Las Cascadas de Ouzud es uno de esos lugares de Marruecos ideales para visitar con niños. Ubicadas a 150 km. de Marrakech, dirección Azilal, son las más grandes del Norte de África y en ellas, se puede disfrutar de la maravilla de su caída, paseos a caballo o en barca y además, se puede dar de comer a los cientos de monos que salen al paso en cada uno de los senderos de bajada.
Cascadas de Ouzoud |
Con una altura de 110 metros, el río Ouzoud, afluente del Oued el Abid, al que se une más adelante, cae en tres tramos en este salto de la Cordillera del Atlas. Se trata de un lugar famoso por su belleza, susceptible de visitar en cualquier época del año, pues aún cuando el río no ha aumentado su caudal con las aguas del deshielo, las cascadas siempre caen por la pendiente vertical hasta un profundo cañón.
Cascadas de Ouzoud |
Ouzoud es una palabra de orígen bereber que significa “aceituna” en referencia a los extensos olivares que pueblan la región. De hecho, en la parte superior de las cascadas, aún existen molinos en funcionamiento. El nombre de la cordillera, el Atlas, también parece provenir del bereber: adras en bereber significa “montañas”. Aunque muchos atribuyen la denominación del Atlas a la mitología griega, bautizada así en referencia al gigante al que Zeus condenó a sostener sobre sus espaldas la bóveda celeste.
Cascadas de Ouzoud |
Desde la plaza, las cascadas se pueden observar tomando cualquiera de los dos caminos: por el izquierdo, cruzando unos cuantos puentecillos, las vistas son casi más impresionantes pues la caída se ve en su entera magnitud. Sin embargo, el acceso a la parte baja, se lleva a cabo por la parte derecha, entre la multitud de puestecillos y cafetines que distraen el camino -sobre todo, el de subida-.
Cafetines en las Cascadas de Ouzoud |
El abuelo, pidió un poco de premura aquella mañana. Quería ser el primer visitante de los monos; no en vano, ya había comprado unas cuantas bolsas de cacahuetes a los vendedores de la zona la tarde anterior porque sabía, que a primera hora de la mañana, nosotros llegaríamos antes de que los vendedores se hubieran desperezado.
Ouzud es el habitat natural de cientos de monos que, con el paso de los años se han acostumbrado a convivir con el hombre. Y pese a los esfuerzos por preservar sus costumbres salvajes, los habitantes de la zona, sabedores de su atractivo turístico, los han acomodado -por cierto “macacos de berbería”, de la misma especie que los de Gibraltar- a ser alimentados por los turistas.
Sin embargo, no cualquier hora es buena para ellos; a primera hora de la mañana, hambrientos después de las noches frías de la montaña, se apostan a los márgenes de los senderos a esperar su ración de cacahuetes. Aparecen de cualquier lugar y se acercan con cautela para comer. Ya se puede imaginar el lector lo que esto puede significar para un niño. Cuando han acabado el festín, vuelven a desaparecer por las montañas hasta saciar su sed con el agua de las cascadas y aparecen de nuevo al atardecer, cuando repiten la maniobra.
Cascadas de Ouzoud |
El sendero de bajada es además una sucesión de cafetines y tiendecitas en los que los vendedores ya se han aclimatado al contínuo ir y venir de turistas.
Hasta llegar al río, hay varios miradores, aunque uno de ellos, muy cerquita muy cerquita del primero de los saltos de agua es el más espectacultar si cabe por el sonido del agua cayendo, su arcoíris perpetuo y las gotas de agua que refrescan el rostro.
Cascadas de Ouzoud |
En la base de las cascadas hay barcazas para cruzar a la otra orilla y tener así otra perspectiva del salto, aunque los barqueros son un poquito sinvergüencillas por los precios que comienzan pidiendo. Así que, el que quiera un paseillo, que apriete bien, porque sabedores de ser el único recurso para atravesar el río Ouzoud de una orilla a otra, cobran más que Caronte para llevarte al Hades.
Base de las Cascadas de Ouzoud |
En esta parte de las cascadas, también hay piscinas naturales que aprovechan los habitantes de la zona para remojarse los días festivos de los calurosos meses de verano. Con lo cual, para hallar una visita tranquila y solitaria disfrutando de la magia del lugar, es mejor evitar estos momentos.
14 comentarios
Tienes que animarte. Marruecos es un país mágico. Te lo vas a pasar pipa.
Muchos besos
Ya ves Mariangeles, el abuelo feliz. La nieta lo anduvo mareando todo el viaje. No sé cuál de los dos me dio más trabajo.
Muchos besos.
Qué preciosidad desde luego vaya mundos una casacada inigualable con monos a los que dar de comer. De verdad he disfrutado como una enana con este blog. Muchas Gracias.
Ains Justa, me sacas los colores. Muchas gracias a ti. Y si… Marruecos en si es otro mundo muy distinto al nuestro, quizá por eso sea tan interesante conocerlo y disfrutarlo.
Me alegro que te haya gustado la entrada.
Muchos besos.
Es una zona que me encantaría conocer, Mi amigo me ha confirmado que el guía a gente por estos lugares. Un abrazo
Me he dado otro gustazo disfrutando con esta nueva colección de imágenes de estas maravillosas cascadas de Ouzoud y además también contemplando a estos monos que habitan por allí, parecidos a los de Gibraltar. La foto de Macarena y su abuelo en el mirador, es fantástica por el cariño que transmite.
Muchos besos y buenas noches!!
Me encanta, un lugar precioso y el abuelo con su niña disfrutando.
Hola Estrella!
Te dije que quizás, esta entrada te gustara más,… por las fotografías.
Y sí, Macarena y su abuelo hacen un dúo… como de la misma edad. Jijijiji
Muchos besos.
Una maravilla la cascada, y debe ser una gozada darle de comer a los monos. Me encanta la cara que tiene el de la segunda foto, es divertidísima. Y es preciosa la foto de Macarena con su abuelo, qué bonito viajar todos en familia. Tu hija va a tener unos recuerdos maravillosos.
Un beso enorme, Macarena
Hola Chari! A mí esto de los monos me da un poco de reparo porque cuando era pequeña, mi abuelo me llevó a un circo y le dí de comer a un mono que me mordió porque le di un cacahuete pelado y él ¡los quería enteros!
Y la verdad es que lo de Macarena con su abuelo es un amor mutuo y desmesurado. Supongo que cuando se haga mayor, le quedarán muy buenos recuerdos.
Muchos besos, Chari.
Las cascadas siempre me han gustado y estas aparecen impresionantes, sobre en la foto tomada desde el primer mirador. Yo lo de los monos lo llevaría regular porque me han miedo los animales, pero creo que incluso por ahí pasaría con tal de disfrutar de un recorrido tan hermoso. Además no debe hacerse largo el camino porque está amenizado con las vistas, tiendas y cafetines, paseo en barca…
Una entrada magnífica, Macarena, muchas gracias!!
Muchas gracias a ti Julia.
Te encantaría el sitio. Y lo de los monos… lo cierto es que se acercan a comer, si no no te hacen nada, aunque a mí, que sólo estaba haciendo fotografías, se me subió uno por la espalda hasta el hombre que me dio un susto…!!!! Pero el lugar lo merece.
Un besazo
Cascadas muy bonitas!!
Nosotros íbamos con muchas expectativas, y no nos decepcionaron. Eso sí, el tema de los «jetas» que se hacen pasar por guías es bastante molesto. El paseo en barquito, ni preguntamos… Odio regatear…pero veo que todavía hay muchos países que asocian turista=millonario 🙂 Dejando a un lado la picaresca de los autóctonos, el lugar es precioso y muy relajante. Lo recuerdo con mucho cariño.
Un abrazo!!
Ay Lízar, todo lo que dices es tan cierto. Yo creo que en Marruecos no hay ni un sólo lugar que no sea bonito o que no tenga algo interesante; pero es verdad que muchas veces, entre los guías, los aparcacoches, el regateo,… terminas mosqueándote. Pero como bien dices, esto ocurre en tantos otros lugares en que creen que el extranjero es rico!!!!
Un abrazo!!