Krujë es una población muy pequeñita situada a 30 kilómetros al Norte de Tirana sobre un terreno elevado. La ciudad tiene poquitas cosas, pero es un lugar muy visitado y de gran importancia para los albaneses, pues se trata de la ciudad natal del héroe nacional, Skanderberg, y el lugar desde el que éste dirigió la resistencia contra los otomanos en el siglo XV.
A la entrada del pueblo, justo en la parte alta del antiguo bazar, se encuentran los aparcamientos de los autobuses, lo que da cuenta de lo demandada que es la visita a este enclave. Y justo aquí se encuentra el Restaurante Panorama, que haciendo alusión a su nombre, mejores vistas ofrece del bazar, la mezquita y el castillo. Aunque hay algún otro restaurante más justo enfrente de la entrada al Fuerte.
Qué ver en Krujë
Castillo del siglo V
Lo más importante de Krujë, o Kruja, es su castillo amurallado del siglo V o VI, en cuyo interior se encuentran unas ruinas centrales –un antiguo hamman-, una torre –en restauración durante nuestra visita-, dos museos y un teqe –un teqe es una comunidad religiosa musulmana sufí de carácter ascético o místico extendida en esta zona del mundo-.
Museo Skanderberg
El castillo del interior de las murallas es moderno – de 1982- y alberga un museo con toda una colección de objetos, mosaicos, armas, esculturas, cuadros, etc. tanto de Skanderberg, como de la época histórica de dominación y lucha contra el ejército otomano. Como curiosidad, la edificación fue diseñada por Pranvera Hoxha, la hija del dictador Enver Hoxa. La entrada cuesta 400 lek (5€).
El antiguo bazar
En la esquina opuesta se encuentran el teqe y el museo etnográfico y, en la parte baja del castillo, el antiguo bazar empedrado con más de 400 años a sus espaldas. Aunque fue remozado, las tiendas siguen siendo de madera y en ellas puede encontrarse un conjunto abigarrado de objetos diversos que van desde alfombras de lana, zapatillas de fieltro, banderas de Albania, mantelerías bordadas a mano, antigüedades, souvenirs varios y joyería en plata, muy bien hecha por cierto y a unos precios estupendos –de hecho Macarena compró varios pares de pendientes-. En fin, y no hay que olvidarse de regatear.
Mezquita Murad Bey
El uno de los extremos del bazar se encuentra la Mezquita Murad Bey que destaca por su alto minarete blanco. La mezquita fue levantada durante la época de dominación otomana y destruida durante los años del ateísmo de Hohxa, pero volvió a recuperarse en 1991 y ha sido declarada Monumento Nacional.
De allí, continuamos nuestra ruta hacia Tirana en la que tardamos una vida por la cantidad de retenciones que encontramos en el camino.
4 comentarios
Ya sabes lo que me gustan a mí unas piedras en ruina, palpar esa parte de la historia, ser testigo de su conservación y revivir lo que sus muros albergaron.
Qué contraste en la foto ver ese hamman tan antiguo, rodeado de esas casas con arquitecturas modernas.
Ya veo que nos vas abriendo el apetito de conocer más cosas de Albania!!!
Gracias, Macarena.
Un beso fuerte.
Es un pueblo muy chiquitito, Nélida; pero tiene encanto y además creo que es de necesaria visita; al fin y al cabo los albaneses veneran a Skandenberg. Así que hay que ir al sitio y comprender el motivo.
Un besazo, amiga. Feliz fin de semana.
Chiquito pueblo pero muy guapo de esos que se ven en un pis pas. Y además de historia tiene a su venerado Alejandro.
Un abrazo.
Pues sí, Laura, comer allí, ver el castillo, dar una vueltecilla y comprar algo en el bazar…
¡Un abrazo! Te deseo una buena semana.