Belgrado definitivamente está de moda. Muchos la llaman “la nueva Berlín” y es que tras un largo período de conflagraciones bélicas, la gente ha dicho basta, los jóvenes han llenado los lugares de ocio, los mayores han salido a los parques y las nuevas corrientes culturales y artísticas han aflorado con la libertad que proporciona una vida en paz. De esta forma, Belgrado ha ido colocándose poco a poco a la vanguardia europea de la cultura, el arte y la moda con ideas novedosas y distintas desde la perspectiva de una generación que quiere salir a la calle y quiere expresarse para ser oída.
Y ese espíritu que se respiraba en Berlín durante la década de los 90, es el que parece respirarse hoy en la capital Serbia: una ciudad con cuerpo de anciana, pero mente de veinteañera.
¿En cuántos días podría conocerse Madrid, Buenos Aires, Berlín? Pues lo mismo ocurre cuando hablamos de Belgrado. Es difícil conocer una capital en uno o dos días, pero lo que sí se puede es pasear por sus calles para hacerse una idea del conjunto. Por ello, de todo lo que la capital ofrece, lo mejor es escoger aquello que más nos atraiga, si bien Belgrado posee una ventaja frente a otras capitales, y es que una parte de su ciudad más antigua puede recorrerse andando. Así que de lo que nosotros hablaremos es de los lugares que recorrimos andando, que distan mucho de ser todo lo que puede verse en la ciudad.
Dicen que lo ideal para ver Belgrado es emplear tres días. Nosotros estuvimos dos días y tres noches. En nuestro primer día, empleamos la mañana en ver el campo de concentración Banjica, el Museo de Yugoslavia y la Casa de las Flores yendo y volviendo del Hotel en coche.
Al medio día, dejamos el coche en el hotel y cogimos un taxi hasta la Catedral de San Sava para, desde allí, recorrer andando la ciudad.
El día siguiente fuimos al pueblo de Zemun.
Nuestro Hotel, Vila Senjak B&B no estaba en el centro de Belgrado, pero tampoco extremadamente lejos. Pagamos 175€ por tres noches y pudimos elegir entre una habitación en un bajo, o un pequeño apartamento en un tercer piso.
No fue fácil encontrar alojamiento, puesto que ese fin de semana se celebraba el Belgrade Summer Festival – BELEF, pero el hotel que encontramos estuvo bien y pudimos aparcar en la misma calle sin problemas.
Campo de Concentración de Banjica
El Museo del campo de concentración de Banjica está dedicado a la memoria de los prisioneros y víctimas del campo de concentración nazi de la Segunda Guerra Mundial.
El campo de concentración de Banjica se estableció el 5 de julio de 1941 en el edificio del 18º Regimiento de Infantería del Ejército del Reino de Yugoslavia. Unos 24.000 prisioneros, en su mayoría serbios, pero también miembros de otros grupos étnicos, pasaron por este campo de concentración. Hasta el día de hoy, se han identificado 4.200 prisioneros fusilados. También deben agregarse a esa lista los miles de prisioneros que fueron deportados del campo a toda Europa. El campo fue cerrado en octubre de 1944.
La exposición es pequeña, pero posee 400 objetos muy interesantes y se ha conservado una de las salas tal y como sirvió para alojar a los prisioneros.
El Campo no es fácil de encontrar, ya que se sigue ubicando en unas instalaciones militares cerca de La Casa de las Flores, en la calle Pavla Jurišića Šturma, 33.
El museo sólo abre los jueves, viernes y sábado de 10 a 17 h y la entrada cuesta 200 RSD (1,70€).
Museo de Yugoslavia y La Casa de las Flores
Aprovechamos la salida en coche para visitar el Campo de Concentración y el Museo de Yugoslavia porque ambos se encuentran en la misma área de Belgrado.
El complejo, llamado “Museo 25 de mayo” fue la residencia del Dictador Tito, inaugurado en 1962 como obsequio al dirigente. En la parte trasera de la residencia, se construyó un jardín de invierno, conocido como “La Casa de las Flores” (Kuca Cveca). Además, se construyó un museo para albergar todos los presentes que recibía Joseph Tito de mandatarios extranjeros.
A la muerte de Tito en 1980, La Casa de las Flores se convirtió en su mausoleo, mientras que las otras dos partes del complejo recibieron el nombre de «Museo de la Revolución de las Naciones Yugoslavas y Minorías Étnicas», fusionándose posteriormente para formar el “Museo de Historia de Yugoslavia”, pero que en realidad recoge los presentes de Tito, en su mayor parte, y una pequeña exposición de objetos de la antigua Yugoslavia.
El recinto está estrictamente vigilado por decenas de cámaras de seguridad y el camino está marcado para visitar los dos edificios principales del complejo.
La Casa de las Flores es el Mausoleo de Josip Broz Tito, el Mariscal Tito, dictador de la República de Yugoslavia desde la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1980.
En realidad, su tumba se halla en el jardín y no puede visitarse, pero la gran tumba de mármol en el centro de La Casa de las Flores aún recuerda una etapa larga y significativa de la Historia de los Balcanes.
Junto a él, se encuentra la tumba de la viuda de Tito, Jovanka Broz, que falleció en 2013.
A la derecha de la tumba hay un par de salas de exposiciones. La primera contiene una especie de sala de estudio, con un busto de Tito y un enorme escritorio de madera tallada, así como varios artículos personales relacionados con Tito. La segunda, contiene fotografías, objetos personales, esculturas, etc.
El Edificio del Museo, una obra de arte en sí mismo porque se trata de una estructura alargada y diáfana, expone los objetos que recibió Tito por parte de otros dirigentes extranjeros.
Hay objetos tan significativos y únicos como una estatuilla egipcia, un bajorelieve de Angkor, un casco de los conquistadores de América, un uniforme de un prisionero de un campo de concentración,… Pero también hay una parte dedicada a los objetos personales de Tito, como sus trajes, zapatos y bastones; y otra dedicada a objetos de la antigua Yugoslavia: billetes, carteles, fotografías,…
La visita al Complejo nos llevó una hora aproximadamente.
El Museo abre de 10.00 a 18.00 horas, todos los días excepto los lunes y varios días festivos (el 1 de mayo, la Pascua ortodoxa y el día de Año Nuevo). En los meses de verano, el museo permanece abierto hasta las 20:00 horas y el primer jueves de cada mes está abierto hasta las 9 p.m. (Y la entrada es gratuita a partir de las 18:00 horas).
La entrada cuesta 400 RSD (3,50€), 200 RDS (1,70€) para estudiantes y es gratis para discapacitados. Además es gratis el 4 de mayo (día de la muerte de Tito) y el 25 (cumpleaños de Tito).
Catedral de San Sava
Después de visitar el Campo de Concentración y el Museo, dejamos el coche en el alojamiento y cogimos un taxi hasta la Catedral de San Sava.
La Catedral es es la iglesia ortodoxa más grande de los Balcanes y una de las más grandes del mundo. El templo está dedicado a San Sava, fundador de la Iglesia Ortodoxa Serbia.
Su gran cúpula mide 70 metros de altura y su interior está adornado con mosaicos dorados. La cúpula central está presidida por un Cristo Pantócrator. El sótano contiene una cripta donde se encuentran el tesoro de San Sava y la tumba de San Lazar.
Iglesia de San Marcos
Es una de las Iglesias más importantes del Belgrado y posee una antigua colección de iconos. Se trata de una iglesia de estilo bizantino de la primera mitad del siglo XX, aunque fue bombardeada y tuvo que reconstruirse. Además posee una cripta con tumbas del clero y de la realeza serbia.
Barrio de Skadarlija
Comimos junto a la Iglesia de San Marcos y continuamos nuestra ruta por lugares como el Edificio Central de Correos o el Parlamento hasta el Barrio de Skadarlija.
Skadarlija es el barrio bohemio de Belgrado desde que a principios del siglo XX se convirtió en refugio de artistas, músicos y poetas.
Se trata de una encantadora zona peatonal adoquinada llena de tiendecitas de arte y pequeños restaurantes con terrazas encantadoras llenas de flores y mobiliario de colores.
Plaza de la República
La Plaza de la República es uno de los hitos de Belgrado. Aquí se encuentran el Teatro y el Museo Nacional y la Estatua del Príncipe Mihaílo de Serbia, al que se debe la victoria y expulsión de los otomanos de los Balcanes.
Calle Knez Mihailova
Podríamos decir que la Calle Knez Mihailova es “la calle” por excelencia de Belgrado, el centro, el lugar por el que todos pasean y en el que todas las tiendas y restaurantes quieren estar.
El paseo es peatonal y llega desde la Plaza de la República hasta la Fortaleza.
Palacio de la Princesa Ljubica
Se encuentra cerca de la Fortaleza, en la parte antigua de Belgrado, y se puede llegar desde la Calle Knez Mihailova.
El palacio es ejemplo de lo que fue la arquitectura de la clase alta de belgradiense en la primera mitad del siglo XIX.
Hoy día, el interior alberga un museo.
Kalemegdan
La Fortaleza de Belgrado puede ser su lugar más icónico y conocido, y es además, su parte más antigua.
Ubicada en la confluencia de los ríos Danubio y Sava, dio origen a la ciudad de Belgrado tras extenderse extramuros cuando la fortaleza no puedo acoger a más habitantes.
Kalemegdan es un Fuerte, pero es muchas cosas más: es un parque, una exposición y museo militar, es el emplazamiento de dos iglesias, lugar de entretenimiento para parejas, niños y familias, son monumentos y memoriales, galerías, restaurantes….
Destaca el Monumento a Víctor que conmemora la victoria serbia contra los Otomanos y el Imperio Astrohúngaro tras la Primera Guerra Mundial.
Mezquita Bajrakli
Se trata de la única mezquita (en activo) que existe en la ciudad de Belgrado de las cerca de 300 que un día hubo en la ciudad. Fue construída en el siglo XVI y ha sido declarada monumento de interés cultural.
Hotel Moskva
De vuelta al hotel, pasamos por el Hotel Moskva, el más antiguo de Belgrado y uno de los más antiguos de Serbia. El Hotel destaca por su arquitectura y por haber albergado a actores, directores de cine, políticos internacionales y escritores a lo largo de su historia.
Como curiosidad, es famoso por su repostería y de sus cocinas salió un pastel que lleva su nombre.
Edificio del Ministerio del Interior bombardeado por la OTAN
En 1999, la OTAN declaró unilateralmente la Guerra a Serbia por su intervención en el conflicto de Kosovo. Algunos de los enclaves estratégicos de Belgrado fueron bombardeados, entre ellos, la sede de la Televisión Yugoslava, así como el Edificio del Ministerio de Defensa. Hoy día, se puede aún ver el rastro de este bombardeo en las calles de Belgrado, concretamente en la calle Kneza Milosa.
Excursión a Zemun
Al día siguiente, decidimos hacer una excursión al pintoresco barrio de Zemun, del que hablaremos en la siguiente entrada.
12 comentarios
Por tus fotos veo que hay lugares muy bonitos para ver en Belgarado Macarena. La catedral me ha encantado. Un beso
Es una ciudad muy interesante y la catedral, imponente.
Un beso, Vicenta
Ciertamente, es difícil conocer en tan pocos días una capital, pero, Macarena, me quedo asombrada siempre que te entro a leer, de la de cosas que os lleváis de los sitios que visitáis. No sabría decirte lo que me gustaría más visitar, pues todo tiene su especial encanto, hasta el campo de concentración, pero he de decir, que ahí, no sé si entraría, me daría un «yuyu» tan solo de recordar o pensar…, pero reconozco que a nivel historia, es interesante también. La Fortaleza me recordó a la que hay en Ciudad Rodrigo, con sus murallas y cañones. El museo de Yugoslavia y la Casa de las Flores, la Catedral…, preciosos escenarios. En fin, que todo me ha encantado, y mucho, con el entusiasmo que lo has contado. Hay una frase que dices que me parece hasta poética de lo hermosa que es; «Un cuerpo de anciana pero mente de veinteañera». ¡Genial! El alojamiento también me pareció ideal.
Habrá que visitar «La Nueva Berlín».
Me voy encantada con esta guía turística que nos proporcionas, al menos, y por de pronto, viajo con vosotros, ja,ja. Me haría ilusión ir.
Gracias mil…
Un besazo y que sigáis disfrutando.
Pues Mila, no fue Serbia el país de los Balcanes que me cautivó, aunque he de reconocer que Belgrado «tiene su aquel» ya que dentro de esa arquitectura antigua y, en ocasiones descuidada, se encierra una mentalidad muy renovadora. Los jóvenes pujan con fuerza y las corrientes artísticas y culturales salidas de Belgrado se están extendiendo con rapidez. Se podría decir casi que «son los más modernos de esta zona de Europa». Pero tampoco voy a desmerecer todo lo que se puede disfrutar en Belgrado porque «es una chulada» pasear por sus calles y contemplar todo lo que ofrece: tan distinto y tan igual.
Ya sabes, tienes que animarte.
Un besazo.
Pues me ha sorprendido mucho Belgrado, no me lo esperaba así. La Catedral fantástica y la Fortaleza, aunque he de reconocer que he quedado atrapada por el bohemio barrio Skadarlija. Ahora bien, me cuesta retener estos nombres, no sé que haré el día que tenga que visitar esta ciudad y me disponga a intentar pronunciar dichos vocablos jajajaja
Estoy deseando ver tu próxima entrada, Zemun tiene una pinta estupenda 🙂
Un abrazo,
Bueno, bueno, cuando vayáis, acuérdate de visitar el Museo Tesla -que a mí este tipo de atracciones no me entusiasman, pero a vosotros sé que os gustaría mucho-. Y por los nombres, Alicia, pues como buenos españoles terminarán siendo «El Barrio Bohemio», «La Fortaleza», «La calle principal», jiijjijiji
Y Zemun… Muy tranquilo y muy pintoresco.
Un abrazo!!!!
Cuántas cosas hay que visitar en Belgrado.
La Catedral me maravilló, es preciosa.
El campo de concentración……se me erizó la piel cuando vi esos zapatos al pie de cada cama.
Supongo que hay lugares que se quedan en quien los visita, este sin duda no deja indiferente a nadie.
Y sí, hay muchos más, de otros colores y diferentes ánimos. Merece la pena amarlos todos por lo que descubrimos en ellos y por lo que nos hace sentir.
Gracias por esta excursión, Macarena.
¡Hay que ver la de cosas que aprendo y lugares que descubro contigo!
Un besote grande.
Muchas gracias Nélida. Supongo que Belgrado es una ciudad que pocos esperamos. Me alegro que te haya gustado el paseo.
Un besazo!!!
Que gran post! Me tocó vivir tres meses en Belgrado y podría decir que además de su oferta turística, considero que uno de sus tesoros es la hospitalidad y calidez serbia. No se pierdan el ambiente de los fines de semana en Skadarlija! Saludos
Muchas gracias. Habrá que hacerte caso. Un saludo
¡Hola, Macarena! Comienzas la entrada con ese frase tan significativa como es una ciudad con cuerpo de vieja, pero mente de veinteañera. Y desde luego que lo que nos muestras a continuación refleja perfectamente esa frase. El campo de concentración reconvertido en museo, la casa del dictador convertida en casa de las flores… una ciudad que no olvida el pasado para no repetir sus errores es una ciudad que siempre será viva.
Ay, la OTAN… bueno, mejor me callo que ya sabemos que siempre son los buenos de la película.
Un fuerte abrazo y gracias por este fantástico paseo por una ciudad de la que apenas conocía a su equipo de fútbol, el Estrella Roja.
Yo es que no soy futbolera, pero es también una atracción para muchos visitar su Estadio de Fútbol.
Es una ciudad situada en la casilla de salida y dispuesta a salir disparada. De hecho, creo que es lo que ocurrirá en los próximos años. En breve, será destino turístico de fin de semana como lo son París, Londres o Budapest.
La verdad es que Belgrado mola.
Un fuerte abrazo, David.