La desembocadura del Danubio constituye el mayor delta fluvial de Europa y uno de los más grandes del mundo. Situado en la provincia rumana de Dobruja y en la de Odesa, en Ucrania, es una de las zonas más desconocidas y menos visitadas de Rumanía, a pesar de estar inscrito desde 1991 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Éste era el siguiente destino de nuestro viaje de un mes por Rumanía.
La principal ciudad rumana que da acceso al Delta del Danubio es Tulcea, al Este del país, desde donde parten la mayoría de los tours que recorren sus tres brazos principales: Chilia, Sulina y Sfântu Gheorghe. Pero toda la región compone un conjunto de marismas, canales, poblaciones y lugares arqueológicos y religiosos para explorar al ritmo lento que impone la vida en la zona.
Considerado Reserva de la Biosfera, el Delta del Danubio es un entorno natural que alberga cientos de especies de aves, peces, anfibios y pequeños mamíferos. Es lugar para anidación de las aves migratorias de medio mundo y su vegetación también es rica en cantidad y variedad de especies.
El Delta del Danubio está habitado por unas 15.000 personas, distribuidas por pequeñas aldeas –muchas de ellas con los canales del Delta como única forma de acceso- que se dedican principalmente a la pesca en kayak y, en menor medida, al turismo.
Y tan aislados se encuentran, y tan acostumbrados están al uso de sus kayaks, que el Delta del Danubio, y en concreto la pequeña población de Mila 23, ostenta el récord de medallistas olímpicos en la disciplina de Kayak.
Para llegar a Tulcea, inevitablemente, hay que atravesar el Danubio, o bien a través de un gran puente – desde Bucarest- o en ferri desde Baldovinesti hasta Smardan (que también puede hacerse a través de un puente de peaje, pero hay que desviarse de la carretera que baja desde Focsani), que fue la opción que nosotros escogimos. En realidad, más que escoger, fue la opción que tuvimos, pues viniendo desde el Noreste hacia Tulcea, la carretera termina prácticamente en la orilla del Danubio obligándote a embarcar en el ferri, si es que quieres cruzar al otro lado.
El barco apenas tarda 5 minutos y están cruzando continuamente de lado a lado hasta las diez de la noche. Cobran por vehículo y pasajero. Nosotros pagamos 26 lei (5,25€).
Monasterio de Cocos
Antes de alcanzar Tulcea visitamos el Monasterio de Cocos. Cocos en rumano significa gallo y, cuentan que, cuando los monjes fundadores buscaban un nombre para su recién construido monasterio, cantaron los gallos. Por ello, el Monasterio recibió el nombre de “Cocos”.
El conjunto monástico ha sido declarado “Monumento Arquitectónico”. Sus orígenes se remontan a 1833 de mano de tres monjes y, con los años fue creciendo hasta convertirse en el armonioso recinto que es en la actualidad.
La Iglesia central está consagrada a la “Santísima Trinidad” y su interior se encuentra decorado íntegramente con brillantes teselas que lo convierten en un conjunto original y realmente bello.
Además, la Iglesia alberga las reliquias de cuatro mártires de las persecuciones de Diocleciano en los años 303 – 304.
La visita al Monasterio de Cocos es gratuita y hay aparcamiento en la puerta.
Basílica Paleocristiana de Niculitel
Muy cerca del Monasterio de Cocos se encuentra la Basílica Paleocristiana de Niculitel.
En 1971, unas lluvias torrenciales sacaron a la luz una cripta. Se dice que en ella se encontraron las reliquias de cuatro mártires cristianos del siglo III por las inscripciones griegas que había en el interior.
Tres años más tarde, las reliquias se alojaron en tres pequeñas cajas de orfebrería que se custodian en el Monasterio de Cocos.
La Basílica, de la época del cristianismo incipiente, se encuentra alojada en una estructura que la protege y que se puede visitar sin hacer fotos (sacar la cámara cuesta 100 lei -20€- y si haces video, 500 lei -100€-).
No diré que está mal porque es muy curiosa y la exposición sobre los objetos encontrados en las excavaciones son muchos y muy interesantes, el problema es que la plataforma levantada para observar los restos de la basílica impiden ver bien la cripta en la que se hallaron los restos de los tres mártires.
El precio de las entradas es de 8 lei (1,50€) para los adultos y 4 lei para estudiantes, mientras que los discapacitados y los periodistas pueden acceder gratis.
Tulcea
Realmente, la ciudad de Tulcea tiene poco que ver: su Museo Oceanográfico y un pequeño y destartalado paseo marítimo en los que comer algo de pescado de las aguas salobres del Delta.
Pese a que, en un principio íbamos a alojarnos en algún pueblo del Delta, finalmente y ante la alta ocupación, decidimos alojarnos en Tulcea, en un hotel llamado Pensiunea Ciresul Alb (40€) que recomendamos sin dudarlo. Está absolutamente nuevo. Tan nuevo que estrenamos la habitación en la que nos alojamos: dos dormitorios, un cuarto de baño y un pequeño balconcito, además de unas pulcras zonas comunes. Fue allí donde contratamos la excursión para hacer en el Delta al día siguiente.
Excursión al Delta del Danubio
Los precios: 100 lei/ 2horas (20€)– 150 lei/5 horas (30€) – 200 lei/ 9 horas (40€).
Había que desplazarse hasta el muelle antes de las 9:00 y encontrar el lugar en el que el patrón nos conduciría en su embarcación por los canales del Delta.
Pese a la escasa diferencia económica entre las excursiones de medio día y la del día completo, escogimos volver para comer porque realmente es lo que hacemos las dos Macarenas las pocas veces que salimos en barco. Quizá hubiera estado bien llegar hasta la desembocadura del Delta en el Mar Negro, pero nos bastaba con estar cinco horas deambulando por los canales.
A nuestra excursión se unieron dos chicas más que, desde el minuto uno, estuvieron dando el coñazo con ir a comer pescado ¡Qué pesadas! Si no hay más que sentarse en una de las terrazas del puerto.
Atravesamos varios canales, vimos cientos de aves y, la atracción estrella: los pelícanos, paseamos por las orillas llenas de juncos y desembarcamos en Mila 23 para tomar un pequeño refrigerio.
La verdad es que es bonito ¿Espectacular? Merecedor de una visita.
Babadag, Enisala y Jurilovca
Dedicamos el día siguiente a recorrer algunos lugares de la región de Dobruja en nuestra ruta hasta Constanza.
En primer lugar, nos detuvimos en Babadag para ver la Mezquita Gazi Ali Paşa, que es uno de los monumentos más antiguos de la arquitectura musulmana en Rumania. La mezquita fue construida a principios del siglo XVII por el general Ali Gazi, cuando Dobrogea estaba bajo la administración otomana. Además, el mausoleo que se encuentra en el patio alberga los huesos general.
En Enisala, fuimos a ver la Fortaleza que se eleva sobre una colina sobre los lagos Razim y Babadag. La extensión de tierra sobre la que se extiende, y los colores que sobre ella pueden observarse, merecen la pena la visita.
La ciudadela fue construida en la segunda mitad del siglo XIV, con fines militares, pero fue abandonada ante el avance de las tropas otomanas en la desembocadura del Danubio
Aunque antes existían otras ciudades similares en la zona, hoy en día la fortaleza de Enisala es la única que queda en pie en la región de Dobruja. La ubicación de ésta, en la colina significaba que quienquiera que residiera en la ciudadela podía ver cómo se acercaban las tropas enemigas en marcha, tanto por las carreteras como por el mar. La Fortaleza de Enisala conserva intactas cinco torres defensivas en tres lados de sus murallas.
Entrar en la fortaleza cuesta 8 lei –adultos- y 4 lei niños, mientras que la tasa por fotografías es de 100 lei y la de video, de 500 lei.
Jurilovca, por su parte, es conocida por su comunidad de lipovanos -rusos por etnia y ortodoxos por religión- huidos de Rusia tras la reforma que, en el siglo XVII, dividió a la sociedad. Pero lo que a nosotros nos interesaban eran sus ruinas, excavadas en la Fortaleza de Argamum y que resultaron ser un fiasco.
14 comentarios
Pues no me imaginaba que esa zona fuera tan interesante de visitar ha sido todo un descubrimiento, gracias!!!
Es un sitio muy interesante y de una riqueza natural extraordinaria.
Gracias a ti, Asun.
Hola Macarena.
Una entrada muy interesante donde nos acercas al mayor delta fluvial de Europa.
Me gustaron todas las fotos, de verdad, pero en especial la número 4 porque al verla me quedé anclada en ella imaginando la de cientos de especies diferentes (aves, peces, anfibios, mamíferos…) que la habitan. Un lugar de una riqueza especular, Reserva de la Biosfera.
Qué curioso el nombre del Monasterio «coco», me gustó conocer la historia por esos gallos que cantaron en el preciso momento en que debatían qué nombre ponerle al Monasterio.
Su interior me resultó muy imponente, y muy interesante que guarden allí las reliquias de esos cuatro mártires.
Yo creo que también hubiera optado por justificar como suficientes las cinco horas deambulando por los canales, jeje, seguro que les dio tiempo suficiente para hacerse una idea muy buena de todo lo que el lugar y la excursión ofrecía.
¿Sabes lo que me transmitió mucha calma, Macarena? La tercera foto (de abajo hacia arriba), me resultó tan sugestiva, imagino que estar allí y dejar la mente en blanco es todo una sola cosa. Preciosa, una maravilla de lugar y de vistas.
Gracias por compartirnos tantas cosas!! Es un lujo descubrir lugares nuevos a través de tus ojos y experiencia.
Un beso muy grande.
Nadie habría dicho que en Europa, en Rumanía, se podría contemplar un lugar como éste. Hemos visitado lugares parecidos en otras zonas del mundo, pero nunca creí que habría un delta así en pleno corazón de Europa ¡Además, del Danubio! La verdad es que se trata de un lugar genial para ver aves migratorias y, en fin, todo lo que he ido relatando; pero lo que más me llamó la atención fue el modo de vida de gente entre canales y pueblos aislados ¡Hasta me dio envidia!
Un besazo, Nélida. Muchas gracias a ti.
¡Hola, Macarena!
Fabulosa entrada e información. Que gustazo poder visitar tan encomiable lugar, detenerse sin prisas por cada aspecto del Delta del Danubio. Impresiona ya, ver las fotografías que hacéis, la de los pelícanos, me ha gustado en especial, nunca vi tantos juntos. Unos paisajes de ensueño… y cuánta historia en cada piedra!! El nombre del Monasterio, Coco, también me pareció curioso y lindo el conocer la historia.
Es increíble, que conozca casi más por vosotros Rumania que por las amistades que tengo, ja,ja.
Muchas gracias por tantos detalles.
Un abrazo, y ya, buen fin de semana;)
Es que Mila, no sé, supongo que uno cuenta cosas de los lugares que le parecen curiosos; pero, luego resulta que no hacemos fotos de la avenida en la que paseamos todos los días, los edificios bonitos de nuestra ciudad,… Lo tenemos tan integrados en nuestras vidas que nos parece algo común. Sin embargo, cuando estamos fuera de nuestra tierra casi siempre nos arrepentimos de no haber actuado más como embajadores de ella. No sé si he sabido explicarme bien. El caso es que siempre he tenido en mente hacer de guía de mi ciudad, tan desconocida y lejana y ¿ves? Ha pasado mucho tiempo desde que abrí el blog y sigo sin hacer nada.
Me alegro que te haya gustado porque realmente es una joya.
Un abrazo!!!!
Tu información siempre interesante. Navegar ese gran río tiene con esa gran diversidad de especies tiene que emocionar. Las fotos son todas una una pasada Macarena. Las teselas tienen colores muy vivos y gustan. Pero me quedo con las gaviotas y los pelícanos. Que oportuno cantó el gallo para solucionar problema del mombre.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
A saber qué le hicieron al gallo para que la liara parda!!!! Jajajajaja ¡Es broma, Laura!
Sí, Laura, a vosotros que estáis acostumbrados a vivir lo que la naturaleza muestra cada día, os encantaría este lugar; sobre todo observar todas las curiosidades de este Delta tan desconocido y a la vez tan cercano.
Un abrazo grande. Buen fin de semana!!!
Algo tarde, pero llegamos con algo de resfriado, normal para estas fechas otoñales.
Como siempre un espectacular viaje con maravillosas instantáneas. Navegar por ese río debe ser todo un placer, sobre todo por la cantidad de fauna que debe existir.
Me encantan tus reportajes, cual de ellos más bonito y emocionante.
Un abrazo amiga y buena semana.
Ohhh Juan, te deseo una pronta mejoría. Muchas gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
Joder Macarena, pelícanos, cormoranes, moritos comunes, cisnes, cigüeñas, fochas, gansos, martinetes y todo tipo de ánades,… todo eso en la reserva de la Biosfera del Delta del Danubio,… BRRRRRR! ¡Qué envidia!,… Cuando estuve en Rumanía me reuní con pescadores de esturiones de allí y me quedaron unas ganas tremendas de visitar el Delta. En fin Macarena que me ha encantado tu entrada.
Abrazos!
Si es que eres un experto. A ti ¿Qué te voy a decir? ¡Pues que tienes que volver! Y cuánto me gustaría poder volver acompañada de Norte, pues la historia cambiaría muchísimo ¡Anda que me iba yo a perder una sola especie! Contigo, ni loca Jajajajajaja.
Un fuerte abrazo, amigo. Se te echaba ya de menos.
Una maravilla, Macarena. Desde luego que la riqueza de este delta es impresionante en todos los sentidos, y la visita debió ser fantástica a pesar de ese par de pesadas. Me ha resultado curioso que gallo sea coco en rumano. Desde luego, si ponemos ese nombre en España podría dar pie a confusiones ninguna nada buena, je, je, je… Un abrazo!
Jajajajjajaja La riqueza de los idiomas!!!!
Un fuerte abrazo!!!!