A pesar del reciente crecimiento económico, Georgia aún enfrenta una pobreza generalizada impulsada por las consecuencias políticas y sociales de dos conflictos sin resolver (en Nagorno-Karabaj, Osetia del Sur y Abjasia); la desigualdad social y de género; el cambio climático; la falta de diversificación económica y la pobreza rural.
La economía de Georgia está basada en un importante desarrollo de los sectores primarios (agricultura y ganadería) y secundario (industria), siendo el sector servicios el que menos aporte realiza a su PIB, lo que es un buen indicador de las deficiencias en infraestructuras colectivas y el acceso a servicios básicos.
Pese a que los váteres públicos, que es el tema que nos ocupa en este artículo, están generalizándose en grandes ciudades como Tiflis o Batumi, todavía se trata de una red escasa, circunscrita en su mayor parte a servicios ofrecidos por el sector de la restauración (cafeterías, bares y restaurantes) y el turismo (museos, yacimientos arqueológicos, etc.)
En las calles en general, no hay servicios públicos y es muy complicado encontrarlos en áreas de servicio –inexistentes en el país-, gasolineras –en donde si los hay, están sucísimos- y zonas rurales.
Ahora bien, la buena noticia es que en los lugares citados en los que pueden encontrarse, aunque a veces sean modestos, están limpios, son de taza y disponen de papel higiénico. Además, son gratuitos.
Creo que ha sido Georgia el país en el que más gratamente me han sorprendido los baños de restaurantes y otros lugares turísticos, por su originalidad y sus cuidados detalles decorativos. Aunque también, y junto con Marruecos y por el momento, la experiencia más desafortunada que he tenido con el uso de uno de estos servicios ha sido en Georgia.
En el camino desde Tbilisi a la Ciudad Cueva de Uplistsikhe paramos en un bar junto a una gasolinera para utilizar el baño. Pero como esto me da vergüenza, lo que hacemos siempre es realizar alguna consumición para disimular. No recuerdo muy bien qué tomamos: un café y una coca-cola, creo. Al terminar, preguntamos a la dueña por el cuarto de baño y, con muy malas formas, nos dijo que el baño era suyo y que no podríamos utilizarlo, así que nos mandó a la gasolinera. Y ésta ha sido una de las experiencias más traumáticas de todas, que han sido muchas y variadas, las que he vivido en los váteres de medio mundo.
La fotografía cuenta por sí misma cuál fue mi experiencia: a oscuras, en una habitación que apestaba y con una puerta que no cerraba en condiciones. Y tanto fue, que al salir, el pobre empleado de la gasolinera se disculpó conmigo.
Lugares así aún existen en Europa. Ver para creer.
6 comentarios
Siento tu mala experiencia con el baño Macarena, yo como lo uso mucho siempre pregunto por el baño antes de consumir y hasta ahora todos han tenido pero si me pasa como a ti me salgo en busca de otro sin consumir. Un beso
El problema, Vicenta, es que se trataba de una parada de carretera, así que no había mucho dónde elegir. En fin.
Un besazo
Jolines, qué mala experiencia tuviste en esa gasolinera. Como has dicho; ver para entender. Sobran las palabras, sin comentarios…..
Y caramba!! Desde luego la amabilidad de la dueña brilló por su ausencia.
Sin embargo, coincido contigo, en que se han esmerado en los detalles de baños públicos visitables (Museos, Restaurantes, etc).
Abrazote y muchos besos!
Pues sí. Salvo esa mala experiencia, el resto de lugares eran pequeños rincones sorprendentes.
Un beso, Nélida.
Pues si que son variopintos los váteres de Georgia. Pasamos de una decoración excesiva a la misma inmundicia. Creo que me he visto en alguna de estas situaciones, y es entonces y solo entonces cuando envidio a los hombre por poder tener esa facilidad para hacer aguas menores.
Como bien dices un punto a su favor es que sean gratuitos. En Polonia el 90% de los aseos públicos eran de pago. Hasta los de las estaciones de tren. A mi me da mucha rabia tener que pagar, aunque si ese desembolso conlleva un mantenimiento mi enfado disminuye mucho.
Un abrazo enorme
Alicia
Pues sí, Alicia, yo pagaría muchísimas veces. Es que no entiendo como una necesidad tan humana, se obvia tan frecuentemente.
Pues ya sabes lo que te espera para cuando visites Georgia.
Un fuerte abrazo!!!!