Dispusimos nuestra visita a El Nido para disfrutar de las mundialmente conocidas excursiones en barco (island hopping) en sus bellos paisajes de paredes verticales y sus aguas cristalinas. Además, teníamos previsto visitar las playas de Nacpan Beach, Las Cabanas y Duli Beach. Queríamos hacer snórquel, pasear por las playas paradisíacas cercanas a El Nido y broncearnos al sol; pero lo que jamás habríamos podido imaginar es, como dijimos en la anterior entrada, encontrarnos en mitad de una tormenta tropical que inundó la zona hasta la atura de la rodilla.
En cualquier otra ocasión, hubiéramos cogido nuestros bártulos y nos hubiéramos “marchado con la música a otra parte”. Pero el problema de Filipina son los vuelos. Así que cuando pasan estas cosas, date por jodido.
Lo normal, o lo más habitual al menos, es llevar un itinerario previo y los vuelos comprados antes de viajar a Filipinas, ya que puedes ahorrar con ello tiempo y dinero. Y la verdad es que, dentro de lo costoso que nos parecieron los desplazamientos interiores de avión por el archipiélago, pudimos comprobar que, de haber adquirido los billetes estando allí, nos hubiéramos dejado un buen pellizco extra.
Por otro lado, la meteorología condiciona en gran medida los desplazamientos en avión entre islas, y era evidente que con tormenta tropical, los vuelos estaban cancelados en su mayor parte.
Así que estábamos atrapados en la isla de Palawan y daba igual que estuviésemos en El Nido, en Port Barton, Roxas o Puerto Princesa, la tormenta afectaba por igual a cualquier parte de la isla.
¿Alojarse en El Nido o en Corong Corong?
Elegimos nuestro alojamiento en Corong Corong, a 1.5 km de El Nido, para alejarnos del bullicio que dicen que invade el pueblo de El Nido, por la calidad de los alojamientos –que tampoco es que sean nada del otro mundo- y por el precio de los mismos.
Nuestro Hotel se llamaba Novie´s Tourist Inn y no costó 5.040 php (90€) por cuatro noches sin desayuno.
El Hotel está lleno de cabañas individuales en una preciosa ladera llena de una cuidada vegetación.
Las cabañas disponen de aire acondicionado y ventilador, pero como muchos otros alojamientos de Filipinas, no tiene agua caliente, algo que supone un grave problema para mí.
Las habitaciones son básicas, pero su gran problema es el techo de chapa que, en una circunstancia de abundante lluvia, supone un grave problema para conciliar el sueño con tantísimo ruido. Además, cuando cesaba la lluvia, se oía el ruido de un pequeño arroyo por el que bajaban las escorrentías de las partes altas de la montaña. Una verdadera pesadilla.
Alquilar una moto en Corong Corong ronda los 600 php (10€) para 12 horas, pero tampoco era el caso con la que estaba cayendo.
Así que nuestro medio de transporte serían los tricicles, en el que pueden ir hasta cuatro personas, y que cuestan 50 php (1€) por cada trayecto que se haga de Corong – Corong a El Nido o viceversa.
Paseo hasta la Playa de Las Cabanas
Nuestra primera mañana en El Nido, decidimos ir andando hasta la playa de Las Cabanas. Pensábamos que igual, en un claro, abrirían la tirolina que recorre el trayecto que hay desde la costa a un islote que hay en frente. Evidentemente, la tirolina estaba cerrada; pero de no haber sido así, abre de 9:00 a.m. a 17:00 p.m. y cuesta 500 php (9€) por tirarse sentado y 700 php (12€) si te tiras al estilo “superman”.
El camino de Corong Corong a Las Cabanas discurre por una carretera que bordea la montaña sobre el mar. Para acceder a la playa, hay que pasar por una especie de centro comercial bastante desangelado y a medio construir.
La playa, debe ser un lugar bello de arena blanca lleno de bares y chiriguitos, pero con lo que azotaba el temporal, no había arena. En realidad, por no haber, no había ni un alma.
Volvimos a Corong Corong en tricicle. De la decena que hay a la salida de la playa, negociamos uno que nos llevaría de vuelta por 100 php (2€).
Cenar en El Nido
Por la noche, nos acercamos hasta un El Nido inundado para cenar y dimos una vuelta.
El Nido es un lugar destartalado y feo con una gran playa llena de las embarcaciones que hacen los island hopping. Lo más bonito, si es que se puede decir que hay algo bonito en este lugar utilizado como campamento base para turistas de todas las nacionalidades, es la elevación rocosa que preside el pequeño pueblo. Por lo demás, encontrarás calles sin asfaltar, descuidadas construcciones y callejuelas poco iluminadas.
Comimos en un sitio popular por sus precios y con una amplia carta de platos locales y europeos. En el local, llamado I.B.R., comimos gambas, noodles, pollo y espaguetis por tan sólo 720 php (13€). La verdad que todo muy bueno, abundante y rápido.
Hay multitud de restaurantes y bares que dan a la playa de El Nido y que ofertan pescado fresco para cenar, el problema claro, era el tiempo y en las terracitas, si no lloviznaba, te daba un aire desagradable. Por lo que optamos por cenar en el interior del pueblo.
Tras la cena, dimos una vuelta por las tiendecitas de El Nido en donde se pueden comprar decenas de chorradas típicas de Filipinas: pajitas de bambú, adornos de coco, collares y pulseras hechas con conchas,… Claro que también hay tiendas un poco más “chic” y por supuesto más caras que es donde Macarena decidió que compraría dos bañadores para hacer surf.
Si sigue lloviendo, sólo queda dar vueltas y más vueltas
Al día siguiente, seguía lloviendo a mares, pero tampoco podíamos quedarnos en el hotel. Si por Yayo y por mí hubiera sido, nos hubiéramos echado un par de siestas interminables para pasar el rato y no hubiese habido problema; pero Macarena se estaba desesperando, así que decidimos ir de nuevo a El Nido.
Poco hicimos de nuevo en el pequeño pueblo. Visitamos las tiendecitas que estaban cerradas la noche anterior y así aprendí, que El Nido, como en otros muchos sitios, hay vendedores honrados y hay quienes intentan engañar a los extranjeros. Además, hay lugares en los que el precio es fijo y otros, en los que se regatea, aunque el regateo no se estila mucho en Filipinas.
En El Nido, hay lavanderías en el que tienen la ropa lista en 2 días por 50 Php (1€) el kilo o en un solo día por 100 php (2€) x kg. El problema, claro está, era la lluvia porque, como todos sabemos, el algodón no se lleva del todo bien con las secadoras.
Ese día, volvimos a comer en I.B.R. y cenamos en una encantadora pizzería con horno de leña llamada Altovare, que también tiene otro local en Corong Corong.
Visitar el Mercado de El Nido
Por tercer día consecutivo estábamos atrapados en El Nido y por tercer día consecutivo nos llegaba el agua al cuello, así que, sin posibilidad de ir a la playa y sin tener muchas más opciones, desayunamos bollos y ensaimadas – muy típicos en Filipinas- y nos acercamos al Mercado, a medio camino entre Corong Corong y El Nido, en “un despejillo” para conocer sus productos locales y la forma de comercializarlos.
Comimos en un restaurante de El Nido llamado Angel Wish que, aunque tiene las mesas muy juntas, tiene una bonita terraza que mira al mar sin que te mojes. La comida estaba deliciosa, aunque he de decir que, por lo general en Filipinas –y mira que yo como bastante poco-, me pareció bastante escasa. Nuestro menú estuvo compuesto por pescado con patatas y gambas y unos batidos de plátanos y pagamos 1210 Php (22€).
Por la tarde, aunque no despejó, dejó de llover y aprovechamos para comprar ¡Por fin! Los billetes de van para salir de allí el día siguiente en dirección a Port Barton. Los autobuses salen a las 8:00 a.m. y a las 13:00 horas y cada billete cuesta 500 Php (9€).
Como nosotros estábamos alojados en Corong Corong, tal y como conté en la anterior entrada, el autobús nos recogería en la puerta del Hotel sin necesidad de desplazarnos hasta la Estación; algo que no ocurre con los que se hospedan en El Nido, que deben desplazarse para tomar el transporte.
Esa noche, cenamos en la pizzería Altovare que se encuentra un pequeño “centro comercial” que hay en Corong Corong en el que hay muchos restaurantes y terracitas y que debe ser un lugar encantador y animado sin lluvia.
Durante nuestra estancia en El Nido y, en general en todo el archipiélago, encontramos muchos viajeros llegados desde España. Casi podría decir que, sobre todo en El Nido, “se habla español”. Muchos de ellos estaban como nosotros y nos contaron mil historias sobre su desesperación. Algunos otros estaban encantados de vivir la experiencia de pasar por una tormenta tropical. Aunque lo único que yo sé es que fue la realidad de lo que nos tocó vivir allí durante tres días.
12 comentarios
Ay Macarena, qué penita me da ver las fotos con esa lluvia tan intensa en medio de una tormenta tropical….
Me imagino lo diferente que hubiera sido todo si el tiempo hubiera acompañado.
Pero aún así, estar allí seguro que tuvo su encanto, siempre que uno sale de su entorno habitual los sentidos se intensifican, aunque el clima no se pueda pronosticar ni imaginar con tanta antelación.
El lugar en el que se alojaron me encantó. Lo del agua no hubiera sido problema, porque me gusta que esté fría o como mucho templada, pero no caliente. Eso sí, lo del sonido de la lluvia en el techo hubiera hecho que yo tampoco pegase ojo.
Estoy ansiosa de ver más entradas sobre este viaje vuestro, y que la tormenta les de una tregua!!
Incluso (qué disparate) hago fuerzas desde aquí para que eso suceda, como sin con eso consiguiera algo, y encima ahora después de un año de aquello…..
Hay que sonreír y poner buena cara al mal tiempo.
Gracias por toda la información que nos has facilitado. De transporte, aviones, alojamientos, comidas, mercados, etc.
Un beso!
Al volver, muchos nos decían que ¡Menuda experiencia! Y quizá tenga su gracia para un día, pero cruzar medio mundo para visitar las playas de El Nido y encontrarte con el agua en las calles hasta las rodillas, pues… Sobre todo, Nélida, porque fueron muchos días. Quizás demasiados.
De todas formas, ya ves que, después de todo, intentamos sacar provecho de los viajes y, como bien dices, salir del entorno ya es todo un privilegio.
Un besito
Tocó eso y hay que aguantarse y esperar a que escampe . Precioso el entorno de las cabañas, lo malo es que no dispongan de agua caliente. Muy curioso el pequeño transporte, yo lo llamaría triciclo con caja :))
Estupenda información como siempre Macarena.
Cuidaros. Y buena noche.
Un abrazo.
Es todo un lujo lo del agua caliente en las duchas de Filipinas. La verdad es que yo es algo que no llevo bien, pero estando fuera de casa, casi que es lo menos que me importa.
Y como dices, cuando pasan estas cosas, sólo queda disfrutar con lo que se pueda.
Un fuerte abrazo, Laura.
Madre mía, pues parece que cuando llueve, llueve con ganas. Me han encantado la ladera con las cabañas, que bonito!!! Un beso
Asun, no te puedes hacer una idea. Fue impresionante.
Un besito
Todo un fastidio que nos llueva cuando estamos de vacaciones y si además el lugar no es muy bonito, ni te cuento. Un beso y feliz noche Macarena ???
Pues sí, Vicenta, desde luego todos nuestros planes se fueron al traste.
Besitos
¡Hola, Macarena! Ostras ya el título me parecía casi de relato de terror. Qué pena que esos días no pudierais disfrutar de la playa que parece ser lo mejor de ese lugar. Una mañana o tarde de lluvia en un lugar así puede ser una bonita experiencia, pero sin duda que los tres días debieron hacerse muy largos. Bueno, los días y sus noches. Un abrazo!!
Pues has dado en el clavo, David. Un chaparrón, un día malo, es soportable, pero por desgracia, este ciclón tropical fastidió toda nuestra estancia en El Nido. Aunque ya ves que tampoco es que perdiéramos el tiempo.
Un abrazo!!!!
Y es que además llueve como si no hubiese un mañana… como experiencia está bien un día,… pero todos. Y lo peor es cuando eres consciente de que ya no tiene solución, cuando sabes que te tendrás que ir de allí sin haber visto prácticamente nada… que pena!
Al menos, Norte, como viajamos con tiempo, pudimos disfrutar de otros lugares ¡Imagínate perder casi una semana cuando el viaje es para quince días! De todas formas fue un auténtico fastidio porque, además cuentan que es una zona espectacular.
Un fuerte abrazo!!!!