El viajero occidental no va a encontrar ninguna dificultad a la hora de comer en Laos, pues, al igual que sus vecinos asiáticos, Laos es un país rico gastronómicamente en el que encontrar comida autóctona, platos de fusión similares en textura y sabor a los de sus vecinos Tailandia y Vietnam, y algunos vestigios culinarios de la ocupación francesa como el pan o la bollería. Además, el país es rico en todo tipo de productos frescos como frutas y verduras, pescado de río y carnes.


Fideos y arroz
Una base importante de la gastronomía laosiana la conforman el arroz y los fideos, aunque en Laos realmente puede encontrarse lo que se quiera, desde comida occidental, hasta barbacoas laosianas de diferentes tipos de carne como búfalo, pollo o cerdo.




Precios
Comer en Laos puede ser o no caro según el tipo de restaurante que elijas. Los puestos callejeros de bocadillos y crepés no cobran más allá de 1 ó 1´5€, pero un restaurante que sirva platos occidentales puede costar una media de 10€ por persona.




Aunque también existen otras opciones, como los “buffet libres” de la Street Food de Luang Prabang en la que puedes servirte todo lo que quieras en un plato hondo por 1´5€, o las barbacoas callejeras en las que comprar carne o pescado asados entre unos palos de bambú por unos 2 ó 3€, según la cantidad.




Hay muchos platos típicos y deliciosos en Laos que consisten en sopas, ensaladas y carnes; pero ni los conozco todos, ni soy una buena catadora gastronómica. Creo que he dicho alguna vez que otra, lo mal que me alimento –según mi madre-.




El Pan y la bollería
Una de las cosas más curiosas de Laos –también de Vietnam- es el pan porque, salvo en España y Francia, comerse una buena baguette en otro país del mundo es misión casi imposible. Pero, entre las pocas cosas buenas que la ocupación francesa dejó en esta zona del Sudeste Asiático, se encuentra el pan y la bollería.


Muchos de los viajeros que han visitado Vietnam hablan de los típicos bocadillos vietnamitas; pero pocos hablan de los bocadillos laosianos que son prácticamente iguales: una baguette con el ingrediente que elijas, un poco de lechuga y algo de pepino que, por cierto, odio con todas mis fuerzas.


Nuestros favoritos fueron los de Vang Vieng. Puede que la gran demanda de tantos jóvenes juntos, haga trabajar los hornos de pan a marchas forzadas y los bocatas estén más crujientes. Tampoco estaban mal, sin llegar a la perfección de los anteriores, los del Hmong Market –los puestecillos frente a la Oficina de Turismo- de Luang Prabang.




Pero en Laos también hay bizcochos, magdalenas y croissants. Por cierto, en el «Restaurant Luang Prabang Bakery» de Vang Vieng, estaban muy buenos, pero eran carillos. Carillo es que nos cobraron 7€ por un café, una coca-cola, un botellín de agua y un croissant y, siendo Asia, pues sí, se considera caro. Vaya que, en Melilla, pagamos por desayunar cada mañana 3€.




Junto a la Oficina de Turismo de Luang Prabang también pueden encontrarse bollería artesanal: bizcochos, magdalenas y brownies, de todas las clases y sabores.


Carne a la brasa
Lo que más le gustó a Yayo fueron las carnes asadas en las barbacoas callejeras: pechugas de pollo, costillas adobadas, panceta, bacon. Ese fue el motivo de la rotura de su diente y de nuestra consulta al dentista en Luang Prabang.


Comida occidental
Y Macarena, pues básicamente comió pizza, patatas fritas, alguna que otra hamburguesa, gambas rebozadas, pancakes –crepès-, bocadillos, frutas y helados. Por cierto, hablando de precios, un helado de dos bolas con chocolate por encima llegó a costarnos 3´50€ en Luang Prabang. Que no, que no. No es para arruinarse, pero son precios europeos. No es un país del todo barato Laos.




Batidos y Frutas
Muy común en Laos son también los batidos de frutas y, por supuesto, la fruta tropical que tanto adoro, con preferencia por los plátanos asiáticos, que son más pequeños y dulces, y el pomelo.






Así que, el que se aventure a viajar a Laos, siendo éste junto con Myanmar, de los países menos visitados por el turismo internacional, no tendrá problema para encontrar cualquier tipo de comida, incluso en caso de viajar con niños. Porque, aunque para el turismo de masas Laos es un país poco conocido, los laosianos conocen perfectamente los gustos occidentales. Eso sí, si tu paladar no se adapta a los gustos asiáticos, el precio que tendrás que pagar por comer podrá ser el mismo que pagues por hacerlo en tu país de origen.
16 comentarios
¡Qué bueno! me gusta todo! menos el pepino, ahí coincido contigo! jajaja ni el olor me gusta.. por lo demás, lo probaría todo. Me llaman la atención los noodles, esas gambas rebozadas y, por supuesto, esa bollería y helados, ¡vaya pintaza! Puede ser lo que dices, es caro para ser Asia, pero aún así, sigue sin ser demasiado caro con lo que estamos acostumbrados. Por cierto, no sabía que Yayo se rompió un diente!! os pasa de todo, eh??? Me ha encantado este post, muy buena información. Besos Macarena.
Jajajajaja Si, Verónica, entrando en Laos «nos miró un tuerto». Gracias a Dios que fue lo último que ocurrió.
Ains lo del pepino lo llevo de mal!!!! En todos sitios ponen el dichoso pepino, sobre todo en Marruecos y Asia ¡Qué manía! Lo malo es que la comida que toca el pepino, tampoco me la puedo comer.
En Asia todo es tan barato, que los precios de Laos no son muy normales en el continente. Además, el Norte, más turístico, tiene precios más elevados que el Sur. Pero bueno… tampoco es para arruinarse.
Un beso Verónica.
Esta entrada hay que leerla sin hambre porque si no, vas directa a la nevera a ver lo que «pillas» :)) Qué buena pinta tiene todo, al menos para mi gusto que no es demasiado exigente. El arroz, los noodles, las gambas, las frutas, los zumos, el pescado asado, ¡me gusta todo! Seguramente no probaría la carne en todo el viaje porque para eso sí soy muy fastidiosa pero por lo demás, sin problemas. Y además a precios asequibles, no se puede pedir más.
Nunca me hubiera imaginado que en Laos pudieras encontrar bollería artesanal por la influencia francesa, pero desde luego tiene toda la lógica. El tema de los postres, ¡también resuelto!
Un post la mar de apetitoso, Macarena. ¡Un «gusto» leeros! :))
Besitos de martes.
¡Hola Julia!
No sé si te he contado alguna vez lo especial que soy para comer, aunque, a decir verdad, mi gusto se modera cuando viajo. Debe ser que el calor me da hambre, algo que no me ocurre frecuentemente, y no miro más allá. De cualquier forma, siempre hay verduras o pescado y con eso ya estoy a gusto. Pero cuál fue mi sorpresa al encontrar pan. Sabía que había pan en Vietnam, pero si vieras lo que me gustan los bocadillos…
La verdad que si, en general, la comida de Asia es buena, la de Laos es genial porque está muy «tuneada» para adaptarla al gusto del turista.
A mí me pasa como a ti, que no soy mucho de carne, pero Yayo se puso hasta arriba. La verdad es que la carne estaba muy bien cocinada.
Lo que sí que me pasa a veces es que, según el sitio, me da repelús. Es evidente la ausencia de higiene, pero si no hay mucha luz y no puedo ver lo que hay en el plato o lo que puede colarse entre mis pies… no me apetece mucho.
Bueno, pues eso es Asia.
Un besito
Qué entrada más apetitosa Macarena!,… lo que si veo es que está un poco europeizado, ¿no?, es posible que por su herencia francesa, tal y como dices, pero el caso es que muchas fotos que mostrais son, digamos, poco exóticas,… especialmente si estamos acostumbrados a otras entradas que hacéis. Feliz semana!
Hola Norte,
Decía en otro comentario que, aunque en Asia, en general, la comida es una delicia; en Laos, es como si la hubieran «tuneado» para adaptarla al paladar occidental y está buenísima.
Y con respecto al tipo de comida, la verdad es que sorprende ver pan, bollería y hamburguesas ¿Verdad?
Un abrazo!!!
Ciertamente esa bollería no desentonaría en cualquiera de nuestras ciudades o las de la vecina Francia y también los precios. No sabía yo que el pan y la bollería eran herencia de los franceses y qué bien sienta comer un buen pan.
Besos
Ay Conxita, yo soy fan de los bocadillos; no así tanto de la bollería. Para mí fue un encanto encontrar las baguettes.
Un besito
Macarena, ayer estuve viendo un programa en la Televisión, de todo lo que tu muestras aquí, y me acorde de ti, de hecho te mencione con mi familia. Todo era relacionado con la comida y como tu indicas los “buffet libres” o las barbacoas callejeras. La verdad que hay para todos los gustos, yo lo probaría todo. Has hecho un trabajo de lujo, y muy bien documentado, felicidades!
Besitos.
Muchas gracias, Cristina.
En Asia, como en todos lados supongo, hay de todo y, como es evidente, el estándar de higiene no es el mismo que el que tenemos nosotros. Pero, y mira que yo soy tiquismiquis, la comida en todo el continente es una auténtica delicia. Yo creo que porque me encantan las verduras, muy típicas allí, y porque adoro la comida especiada, que también es el caso. Ya hemos ido unas cuantas veces, lo sabes, y nunca hemos tenido problemas de estómago. Vamos vacunados contra diarreas y, en fin, cuidamos en la medida de lo posible los sitios que elegimos. Pero vaya, solemos pensar que todo lo que va al fuego… jijijijiji
Me encanta que te acuerdes de mi. Un besazo
Madre mía que hambre me acaba de entrar. Pero si todo tiene una pinta estupenda y que precios, por 1,5€!!! Yo soy mucho de bocadillo, hasta para cenar, así que fíjate, allí estaría encantada de la vida 🙂
Otro post super útil!
Un abarzo,
Alicia, los bocatas fueron una genialidad porque yo soy un poco tiquismiquis, aunque como he dicho en otro comentario, en los viajes suelo comer mejor -no sé si por probar cosas nuevas o porque el andar y el calor me da hambre-. Pero en Laos estuve comiendo bocatas a todas horas jejejejeje porque, incluso, en los mejores restaurantes también te los puedes pedir. No obstante, la comida en Laos está muy buena. En todo el sudeste asiático lo está, pero la de Laos la recuerdo, no sé, habiendo disfrutado mucho de ella.
Un besito.
¡¡Qué buena pinta todo!! Acabo de comer y se me hace la boca agua igual, jajaja.
Me han apetecido MUCHÍSIMO las gambitas rebozadas, qué ricas, y por supuesto los bocatas, que me encantan. Aunque eso sí, sin pepino (yo también lo detesto, tanto que noto el sabor aunque lo quite y me repite igual).
Las baguettes son una delicia, yo las he comido en Francia (y las de aquí también están muy ricas) y es lo que marca la diferencia entre un bocadillo normalito y uno delicioso.
Me ha encantado leerte, Macarena
Mil besos
¡Qué guays son tus comentarios siempre, Chari!
La de las gambas es Macarena y, a mí, los bocatas me pierden. Y el pepino ¡Ay! El pepino. Es que ni lo que haya tocado el pepino puedo comer. No porque me repita. Es el olor.
Un besote
¡Buenas! Ojalá algún día tenga la oportunidad de visitar esta maravilla y probar los Coconut artesanales de allí, es que soy adicta al coco jeje. Un abrazo!!
¡Hola Tania!
Pues en Asia, en general, encontrarías tu paraíso jjjjjj.
Un besazo