Susa, conocida en época púnica como Hadrametum, es uno de los destinos de playa por excelencia en Túnez. Su medina está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aunque su reconocimiento a nivel internacional ha venido más por sus grandes resorts junto al Mediterráneo, que por sus siglos de Historia.
Regresamos unos 70 km. por la misma autopista por la que habíamos venido para dormir en la ciudad de Susa, ya que la oferta hotelera en El Djem y alrededores es escasa y de mala calidad.
Susa, destino turístico de sol y playa
Susa, junto con Hammamet, es la zona más turística de Túnez, y ofrecen los paquetes de “todo incluído” al turismo que llega de Europa. Además es destino para el turismo de interior de las clases más adineradas del país. Sin embargo, en 2015, Susa sufrió uno de los atentados yihadistas más desoladores de la historia de Túnez, cuando en una de sus playas un lobo solitario abrió fuego contra los turistas que había en la costa, sesgando la vida de 38 personas de diferentes nacionalidades.
Éste y otros dos atentados más en el mismo año y que acabaron con la vida de 72 personas, casi todos turistas extranjeros, junto los que se han ido sucediendo en los últimos años, ha supuesto el hundimiento del turismo, uno de los pilares de la economía tunecina, a la que aportaba el 14% del PIB, y de los que el país todavía no se ha podido recuperar. De hecho, no encontramos turistas extranjeros durante nuestro viaje, pero no por ello nos sentimos inseguros en ningún momento. Una auténtica pena, la verdad.
Medina de Susa
Nuestra visita a Susa, se reduciría al alojamiento, aunque como llegamos a media tarde, nos acercamos a visitar la medina amurallada, Patrimonio de la Humanidad desde 1988.
La medina de Susa es una fortificación donde las estrechas callejuelas conforman un bello laberinto rodeado por una gran muralla. Al ser una ciudad costera, en la antigüedad, Susa sufría ataques marítimos constantes, así que la ciudad se fortificó. Las murallas fueron construidas por los aglabíes en el 859, con un perímetro de 2,2 kilómetros y una altura de 8 metros.
La medina es hoy día plenamente funcional, y en su interior, pueden comprarse souvenirs, cerámica, joyas, ropa, zapatos y productos artesanales. En el interior de la medina y sus alrededores se concentran los principales lugares de interés como son el Ribat, la Gran Mezquita de la Kasbah, la Mezquita Azul, la Casa Museo “Dar el Essid”, las Cisternas y el Museo Arqueológico.
Al ser invierno, el sol se ocultaba demasiado pronto, así que el paseo supo a muy poco, aunque al menos pudimos ver la Gran Mezquita.
La Gran Mezquita de Susa
Inspirada en el estilo de la Mezquita de Sidi Oqba, en Kairuán, la estética de esta mezquita refleja la forma de vida y las creencias religiosas de quienes gobernaban la ciudad de Susa en el siglo IX. La mezquita, sobria y austera, no tiene minarete y la llamada a la oración se hace desde la torre de la esquina noroeste.
Junto a la Gran Mezquita se encuentra el Ribat, edificado a finales del s. VIII para defender la ciudad de los ataques de los bizantinos. Cuenta con una torre vigía añadida en época aglabí a la que se puede subir.
Y a poco más se redujo nuestra visita a Susa. En realidad, al día siguiente fuimos a visitar las catacumbas, pero estaban cerradas y no pudimos entrar.
Las galerías de las catacumbas, unas doscientas construídas entre los siglos II y V d.C. reflejan las persecuciones sufridas por los cristianos. En sus más de 5 Km. de longitud se encuentran unas 15.000 tumbas, siendo unas de las mayores catacumbas cristianas del mundo. El problema es que, dado su deterioro, sólo es posible visitar un tramo.
Alojamiento y cena en Susa
Cuando comenzaron a cerrar los comercios, buscamos un sitio para cenar y terminamos en un restaurante muy chulo llamado Planet Food con unos platos exquisitos y demasiado abundantes para la noche. Todo costó 70.700 DT (22€).
Nuestro hotel era un macrocomplejo hotelero, de nombre Hotel Orient Palace, de cuatro estrellas (antes cinco) de los usados para los mencionados “todo incluído”. Y, tal y como convenían muchos viajeros cuyas experiencias habíamos leído antes de visitar Túnez. Éste era uno de esos lugares en los que las estrellas poco se corresponden con la calidad. Y es en Túnez es difícil discernir si un hotel es bueno o no por su precio o por su número de estrellas: puede que un hotel de menos categoría sea más limpio y esté más cuidado que uno de cinco, pero de eso ya hablaremos. Pagamos por una habitación doble 34,29€ y por la triple 46,56€ con desayuno tipo buffet incuído.
12 comentarios
Es un lugar que me ha comentado gente que ha estado y que ha disfrutado mucho de la visita pero que reconozco me da apuro ir por el tema de la seguridad. Me alegra leer tu entrada porque significa que la cosas realmente no están tan mal como yo imaginaba. Un beso
Supongo, Asun, que como todo. Ningún lugar está libre de peligro. Pero a nosotros nos fue perfecto.
Un beso
¡Hola, Macarena! Jo, sin duda la pandemia nos ha hecho olvidar cosas como la existencia de esa lacra que es el terrorismo en general y el yihadista en particular. El enclave me ha resultado maravilloso y muy de mi poco aventurero espíritu viajero. Estupendo hotel, playa, un maravilloso paseo con esos mercadillos artesanales que adoro. La verdad es que me lo anoto para tenerlo muy en cuenta. Un fuerte abrazo!!
Es, paradójicamente a lo que acabas de comentar, un país muy acogedor y muchísimo más abierto de lo que puede pensarse en la distancia. Desde luego, no me importaría repetir una vez más.
Un fuerte abrazo!!!!
Recuerdo muy bien ese atentado y es una de las causas por las que Paco no quiere ir por allí. Y eso que un hijo mío ha estado y nos lo recomendó. Las murallas están bien adornadas con el mercadillo . La recepción del hotel se ve muy bien y la habitación un poquino chica.
Ya veremos si suena la flauta algún día.
Buen domingo ya seguir cuidándose.
Abrazos familia.
Es una pena que la gente deje de ir a sitios como éste por miedo al terrorismo. Esa es la finalidad: acabar con los ingresos económicos de una zona, pues ya se sabe que la necesidad favorece la falta de educación y ésta, facilita la manipulación de personas poco instruídas.
No no, Laura, es la perspectiva de la foto. La habitación tenía vestidor, una zona de recepción y una gran terraza. La verdad que tuvo que ser un gran hotel.
Un fuerte abrazo!!!!
Lamentablemente los atentados yihadistas parece que no cesan en el mundo, lo cual empobrece soberanamente al turismo y crea desconcierto en los redidentes habituales.
Me ha parecido impresionante la ciudad amurallada de Susa, la cual nos traslada fácilmente a épocas del medievo o la de de las mil y una noches, con esas calles tan estrechas y puestos artesanales.
La Gran Mezquita me ha resultado demasiado sobria dentro de lo habitual en el arte islámico, quizá se deba a su antigüedad.
Otra de las peculiaridades de Túnez que me ha extrañado mucho es la falta de coherencia dentro del mundo de la hostelería, me refiero a que el número de estellas de un hotel no se vea reflejado en la calidad de sus servicios… ¡Qué disparate tan grande! ¡Pobres turistas si antes no conocen de qué va todo eso!
Bueno, amiga Macarena, ya ves que sigo fiel a tus distintas propuestas turísticas. Un placer volver a visitarte.
Muchos besos.
Querida Estrella,
Quizá la foto de la mezquita no le haga justicia. Hay otras, con luz del día, que la muestran en todo su esplendor porque es realmente una auténtica obra de arte de la arquitectura de la época.
Lo del yihadismo es una catástrofe para ciertas zonas del mundo. Las hace empobrecer, que quizá es el motivo principal de este tipo de actos. Con el empobrecimiento viene la ausencia de escolarización y, de la ignorancia, la facilidad para adoctrinar a la población. Parece sólo una salvajada, pero desde luego, el trasfondo está más que pensado.
Un besazo, amiga mía. Cuídate mucho.
Veo que aprovecharon muy bien el tiempo en Susa, aunque no disponían de muchas horas allí.
Las catacumbas estaban cerradas pero pudieron ver la Gran Mezquita y la medina.¡Qué bueno!
Viendo tus fotos, la medina me resultó un lugar muy auténtico y genuino, ¿es así realmente? , amén de la Historia que encierra, claro. Y otra pregunta, ¿puede visitarse entera? O hay algunos tramos de esta kilométrica fortificación, a la que no se pueda acceder.
Gracias por compartirnos tanta información, Macarena, con experiencias incluidas. Todo un lujo para nosotros.
Un besote.
La medina puede visitarse entera y concentra la mayor parte de las atracciones turistico-históricas de Susa. Incluso, posee una pequeña «zona roja» que mucha gente visita por la curiosidad de encontrar un área de prostitución «conocida o medio pública» en un país musulmán. La verdad es que es todo «muy típico» y «muy local» a lo que ha contribuído el descenso del turismo en la zona tras la oleada de atentados terroristas. Y es una pena, Nélida, porque el país es muy bonito y la gente es encantadora.
Un besazo
La verdad, si te soy sincero, me ha decepcionado un poco esta ciudad, al menos por lo que cuentas,… parece que todo está dirigido al turismo de sol y playa de los europeos,… ¿no?
Pues has acertado, Norte. Quizá, de haberle dedicado más horas, podría haberle puesto más entusiasmo a la entrada. Pero… «Así lo hemos visto, así se lo hemos contado».
Un abrazo.