
Gafsa es una ciudad al suroeste de Túnez que aglutina un pasado con Historia, un oasis y un centro industrial minero.

Conocida como Capsa, durante el Imperio Romano, su Historia se remonta a antiguos asentamientos mesolíticos que se consideran los antepasados del pueblo bereber. Al igual que Tamerza, Capsa era una importante ciudad romana en el Fossatum Africae, la zanja africana que servía como línea defensiva al Sur del Imperio.

Además, Gafsa posee una de las minas de fosfatos más importantes del mundo.
Las piscinas romanas de Gafsa
Pese a todo lo que se ha mencionado, Gafsa es un lugar sin mucho interés para el viajero. Un sitio en el que hay poco que ver. Un lugar de paso.

Pero, como ya comentamos en la anterior entrada, llegamos allí antes de lo previsto y, como teníamos el alojamiento reservado y dudábamos de poder encontrar otro un poco más adelante, decidimos quedarnos a vagabundear por sus calles.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Gafsa sufrió bombardeos tanto del lado alemán, como del italiano que dejaron gran parte de su medina destruida. Aun así, todavía pueden recorrerse sus laberínticas calles y observar algún vestigio romano en la decoración de sus puertas.

Lo más interesante de Gafsa son sin duda las cisternas romanas que se encuentran en el corazón de la medina. Son dos piscinas de aguas termales que se mantenían a 31 grados de temperatura y 4 metros de profundidad.

Las piscinas constituyen el único resto importante de la época romana de Capsa. Forman un conjunto de dos estanques encajonados en muros de grandes sillares donde subsisten trazas de inscripciones. Comunican entre ellos por un pasaje abovedado.

Las aguas provienen de manantiales que surgen del fondo de las cisternas y son utilizadas para el baño por los locales en los tórridos veranos del sur de Túnez.

En Gafsa hay también un pequeño museo arqueológico.
Comer en Gafsa
Como poco más había que hacer, Yayo y mi padre decidieron afeitarse en una barbería cercana al restaurante en el que comimos y paseamos por las calles céntricas de la actual medina, en donde compramos unos gorros de lana y alguna que otra fruslería.

Comimos en el, al parecer, único restaurante del casco antiguo de Gafsa, llamado Abid. La comida no fue la mejor que hicimos en Túnez, pero por 20€ no dejaban de traer platos y comimos los cinco.

Luego, paseamos por el moderno centro de Gafsa, en donde asistimos, no sabemos muy bien, si a una manifestación o a un pasacalles de payasos, malabaristas y músicos; y merendamos en una cafetería encantadora.

Alojamiento en Gafsa
Pero fue en Gafsa donde tuvimos una de nuestras peores experiencias con el alojamiento en Túnez.
Mis padres se alojaban en el Hotel Gafsa Palace: un gran hotel de cinco estrellas en las afueras de la ciudad en el que nosotros no habíamos obtenido alojamiento en la creencia de que estaba completo (en realidad, no admitían reservas para tres personas).

Así que nosotros alquilamos una casa en el centro a través de la web de Expedia. Pero, cuál fue nuestra sorpresa que, al dirigirnos al alojamiento que, por cierto, ya habíamos abonado ¡Éste no existía!
El propietario, apurado, puso una reclamación. Nosotros pusimos otra y ¡Menos mal que Macarena habla francés! porque nos vimos a última hora del día sin alojamiento y sin saber a dónde ir.
Decidimos poner rumbo también al Hotel Gafsa Palace y, aunque mis padres habían pagado 48€ por su habitación, la nuestra nos costó 80€ ¡Y porque el encargado nos hizo un pequeño descuento!
La habitación era una gran suite con dos habitaciones, un salón, un vestidor y un gran cuarto de baño; aunque, como todo en Túnez, había algunas cosas en la habitación algo descuidadas.

Y tras el disgusto, el ir y venir, y el frío que hizo, concluimos que, de haber sido de otra manera, no hubiésemos podido disfrutar de la luna sobre las palmeras en una noche como aquella.
Interesante entrada, Macarena.
Pero qué lástima ver las piscinas tan descuidadas, en alguna foto me pareció ver mucha suciedad en el agua, plásticos, etc.
Es una pena ver trazos de Historia tan abandonados (o aparentemente) como esas piedras llenas de inscripciones, tan mal conservadas.
Lo del Hotel me pareció una tremenda faena, pero como siempre hay que disfrutar del conjunto y no de las piedras aisladas, me gustó esa conclusión final de que si no llega a ser por esos contratiempos no hubieran llegado al momento de ver esa luna. Allí y entonces.
Gracias por compartir.
Un beso grande.
Las piscinas en sí, no te creas, están bien conservadas. De hecho, se restauraron en 2013; pero el agua era una cochinería y la plaza en la que se ubican también estaba sucia. La verdad es que es una pena porque he visto algunas otras fotos, bastante recientes, de las aguas cristalinas ¡Hasta se ve el fondo! con los niños del pueblo bañándose en verano.
Lo del hotel fue una auténtica marranada, Nélida, porque nos encontramos en mitad de ningún sitio sin saber a donde ir. Fíjate que nos quedamos en Gafsa ante la previsión de ausencia de alojamiento más adelante, así que se nos quedó una cara… En fin, no hay mal que por bien no venga.
Besitos.
La comina no tiene mala pinta pero si dices que hay poco por ver no lo voy a poner en mis ruta de viaje. Iremos a donde haya algo más de variación. Un beso y feliz fin de semana Macarena 🌟 🌟 🌟
Sí, Vicenta, aquí sólo… de paso. Besitos
vaya tela con el precio del hotel, lo bueno la comida, compensa, jeje. LAs piscinas romanas impresionantes, buen viaje, seguro
Hubo poco que ver en Gafsa, pero las piscinas estuvieron chulas.
Como bien dices, Macarena, Gafsa es un lugar de paso pues quedarse allí sólo para ver las piscinas no es muy atrayente.
La comida no tiene mala pinta y por 20€ todos me parece una ganga.
Todos esos sinsabores que nos cuentas tuvieron una compensación en esa bonita estampa del anochecer con la luna sobre las palmeras.
Muchos besos.
De todas formas, Carmen, tú ya sabes que somos de inventar siempre algo. Pero, la verdad es que sólo para las piscinas, es demasiado poco.
Un besazo.
Los romanos siempre se lo montaban muy bien. Menuda faena encontrarse en un lugar desconocido y sin alojamoiento.
Algo no muy buen para recordar de Gafsa. Me gusta la última foto.
Cuidaros Familia.
Un abrazo
Pues Laura, después de encontrarnos en una ciudad con poco que visitar y sin hotel, ver una noche como aquella fue una gran alegría.
Un abrazo grande.
Que cosas pasan viajando,… qué apurones! verdad?,… de todas formas siempre todo, mejor o peor se arregla y un día relajado siempre viene bien,… ¿no te parece?
PD.- Imagino que nos habrás mostrado las mejores fotos,… pero a pesar de eso el pueblo no me pareción tna mal
😉
No no, si el pueblo no es que estuviera mal; el problema es que ¡No había más pueblo! Jajajajajajaja
Un abrazo, Norte.
¡Hola, Macarena! ¡Vaya apuro! Pero bueno, son de esas inconveniencias que en su momento son sufridas, pero que con el tiempo quedan como unas anécdotas que se recuerdan entre risas.
Desde luego que los romanos hicieron lo primero que haría yo en ese lugar: tirarme de cabeza a la piscina. Y si no la hay, tirarme de cabeza a hacer una, ja, ja, ja… Un fuerte abrazo!!
Pues sí, David, porque no veas el calor que debe hacer allí en verano jjjjjjjjj
Un fuerte abrazo!!!