Kek Lapis es un “pastel a capas” típico del Estado malasio de Sarawak, en la isla de Borneo, aunque puede también encontrarse en otras zonas de Malasia.
Debido a su laboriosa preparación, que requiere muchas horas de horneado y meticulosos cortes realizados a la masa, se trata de un dulce caro que se sirve en ocasiones especiales; aunque se ha popularizado su venta como souvenir y puede adquirirse en su versión más simple desde 10 RM (2€).
Historia del Kek Lapis
Dicen que este dulce se introdujo en Sarawak en los años 70 y 80 por los Betawis (Los descendientes de las personas que habitaron Batavia -el nombre colonial de Yakarta- desde el siglo XVII en adelante) y que luego los habitantes de Sarawak añadieron nuevos sabores, aromas y colores creando una versión propia a la que se le denominó kek lapis de Sarawak.
Denominación de Origen
Hoy día, el “kek lapis de Sarawak” es una denominación de origen o indicación geográfica protegida desde 2010, lo que significa que no se puede llamar a cualquier producto kek lapis de Sarawak, sino sólo a aquellos que se fabriquen con las especificaciones de la Asociación de Fabricantes de Pastel de Capas de Sarawak. De esta forma, etiquetar un pastel de fabricación similar como kek lapis de Sarawak es ilegal y los productores de fuera del Estado sólo podrán denominar a su producto como “kek lapis al estilo Sarawak”.
Los ingredientes
Estos dulces típicos de Sarawak se dividen en dos categorías: los pasteles a capas (más baratos) y los que contienen patrones, motivos o formas. El único requisito es que tengan, como mínimo, dos colores.
La masa se realiza con mantequilla o aceite vegetal, generalmente de palma, leche, huevos, harina, azúcar y los aromas y colores que vayan a contener las diferentes capas. Para batir la masa se requiere una potente batidora y las capas se van horneando una a una en tandas de 5 minutos, tras los cuales, se va añadiendo otra y otra hasta completar el pastel. Posteriormente, se corta longitudinalmente y las diferentes tiras se unen con mermelada o leche condensada y se envuelven en otra nueva capa que es la que le aporta la forma.
Los pasteles indonesios a capas
En Indonesia, existe un pastel similar –se puede decir que el original- a capas, denominado Spekkoek, e ideado durante la época colonial y que contiene especias como el cardamomo, canela, clavo, nuez moscada y anís.
En Java Oriental, la versión del pastel a capas se llama kue lapis malang y es típico de la ciudad de Malang. Sin embargo allí, se emplea una técnica diferente y el pastel únicamente posee dos capas: una natural y otra a la que se añade cacao. Una variedad similar es realizada en Surabaya, aunque éste último posee tres capas.
Dónde comprar el Kek Moden de Sarawak
El Layer Cake de Sarawak se puede comprar en casi todas las calles principales de Kuching, en las tiendas de souvenirs, los mercados, las panaderías, las vendedoras ambulantes y las tiendas del aeropuerto; y también puede encontrarse en otras ciudades del Estado, como Miri.
18 comentarios
Una entrada muy dulce y colorista, Macarena :))
Ni siquiera había oído hablar de este tipo de dulces y la verdad es que me quedo con toda la curiosidad de probarlos. Para mí, que soy una golosa empedernida, es una tentación enorme. Es más, me gustaría tener a disposición una muestra de los diferentes tipos que mencionas según los lugares de los que son típicos. Está fatal tener esta aspiración, ya lo sé jajajja.
¡Un beso de viernes!
Jajajajaja ¡Ay madre! Hablamos de echarnos unos kilos encima.
No creas, después de haber viajado a Malasia varias veces, es la primera vez que había reparado en ellos. Claro que, son típicos de Borneo, y Borneo… pues muy de paso no es.
Yo es que no soy muy de dulces, así que lo que a mí me atrae son las frutas y las cosas churretosas que voy encontrando por la calle, que un día voy a coger algo malo. Pero el kek lapis es como bizcocho, plumcake, magdalenas, digo yo. Y ya ves los precios: desde 2€ en adelante.
Un besote, Julia.
No conocía este pastel, que curioso y original y con lo que me van a mi los dulces me encantaría probarlo. U beso
¿Ves Asun? Yo es que no soy dulcera. Prefiero las cosas saladas. En fin, menudo peligro tenemos!!!! jajajajaja Besos
No conocia estos pasteles pero la verdad es que tienen muy buena pinta. Son muy llamativos y por los ingredientes que llevan tienen que estar deliciosos. Menuda tentación!! Un beso
Y si vieras cómo los preparan ¡Menudo trabajazo? Por cada capa tienen que sacar el molde del horno, extender una capa y esperar 5 minutos de horneado. Así que imagina montar todas las capas, cortarlas, volver a montarlas con los diseños- Extraña, la verdad que sean tan baratos.
Un besito Vicenta.
Esta mañana no podía… No soy dulcera Macarena, me va más lo salado pero se van los ojos a ellos. Aún así me gustaría probarlos.
Un abrazo.
¡Genial, Laura! Entonces te pasa igual que a mí. Yo, donde se ponga un queso, unas bravas, una tortilla, que se quite un pastelito de chocolate. Pero, sí son bonitos y atrayentes.
Un besazo
Como para perder el Norte jajajaja… con lo que me gustan los dulces. Sabes que he trabajado mucho en DOP e IGP y que no conocía esta?,… y es que fuera de Unión Europea no son tan comunes y es difícil encontrarlas. Como supondrás me parece una idea inmejorable,… aunque creo que en Europa eso correspondería a una ETG (especialidad tradicional garantizada) como en la caso de la Tarta de Santiago, en dónde los ingredientes no están vinculados al origen como en una DOP, sino que lo que está protegida es la elaboración.
Me ha encantado!
Jo, Norte, a mí sí que me ha encantado tu comentario. Primero porque eres una caja de sorpresas, y segundo porque me doy cuenta que las certificaciones ¡Son un mundo! Tu ejemplo me ha abierto los ojos a un mundo infinito sobre el que, a partir de ahora, quiero saber más.
Cuando estés de vuelta en ese raro departamento, acuérdate de echar un ojo a los productos de Malasia!!!!
Un fuerte abrazo.
¡Muy coloristas! ¿Y si los probaste, a que saben, pueden ser como los mazapanes? ya nos dirás si sabes los ingredientes. Un abrazo.
Hola Mamen,
Son más bien como una plumcake y con ingredientes parecidos a los del bizcocho: harina, azúcar, mantequilla,…
Ahora que me preguntáis sobre él, creo que debería haber hecho un video ¡El año que viene si Dios quiere!
Muchos besos
Lleno de colores, me gusta ♥
¡Y rico rico!
Una entrada muy dulce y apetitosa…. ja,ja,ja.
Ya hablando en serio, querida Macarena, desconocía por completo este exquisito dulce con denominación de origen: «kep lapis de Sarawak».
A medida que he ido leyéndote y contemplando tus espléndidas fotografías, poco a poco me he podido cerciorar de lo complicada que tiene que ser su elaboración, con tantas capas, me refiero a la receta original, porque hay que tener mucha maña o práctica para saber hacer esos cortes exactos, aunque me imagino que actualmente dispondrán de máquinas para cortar esa masa horneada. Aparte está también el relleno que tiene que realzar mucho el sabor y esa vistosidad tan colorida y alegre.
¡Con lo que me encanta el plumkake! Ya me has abierto el apetito…. 🙂
Un besazo y feliz semana!!!!
A decir verdad, yo sólo he visto los pasteles, pero por curiosidad entré en youtube para ver cuál era su proceso de elaboración y es súper trabajoso porque hay que hornear cada una de las capas durante cinco minutos. Así que es sacar, extender, hornear… ¡Menudo trabajazo! Y luego, Estrella, las láminas se cortan a mano con regla y cuchillo. Son unas artistas porque poseen una destreza descomunal.
Me alegro que te haya gustado.
Un besazo
Jo, desde luego que esos pasteles entran por los cinco sentidos, Macarena. Es una cultura que sin duda tiene muy dentro la idea de dar color a la vida y que estos consiguen que nuestro ánimo se mantenga arriba. ¡Me encantó! Un abrazo!
Pues has acertado David. En Malasia son «golosineros»; pero además, cuando los postres y pasteles tienen esos colores, parecen mucho más atractivos. Ahora que ¡Tienen un trabajazo!
Me alegro que te haya gustado.
Un fuerte abrazo!!!