Marrakech, además de su belleza propia, es una ciudad con numerosos parajes por visitar en sus alrededores. En esta jornada, planeamos hacer una excursión hasta el Valle del Ourika, pasando por la Tumba del Extranjero.
Valle del Ourika (Marruecos) |
Yayo decidió que prefería echarle un ojo al filtro del gasoil del coche, antes de seguir con nuestro viaje y, en ello, empleamos casi toda la mañana, pues al final decidió cambiarlo y hubo que ir a buscarlo al concesionario oficial Nissan de Marrakech.
Kasbah Amridil (Marruecos) |
Era casi mediodía cuando salimos al Ourika. Pero antes, de camino, nos desviamos a Aghmat, donde se encuentra la Tumba del Extranjero: el rey Al Mu´tamid que reinó en Sevilla durante el siglo XI.
Muralla de Marrakech |
La Tumba del Extranjero
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
Cuando el 7 de septiembre de 1091 los almorávides tomaron Sevilla, Ibn Tasufin ordenó que el rey depuesto fuera conducido a Marruecos y desterrado en el aduar de Aghmat. Un aduar era una pequeña población de beduinos formada por tiendas de campaña, chozas y cabañas. Así que Al Mu´tamid pasó de la opulencia de sus palacios sevillanos a habitar en estas casas de nómadas. Y allí, transcurrieron los últimos cuatro años de su vida.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
Al Mu´tamid fue contemporáneo de “El Cid”. Mejor poeta que rey, de él se dice que era una persona muy culta pese a ser hijo de una anónima concubina de Beja. Su valido fue Ibn Ammar -Ben Ammar-, el Abenámar al que Sánchez Albornoz dedicó una novela. Se cuenta, que entre ellos hubo algo más que una buena amistad, y tan es así que Al Mu´tamid le perdonó muchos de sus errores políticos. Se dice que, cuando Alfonso VI de León iba a atacar Sevilla, Ben Ammar se jugó el ataque al ajedrez y tras su victoria, Alfonso VI desistió de su asalto a la capital andaluza. La vida de Ben Amar finalizó en manos del rey Al Mu´tamid cansado de sus decisiones y caprichos peligrosos para el reino.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
Prisionero cargado de cadenas a los pies del Antiatlas, Al Mu´tamid terminó casándose con una de sus esclavas, al-Rumaykiyya, a la que el rey llamó Itimad, su favorita; componiéndole bellos versos de amor, y junto a la que terminaría enterrado para el resto de la eternidad en este lugar remoto del corazón de Marruecos.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
Aghmat es un pequeño pueblecito agrícola a los pies del Antiatlas, entre Marrakech y el Ourika, en el que bastan unas cuantas casitas y una plaza. La tumba de Al Mu´tamid se encuentra en una pequeña construcción parecida a un morabito, de bastante sobriedad, pero muy bien conservada. Cuentan que antes no era así, sino que la tumba del extranjero se hallaba en medio de un cementerio del que no queda rastro. No hace mucho que fue restaurada, con la ayuda económica de la Junta de Andalucía -visita de Manuel Chaves incluida-.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
Se accede por un pequeño patio andaluz con una pequeña fuente que, en el momento de la visita lijaba con fruición un operario. Aunque hay un guarda, a veces, cuando la tumba se encuentra cerrada, se pueden pedir las llaves en la tiendecita de enfrente.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
El lugar del enterramiento es una no muy grande estancia en la que reposan Al Mu´tamid junto su amada Itimad y su hijo, en dirección a la Meca bajo dos lápidas realizadas en baldosas de motivos geométricos. Tan sólo un epitafio encastrado reza: “Tumba del extranjero. Tú que te apropias de los restos resecos de Ibn Abbad ¡Que las nubes que pasen nunca te rieguen!”.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
El guarda es un anciano amable y pesado que no deja disfrutar del intimismo que rezuma el lugar. Hablaba sin parar y no dejaba de agarrarnos a unos y a otros para salir en todas y cada una de las fotos que encuadrábamos. Por supuesto, cuando salimos de allí, le pareció poco el estipendio -pese a ser un asalariado del gobierno marroquí- que donamos y dejó de ser tan simpático con nosotros.
Tumba del Extranjero – Aghmat (Marruecos) |
La tumba del extranjero, tal y como se la conoce en el lugar, es un lugar más romántico que “visual”. Un rey sevillano, Al Mu´tamid, del que pocos en el lugar conocen la historia, reposa como extranjero eterno en el lugar en el que hace muchos siglos se convirtió en su patria en el exilio.
4 comentarios
¡Qué interesante información nos compartes, amiga Macarena! sobre la vida de Al Mu´tamid, contemporáneo de El Cid Campeador y muerte en este apartado lugar de Marruecos, después de una vida en Sevilla y desterrado por los almorávides a Aghmat, esa pequeña población beduina donde acabó sus días en compañía de su mujer e hijo.
También me ha resultado curioso ese cambio de actitud de este, en principio, guardia de dicha tumba que luego dejó su simpatía al no recibir el donativo que buscaba y mira que ya es asalariado del gobierno marroquí… ¡sin palabras!
Muchos besos y ¡feliz martes!
Si que es una construcción muy sobria, aunque me gusta el epitafio, parece sacado de un cuento de "las mil y una noches".
Un post estupendo, Macarena. Mil besos
Hola Estrella.
Lo cierto es que el lugar es más bello por su historia que por la edificación en sí; pero ya te habrás dado cuenta que casi prefiero una buena historia a un bello lugar.
Por otro lado, en Marruecos, al igual que en otros lugares, los guardas y los guías son así. No te creas que el estipendio fue pequeño y, además, lo pagamos por duplicado: uno le dio Yayo y otro mi padre; pero es que muchos ven, a veces, un negocio en el turista ¡En fin!
Muchos besos.
Muchas gracias Chari,
Es cierto lo que dices, el significado del epitafio es una de las partes más bonitas de la historia. Mucho hemos discutido mi madre, que es una persona muy culta y a la que admiro enormemente por ello, y yo acerca de este tema ¿Se trata de una maldición? ¿O sin embargo es una especie de deseo de vida eterna? Mucho me temo que su magia radique precisamente en la incógnita.
Muchas gracias Chari y un besote gordo para ti y para Fibi.