Jajce es una ciudad medieval en la región central de Bosnia Herzegovina en la que destaca su fortaleza, una de las mejor conservadas del Reino de Bosnia y última antes de que el reino se disolviera para dar paso a la dominación del Imperio Otomano.
Llegábamos a Jajce desde Sarajevo tras haber visitado Travnik. Nuestro alojamiento estaba en una casa rural a las afueras de la ciudad, junto al lago y los molinos, así que tras dejar las mochilas, fuimos a ver los molinos y nos acercamos a Jajce para cenar. El resto de las visitas las dejaríamos para el día siguiente.
La Fortaleza de Jajce
La fortaleza fue construida a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV por el gran duque de Bosnia Hrvoje Vukčić Hrvatinić, el fundador de Jajce. Al poco tiempo, la ciudad se convirtió en la capital del Reino independiente de Bosnia hasta su toma por los conquistadores otomanos, siendo la última ciudad en caer bajo el Imperio. Posteriormente, pasó a estar bajo administración del Impero Austrohúngaro hasta 1878.
Ubicada sobre una colina, la ciudadela es el punto central de la ciudad amurallada, que se encuentra rodeada por un asentamiento en sus laderas.
De la fortificación queda un portal principal, las murallas, dos bastiones y un polvorín, añadido posteriormente por los otomanos.
La ciudadela se recorre por dentro de forma gratuita, aunque sí hay que pagar para recorrer parte de las murallas de la fortaleza.
El interior de la ciudadela es un lugar encantador, con sus calles empedradas, su gran plaza y sus rincones empinados que llevan a la parte alta en la que se encuentra la Iglesia de Santa María con el campanario de San Lucas y las catacumbas.
Catacumbas
Las catacumbas de Jajce fueron construídas por Hrvoje Vukčić Hrvatinić, el fundador de Jajce, como mausoleo para él y su familia. No obstante, durante la invasión otomana, fueron utilizadas como lugar para oficios religiosos celebrados de manera clandestina.
El interior se divide en dos salas: la primera posee un altar y varios huecos para enterramientos; mientras que una sala más pequeña, a la que se accede por unas escaleras, tiene una cruz tallada.
La entrada cuesta 4 BAM (2€) y 2 BAM (estudiantes).
Iglesia de Santa María
Se trata de una iglesia del siglo XII en la que fue coronado el rey Stephen Tomasevic. Cuando las ruinas de San Lucas fueron trasladadas a la Iglesia por la reina Mara Jelena como dote, el campanario se consagró a San Lucas y es el único campanario medieval que queda en los Balcanes continentales. Con el paso del tiempo, la iglesia quedó en ruinas y así continúa hasta día de hoy.
Mezquita Esma Sultanija
Curiosamente, se trata de una mezquita con nombre de mujer. Es una construcción de 1750, pero fue arrasada casi en su totalidad durante la Guerra de los Balcanes, aunque ha sido reconstruída. Junto a ella, se halla un mausoleo en forma de kiosko.
Templo de Mitra
Descubierto de forma accidental durante la construcción de una vivienda, se compone de un altar en relieve en el que aparece Mitra sacrificando a un toro. Se trata de una edificación del siglo IV y hoy se puede contemplar a través de una estructura de cristal.
Cascadas Pliva
La cascada Pliva es la principal atracción de Jajce. En ella, el río Pliva se precipita 17 metros para unirse con el río Vrbas, aunque una vez tuvo una caída de 30 metros.
Las cascadas se pueden contemplar de manera gratuita desde la parte alta o frente a ella, en una plataforma a la que por acceder hay que pagar 8 BAM (4€).
Molinos de Jajce
No es fácil encontrar los Molinos de agua de Jajce y así lo atestiguan algunos visitantes, de hecho nosotros en la creencia de que están en la población de Jezero, estuvimos dando vueltas de forma infructuosa.
Para llegar desde Jajce, hay que tomar la dirección a los lagos, hacia Jezero y tomar la desviación del Hotel Plivsko Jezero. Siguiendo esa carreterita hacia adelante, se encuentran los molinos. Pero por si no los encuentras, quizá te ayude buscarlos como Mlinčići en el GPS que utilices.
El río forma dos lagos al Este de Jajce y éstos se encuentran separados por un pequeño desnivel. Los molinos ocupan un islote que se forma en la unión del Gran Lago (Veliko Plivsko jezero) y del Pequeño lago del Pliva (Malo Plivsko jezero).
Se trata de 20 molinos que datan de la época de ocupación otomana que pertenecían a personas adineradas y que se utilizaban para moler el grano. Hubo muchos más, pero con el tiempo y el desuso han ido desapareciendo. Sin embargo, desde 2009 están protegidos por el Estado y son una de las mayores atracciones turísticas de la zona.
Realmente merece la pena pasar un día completo en Jajce, pero nos quedaba un camino largo hasta Mostar y a media mañana nos pusimos en marcha.
16 comentarios
Estimada amiga, debes ser una enciclopedia andante. Cada vez no dejas más y bellos reportajes.
Vuestra querida hija está recibiendo el mejor legado que pueden dejar unos padres a un hijo. Estos viajes son todos fascinantes. Os felicito, yo he sido poco aventurero en ese aspecto de viajar y ahora a mi edad menos.
Un fuerte abrazo y buen verano.
Muchas gracias Juan por tus palabras. No sé cómo agradecerte el comentario.
Un fuerte abrazo
Como siempre un reportaje estupendo Macarena. Me ha gustado sobre todo las cascada y los molinos, son preciosos y no me importaría nada poder verlos. Un beso y feliz finde
Una población encantadora, Vicenta. Muchas gracias
Que hermoso paseo!!!
Felicitaciones por el trabajo que rezuma buen gusto y calidez.
Abrazo.
Muchas gracias
No conocía esta ciudad, me han encantado los molinos, menos mal que ya está protegidos y no desaparecerá ninguno más porque sería una pena. Un abrazo
Pues sí, Asun, sería una pena porque antes había muchos más.
Un abrazo!!!!
Qué bonito todo, amiga.
El interior de la ciudadela me gustó mucho, esas calles empedradas y sus rincones.
La cascada es espectacular. Y los molinos de agua también me gustaron mucho.
Gracias, como siempre.
Un besote!!
Es un pueblecito con mucho encanto y poco turismo ¡Ideal!
Muchos muchos besos, amiga.
Ese pueblecito es un encanto, Macarena.
La cascada es preciosa, seguro que desde allí se disfruta de un hermoso atardecer.
Los molinos son muy peculiares, de mayor envergadura que los que conozco de España.
Hoy hemos dado de tu mano un paseo interesante. Muchas gracias.
Abrazos 😘
Una ciudad con mucho encanto, Carmen, y poquita gente.
Muchas gracias. Un abrazo!!!!
Jo, Macarena. No solo nos has traslado en el espacio a un pueblo precioso, sino que nos has transportado en el tiempo a una época que te aseguro hubiera disfrutado. Esa imagen de los molinos de agua es de lo más bello que he visto. Un pueblo de muros grises de piedra, contraste con la verde entorno… Lo que daría por vivir en él. Maravilloso paseo nos has regalado. Un abrazo!
Este lugar es de una auténtica belleza: las construcciones antiguas, la cascada, los lagos y los molinos. Ahora, David, hacía un frío que no me imagino lo que tienen que ser allí los inviernos.
Muchas gracias. Un abrazo.
He quedado fascinada con la cascada y los molinos, tienen una belleza singular y única. No sabía de su existencia, en realidad desconozco muchas cosas de Bosnia. Nunca me he planteado visitar el país y ahora que lo pienso no es frecuente ver post ni fotos en las redes de sus lugares. El día que vaya tendré en cuenta tus indicaciones para llegar a los molinos 🙂
Un saludo.
Yo, Alicia, he quedado prendada de Bosnia. Volvería una y otra vez sin pensarlo. Es un país tranquilo y bello con una población encantadora y una comida excelente. Además es barato y tiene muchísimas cosas para ver y hacer. Lo recomiendo con los ojos cerrados. Así que, cuando no tengáis planes, quizá os apetezca visitarlo.
Un abrazo!!!!