Las Cascadas Erawan se encuentran a 75 kilómetros de Kanchanaburi, en el Erawan National Park. Esta Reserva Natural del Oeste de Bangkok abarca un área de 550 km² y posee varios puntos de interés, aunque el lugar más visitado son sus siete cascadas. Erawan es el nombre que los tailandeses le dan a Airavata, el elefante blanco de siete trompas de la mitología hinduista que, dicen, representa los siete niveles de las cascadas -aunque en Tailandia se le representa como un elefante de tres cabezas-.
Para llegar a Erawan en transporte público hay que tomar un autobús en la Estación de Kanchanaburi que tarda entre una hora y tres cuartos y dos horas; y cuesta 50 Thb (1´5 €). También se puede llegar en moto, aunque esta vez preferimos hacer los 150 km de ida y vuelta sin sobresaltos; aunque, de haberlo sabido, hubiese preferido sobresaltarme porque el autobús era de la pre-guerra -pero de la pre-guerra de la I Guerra Mundial- sin aire acondicionado, con asientos de madera y lleno hasta la bandera. Con lo cual fue un verdadero agobio el desplazamiento, sobre todo a la vuelta, donde lo único que faltó fue un tailandés empujando en la puerta para que entrara la gente como en el metro de Tokio.
El primer autobús sale de Kanchanaburi a las 08:00 a.m. y el último de Erawan vuelve a las 16:30 –os dejo los horarios, aunque yo, de la pizarra borrable que muestro, no me fiaría demasiado, pues tiene pinta de “paso la mano y cambio la hora” sin aviso previo. Recomiendo estar atento a la hora de vuelta u os será muy difícil encontrar otro transporte para volver.
Hay que llegar al menos entre 15 y veinte minutos antes porque si se apura hasta el final, se corre el riesgo – como fue nuestro caso a la vuelta- de que el autobús se haya llenado y se vaya antes de la hora.
No hace falta gran cosa para encontrar en la Estación la plataforma desde la que sale el autobús, ya que el conductor, nada más ver a un guiri con una mochila pequeña a cuestas, ya le está diciendo “Erawan, Erawan” y, además, el autobús está identificado con un cartel.
El autobús hace varias paradas en Kanchanaburi, por lo que no hay que ir hasta la Estación –un tuk-tuk de ida cuesta aproximadamente 60 Thb (1´60 Thb)- sino que se puede coger delante de la Estación de Tren –en el mismo lugar donde montan el Night Market-. Aunque personalmente, sí que iría a la Estación a la ida para coger sitio, y pararía donde he mencionado a la vuelta, ya que está muy cerca de la calle de las guesthouses.
La entrada al Parque cuesta 300 Thb (8€) por adulto y 200 Thb (5€) por niño ¡Qué ya está bien! Y no hace falta bajarse del bus para abonar la entrada. Ahí no se escapa ni el Tato, ya que, en la puerta, sube un guarda a cobrar el importe de la visita al Parque. Además, los que lleguen en moto tendrán que pagar 20 Thb (0´50 €) por ella y, los que lleguen en otro tipo de vehículo, 30 Thb (0´80 €).
Erawan abre sus puertas de 7:30 a.m. a 16:30 p.m. aproximadamente. Aunque a partir de las 3:00 p.m. los guardas comienzan a limpiar los niveles superiores de las cascadas y van «invitando» a los visitantes para que comiencen el descenso.
Y para los interesados, en el interior del Parque existen bungalows en los que pasar la noche. Y también alquilan tiendas de campañas y sacos de dormir. Los bungalows pueden albergar desde 2 a 50 personas y el precio varía de 800 (21€) a 4.000 Thb (110 €). Además, se pueden alquilar bicicletas por 20 Thb/día y tiendas de campaña por 150 Thb (4€) para dos personas y 250 Thb (6´50 €) al día para tres. El saco de dormir cuesta 25 Thb, la almohada 10 Thb y la colchoneta 20 Thb.
Lo primero que ves en Erawan cuando para el autobús es un enorme aparcamiento lleno hasta la bandera y un sinnúmero de puestecillos de comida, bebida y artículos de playa: sandalias, bañadores, flotadores, toallas,… Y, aunque las instalaciones eran chulas, aquello no me dio buena espina.
Senderos entre árboles y caminos de tierra provocan nuestra impaciencia. Pero, al final… La primera cascada.
A Erawan se va a bañarse y pasar el día. Así que no hay que olvidarse del bañador, las sandalias y la toalla. Hay épocas del año en que tienen más caudal y las aguas son turquesas, pero cuando fuimos nosotros, las aguas andaban un poquitín revueltas y estaban ligeramente marrones.
Se supone que, a partir del segundo nivel, ya no pueden introducirse comida ni bebida, de hecho, hay una casetilla en la que has de depositar 20 Thb por cada una de las botellas que portes; dinero que te devuelven al bajar, con lo que se aseguran de mantener limpio el Parque. Pero, en realidad, si llevas las botellas –o la comida- en la mochila no te registran, con lo que más arriba todo el mundo estaba de picnic pese a que todas las cascadas tienen sus socorristas y sus vigilantes que, a golpe de silbato, impiden malas conductas. Además, como en algunas cascadas no se hace pie, alquilan chalecos salvavidas para quienes no saben nadar ¡Por cierto! No se puede fumar en el recinto, salvo en las zonas habilitadas para ello.
Todas las cascadas tienen peces garra rufa, de estos que te comen las pieles muertas en los spas, lo que pasa es que, en algunos lugares de las cascadas, tienen el tamaño de un brazo y como los dejes que te muerdan las pieles muertas, terminas corriendo el riesgo de que se coman tu pierna entera. La verdad es que a Macarena le dieron un poquito de “reparo”.
Hay siete niveles de cascadas y el ascenso completo con los baños, la ida y la vuelta a Kanchanaburi, pueden llevar tranquilamente media jornada.
Ahora contaré que el día que fuimos estaban completamente atestadas ¿Habéis visto alguna vez en televisión la Playa de Benidorm un domingo de agosto? Poder encontrar un hueco en la orilla en el que mojarte los pies siquiera era harto imposible. En alguna de las hoyas, había tanto ruido de gente vociferando que resultaba desagradable; por no decir que tuvimos la mala suerte de encontrar una excursión de un grupo de hombres, del que omitiré la nacionalidad, delante de los cuales fue mejor no ponerse en bañador.
El trayecto de vuelta en el autobús se nos hizo insoportable entre el calor y la cantidad de gente que había en el autobús. Así que, salvo el buen rato que pasó Macarena y la sensación de imaginar aquel lugar idílico menos abarrotado, las preciosas Cascadas Erawan fueron para nosotros todo un castigo. Lo que siento profundamente en el alma, pues todos los relatos que había leído hicieron dibujar en mi mente el paraíso que seguramente son, pero del que nosotros no pudimos disfrutar.
22 comentarios
¡No hombre! Gracias a ti!!!!!
¡¡¡¡ Domingo!!!!
Pues Isabel ¿sabes? En Myanmar, habiendo turismo como había, no estaba atestado. Tailandia tampoco lo estuvo del todo, salvo el Palacio Real de Bangkok. En Angkor Wat siiii ¡Prepárate! Aunque en el resto de templos no había tanta gente. Pero tengo el presentimiento de que en Laos… vamos a querer quedarnos a vivir ¡Ya verás como está tranquila la cosa!
Uy a mí lo de los pececitos… lo probé una vez, pero me dan una cosilla… Pero a Macarena le vuelven loca!!!! En Chian Mai llegaron a hacerle sangre porque le comieron las postillas de las picaduras y ella… como si nada! Ahora que, en Erawan, yo creo que, de haber metido un pie, hubiera salido coja.
Un besito Isabel.
Jajajjajajaja Miguel es que, de verdad, que cuento las cosas como son. Ya sabes que no me guardo nada!!!
Lo cierto es que el sitio era chulo, pero entre la Odisea de ida, la Iliada de vuelta, los peces, la gente, los socorristas del silbato ¡Ay madre!
A ver… la próxima entrada.
Un besazo
Gracias por este tipo de entradas,me han encantado las cascadas 🙂
¡No las conozco! Yo también quiero ir!!!!! y seguro que no hay tanta gente…
Muchas gracias Mª Carmen por descubrir nuevos lugares desconocidos para nosotros.
Un besazo
Hola Macarena,
¡Que pena que estuviera tan atestado de gente! ¿Era fin de semana o es que en Tailandia hay gente en todos sitios? A ver si tenemos suerte y las cascadas de Laos no las encontramos tan llenas.
¡Que divertido lo de los peces! No había visto de este tamaño. Desde luego mejor no dejar que te hagan un peeling. Tengo ganas de volver a probarlo este verano en algún sitio del sudeste asiático, pero claro con los pequeñitos. Ahora se ha puesto de moda últimamente y en España también hay muchos sitios para hacerte la pedicura con estos peces, pero claro a un precio mucho más elevado que en estos paises.
Un beso. Hasta la pròxima
Isabel
Hola Macarena.
Vaya carita de resignación tenéis mamá e hija frente al autobús de la
"preguerra".
Me estoy riendo con tus golpes de humor (Benidorm, peces y pieles muertas etc,etc). 🙂
Parece un lugar bonito por las fotografías, quizás entre semana lo hubierais disfrutado en mayor medida.
Pero bueno eso son los viajes también, no todo siempre es perfecto y quizás las anécdotas que más se cuenten sean cosas como estas.
Esperando nuevas experiencias más gratificantes por Tailandia desde ya mismo, es un país precioso.
Un beso Macarena.
Pues parece un lugar bonito, pero hija que te voy a decir si estaba tan visitado , no se puede disfrutar con tanta gente. No me da envidia el lugar , prefiero las cascadas de cola de caballo del monte perdido de Huesca. Un abrazo
Qué lugar más bonito. Un beso.
Qué lugar tan bonito, lo malo tanta gente. A mi también me daría cosa meter los pies con tanto pez, como tengan hambre, jajaja. Un besazo
Que rabia da cuando esperas algo y no resulta como imaginabas verdad? pero bueno.. por mucho que se vaya preparado, son cosas que pasan.. las visitas a estos lugares son impredecibles.. No me extraña que a tu hija le diera reparo meterse con esos peces, eh? Yo no me meto ahí ni loca vaya.. pero bueno, el lugar se ve precioso y es una experiencia más. Feliz fin de semana! Besos.
Sí, bonito si es.
Un beso
Jajajajjajaja ¡Uf! A mí me dieron un susto!!!!!
Un beso Asunción
Bueno, Verónica, ya sabes, los viajes son así. Unas veces superan las expectativas y otras, te decepcionan. Pero eso es precisamente lo bueno que tienen.
Un besillo
Ahí le has dado Julia. No fue la gente, fue la mala educación de algunos lo que hizo desagradable la experiencia -transporte aparte-. Pero como tiene que haber de todo en la Viña del Señor…
¡Pero Macarena sí mete los pies con los pececitos! Lo que pasa que aquellos no eran peces ¡Eran tiburones!
Muchas gracias Julia y un beso grande.
Qué pena que hubiese tanta gente el día que fuísteis vosotros, Macarena, porque realmente son unas cascadas preciosas. También es cierto que muchas veces la gente no es el problema, sino la mala educación 🙁
A mí me pasa como a tu hija, que los pececitos esos a mi alrededor comíendose mis células, aunque ya estés muertas, me dan un reparo tremendo. Ni pagando en un spa metería yo los pies dentro de una cubeta llena de esos peces, mucho menos si son grandes.
Como siempre unas fotos espectaculares y una información precisa y muy útil. ¡Gracias!
Besos y feliz finde.
Menudo chasco,… a quién no le ha pasado eso alguna vez?,… o los andamios de obra colocados en algún monumento,…da igual, lo importante es que estuvisteis allí y que las buenas viajeras saben sacar partido de todas las circunstancias. Sabes que me digo a mi mismo cuando me pasa algo así,… que ni a los personajes más ricos del mundo le vacían los lugares para verlos,… así que ánimo!
Pues eso!!!!
A mí me dio pena Norte por Macarena que, después de unos días de secano, estaba ilusionada. Pero…
En fin, que llevas razón.
Un besazo
Great post, I like it 🙂
new post
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Thanks
Oh! Gracias David.
Llevas razón… Al final quedan los buenos recuerdos, las anécdotas,…
Con respecto a la planificación… sí. Con respecto al trabajo posterior… también. Pero en el camino… disfrutamos del camino. A veces no publicamos más… porque estábamos en otras cosas.
Pero… puede que sea defecto profesional jejejeje.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un beso grande
En sí es la vida, uno imagina perderse en el paraíso, pero siempre hay mosquitos o moscones inoportunos. Con la perspectiva del tiempo pienso que se impone ese paraje maravilloso, de cuento de hadas. Jo, intento imaginaros de un lado a otro, haciendo fotos, vídeos, tomando notas, de un lado para otro… Y luego editando de una manera tan brillante los contenidos. Chapeau por el enorme trabajo y planificación que se percibe detrás de cada entrada de ese viaje. Saludos!!