Chaouen, Xauen o Chefchauen, al Norte de Marruecos, se ha convertido en los últimos años en un destino turístico de moda por su cercanía a Tánger -caracterizada por la fluidez de los ferrys que la unen con Algeciras- y por la peculiar ornamentación de la ciudad, que le ha valido el sobrenombre de “Ciudad Azul”.
Ubicada en las estribaciones de las montañas del Rif, hace no tanto, era una ciudad proscrita al turismo por la deficiente red de carreteras que atravesaban Ketama y por las plantaciones de cannabis en la zona que hacían peligrosa la circulación por las rutas de montaña; pero paulatinamente el gobierno de Marruecos se está encargando de acondicionar su extensa red viaria y potenciar aún más el turismo en el país, por lo que está poniendo gran empeño en eliminar los cultivos de hachís, por el peligro y la mala imagen que suponen para el turismo internacional.
Ciudad Prohibida
Chaouen ha florecido en la última década para convertirse en un destino imprescindible para muchos viajeros; aunque fue hasta 1920 una ciudad santa, como Moulay Idriss, en la que estuvo prohibido el acceso a los no musulmanes. Por ello, su estructura medieval se ha mantenido casi intacta y, de hecho, los cambios en la población son relativamente recientes.
Dicen incluso que, cuando los españoles consiguieron entrar por asalto en Chauen, en 1926, descubrieron con sorpresa que aún quedaban en la ciudad artesanos que seguían utilizando las mismas técnicas que en Córdoba durante el siglo XV, olvidadas ya desde hacía muchos siglos en la ciudad española.
Posteriormente, su aislamiento y el tráfico de drogas, la hizo una ciudad proscrita al turismo. Pero la ciudad azul es hoy un destino turístico de primer orden a la que llegan viajeros de todas las nacionalidades atraídos por su halo de misterio, su tranquilidad y el azul de sus calles y casas.
La ciudad que nació del amor de un Emir
El nacimiento de la ciudad de Chaouen se remonta al siglo XV y su origen es fruto de una bella historia de amor entre el Emir Moulay Ali Ben Rachid y una joven española, llamada Zhora, natural de la población gaditana de Vejer de la Frontera.
Cuenta la leyenda que el fundador de Chaouen la hizo parecerse a Vejer de la Frontera porque le había prometido a su esposa, una noble española convertida al Islam, que la ciudad se parecería a su pueblo natal.
Vejer fue una población bajo dominio árabe durante más de 500 años. Tras la Reconquista, Ali Ben Rachid y Zhora se exiliaron en Marruecos, estableciéndose en el Norte. Pero viendo el Emir la tristeza en los ojos de su amada por la añoranza que sentía por su bella Andalucía, decidió construir un pueblo a imagen y semejanza de Vejer de la Fontera, y así nació Chaouen, en 1471; pueblo en el que se daba la bienvenida los exiliados de Al-Andalus por edicto y poblándose, casi en su totalidad, por moriscos, judíos sefardíes y andaluces, tras la expulsión del Reino de España por los Reyes Católicos, en 1492.
Toponimia
Conocida como “la ciudad de los cuernos” por encontrarse ubicada en la ladera central de dos picos montañosos, también es denominada “ciudad misteriosa” porque no se la descubre desde ningún lugar de las montañas rifeñas. Hay que llegar hasta los pies de la ciudad para descubrir el azul de sus empinadas callejuelas.
El nombre de Chaouen, Accawen, significa “los cuernos” en referencia a las cumbres de las dos montañas en cuya ladera central se ubica la ciudad. Shawen es la forma abreviada del nombre de la ciudad, que se castellanizó durante el Protectorado Español de Marruecos como Xauen, aunque posteriormente, se empleó más la forma Chaouen por afrancesamiento del término; y los mapas, reconocen al lugar como Shifshawen, en árabe, y Chefchaouen en francés.
La Ciudad Azul
Chaouen es una ciudad en la que, en la actualidad, predomina el color azul con el que encalan calles y fachadas y que, al parecer, ha funcionado como gancho para el turismo de masas.
Está de moda decir que fueron los judíos los que comenzaron a teñir Xaouen de color azul como símbolo de libertad, tras su expulsión del Reino de España, y para diferenciarse del color verde utilizado por los musulmanes. También que el color les recordaba al azul del cielo. Y la verdad es que estas historias son bastante bohemias.
Pero…
En primer lugar, los sefardíes nunca tuvieron que enarbolar la bandera de la libertad, porque no fueron nunca prisioneros del Reino de España. Al contrario, se les expulsó y tuvieron por ello que abandonar sus casas, sus pueblos y sus vidas.
Uniendo a este argumento, el del color que les recordaba al cielo… Pues, mire vd., es que cielo hay en cualquier parte del mundo. Y, si esto fuera así, todos los Barrios Judíos de Marruecos serían azules porque, recordemos, que fueron muchos los asentamientos de judíos sefardíes en el Norte de África tras la expulsión de Sefarad.
Y aquello de que trataban de diferenciarse de los musulmanes, pues en fin, habrá que recordar que los sefardíes no trataban de distinguirse de los musulmanes, sino que, por el contrario, los musulmanes fueron los que siempre mantuvieron las distancias con los judíos. De hecho, tras la diáspora, los recluyeron en guetos, los que ahora conocemos como Mellahs e, incluso, en alguna de ellas, como en la de Fez, se les prohibía salir al resto de la ciudad calzados, obligándolos en cierta forma, en los meses de más calor, a recluirse en sus barrios ante la imposibilidad de andar descalzos por las ardientes calzadas.
Hace muchos muchos años, siendo muy pequeña, que visito Chaouen. A mi madre le da miedo el avión y los viajes desde Melilla a la Península siempre los hacíamos en un corto trayecto en barco desde Ceuta a Algeciras. Antes, la carretera atravesaba Ketama y, para llegar a Tetuán, había que pasar cerca de Chaouen donde parábamos a comer en el Parador para bañarnos en su piscina y continuar el viaje, o dormir allí si es que se había hecho muy tarde ya.
Y hace 35 años, doy fe, la ciudad no era azul. Era blanca. Se trataba de un típico pueblo andaluz, si acaso con trazos de pintura azul en puertas y ventanas. Porque el color azul, dicen, que ahuyenta a los mosquitos y refleja aún mejor que el blanco la luz solar, lo que atenúa el calor. De hecho, se trata del mismo, exacto, razonamiento que ha teñido de azul la ciudad de Jodhpur en la lejana India.
Pero, poco a poco, el azul de los alféizares y los marcos de puertas y ventanas fueron extendiéndose por paredes y calles a medida que aquellos rincones eran los que más atractivos resultaban al turismo. Y el resultado es el que hoy contemplamos: una ciudad andaluza teñida de azul en Marruecos ¿Qué más se puede pedir a la búsqueda del exotismo?
Si quieres seguir conociendo más cosas de Chaouen, te invitamos a que leas la entrada siguiente. Y si te apetece conocer cómo es en las distancias cortas, puedes ver nuestro video «Chaouen, la Ciudad Misteriosa».
18 comentarios
No conocía esa ciudad pero los colores azules como los blancos en los pueblecitos me parecen preciosos aparte de lo bien que se está en su interior.
Me ha parecido muy bonito ese origen basado en el amor de Ali Ben Rachid y Zhora y que de la bienvenida a aquellos que la intolerancia acabó expulsando de su hogar.
Un beso
Es un lugar acogedor, Conxita. Hoy día es un lugar muy visitado y, desde luego, muy fotogénico.
Un beso
Conocí la ciudad hace años. Un beso
Entonces, Susana, quizás hayas podido recordar buenos momentos con nuestra entrada. Un beso
Mira que tengo ganas de visitar este lugar. Mi color favorito es el azul. Tu excelente artículo me ha acercado a la realidad del lugar, sobre todo que este azul es más turístico que otra cosa….creo haberlo entendido así, no?
He aprendido mucho sobre Chaouen, no sabía de dónde venía el término «la ciudad de los cuernos» y menos la leyenda de que se parece a Vejer de la Frontera (he de conocer este lugar antes de ir a Chaouen).
Por cierto, la fotografía antigua es tuya? Que lujo haber visitado este lugar de pequeña y poder contrastar su cambio a lo largo del tiempo. Creo que nuestros hijos podrán hacer lo mismo con muchos puntos del mundo y eso es algo que realmente me enorgullece 🙂
Un super abrazo,
Hola Alicia,
Sí, sí la foto es mía. Yo estoy en un rinconcito con un vestidito rosa. Mi madre es la de los vaqueros, el señor de la camisa blanca es mi abuelo y el señor de negro, un agregado al que le gustarían las fotos, digo yo jjjjjj.
Es tal y como dices. La ciudad, antes era blanca y la han ido «ambientando» con el paso de los años hasta convertirla en un «Juzcar, a lo marroquí». Lo que ha supuesto, entre otras cosas, que surjan infinidad de teorías sobre ella en internet.
Es cierto que Chaouen es un lugar que atrae a muchísimos viajeros en la actualidad y que se trata de un sitio pintoresco, sin embargo, no es de mis lugares preferidos de Marruecos porque he ido viendo cómo la ciudad se ha ido impostando para atraer el turismo. Y, aunque tampoco me parece mal que un lugar se transforme para mejorar su economía y favorecer la afluencia de viajeros, pienso que en Marruecos aún quedan rincones muy accesibles y mucho más auténticos que éste. Además, la visita a Xauen es realmente breve. El sitio es pequeño y con un día hay más que de sobra para hacer cientos de fotos, comprar, comer y disfrutar de todo lo que tiene.
Por otra parte, es lo que dices. Yo por suerte he tenido la oportunidad de viajar desde pequeña ¡Gracias a Dios! porque viviendo en una ciudad tan chica he podido tener la oportunidad de madurar con la mente abierta. Es, en definitiva, lo que también quiero que le ocurra a Macarena.
Un besazo
Pero que bonito con esos colores azules, no tenía ni idea de este sitio. Un beso
Pues cerquita lo tenemos. Un besito, Asunción.
¡Qué bien lo explicas Macarena! Todos los argumentos que cuentan los has desmontado con una naturalidad estupenda, lo razonable es lo que explicas y lo demás son pequeñas historias que se cuentan para darle un halo de misticismo. Me encanta lo que has explicado, y por supuesto me encanta el color azul y todo lo que me enseñas de Chaouen ¡tengo muchas ganas de conocerlo!!
La foto antigua, he leído que eres tú y tu familia, increíble como la vida se repite, me has parecido tu hija Macarena. Ya veo que eran las calles blancas.
La historia de amor que cuentas es muy bonita, siempre son gestos para alegrar a su amada, la nostalgia es un mal compañero del amor.
Espero montar algún día un recorrido por Marruecos, así que me guardo todos tus post.
Un abrazo bien grande y feliz semana.
Hola Xus,
Encantada de que te guste la entrada.
Es verdad que Chaouen es un lugar con encanto, pero es que al haber vivido su transformación turística, he de decir que no es mi rincón favorito de Marruecos. Aún así, es un sitio muy fotogénico y no está de más pasar por allí si se entra a Marruecos por el Estrecho.
Respecto a las Historias… Ya sabes… internet a veces es genial y otras juega malas pasadas, aunque ya ves que son historias con encanto y quien se quiera quedar con ellas se llevará una impresión romántica y bohemia de Chaouen, pero yo soy de las que le gusta conocer la realidad de las cosas, aunque «la realidad duela» jajajajaja.
La de la foto, sí, soy yo jejejejeje con mi madre, mi abuelo, mi hermano -escondido delante de mi madre- y un espontáneo. Es cierto, aunque en la foto no pueda apreciarse, que Macarena se parece mucho a mi familia: más a mi madre que a mí. Son, o eran, todos rubios, de tez clara y ojos azules. Pero, como madre, tengo que decir que la genética ha mejorado muchísimo, sobre todo la del corazón (ains).
Y, en fin, sé que un día visitarás Marruecos. Para entonces habrá tantas entradas en el blog, creo, que tendrás toda la información para un año completo jjjjjj.
Besotes
Unos pueblos preciosos y desde luego son casi un calco a esos pueblos encalados de Andalucía. Al menos, me ha recordado muchísimo al de mis padres, Sierro (Almería). Ese toque azul le da un punto enigmático, relajante que debe conseguir que pasear por sus calles sea una experiencia.
En cuanto a los orígenes de según qué tradiciones siempre se buscan leyendas bonitas, aunque la explicación real sea mucho más simple.
Un abrazo, Macarena!!
Pues sí David, es exactamente tal y como dices: un pueblo blanco andaluz, aunque ya de blanco quede poquito. Pero en esencia, sus cuestas, sus calles sombreadas, las parras, las macetas de geranios, las escaleras empedradas,… Realmente tenemos muchos lazos comunes con Marruecos.
Y lo de las leyendas… hay que reconocer que son bonitas, pero sí, la realidad a veces es mucho más simple (y más comercial), aunque no han venido mal para favorecer el desarrollo de la zona y dar un pequeño empujoncito a la economía local.
Un abrazo!!!
Marruecos es un país que tengo pendiente, llevo un par de años con intención de ir y al final nada. Tendré en cuenta esta zona si al final me decido, me ha encantado el color azul!!
Bonita entrada Macarena, tu modo de narrar los viajes siempre resulta muy cercano :))
Un besito guapa!!
¡Hola María!
Marruecos en un país espectacular al que seguro que irás, sobre todo por cercanía; y cuando vayas, seguro que repites porque tiene muchísimas cosas para ver, porque la gente es encantadora, la comida es buena y es muy barato.
Xauen es un pueblo pequeño y bonito, aunque para mí hay muchos otros sitios con más encanto y menos gente; aún así, si entras a Marruecos por el Norte, pues es una pena que no lo visites.
Y, sobre todo, muchas gracias por tu comentario, de verdad.
Un besazo
Es fascinante todo lo que cuentas de esta ciudad, Macarena. Me encanta esta tendencia de vestirla de azul, ya sea para que no atraiga a los mosquitos o para conseguir más turismo, el caso es que resulta un lugar lleno de belleza, que respira paz.
Me voy a por tu próxima entrada, a seguir disfrutando del azul de esta tierra.
Un beso enorme
¡Hola Chari!
Chaouen es muy bonita, sí, y es verdad que la «han ataviado» con mucho gusto; pero a pesar de eso, no creas que es mi lugar favorito de Marruecos porque creo que se ha convertido en algo un poco artificial; aunque hay que reconocer que es de los sitios más fotogénicos del país.
Un besote
Agradezco tu sinceridad Macarena,… y así debe ser,… aclarar los mitos y contar objetivamente lo que a ti te parece,… pero es que le has jodido todo el encanto coño! jajajaja,… creo que a Norte se le pasaron las ganas de visitar ese «decorado» tan bonito,…
Buen finde familia!
Jajajajaja Ay Norte, ya me vas conociendo… Pero es que, además, has usado una frase con la que mi familia se dirige a mí en numerosas ocasiones: «Ya le has jodido el encanto». Pero es que… veo las cosas y, a veces, es como si tuviera Rayos X en los ojos. Mira que soy despistada para casi todo; pero hay detalles en lugares de los que no puedo quitar la vista por algún motivo y lo recuerdo siempre siempre.
Bueno, que no viene al caso y me ando por las ramas, ya te dije que a Norte le gustaría muchísimo Chaouen, lo que pasa es que la ventaja (o desventaja) de vivir en Melilla es que conocemos bien a nuestros vecinos.
Un besote