allí se olvida todo porque tiene que impactar. No es de extrañar que se tardaran 50 años. Hacer esas filigranas esculpidas en marmol costaría mucho trabajo. Perfectos esos puzles de figuras . Gracias Macarena.
Buen jueves.
Un abrazo.
Cierto lo que dices, Laura. El Templo es una auténtica maravilla de la arquitectura y la artesanía. Desde luego que labrar cada detalle de los miles que hay esculpidos tuvo que ser un trabajo que en un principio debió parecer interminable.
Gracias a ti.
Un fuerte abrazo!!!
Que preciosidad!!! Veo que el viaje mereció la pena. Es un lugar precioso, menudo trabajo les costaría hacerlo!! Besos
Sí, sí, Vicenta, mereció la pena. Realmente es una maravilla.
Un besazo
Un viaje maravilloso, único, bellísima.
Qué post más bonito, Macarena, como lo he disfrutado.
Es impresionante. Esas esculturas tan perfectas y bellamente labradas.
Una auténtica preciosidad.
Gracias por compartir con nosotros estas maravillas.
Un gran abrazo.
India es especial. Hay que estar preparado para conocerla, pero puede que te enamores.
Gracias a ti, Carmen.
Feliz fin de semana.
Madre mía!!! es un lugar increíble!! he disfrutado mucho con esta entrada. Un abrazo
Muchas gracias, Asun.
Me da mucho pena saber que te pusiste malita en el viaje, siempre es desagradable estar mala claro está, pero que te pase estando de viaje es una faena doble.
Aún así, te pusiste el mundo por montera (nunca mejor dicho) y seguiste visitando lugares tan hermosos como fascinantes. Son lugares que se quedarán grabados en tu retina y tendrás contigo siempre en el recuerdo, pero no olvides que también son lugares que otros (por ejemplo yo) conocerán gracias a tus fotos y experiencias. Sabes que yo me fío mucho de ti.
La verdad es que el juego de luz, dependiendo de la hora del día, que incide en las columnas y todo su interior, debe ser un auténtico espectáculo. Me quedé pensando en un dato: cincuenta años y más de 3000 trabajadores. Eso nos da una realidad muy precisa de la historia de esos enclaves.
Gracias como siempre.
Muchos besosssss.
Amiga mía, la verdad es que son pocos los viajes en los que no me pongo mala de algo jajajajajaja Mira que soy todo terreno, pero siempre ando mal de defensas, así que frecuentemente tengo fiebre: si me pica un mosquito gordo, me da fiebre; si me da mucho el sol, fiebre; si me da frío, fiebre; si me da calor, fiebre; si me sienta mal la comida, fiebre. En India, fui muy muy cuidadosa, así que sólo me dio fiebre ese día y luego me recuperé.
A ver recopilemos cómo han ido los últimos viajes: En India, sólo me dio fiebre un día. En Estambul, no me pasó nada, y después de Armenia, me resfrié. Así que tampoco está mal el balance ¡A saber de qué fue!
Pero llegué a tiempo a ver todo lo que cuento en esta entrada. Así que ¡Me apunto el tanto! Ya ves lo positiva que soy ¿No?
Un beso amiga. Gracias a ti.