
No albergaba ninguna duda de que Senegal nos seguiría sorprendiendo, pese a estar visitando el país por tercera vez. Nunca habiámos estado -por circunstancias difíciles de explicar- en Fadiouth, la Isla de las Conchas, pero tenía la certeza de que se trataba de un lugar mágico y, como a la tercera va la vencida, decidimos recorrer los cuarenta kilómetros que la separan de Saly de Joal (20.000 CFA i/v) y, sin duda alguna, se hizo la magia.
Cementerio de Fadiouth |
Joal-Fadiouth, lugar de origen del primer presidente senegalés, Léopold Sédar Senghor, es una localidad situada en el extremo sur de la “Petite-Côte”. En realidad, son dos localidades: Joal – la más grande-, situada en el litoral y Fadiouth -la más turística-, una isla artificial formada por conchas y unida a Joal por un largo puente de madera. Aquí, comienza una amplísima zona de manglar en el conocido Delta de Sinée-Saloum. Joal es una barrera de tierra entre el océano y el manglar, con varias islas interiores, entre las que se encuentra Fadiouth, y linda al norte con la reserva natural de Ngazobil.
Puente que une Joal y Fadiouth |
Planicie, en el Delta de Sinée Saloum, sobre la que se asienta Fadiouth |
Joal es una ciudad grande de playas descuidadas -tristemente famosas por ser punto de partida de las pateras que parten hacia Canarias- y que vive fundamentalmente de la pesca artesanal y de los cultivos de mijo y cacahuete.
Playas de Joal |
Pero la Isla de Faudiouth es un lugar excepcional y mágico. Se trata de una isla artificial formada por la acumulación de millones de conchas donde la vida transcurre tranquilamente en una organización social descosconocida en el resto del país. La población se encuentra unida al continente por un largo puente de madera de más de 500 metros de longitud que, desde 2005, sustituye a la antigua pasarela. Este puente peatonal, totalmente financiado por el Banco Mundial, es toda una obra de ingeniería que merece la pena ver en sí mismo y que es utilizado por los habitantes de Fadiouth para tomar el fresco en sus paseos vespertinos.
En la actualidad, Fadiouth se encuentra habitada por unas 6.500 personas y, en sus calles, donde el sol se refleja con fuerza por el color blanco de las cochas en el suelo, no transitan vehículos a motor.
Calles de Fadiouth |
En la ruta turística, se encuentras las Casas de la Palabra, La Iglesia de San Francisco Javier, situada en el centro de la isla y sobre la que se alza una alta torre iluminada para servir de faro a los pescadores, la plaza del baobab sagrado y el cementerio, llamado Dioto, desde donde se pueden ver los graneros y subir a una piragua para dar un paseo alrededor de la isla (8.000 CFA – 12€).
Casa de la Palabra |
Babobab Sagrado |
Iglesia de San Francisco Javier |
Los graneros, alzados sobre pilotes, en medio de la planice, son peculiares de esta zona. Construidos en alto, conservan las cosechas de mijo de la pleamar y el voraz apetito de los roedores y las aves de la zona. Los isleños, tienen sus campos a unos kilómetros de Fadiouth, en otro lugar perdido entre las islas del Delta del Sinée Saloum. Y hasta allí se desplazan en carretas de madera, para cultivar el mijo, los cacahuetes y el arroz.
Graneros de Fadiouth |
Caminos hacia los cultivos |
Los desplazamientos se realizan en carretas |
El turismo en Fadiouth, está regulado, gracias al Sindicato de Turismo. De esta manera, una vez que se atraviesa Joal y se aparca junto al acceso del puente de madera, hay que pasar por la caseta del Sindicato a pagar por el ticket de la visita (unos 5.000 CFA – 7,5€), donde te asignan un guía que realice la visita en tu propio idioma, y al que luego puedes pagar una propina que no dudará en entregar con posterioridad a la comunidad para su reparto equitativo entre el resto de los guías.
Niños jugando en las pequeñas plazas de Fadiouth |
Centro de Salud en Fadiouth |
La datación de los sustratos de conchas de ostras y berberechos del suelo, ha permitido determinar en origen neolítico de la isla. Pero fue al rededor del siglo XV, con la llegada de mercantes y navegantes portugueses, cuando se fue desarrollando una población cristiana en la isla que fue fundiéndose con la población local serer. De ahí que la isla de las conchas, al contrario de lo que ocurre en el resto del país, esté habitada por un 95% de población cristiana y un 5% de musulmanes en absoluta convivencia pacífica y con sus propios centros de culto -una iglesia y dos mezquitas, una de ellas curiosamente financiada en su integridad mediante donaciones cristianas-.
Berberechos de Fadiouth |
En Fadiouth incluso las casas están hechas de concha |
Fadiouth se caracteriza por sus plazas públicas (Casas de la Palabra), que juegan un importante papel en la organización social de la ciudad. Se trata de lugares de reunión y descanso. La Isla está estructurada en seis barrios, cada uno de los cuales tiene su santo patrón cristiano: San Eloy, la Virgen de Lourdes, San Francisco, Santa Teresa,…

La Isla de Fadiouth contiene una gran cantidad de simbología religiosa católica |
Interior de la Iglesia de San Francisco Javier |
En la Isla, se encuentra un baobab sagrado, del que se dice, está habitado por un genio. Quizá la magia de su santidad resida en el hecho de que éste, a diferencia de otros, es macizo y, debido a la humedad de la zona, conserve sus hojas todo el año -por lo general los baobabs son de hoja caduca-. Cuando se producen sequías, las mujeres se reúnen bajo el baobab para invocar a los ídolos de la lluvia. Y también forma parte de la ceremonia del entierro: cuando alguien muere, se transporta su ataúd hasta el baobab, donde se reza una oración, antes de llegar al cementerio para enterrarlo.
Baobab sagrado de Fadiouth |
El cementerio de Fadiouth es uno de los lugares más fascinantes -por su peculiaridad-que se pueda visitar en Senegal. Se accede a él a través de otro pequeño puente de madera desde la isla principal y se encuentra coronado por una gran cruz que protege el alma, dicen, de todos los que allí descansan, independientemente de la religión que profesaron en vida.
Se trata de un cementerio mixto: musulmán y cristiano -los musulmanes se entierran mirando a la ciudad santa de La Meca- donde un sinfín de cruces recuerdan los nombres de las cientos de personas que ahora descansan frente a las subidas y bajadas de mareas en el Delta del Saloum y sobre las conchas blancas sobre las que se irguieron durante toda sus vidas.
Cementerio de Fadiouth, entre baobabs y sobre millones de conchas |
Fadiouth es un lugar de mareas, como el Mont de Saint Michel en Francia, y en la planicie que rodea la Isla, durante las horas de la bajamar, puede verse a las mujeres recogiendo berberechos y a los niños jugando al fútbol.