Por el relativo aislamiento que sufre Melilla, Marruecos es un destino recurrente para muchos de los que habitamos en esta España de África. Los billetes a la península, a pesar de que tenemos un 33% de descuento por residencia, en avión no bajan de los 75-90€ por persona, y el paquete en barco de coche más camarote para dos personas, ronda los 270 -300€. Así que Marruecos se convierte en la única opción barata para salir de la ciudad en puentes, festivos y vacaciones… también cuando no encontramos billete -algo que sucede con frecuencia si te despistas- o cuando éstos son muy caros.
Trabajador en la curtiduría de Fes |
Trabajador de la Curtiduría de Fez |
Cuando no hay planes para el domingo, muchos melillenses cruzamos la frontera para ir a comprar a Marruecos algunas de las cosas que no se encuentran o que son más baratas que en Melilla. La población más cercana a Melilla es Nador, a tan sólo 16 kilómetro (30 minutos en coche). Un poco más lejos, se encuentra Saidia -a 91 km- a la que se puede llegar en hora y media. Población eminentemente marinera, cuenta con las playas de arena fina más largas de Marruecos. Saidia es un consolidado centro de veraneo, y se ha convertido en los últimos años en un destino turístico internacional al albergar uno de los complejos turísticos más importantes del país vecino. Pero también optamos, a veces, en conducir los 150 kilómetros que nos separan de Oujda -unas 2 horas y media en coche-, en la frontera con Argelia.
En verano, cientos de Melillenses, sin embargo, optamos por las playas marroquíes, mucho menos concurridas y más distraídas que las nuestras. La Bocana, muy cerca de la frontera, es un istmo natural de 13 kilómetros aún lleno de dunas y conchas que separa mar abierto -el Mediterráneo- de la Mar Chica, una laguna salada de 115 kilómetros cuadrados que, debido a su importancia para las aves acuáticas, ha sido declarada sitio Ramsar y Sitio de Interés Biológico y Ecológico (SIBE).
Pero también son aptas para acampar las de Taxdir, Sammar o el Cabo Tres Forcas. Las playas de Tres Forcas son atractivas y variadas: desde pequeñas calas de arena fina, a playas de roca. De difícil acceso, es necesario utilizar vehículos 4×4. Y como se encuentran en el lado opuesto de las anteriormente mencionadas, se encuentran resguardadas de los vientos.
Un poco más lejos de Nador, Kariat con una infraestructura turística de relevancia, fácil acceso, camping, chiringuitos, sombrillas, etc. por lo que obtuvo la bandera azul en 2014; y también la playa de Cabo de Agua -a 60 kilómetros de Nador- justo en frente de las Islas Chafarinas, considerada como una de las mejores del Mediterráneo.
En invierno, solemos llevar los niños a la nieve en Debdou -en la provincia de Taurirt a 2h y media en coche-; a Taza -2h y media en coche-; o un poco más alejada, a Ifrane 371 km – en fines de semana largos-. Taza es una ciudad que, pese a su historia y según mi criterio, vale más por su zona aledaña que por la ciudad en sí. En sus alrededores se pueden visitar el Parque Nacional de Tazzeka, las Cuevas de Friouato – una de las mayores de África- o las Gargantas de el Oued Zireg. Ifrane es una población de estilo alpino cercana a Fez que posee una estación de esquí; pero además, es famosa por su bosque de cedros, un circuito de lagos y la cercana ciudad de Azrou, famosa por su oferta maderera.
La construcción -relativamente reciente- de la red de autopistas en Marruecos nos ha facilitado en gran medida los desplazamientos de fin de semana; aunque las contínuas colas fronterizas para entrar y salir de Marruecos a Melilla hace que muchos, muchas veces, desistamos de nuestras excursiones.
Foto: Riduan el Boudali en Facebook |
Si bien es cierto que los residentes en Melilla y en Nador nos beneficiamos de la ventaja de no tener que sellar el pasaporte cada vez que atravesamos la frontera, para lo cual hemos de identificarnos únicamente con el Documento Nacional de Identidad, el trámite para la obtención del Permiso de Importación Temporal de Vehículos -que hemos de realizar cada seis meses- es demasiado largo y tedioso para gran parte de los melillenses. Por otra parte, el control fronterizo de determinadas enfermedades veterinarias, el tráfico ilegal de personas, el contrabando de drogas y el terrorismo islamista, han intensificado los controles por parte de las autoridades de uno y otro lado hasta el punto en el que hay momentos en los que las colas en las fronteras son interminables y duran horas -sobre todo durante la anual operación “Paso del Estrecho”– y muchos melillenses hemos perdido la paciencia de tal forma, que hemos disminuido la frecuencia en la que atravesamos la frontera.
Oficina de para sellar el pasaporte en el lado marroquí de la frontera
Aún así, muchos habitantes de Melilla, solemos aprovechar los puentes largos para escapadas al desierto, a Fez, a la Costa Atlántica, etc.
Feria durante la Festividad de los Aisauas en Mequines (2008) |
Feria durante la Festividad de los Aisauas en Mequines (2008)
Y cuento esto a modo introductorio, antes de narrar viajes a Marruecos, para que lector tenga en cuenta el desorden en los itinerarios o la poca lógica que empleamos, a veces, cuando organizamos nuestras escapadas a Marruecos. Para nosotros Marruecos no es ese destino exótico y lejano con el que muchos sueñan -aunque no deja de ser un lugar mágico al que adoramos y que nos sigue sorprendiendo- y que planeamos meticulosamente; para nosotros Marruecos es nuestra casa, nuestra válvula de escape, nuestro refugio al que huir, nuestro lugar de descanso, el sitio en el que desconectamos,… por eso quizá sea mejor advertir a nuestros lectores que nuestros relatos a Marruecos pueden ser leídos como referencia a una zona o un lugar, más que como una ruta prefijada que pueda servir de modelo al viajero.
Así las cosas, empezaba nuestro viaje estas Navidades. El trabajo, la familia, las cosas por hacer en casa… Nos quedaban unos días de vacaciones y decidimos marcharnos de la noche a la mañana. No teníamos muy claro dónde pasaríamos el Fin de Año y ni siquiera dónde iríamos porque habíamos optado en primer lugar por buscar unos billetes baratos para perdernos en algún lugar del mundo; pero como no los encontramos y los «abueletes» -mis padres- estaban en Marrakech con su autocaravana, decidimos pasar unos días con ellos. El 30 por la tarde aún no teníamos claro dónde acabaríamos, pero decidimos hacer las maletas. Por la noche, llamamos a mis padres y así… emprendimos camino el día 31.
Salimos de Melilla a eso de las 9:00 de la mañana. La frontera estaba relativamente tranquila y comenzamos la ruta con la que nos meteríamos casi 1.000 kilómetros entre pecho y espalda. De Melilla a Marrackech hay exactamente 833 kilómetros y pagamos por ellos en autopista 234 Dh (22 €) ¡Algo que sería impensable en cualquiera de las autopistas de Europa! Encontramos retenciones en Casablanca y Rabat: hora punta y obras. Y llegamos sobre las 22:30 a Marrackech.
Aquella noche habíamos pensado en hacer algo especial, pero entre que encontramos el Hotel Mogador Bab Doukkala, comprobamos si el coche entraba en el aparcamiento (por las dimensiones), nos registramos, dejamos las maletas y cenamos,… llegamos a las 00.05 a las uvas. Y me dio pena… por Macarena, aunque estábamos tan cansados que casi no nos importó. Nos echamos a dormir… y ya llegaría el día siguiente.
13 comentarios
Muchas gracias, Esther, por tu comentario.
Claro, nosotros lo vemos habitual; pero es completamente diferente a como vosotros planteáis las cosas y luego, cuando lo pensamos, quizá sea necesario explicarlo.
Muchos besos.
Hola, Macarena. Como vosotros lo tenéis tan cerquita de Melilla, es normal que consideréis Marruecos como vuestra casa o como vuestra válvula de escape, seguro que os sentís a gusto en esos lugares maravillosos. Lo que sí he oído hablar es de lo pesado que se puede hacer lo del paso del estrecho, no me extraña que os lo penséis a la hora de cruzar la frontera.
Un beso enorme a los tres
Hola Chari,
Lo del "Paso del Estrecho" es casi a diario. Y como no planifiques tus billetes con muuuuccchhhaaaaa antelación, te quedas en tierra. Así que, atrapados, como a veces nos encontramos, la única opción es la frontera terrestre. Pero, siendo positivos, no hay mal que por bien no venga. Hay personas que sueñan parte de su vida con visitar este país exótico…
Muchos besos Chari
Holaaaaaa
Muchas gracias. Sabes que siempre tendrás que volver, aunque sólo sea un poquito.
Muchos besos. Se te echa de menos.
Un reportaje muy interesante. La verdad es que los que somos de la península desconocemos por completo cómo se vive por allí. Me ha gustado conocer los lugares a los que vais de excursión, sobre todo lo de la nieve, la playa era más previsible 🙂 Seguiré atenta a vuestras escapadas.
¡Hola Mayte! Me encanta poder hacerte recordar.
Marruecos es increíble, la verdad: la comida, los paisajes, la gente,etc. Y Marrakech es una pasada. A decir verdad, Nador no es un lugar de interés para el visitante; pero no puedes dejar de perderte la Costa Atlántica: Essaouira, El Jadida, Rabat, Casablanca, Asila,… Aunque lo que sí debéis plantearos es venir con vuestro propio vehículo: es mucho más cómodo y te da mayor libertad. Ah! Tampoco puedes dejar de visitar el desierto desde Ouarzazate: la ruta de las Kasbash, Erfoud, Merzouga, las gargantas del Todra, el valle del Dades,… ¡Si es que es un país infinito!
Me alegro que te haya gustado la entrada. Seguiremos escribiendo.
Muchos besos y gracias por el comentario.
Exelente, como siempre. Dan ganas de volver!
Wow,cómo me ha gustado leer esta entrada tuya que tantos buenos recuerdos me ha traído. Tú lo tienes más cerquita que yo, jeje, que tuve que ir en avión desde Madrid. Estuve en Marruecos dos veces, la primera fue una semana de febrero de 2009, sólo en Marrakech, que me gustó tanto que el verano de ese mismo año repetimos ya con un mes recorriendo en coche de alquiler todo lo que pudimos del país, repitiendo en Marrakech y llegando hasta las puertas del Sahara (Tarudant, Aït Ben Hadou, Erfoud, Erg Chebi…) y luego subiendo por Casablanca, Rabat e incluyendo Fez y toda esa zona hasta el norte, hasta Tánger, Tetuán, Chef Chauen… Lo que nos quedó por ver fue Nador y en la costa atlántica Essaouira, así que habrá que repetir viaje, jeje. Me encantó ese país y hasta en mi blog principal le dediqué una entrada al restaurante "temático" Chef Alí de Marrakech, donde estuve durante mi segunda visita, y es de las entradas más vistas de mi blog. Y bueno, no te quejes de los 800 y pico Kms. que nosotros teníamos el vuelo de regreso desde Marrakech y tuvimos que volver en una sola jornada desde Chef Chauen hasta allí y con un coche de alquiler utilitario, jeje. Menos mal que no llevábamos nenes a bordo como vosotros, pero aún así, mi marido se quedó rendido de conducir, porque yo no le podía relevar, ya que no tengo carnet, jeje.
Besos Macarena y familia, y hasta otra :-))
Nunca habría imaginado que para vosotros, los melillenses, ese paso de frontera fuese tan frecuente y "normal", pero desde luego tiene toda la lógica. Quizás tenéis el inconveniente de estar algo retirados de la Península, pero a cambio tenéis al alcance lugares maravillosos que para nosotros son, como decías, un destino exótico.
Como siempre me ha encantado leerte y he aprendido un montón sobre sitios que no he visitado. Gracias, Macarena!!
Un beso y feliz tarde de martes 🙂
Hola Julia!
Supongo que todos anhelamos lo que no poseemos. Por eso, quizá nosotros preferiríamos ser peninsulares; pero bueno, como bien dices, unos tenéis unas cosas y otros… otra.
Muchas gracias por leernos, es un placer saber que ns visitas a menudo y me alegra que te gusten nuestras entradas.
Un beso
Muy buenas, soy tu amiga Mabel.
Tenemos que ir alguna vez a que me enseñes Marruecos, lo conoces bastante bien y seguro que me encantará.
Chao.
¡Hola Mabel! ¡Qué alegría! Se me han puesto los ojos de corazoncitos al verte por aquí.
Ya sé las ganas que tienes de visitar Marruecos ¡Qué ya tiene delito habiendo vivido aquí 25 años! Pero ya sabes que cuando quieras… Es un placer para mí pasar tiempo a tu lado y lo sabes. Además de ver cosas fantásticas y de que los niños disfruten, sabes que nos vamos a reir de lo lindo.
Miles de besos. Te echo de menos.
De momento me conformaré con que me lleves a alguna playa chula este verano. Pero ya iremos hablando.
Muacc.