Creo que Rumanía es uno de los países más desconocidos de Europa pese a que tiene muchas cosas en común con los mediterráneos: de hecho es el único país de Europa central cuya lengua deriva del latín.
El aumento de la movilidad de los rumanos a países como España para ejercer, en muchos casos, actividades “poco ortodoxas” ha supuesto un incremento en los prejuicios sobre aquel precioso y acogedor país.
Conocida mundialmente por sus leyendas de Drácula en torno a Transilvania, además, parece que ha circunscrito el turismo, casi en exclusiva, a esta bonita región del país, pero que sin embargo no es el único atractivo que tiene.
Eligiendo Rumanía como destino turístico, podrás disfrutar de lugares tan espectaculares y poco conocidos como las Iglesias de Madera de Maramures, los Templos pintados de Bucovina, el Delta del Danubio o las ciudades del Noroeste, una vez dominadas por el Imperio Astro-Húngaro.
Vuelos a Rumanía
Vueling, Wizz Air, Tarom, Blue Air y Ryanair son las aerolíneas que poseen conexiones directas con Rumanía desde casi todas las capitales españolas.
Además, se puede volar no sólo a Bucarest sino que hay vuelos directos a Cluj-Napoca, Iasi, Timisoara, Craiova y Sibiu.
Los vuelos de ida y vuelta desde España suelen costar entre 100 y 200€; y los vuelos duran entre 3 y 4 horas, dependiendo del aeropuerto de salida.
Nosotros volamos desde Málaga. Teníamos la opción de volar con Wizz Air y con Blue Air y, aunque Blue Air era un pelín más cara, nos daba opción de cancelación y cambio de billete. Así que, en tiempo de pandemia, era lo mejor.
Los vuelos, con maleta facturada y los extras que hemos mencionado, nos costaron 158€ i/v.
Documentación para viajar a Rumanía
Los ciudadanos nacionales españoles pueden viajar a Rumanía para estancias inferiores a 90 días simplemente con su pasaporte o DNI sin necesidad de obtener ningún tipo de visado.
Moneda. El Leu (lei en plural rum.)
Desde el año 2007 Rumanía es miembro de la Unión Europea, compuesta en total, por 27 países. De todos ellos, 19 tienen como moneda oficial el euro. A día de hoy este país con capital en Bucarest aún no ha adoptado esta divisa y continúa conservando su propia moneda, el leu (Ron).
El resultado, entre otras cuestiones, es un país con un nivel de vida muy por debajo de la media europea que puedes recorrer con un presupuesto bastante reducido.
El cambio de moneda puede hacerse en la terminal de llegadas del aeropuerto, aunque nosotros siempre utilizamos una tarjeta con la que sacar divisa del cajero sin hacer frente a las comisiones.
En el resto del país, suele haber casas de cambio para cambiar tus euros a lei.
El idioma
Es algo obvio decir que en Rumanía se habla rumano. El problema es que se habla rumano y sólo rumano. Únicamente en ciudades de cierta importancia y lugares muy muy turísticos puedes encontrar camareros, cartas de restaurantes y jóvenes con los que puedas entenderte en inglés. Acaso, también puedes encontrar alguna persona que haya retornado a Rumanía y conozca el castellano, o alguna chica aficionada a las telenovelas que chapurré el español; pero por lo general, casi nadie habla más que su propio idioma.
Quizá esto no supondría mayor problema con un idioma de la misma raíz que el nuestro, pero la cosa se complica en las visitas turísticas en las que debes seguir las indicaciones, el hilo de las historias o la cartelería en rumano. Porque en Rumanía no se molestan en traducir nada para los visitantes. Desde luego, aún les falta un poquito de maña en esto de la proyección turística del país.
Alquiler de coche
Aunque puede recorrerse Rumanía en transporte público e, incluso en autostop, lo mejor es alquilar un coche porque para hacer una ruta bonita, necesitas andar y desandar caminos y, claro, es bastante difícil hacer eso si no dispones de un vehículo propio.
Nosotros alquilamos el coche en la página de Rentalcars, que hasta el momento siempre nos había ido bien. El alquiler de un Opel Corsa para 30 días, nos costaba 464€. Pero al llegar a Bucarest, además de tenernos una hora en el aeropuerto esperando al comercial –porque no disponen de oficinas en la terminal-, nos dijeron que no tenían el vehículo reservado; así que tuvimos que coger un Dacia Logan pagando casi 100€ más -545€-.
¡Y claro! En mitad de una autopista, que es donde tenían la oficina, vuélvete tú al aeropuerto a buscar otra franquicia.
Por otro lado, no nos admitieron la tarjeta para hacer el depósito, con lo cual tuvimos que pagarlo en metálico, perdiendo parte del reembolso.
La primera, en la frente. Gracias a Dios, fue el único percance que tuvimos. Bueno, ése y que se nos pinchó una rueda.
Conducir en Rumanía
Para alquilar un coche en Rumanía es necesario que el permiso de conducir español tenga antigüedad de al menos un año y el conductor sea mayor de 21 años. También es necesario obligatoriamente tarjeta de crédito (no débito).
Las carreteras de Rumanía han mejorado mucho de un tiempo a esta parte, aunque los rumanos son un poco brutos conduciendo, sobre todo en las grandes ciudades, en las que van a toda velocidad. Además, suelen rebasar las líneas continuas, parar inesperadamente en un arcén sin señalizar la maniobra,… lo que unido a que en las carreteras coexisten coches con carros tirados por mulas, bicicletas, camiones y, en algunos casos, rebaños de ovejas o vacas, la conducción es bastante peligrosa a veces.
Por otra parte, las retenciones suelen ser habituales y hacen los trayectos muy largos. Las carreteras nacionales y comarcales son de dos sentidos –las autovías son pocas- con lo que basta que una carretera atraviese un pueblo o haya una obra, para que puedas pasar más de una hora en hacer 15 km.
En un lugar con este caos circulatorio, sorprende que sean tan estrictos con el nivel de alcohol en sangre permitido, que es de 0.
Lo que sí es un rollo es el tema del aparcamiento. Los centros de las ciudades suelen ser zona azul y hay que pagar para aparcar, pero los rumanos tienen la fea costumbre de no traducir nada, así que uno no se entera. Nosotros no llegamos a descubrir cómo era el funcionamiento de los parquímetros, con lo que decidimos no aparcar nunca en las calles principales. Porque eso sí es curioso: Si hay una avenida, seguramente será zona azul, pero su perpendicular, no lo suele ser.
Lo peor de aparcar en Rumanía, sin embargo, es que, en los lugares más concurridos, si no hay parquímetros, hay “gorrillas” y a éstos sí que hay que tomárselos en serio porque, si no les pagas, te revientan el coche. De hecho, hemos oído la historia de unos autocaravanistas a quienes pidieron 50€ por aparcar en Bran bajo la amenaza de destrozarles la autocaravana en caso de impago.
Así que lo mejor es, por una parte, paciencia y prudencia; y por otra, aparcar más alejaditos, pero en un lugar seguro para ello.
Alojamiento en Rumanía
En Rumanía, lo común en materia de alojamiento son las llamadas pensiunea, algo que a mí, sin conocer qué eran, me horrorizaba un poco porque pensaba en los hostales compartidos de principio del siglo XX.
En realidad, las pensiuneas rumanas son hoteles un poco peculiares, pues aunque hay algunos al estilo de lo que conocemos como hoteles, son más bien algo así como “pequeños hoteles rurales”: casonas dirigidas por un propietario/a que ha habilitado una parte de su terreno con un edificio de habitaciones de hotel, pequeños apartamentos o casitas individuales. Además, suele haber cocinas comunitarias y espacios comunes, como terrazas o lavanderías.
La verdad es que algunos son una preciosidad y te hacen sentir como en casa. En Rumanía, pudimos dormir en dúplex, buhardillas, casas rurales, apartamentos, hoteles, casas de campo,… Fue una auténtica maravilla.
Además, sus precios son una gozada, ya que rondan los 30€ para los tres. Estupendo para recorrer el país en un mes sin arruinarte.
Gastronomía Rumana
Dicen, y con razón, que la gastronomía rumana es una de las más ricas de Centro Europa.
Supongo que a mí, que soy tan especial para comer, lo que más me gustó del país es que la comida pudiera acompañarse de pan ¡En Rumanía hay pan! aunque éste fuera una especie de hogaza de campo un poco más gomosa y tosca que nuestras deliciosas barritas.
Mis comidas favoritas en Rumanía fueron la salata de vinete (una pasta de berenjena untable), la zacusca (un también untable de hortalizas) y los sarmales (unos rollos de col rellenos de carne picada especiada).
Pero la comida rumana es ricamente variada. Aunque predominen las carnes, que suelen estar muy bien hechas, sobre todo al grill; hay una cantidad ingente de sopas (ciorbă) de todo tipo: de pollo, de albóndigas, de tripa… y hay también platos de verduras de todas las clases. Además, son muchas las pizzerías, y locales de comida rápida que sirven hamburguesas, perritos o los característicos mici (salchichas caseras rumanas). Y, en fin, en el Delta del Danubio y la costa del Mar Negro, lo típico es un rico pescado guisado de mil maneras, todas ellas deliciosas.
Desde luego, si te gusta comer y vas a pasar un tiempo en Rumanía, como no te cuides, puedes volver sin darte cuenta con kilos de más porque, además de buena, la comida en Rumanía es muy abundante y muy, pero que muy, barata.
Barata significa que, una comida muy abundante para tres personas en un mesón de carretera o en un restaurante normal puede costar unos 15€; mientras que en un sitio super elegante, sólo ronda los 25 ó 30€.
Las entradas y el pago por hacer fotografías
Las entradas a los lugares turísticos de Rumanía son bastante baratas, por no decir muy baratas. Además, hay descuentos o entradas gratuitas para estudiantes y discapacitados, como son los casos de Macarena y Yayo respectivamente.
Aparte, los periodistas visitamos de manera gratuita gran parte de las atracciones turísticas. Sólo basta con acreditarte con el carnet profesional o del medio al que perteneces, para estar exento de pagar entrada.
Así que entrar en la mayor parte de las atracciones de Rumanía, no nos supuso un gran gasto.
Sin embargo, en Rumanía, se produce una paradoja bastante curiosa, pues mientras que el precio para el acceso es casi irrisorio, las tasas que hay que pagar si quieres hacer fotos, dobla, triplica, incluso llegando a ser abusivo y desorbitado, el precio de la entrada.
La cuestión que esto genera es doble. Por una parte, somos muchos los que o desistimos de la idea de hacer fotografías, o que las hacemos de forma furtiva. Así que, se dieron situaciones en las que entras toda educadita a un recinto donde, de pronto, encuentras a los demás, móvil en mano, poniéndose las botas y pasando de las llamadas de atención de los encargados.
Por otra parte, y quizá la cuestión más curiosa, es el hecho de que con la ausencia de imágenes se limita enormemente la promoción turística del país. En una sociedad hiperconectada como la actual, donde el objetivo de muchos es llevarse la bendita foto para las redes sociales, la imposibilidad de hacerse con una bella instantánea coarta en gran medida la difusión de imágenes sobre lugares que, de ser mostrados abiertamente y de forma generalizada en las redes invitaría a muchos viajeros a visitar el país. Supongo que sólo es cuestión de tiempo que puedan darse cuenta de este pequeño detalle.
20 comentarios
Pero que entrada tan completa!!! Muchas gracias por toda esta información tan útil. Un abrazo
Gracias a tí, Asun. Espero que te sea de utilidad.
Un abrazo!!!!
¡Hola, Macarena! Este tipo de entradas en las que nos descubres el modus operandi de los países visitados desde luego que son impagables, dado que son de esas cosas que no salen en los catálogos. Cuando he visto la foto de la pensión Relax desde luego que si hubiera pasado por allí habría pensado en cualquier otra cosa que un precioso hotel, je, je, je…
Bueno, imagino que poco a poco Rumanía irá corrigiendo todas costumbres de otro tiempo y se cosmopolitizará. Me parece curioso que te cobren un ojo de la cara por hacer fotos o que todavía haya gorrillas, eso desde luego no le da buena imagen. Y es que la pillería sale cara al final cuando hablamos de turismo. Un abrazo!
Supongo que algún día Rumanía alcanzará el ritmo del resto de Europa. Aún le queda mucho. Aunque quizás entonces, pierda su encanto.
Un abrazo!!!
me encantaría ir algún día a Rumanía, buen post
Genial! Entonces, te servirán nuestras entradas.
Un saludo.
Todo me ha parecido interesante. Tiene muchas ventajas viajar a este país que, por otro lado, es precioso. Se come muy bien y nada caro. El alquiler me pareció bastante barato para 30 días!!
La habitación del hotel me pareció muy acogedora.
Creo que la balanza es más positiva que negativa, ¿verdad?. Hay que conocer Rumanía.
Gracias, Macarena.
Besitos.
Es un país muy cercano, con un carácter sorprendentemente parecido al Mediterráneo. Tiene muchísimos -pero muchísimos- sitios diferentes y curiosos y, además, es baratísimo ¡Por cierto! La comida es increíble.
Un beso, Nélida.
Sí, Rumanía necesita algo más de desarrollo turístico, aunque ya veo que vosotros disfrutásteis de un mes de vacaciones recorriendo en coche sus numerosas carreteras.
En cuanto a lo que nos comentas de las informalidades con las que tuvísteis que hacer frente pues pienso que no tienen todavía una clara perspectiva de lo que supone el turismo como fuente de ingresos para cualquier país. Un claro ejemplo fue lo que os pasó con el alquiler del coche, aunque aquí en España también he conocido algún caso similar.
Es comprensible que el reducidísimo precio de la habitación del hotel justificara el hecho de no ofrecer las mismas condiciones de otros hoteles de la comunidad europea, ya que naturalmente su precio es mucho más elevado. De todas maneras se ve muy limpio y no está viejo.
La comida es bastante abundante y me imagino que los precios serán bastante económicos. En mi caso particular la carne no es mi plato fuerte ni mucho menos.
Encantada, una vez más de disfrutar con este sugerente recorrido e información acerca de este destino turístico europeo.
Un abrazo muy fuerte y a seguir cuidándoos.
Llevas razón en todo lo que has dicho. Aunque con respecto a la comida, coincido contigo: la carne no va mucho conmigo. No por convicciones ideológicas, ni mucho menos. Es que me sienta fatal. Así que de algo de pollo no paso. Así que, cuando pensé en qué comería durante un mes, creí que lo pasaría mal. Muy lejos andaba de la realidad, Estrella, ya que la gastronomía rumana, a la que intentaré dedicarle una entrada, es rica en sopas y caldos, verduras -muchas verduras-, queso, pastas y legumbres y, además, aunque yo tampoco soy muy dulcera, tiene muy buenos postres. El más típico es el papanasi, que es como una especie de donut cubierto como de una especie de queso cremoso tipo helado.
Creo que si eres igual de delicada que yo para comer, te gustaría la comida típica rumana.
Muchas gracias por tu comentario. Un besazo, Estrella, y cuídate.
Una opción estupenda, viajar a Rumania, me parece de lo más hermoso lo que has expuesto, muy tentador. Sobre el alojamiento, si que desde fuera parece hotel compartido, y nada que ver por lo que aprecio en su interior. Ya con la gastronomía, la que he probado no me acaba de gustar, al menos cuando aquí, donde vivo, me han invitado a degustar. Tengo varios amigos y amigas de Rumania, y en tema de postres, los encuentro muy dulces. El idioma, yo lo tendría difícil si voy, ja,ja, y eso que oportunidad para aprender no me falta, pues ya te digo, conozco a mucha gente. En la zona del Matarranya hay mucha, y una cosa, ellos, enseguida aprenden nuestro idioma, supongo que, no tienen más remedio pues han de trabajar. Lo mismo nos pasaría a nosotros si es al revés.
Una entrada completísima, Macarena, me ha gustado mucho.
Gracias.
Besos, y feliz noche de domingo.
Muchas gracias, Mila.
Jamás pensé que en Rumanía me encontraría lejos de Europa por sus diferencias con todo lo que conocía. No es que sea malo, no es eso. Sólo que es diferente.
Cuando leía relatos acerca de los viajeros que habían compartido un desayuno con el dueño del hotel, yo pensaba «yo no voy a un sitio así»; pero no se trata de habitaciones en una casa ajena, sino de hoteles construídos en terrenos cercanos a una vivienda unifamiliar. A veces, dormimos en casas en las que ni contactamos con el dueño: te dejaban las llaves en un casillero y te enviaban un código por email. Jolín, pensaba yo, confían en la gente… Así que creo que el carácter del rumano es afable y confiable. La gente es un encanto.
Con respecto a la comida. La verdad es que pensé que lo pasaría mal, pero allí encontré muchos platos de mi gusto hechos a base de verduras como los sarmales, los untables, la pasta. También están buenos los embutidos!!! Y, en fin, te doy la razón en el tema de los postres… aunque en las pastelerías puedes encontrar otro tipo de dulces tipo buñuelos o bollos suizos -algo parecido- que no son tan empalagosos.
Encontramos bastantes rumanos, que habían retornado de España con la crisis ¡Qué alegría da cuando te hablan en tu idioma! Porque, en ciertas zonas, fue muy difícil entenderse.
Un besazo enorme y, por favor, dile a tus amigos que conoces a alguien que una vez viajó a su país y quedó prendada de su cultura y sus maravillas.
Excelente post, Macarena.
Una información muy completa que es de agradecer para quienes quieran viajar a Rumanía por primera vez.
Los sarmales están muy ricos, los he comido en casa cocinados por una amiga rumana.
Besitos 💋💋💋
Me encantaron, Carmen!
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso ¡Cuídate!
Hola Macarena,… ufff que recuerdos tan buenos me traen estas entradas de Rumanía. Lo primero que descubrí cuando viajé allí es que e bueno dejar los prejuicios en casa cuando viajas. Los rumanos y rumanas que yo conocí en nada se parecen al estereotipo que acostumbramos a tener aquí en España,… después descubrí que son un pueblo hospitalario y hermoso, rico en historia, arte y naturaleza. Va a ser un placer acompañrte durante un mes por ese bello país.
Feliz semana!
Coincido en todo lo que dices, Norte. Desde luego, es un pueblo desconocidísimo, pero creo que Rumanía es de los mejores lugares de Europa para viajar.
¡Un abrazo!
¡Muchas gracias por la inflrmación tan exhaustiva y detallada Macarena!.
Muchas gracias a ti!!!
Hola, más que una respuesta tengo una pregunta. Como me puedo acreditar como minusválida en la entrada de castillos, museos etc? Yo tengo mi carnet de minusválida en vigor. Con este carnet sería suficiente? Muchas gracias
¡Hola! Siento el retraso, pero estábamos fuera.
Sí, con tu tarjeta de discapacidad y tu DNI.
Un saludo