El Índice del Estado Niñera (NSI, por sus siglas en inglés) es una clasificación de los peores lugares de Europa para comer, beber, fumar y vapear.
Según el último informe, Turquía es el peor país de Europa por las restricciones a sus ciudadanos. Lo más costoso para los turcos es beber alcohol, fumar y vapear. El tabaco no puede venderse en cualquier parte y los cigarrillos deben venderse en paquetes neutros con las advertencias de salud. Fumar en el lugar de trabajo, bares y restaurantes está prohibido, así como dentro de los vehículos. Y la edad mínima para comprar cigarrillos se elevó en 2018 de 18 a 21 años.
Además, en 2022 se incrementó el Impuesto Especial sobre el Consumo que grava, entre otros, al tabaco. Estas tasas se conocen como “impuestos pigouvianos” y gravan actividades o bienes que se consideran que generan externalidades negativas. De esta forma, su objetivo es no solo recaudar, sino también desincentivar la actividad o el consumo de los bienes que gravan.
Ahora bien, todo lo anterior, salvo el tema de los impuestos, parece que no se aplica. Sí que es cierto que no se puede fumar en estaciones, restaurantes, o lugares cerrados. Pero en los espacios de ocio, suele haber terrazas en las que es posible fumar. Las restricciones legales turcas, si bien es cierto que fueron impuestas para desincentivar el consumo del tabaco en una población en la que casi un tercio de los adultos son fumadores, parece que no han quitado a los habitantes de Turquía las ganas de fumar, que en muchos casos, se han pasado al narguile.
Se puede entrar en Turquía con 200 cigarrillos, pero lo cierto es que no merece la pena llevar tabaco, ya que en el Duty Free que hay a la salida de la terminal de llegadas, el tabaco es muy barato; tanto, que tres cartones de Winston cuestan 22,50€; aunque esto no es así en los Duty Free de la zona de tránsito internacional, en la que el tabaco es más caro. Aún así, comprar tabaco en Turquía, a pesar de los impuestos, sigue siendo barato: un paquete de Winston ronda las 55 liras (1,50€).
Se puede comprar tabaco casi en cualquier tienda o supermercado, aunque las máquinas expendedoras están prohibidas. Y se puede fumar casi en cualquier parte, salvo en los lugares en los que, por sentido común, no haya que hacerlo, en donde por lo general, viene indicado y puedes verte sometido a una sanción por hacerlo.
4 comentarios
Pues a pesar de las restricciones, el tabaco es muy barato.
Afortunadamente yo no tendría problemas, pues dejé de fumar hace años, aunque en comidas especiales si que me fumo un cigarrito.
Lo de la comida si que lo llevaría mal. Pero habría que soportarlo con tal de disfrutar viendo tantos lugares hermosos.
Un gran abrazo, Macarena.
No creas, Carmen. Al ser un lugar muy turístico, hay opciones muy diversas.
Un fuerte abrazo, Carmen. Gracias por tu comentario.
Desconocía que las restricciones fueran tan estrictas.
La finalidad es que se consuma menos, pero por otro lado es muy barato el tabaco. En principio parece contradictorio.
Al final pasa como en todos lados, que la teoría es una cosa y la práctica es otra. Sentido común como tú dices.
Un besote.
Eeeeeso es, Nélida. La verdad es que la idea de la ley el buena, pero hay que tener en cuenta que el tema del tabaco es un gran negocio.
Un besazo, amiga.