La Costa Sur de Montenegro, desde Budva a Ulcinj, alberga los centros turísticos de sol y playa más famosos de Montenegro, así como los mayores complejos hoteleros del país. Las Rivieras de Budva y Ulcinj son también lugares llenos de Historia en los que merece la pena ir haciendo paradas para ver lo mejor de poblaciones como Budva, Sveti Stefan, Petrovac o Ulcinj; y esa fue la ruta de nuestro segundo día en Montenegro, tras haber recorrido las ciudades de la Bahía de Kotor el día anterior.
La Riviera de Budva
Los centros turísticos de la Riviera de Budva incluyen Budva, Becici, Rafailovici, Przhno, Milocer, Sveti Stefan, Petrovac, Sutomore y Bar. Se dice de ella que es la zona más elitista de Montenegro y la que acoge a un turismo de mayor poder adquisitivo, sobre todo de Rusia.
Budva, posiblemente el lugar más turístico de Montenegro
Dicen que Budva es la capital turística de Montenegro y recibe el sobre nombre de “Miami de Montenegro”. La ciudad está dividida en una parte moderna y un histórico casco antiguo que merece mucho la pena, pese a los daños que en su arquitectura provocó el terremoto de 1979.
Aparcamos en un parking privado que nos costó 1€ para recorrer el Stari Grad de Budva que es realmente una preciosidad: callecitas estrechas, plazas con encanto e iglesias, como la de la Santísima Trinidad, la Iglesia de San Juan, la de Santa María in Punta o la Iglesia de San Sabba.
Si bien es cierto que por las circunstancias de la pandemia, no encontramos lugares atestados, Budva es en general, mucho más tranquilo que Kotor, pero posee el similar encanto de una ciudad medieval amurallada que sigue conservando bellos ejemplos de la arquitectura típica con el que la República Veneciana jalonó todos sus territorios.
Además, en el interior de las murallas, existe una fortaleza medieval cuyo objetivo era proteger a la ciudad de los asaltos por mar. Posee un pequeño museo y bonitos miradores y la entrada cuesta 3€.
Otra curiosidad de Budva es que posee dos playas: Plaža Ričardova Glava, a la que se accede atravesando un agujero hecho en la muralla, y Plaža Pizzana, junto al Bastón Sudeste. Así que, ir a la playa de Budva es algo así como “retroceder en el tiempo”.
Además, son típicas las visitas a la escultura de la bailarina, que dicen que rememora una leyenda de amor entre una bailarina y un marinero; y un recorrido que bordea la costa por una especie de camino excavado en la roca.
Sveti Stefan, la imagen más reconocible del país
La isla de Sveti Stefan, junto a la Bahía de Kotor, puede que sea la imagen más representativa de Montenegro. Se trata de una “ciudad”, en realidad un complejo hotelero, ubicada en un islote amurallado y conectada al continente por un istmo. La isla es propiedad de la cadena hotelera Aman y sólo es accesible para los clientes del hotel, uno de los lugares más caros de Montenegro. Es un lugar completamente remodelado, aunque siga conservando su imagen de ciudad medieval fortificada. La cadena, posee una playa privada cuya entrada cuesta 50€, pero el resto de la costa es pública y se encuentra concurrida durante los meses de verano.
Petrovac y su pequeña fortaleza
Hicimos la siguiente parada en la pequeña población de Petrovac, un lugar pequeñito al que se accede por un camino entre pinares. De hecho, el aparcamiento que utilizamos estaba ubicado en una explanada de polvo rojizo protegida por la sombra de árboles altos y en el que tuvimos que pagar 1€.
El principal atractivo de Petrovac, además de su playa, es el Castillo de Kastio, ubicado en una extremo de su playa urbana. Construida por los venecianos en el siglo XVI, la fortaleza albergaba el Hospital Lazaret, el más antiguo de la región, hoy convertido en un restaurante. La entrada a la fortaleza en gratuita.
Frente a la costa, se encuentra un pequeño islote con una iglesia ortodoxa llamada Iglesia de Santo Domingo, a la que se puede ir de excursión junto a veinte o treinta personas más, sin mascarilla, desde el mismo puerto de Petrovac.
El pequeño paseo marítimo de la atestada playa está lleno de pequeños y agradables restaurantes, sorprendentemente medio vacíos, en que sirven una carta repleta de todos los productos típicos del mar.
La Riviera de Ulcinj
Ulcinj, el asentamiento más antiguo del Adriático
La última parada de nuestra ruta montenegrina, ya en la Riviera de Ulcinj, fue en la población de Ulcinj, justo en la frontera con Albania. Por este motivo, se es extraño que en su skyline abunden las mezquitas, ya que una parte importante de la población es de origen musulmán.
Ulcinj es muy conocida por sus playas, aunque también cuenta con un patrimonio cultural y arquitectónico de gran valor; no obstante y quizá por su condición de ciudad fronteriza, es un lugar demasiado bullicioso y sucio con calles empedradas de adoquines resbaladizos y muchas tiendas de antiguos souvenirs playeros como los que había en Torremolinos hace 30 años.
El casco antiguo de Ulcinj, con más de 2.000 años de antigüedad, es de los más antiguos del Adriático y se encuentra sobre un peñasco elevado sobre la costa.
Dentro de este Stari Grad se pueden ver algunos de los monumentos más importantes de Ulcinj, como la Torre de los Balšić, el Palacio y la Corte, la iglesia-mezquita donde está el Museo de la Ciudad y el Mercado de esclavos.
Cuenta la leyenda que el mismo Miguel de Cervantes fue uno de esos esclavos y que no habría sido encarcelado en Argel, sino en Ulcinj. Según esta tradición, el nombre de Dulcinea vendría de Città d’Ulcino.
Comimos en Ulcinj, en un sitio lento, sucio y caro; y con el ambiente “sobado” que se respiraba en este lugar, se nos quitaron las ganas, por lo decidimos no perder mucho tiempo en él para atravesar la frontera entre Montenegro y Albania.
16 comentarios
Conozco unos amigos que estuvieron por esa zona antes de todo lo de la pandemia y volvieron encantados. Un beso
Es que no te esperas que sea así. Precioso, la verdad.
Hola Macarena. Por las fotos que nos muestras veo que es una zona preciosa, tiene mucho para ver. Un beso.
Un lugar encantador, Vicenta.
Un beso
Hola Macarena,
¿Cómo vas? En Kotor y Budva estuve hace unos años y me parecieron unas poblaciones muy bonitas, a pesar de ir en primavera Kotor estaba demasiado masificado para mi gusto, en Budva se estaba más tranquilo. Entre mis muchos viajes pendientes tengo el ir en la línea férrea que va de Belgrado a Bar, considerada por muchos una de las más bonitas del mundo. Saludos viajeros.
¡Hombre Raúl! ¡Qué alegría!
El viaje es de este verano pasado, así que no creas que había mucho turismo, salvo en las playas, que ésas sí que andaban hasta la bandera. La ruta pasaba por Montenegro, Albania, Macedonia, Bosnia – Herzegovina y Serbia; pero mi gran interés estaba depositado en Bosnia y, realmente volví absolutamente enamorada. Pero para ser justos, el resto de lugares tampoco defraudó.
Un abrazo!!!
Unas zonas maravillosas para visitar, todo lo que has mostrado merece la pena conocer.
Gracias por tus buenos reportajes y tus bellas instantáneas.
Un abrazo y buen fin de semana.
Gracias a ti, Juan. Montenegro es un país pequeño pero precioso.
¡Un fuerte abrazo!
que maravilla, gracias por mostrarnos este lugar tan precioso
Gracias a ti!!!!
Qué bellos lugares nos muestras hoy Macarena, quizás demasiado elitista.
Gracias por darnoslos a conocer a través de tan bonitas imágenes.
Besos y feliz semana.
No sabría qué decir… Supongo que en parte sí, pero bueno, luego cada uno se apaña entre el lujo. Si no, míranos a nosotros Je je je je
Es un sitio precioso, Carmen.
Un besazo.
Me parece que habéis aprovechado muy bien la ruta por estos bellísimos parajes, Macarena. Me ha gustado absolutamente todo, tal vez, algo más los enclaves medievales, esa fortaleza es una pasada. También la calle estrella que recordó a una calle de mi pueblo natal. La playa, es verdad, es como retroceder en el tiempo, pero al gustarme lo antiguo, sería un lugar al que iría a bañarme y disfrutar del sol. Los precios los he encontrado baratos, supongo que para los de allí no ,lo deben ser. Jooo, no me importaría ir. Y ya veo que por allí también están esos lugares con ambiente «sobados», supongo que es normal.
Sois unos viajeros natos, y la impresión que dejas en tus entradas es, que sabéis disfrutar y coger de cada sitio lo más adecuado para disfrutar del viaje.
¡Precioso! Gracias una vez más, Macarena, por acercarme a maravillas que se encuentran en este planeta tan rico en matices…
Muchos besos, y feliz semana, familia.
¿Sabes Mila? Aquí en Melilla hay una playa que se llama «Ensenada de los Galápagos» y también se entra atravesando los recintos amurallados de la Ciudad Vieja, así que estás en la playa disfrutando de unas construcciones centenarias, además, la playa está muy limpia porque se encuentra a resguardo de las corrientes. Así que en Budva fue como «estar en casa».
Montenegro es una preciosidad, con esas construcciones venecianas, esos recintos amurallados y las islitas frente a la costa; pero no es tan barato, Mila. Es sitio turístico para «los ricos del Este». Pero bueno, siempre hay como economizar en esos lugares. A mí me llamó mucho la atención encontrar un país con Montenegro tan cercano y a la vez tan desconocido. Este viaje fue todo un acierto.
Muchos besos. Gracias por tus palabras.
Ese recorrido a pie por el casco antiguo debe ser una pasada de especial. Puedo imaginarlo todo tan bonito.
Me hizo gracia cuando en la parte de las playas, al final, haces la comparación con Torremolinos hace 30 años, porque algo así iba montándose en mi cabeza mientras avanzaba las fotos del lugar.
El ying y el yang de cada lugar, así como el ying y el yang de cada persona que lo visita con sus gustos particulares y maneras distintas de disfrutar de las cosas.
Gracias por todo este trabajo que haces, Macarena, para que nosotros desde casa podamos empaparnos de tus viajes y descubramos con ojos nuevos cada lugar visitado.
Feliz fin de semana, amiga.
Un beso muy grande.
La parte sur de Montenegro tiene un turismo muy de andar por casa: de sombrillas de publicidad de helados y cervezas, toallas de colores y neveras portátiles jajajajaja ¡Qué también tiene su aquel! La parte Norte es más selecta. No sé Nélida yo con cuál quedarme!!! De lo que no cabe duda es que el turismo pega fuerte en la costa del Adriático. Lo malo es que no están las cosas para bromas ahora, así que si hay mucho mogollón, mejor mantenerse alejado.
Un besazo gigante.