Mi padre falleció el 3 de noviembre de 2023 después de dos semanas debatiéndose entre despertar o dormir para siempre. Fue un apasionado de los viajes. Fue un apasionado de la vida: de la vida, de la gente, de sus amigos, de la risa y las bromas, de los viajes y de la comida. Y murió “con las botas puestas” después de que un accidente al terminar uno de sus viajes, lo llevara a quirófano y después a un paro cardíaco del que terminó por no recuperarse.

No fue lo mismo para nosotros, que tuvimos que despedirlo. Y desde luego, no ha sido igual para mi madre que perdió, no sólo a su compañero de vida, sino a su gran “travelbro”.
Así que para poner la cabeza en otra parte y además mostrarle a mi madre que, aunque los viajes nunca a volverán a ser iguales, pero que pueden seguir formando parte de su vida, organicé una escapada exprés a Estambul, la ciudad de su tan amada Turquía, en donde en su día dispusieron sean esparcidas sus cenizas.

Debido a la premura de la decisión y a las circunstancias que dieron lugar a la misma, opté por evitar circuitos y roadtrips y elegí un lugar del agrado de mi madre, en donde poder pasear tranquilamente dentro del bullicio, que fuera conocido para ella –que ha viajado a Turquía en autocaravana casi todos los veranos desde hace 15 años-, con sitios para visitar, bellos rincones, en donde poder ir o venir del hotel sin problemas, y sobre todo, que no supusiera un viaje de avión muy largo; en definitiva, un lugar en el que poder pasar una semana distraídos, pero a la vez con cierta tranquilidad. Y así fue cómo elegimos pasar una semana en Estambul.

Lo que no calculé, o en realidad subestimé, fue el frío que hace en Estambul a principios del mes de enero; aunque por otra parte, esa temperatura a veces gélida, nos puso a resguardo de las hordas de turistas que arriban a la ciudad desde que llega el buen tiempo. Y fue así que disfrutamos de Santa Sofía sin colas, del Palacio Topkapi sin gente o de las mejores ofertas de souvenirs de Estambul.

Y te cuento todo esto para que sepas que éste fue un viaje diferente a los que solemos contar habitualmente, pero que por el contrario, puede serte de utilidad si tienes planeado pasar una semana en Estambul.
Es también cierto que, teniendo en cuenta todas las circunstancias anteriores y que mi madre es una persona mayor, el ritmo que empleamos fue muy pausado y que tuvimos que dejar de hacer algunas cosas que nos hubieran gustado. Pero de lo que no cabe duda es que, al terminar el viaje, concluimos que los habituales dos días que emplean los viajeros cuando visitan Estambul son a todas luces insuficientes para conocer la ciudad. Es más, absolutamente insuficientes para la cantidad de lugares, mezquitas, bazares, barrios, atracciones y cosas que pueden hacerse en Estambul.
Itinerario de una semana en Estambul
Lunes 8 de enero de 2024 – Melilla – Málaga – Estambul
Martes 9 de enero de 2024 – Barrio de Sultanahmet y Gran Bazaar.
Miércoles 10 de enero de 2024 – Barrio de Eminönü
Jueves 11 de enero de 2024 – Barrio de Üskudar
Viernes 12 de enero de 2024 – Barrio de Taksim – Barrio de Cúrkuma – Barrio de Gálata (Distrito de Beyoğlu)
Sábado 13 de enero de 2024 – Palacio Topkapi y Mezquita Süleymaniye
Domingo 14 de enero de 2024 – Barrio de Eyüp
Lunes 15 de enero de 2024 – Estambul – Málaga – Melilla
6 comentarios
Siento mucho lo de tu padre, te envío un fuerte abrazo y dale mucho cariño a tu mami que en estos momentos os necesita más que a nada. Un beso
Gracias Asun.
Genial idea, seguro que tu madre lo paso genial, aunque te diré, por experiencia propia, que por acompañada que este una «siempre esta sola» Hay momentos y recuerdos que no los puede llenar nadie. Un beso para ti y para tu madre
Muchas gracias Vicenta
Mira que eres bonita, amiga. Muy bonita, por fuera pero sobre todo por dentro.
Porque me consta que ese suceso (siento mucho el fallecimiento de tu padre) te descolocó muchísimo, entre lo inesperado y lo rápido que todo sucedió, a pesar de lo lento que pasaron los días esperando una noticia que nunca llegó. Mucho dolor, y mucha responsabilidad para ti.
Eres bonita y si no lo sabes, te lo digo una y mil veces.
Tu gesto en el momento, tu intención después, y tu valentía ahora lo demuestran. Todo junto. Y es que pones en práctica una de mis frases favoritos «El palabra es sonido, el ejemplo es trueno».
Así se camina.
Así se comparte, y así se ayuda y apoya.
Un beso muy grande, como el que -en aquellos días- te envié.
Ain Nélida, si vieras con la pena que escribo estas entradas. Ahora que repaso el viaje me doy cuenta que casi apenas tengo fotografías. No sé ni en lo que estaba pensando.
Ha pasado ya casi un año y mi vida sigue del revés. Pensaba que el tiempo pondrías las cosas en su sitio, pero veo que pasa rápido para hacerme envejecer y lento para curar las heridas.
En fin amiga, no creas que tengo un bonito recuerdo de Estambul por todo lo que significó. Pero como dice una de las letras más fantásticas de Queen, «the show must go on». No sé cuánto tardan en sanar las heridas. A veces pienso que nunca sanan.
Te agradezco mucho tus palabras, de verdad. No sabes lo que para mí significan.
Un beso enorme amiga. Recibo el tuyo como si estuvieras a mi lado.