Entre las múltiples versiones que Jordania ofrece, se encuentra la de ser también Tierra Santa, ya que en su territorio se encuentran algunos de los lugares mencionados en el Antiguo y Nuevo Testamento: El Monte Nebo, el lugar del bautizo de Jesús, la cueva de Lot junto al lugar donde se cree se ubicaron las ciudades de Sodoma y Gomorra, o Maqueronte, donde se encontraba el Palacio de Herodes. Por ello, muchos curiosos y devotos que viajan cada año a Jordania incluyen estos lugares en sus itinerarios junto a Petra o Wadi Rum.
Nosotros dedicamos un día a hacer una excursión al Monte Nebo, Betania y el Mar Muerto con origen y llegada a Amán (160 km). Aunque la temperatura en la zona del Mar Muerto acompañaba, pese a ser invierno, decidimos por el tema de la hora a la que oscurece, regresar a Amán a dormir.
El Monte Nebo
El Monte Nebo, sobre el Valle del Jordán, es el lugar en el que Moisés pudo ver la Tierra Prometida antes de morir y en el que la Comunidad Franciscana hoy custodia un complejo conmemorativo, un monasterio y un yacimiento arqueológico.
El sitio exacto del Monte Nebo, donde también se dice que fue enterrada el Arca de la Alianza, no se conoce realmente, pero a principios del siglo XIX se llevaron a cabo diversos estudios que relacionaban los textos bíblicos con las descripciones de la zona, lo que unido a las cuantiosas excavaciones arqueológicas y las numerosas peregrinaciones de quienes querían visitar el lugar desde donde Moisés pudo ver la Tierra Prometida antes de morir, hicieron ubicar el Memorial de Moisés en este punto.
Moisés guió al pueblo judío a través del desierto durante 40 años y subió al Monte Nebo desde las llanuras de Moab para ver la tierra de Canaán, desde donde Dios le mostró la Tierra Prometida que pertenecería a sus descendientes. Y allí murió.
“Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. Y murió allí Moisés, siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy”. (Deuteronomio 34).
Y ése fue el castigo por la falta de fe de Moisés al haber golpeado una roca con su bastón para producir agua en el desierto en lugar de haber ordenado a una roca que hiciera brotar agua, tal y como Dios había dispuesto.
Las excavaciones arqueológicas apuntan a que entre los siglos IV y V se construyó la primera basílica en el Monte Nebo, ampliada un siglo más tarde para incluir un monasterio. En el año 749 se produjo un gran terremoto que dañó las construcciones del Monte Nebo, reconstruidas un siglo después, pero el lugar fue abandonado entre los siglos IX y X, hasta ser redescubierto a principios del siglo XIX. La Iglesia Franciscana compró, en 1993, el sitio y restauró, excavó y preservó lo que quedaba de los mosaicos de la iglesia anterior. En 2016, los franciscanos renuevan y reinauguran el Memorial.
Visitar el Monte Nebo
La visita al recinto del Monte Nebo no se encuentra incluida en el Jordan Pass y hay que pagar 3 JOD (4€) para poder visitar el memorial, ya que éste no pertenece al Gobierno de Jordania sino a la Congregación Franciscana. No obstante, el hecho de que Moisés sea uno de los profetas venerados en las tres religiones monoteístas, hace que el lugar sea visitado por peregrinos de todas las confesiones religiosas.
Llegamos a buena hora y aparcamos justo en la puerta. Debe ser un sitio ampliamente visitado porque había un aparcamiento habilitado para autobuses de considerables dimensiones. Hacía un viento gélido que parece ser la tónica habitual en invierno, aunque el cielo estaba completamente despejado y pudimos contemplar las primeras vistas del Valle del Jordán.
Espectaculares. Sobre todo por la sensación de estar viendo lo mismo que los ojos de Moisés hace miles de años.
Camino de la Paz
Después de pagar la entrada, hay que subir una pequeña zona arbolada en cuesta y, lo primero que puede verse es una escultura llamada “Camino de la Paz”, del italiano Vicenzo Bianchi, que fue encargada para conmemorar la visita de Juan Pablo II en el año 2000.
The Abu Badd
A la derecha se encuentra una Piedra Fortificada, The Abu Badd, como la que debió cubrir la entrada del Santo Sepulcro pero que en realidad, era la puerta de un monasterio bizantino fortificado.
Mosaicos de Al-Mukhayyat
En el centro y cubierto por una estructura que lo protege, se encuentra el Mosaico de la Capilla del Sacerdote Juan o Mosaicos de Al-Mukhayyat.
Basílica de Moisés
Al fondo se encuentra la Basílica de Moisés, a la que se accede por un camino desde donde se domina el valle en toda su extensión. El edificio alberga y protege la antigua basílica del Monte Nebo en la que destacan sus mosaicos, excelentemente conservados porque fueron cubiertos por otros que, al ser retirados, sacaron a la luz algunos de los mosaicos bizantinos más notables de Jordania.
El las naves laterales de la Basílica de Moisés se pueden ver otras joyas artísticas bizantinas como mosaicos geométricos o las pilas bautismales cruciformes, similares a las que se conservan en el Museo El Bardo de Túnez.
Cruz de la Serpiente
Frente a la Basílica de Moisés, se encuentra el Monumento a la Serpiente de Brazen, también llamado la Cruz de la Serpiente, del escultor italiano Giovanni Fantoni, que integra la Cruz y la serpiente de bronce que Dios ordenó a Moisés incrustar en su bastón para curar a los judíos que fueron mordidos por serpientes en el desierto debido a su falta de fe (Números 21).
Olivo de Juan Pablo II
Tras la basílica, se encuentra el olivo plantado por Juan Pablo II en su visita al Monte Nebo.
Centro de Interpretación
Sólo queda ya visitar el Centro de Interpretación: un pequeño museo con mapas, mosaicos, objetos hallados en las excavaciones y un buen número de paneles explicativos acerca del sitio.
Betania, más allá del Jordán
Se cree que Betania es el sitio en el que se estableció Juan el Bautista y donde Jesús fue bautizado. El lugar ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015 y se le añade la coletilla “más allá del Jordán” para distinguirlo de la aldea de Betania, cerca de Jerusalén.
Es evidente que, al ser un bautismo de Jesús una actividad sin registros audiovisuales o documentales, hace a muchos dudar sobre el hecho de que éste sea el lugar exacto del bautizo de Cristo. Por ello, los investigadores desde hace tiempo, han buscado pruebas fehacientes que certifiquen que Betania es el lugar mencionado en los Evangelios. Y se aportan cinco que dicen sería irrefutables.
Las pruebas del sitio del bautizo de Jesús
El Mapa de Madaba
El Mosaico del Mapa de Madaba, que es la representación cartográfica más antigua que se conoce, en él se encuentra la representación de un río (el Jordán) en el que se hallan dos peces (símbolo utilizado para representar a los cristianos): uno viniendo del Mar Muerto y otro nadando hacia él.
Los investigadores interpretan que éste es el lugar de encuentro entre Juan el Bautista y Jesús y es la clave para interpretar el sitio del bautismo.
El lugar se conoce como Al-Maghtas. La expresión significa “inmersión” y, por extensión, “bautismo” en árabe.
El sitio del bautismo era un lugar conectado al Río Jordán
No era frecuente que un río de fuertes corrientes, como era el Jordán, fuera empleado para realizar bautismos, sino que se empleaban lugares como éste, conectados con el río.
Uadi Gharrar es un pequeño afluente del río Jordán que se alimenta de cinco manantiales. Según la tradición estos manantiales proveyeron el agua que Juan el Bautista utilizó para los bautismos.
Iglesias cercanas
Los bizantinos construyeron tres iglesias en el lugar, a escasos 50 metros del río, para conmemorar el bautizo de Jesús. La más antigua fue elevada para evitar las inundaciones.
En el sitio del bautismo, los arqueólogos descubrieron las ruinas y los cimientos de una importante iglesia y monasterio bizantinos construidos durante el reinado del emperador Anastasio (491-518 d. C.). Según diferentes fuentes históricas, esta iglesia fue considerada la iglesia conmemorativa más importante de San Juan Bautista en este lado del río, incluido el testimonio de Teodosio, un peregrino del siglo VI, quien escribió:
“A 5 millas al norte del mar Muerto, en el lugar donde el Señor fue bautizado, hay un solo pilar y en el pilar se ha sujetado una cruz de hierro, ahí también está la iglesia de San Juan Bautista, que el emperador Anastasio construyó”.
Aunque el pilar que marca este lugar no se ha descubierto, los restos arqueológicos y arquitectónicos coinciden con lo descrito por Teodosio.
La Colina de Elías
La tradición bizantina relacionó la ascensión de Elías con la misma área en la que Juan realizaba los bautismos. Aunque las escrituras únicamente dicen que Elías fue llevado al cielo en el otro lado del río Jordán. Teodosio se refiere a esta colina, llamada en aquel tiempo “Hermón.” Un sinnúmero de edificaciones cristianas fueron construidas en la Colina de Elías, incluyendo el Monasterio de Rhotorios, la Capilla de la Cueva y la Iglesia del Arco.
El Orgullo del Jordán
Los matorrales alrededor del río Jordán son nombrados en la Biblia como “orgullo del Jordán» (Zacarías 11:3). Entre las plantas autóctonas de la zona se encuentran el tamarisco, el sauce y los álamos del Éufrates. Y aún hoy, pese a tratarse de una especie de llanura salobre y bastante degrada, es cierto que las orillas del Jordán siguen estando densamente pobladas por este tipo de vegetación.
Tradición, fe, realidad, quién sabe, lo cierto es que el lugar ha recibido la visita de los tres últimos Papas –Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco- reforzando las creencias de la Iglesia en la veracidad del lugar.
Entradas a Betania, más allá del Jordán
El área de Betania no se incluye en el Jordan Pass, pero se puede comprar con descuento junto a éste.
La entrada simple cuesta 12 JOD (15€), pero si se compra junto al Jordan Pass, el precio es 8 JOD (10€). Si la compras con el Jordan Pass, éste debe mostrarse en las taquillas porque el documento especifica si se ha incluido o no el sitio de Betania en la compra.
Visita Guiada
El sitio del bautismo de Jesús se encuentra justo en la frontera entre Jordania e Israel, un lugar que vivió un momento complicado durante la Guerra de los Seis Días y que fue minado. Por ello, las visitas son necesariamente guiadas.
El vehículo se estaciona en un parking junto a las taquillas desde donde sale un autobús cada media hora, desde las 8:30 de la mañana, y que recorre un, relativamente largo, trecho entre la entrada y el inicio de la visita.
Por el camino, un check point y la vista de una extensión de tierra en la que se han construido iglesias de diferentes ramas del cristianismo. El gobierno jordano, quizá para reforzar la veracidad del lugar, ha promovido la construcción de iglesias asignando lotes a diferentes comunidades cristianas.
La visita (guiada) comienza recorriendo un camino techado donde la atmósfera es casi asfixiante: sol, humedad y calor.
El lugar exacto del bautizo de Jesús es una especie de piscina en forma de cruz a la que se llegaba desde una escalera que partía de la iglesia del fondo –en donde se han hallado tres iglesias superpuestas- y que era alimentada por un brazo del Jordán.
Se rodea la zona hasta llegar a las iglesias y, de allí, la visita continúa hasta el río. Impone el hecho de que hay militares en varias zonas del circuito.
Antes de llegar a la orilla del Jordán, la pequeña Iglesia de San Juan abre sus puertas frente a unos vestidores donde la gente que va a bautizarse, puede cambiarse de ropa.
Bajando unas escaleras, en la que se encuentra una pila bautismal con agua del río Jordán, se encuentra una plataforma, utilizada para acceder a los bautizos en el río.
Apenas 20 metros separan Jordania de Israel, cuyas instalaciones son infinitamente mejores y, quizás por ello, con mucho menos encanto. Hay turistas y parte de la atracción consiste en mirarnos unos a otros, como si en la vida hubiésemos visto un ser humano en la otra orilla de un río.
La vuelta se realiza por un camino polvoriento entre la vegetación, a cuyo costado corre un riachuelo desde el lugar del que mana el agua.
Y finalmente, algún recuerdo del sitio de Betania, en una tienda levantada en una especie de hangar de madera. Es hora de regresar en el autobús que hace el camino inverso de nuevo hasta el parking.
El Mar Muerto
La última visita del día la realizamos a la zona del Mar Muerto por la Carretera de los Reyes que discurre junto a la orilla. Zonas residenciales, Centros Comerciales con productos del Mar Muerto y numerosos hoteles. Íbamos haciendo alguna que otra parada para ver la orilla blanca, hasta llegar a una zona en la que el baño es libre y se encuentra llena de puestecillos de comida y bebida y duchas para los bañistas. El tiempo acompañaba, de hecho, parece que siempre acompaña ese calor bochornoso en el interior de aquella olla rodeada de altos montes.
¿Qué si nos hubiera gustado quedarnos? Pues quizá sí, o quizá no. Lo de flotar en el Mar Muerto no nos hacía especial ilusión, ya que hemos flotado anteriormente en las aguas del Lago Rosa de Senegal, del que dicen que posee una concentración de sal muy superior a la del Mar Muerto. Quizá por la calidad de los hoteles…
12 comentarios
Un bonito recorrido por un lugar que me ha gustado mucho aunque no creo que pueda visitarlo nunca. De todas formas, con tus bonitas fotos ya me he hecho una idea. Besos Macarena
¿Quién sabe, Vicenta? Muchas gracias!!!
Estos lugares Santos son de una belleza y valor incalculables!!
Aquí me ha ido sonando todo mucho más las cosas que cuentas, porque parte de mi familia viajó a esos enclaves y recrearme con sus fotos mientras escuchaba sus impresiones fue muy especial.
Me alegro mucho de que disfrutaras tanto del viaje, y me alegra que luego lo compartas por aquí 😍. Mil gracias por la labor que haces, siempre tan amena y completa .
Un beso enorme.
Cuídate mucho.
No, no, Nélida. Gracias a ti, de verdad.
Supongo que ésta puede ser una de las caras más conocidas o, por el contrario, de las más desconocidas de Jordania. Lo que sí es cierto es que no deja de ser curioso: tradición, realidad,fe, ciencia,…
Me alegro que viajes con nosotros y que te gusten los relatos que subimos. Así da gusto.
Un beso fuerte. Disfruta del fin de semana, amiga.
Hola Macarena, qué interesante me ha parecido leerte y descubrir esos lugares santos. Siempre que estoy en lugares con tantísima historia tengo esas sensaciones de vértigo, de asombro, al pensar que hace muchísimos miles de años allí pasó aquello y en el caso de los lugares santos que despiertan tanta veneración como ese rio Jordan o el lugar de bautismo de Jesús del que hemos escuchado o leído o visto en tantas películas supongo que ha de ser igual o incluso más especial.
Creo haber leído que fuisteis en invierno y ya hacía bochorno, en verano debe ser imposible visitarlo.
Desconocía que el lago Rosa de Senegal tiene las mismas características del mar Muerto, sí que he visto reportajes sobre este que indican que hay un retroceso y que está desapareciendo, otra consecuencia del cambio climático. Espero poder visitar Jordania, me apetece mucho, el mar Muerto o el Lago rosa en alguna ocasión, mientras leerte es una delicia porque está muy bien documentado y con las fotos es como estar un poquito por allí.
Un beso
La verdad es que estos lugares se visitan, como bien dices, con una mezcla de asombro, interés, devoción y algo de escepticismo. Pero son curiosos. Jordania es una auténtica delicia. Es un país muy completo y, aunque un poco carillo para el estándar, se disfruta muchísimo por lo variado de los planes que puedes hacer ¡Y nos faltaron tantas cosas! Dejando de lado Petra, que es algo absolutamente excepcional y emocionante, es un país mágico: lugares en los que flotas, el Mar Rojo, que es el más transparente de la Tierra, desiertos, castillos, ruinas, paisajes, bullicio, tranquilidad,… Desde luego que lo recomiendo 100%. Sí, nosotros fuimos la Navidad pasada y en la zona del Mar Muerto, donde está Betania, hacía calor. Y sí, el Lago Rosa en Senegal posee una concentración alta en sal, dicen que aún mayor que la del Mar Muerto, pero a ello además se le añaden los microoganismos que lo dotan de ese color especial.
Espero que tú también puedas viajar a estos lugares.
Un beso enorme. Gracias por tu comentario.
Como siempre con tus descripciones y las fotos nos haces sentir que estamos allí. Me ha encantado la entrada, un beso
Muchas gracias, Asun ¡Feliz semana!
Viendo las fotos de estos lugares y leyéndote, se me han venido las películas que ponen por S. Santa y tantas veces hemos visto. Ha sido muy grato verlos e imaginar los personajes biblicos, que también estudiamos en el colegio en mis tiempos. Gracias.
Un abrazo.
Sí, Laura, es verdad. A mí allí me pasó algo parecido.
Un abrazote!!!
¡Hola, Macarena! Sigo con mi gorro y cazadora de Indiana Jones. Una entrada que aparte de fascinarme, dado que estos lugares bíblicos son Historia de la Humanidad, me ha hecho reflexionar en cuántas muertes y tragedias se han hecho en nombre de Yaveh, Alá o Dios, todas ellas sin sentido alguno cuando vemos que judaismo, cristianismo e Islam nacieron del mismo tronco común, como demuestra tu reportaje. Una entrada muy apropiada para este inicio de Semana Santa. Un abrazo!
Sí, David, lugares llenos de Historia y motivo de disputas entre pueblos y naciones; pero apasionantes desde el punto de vista antropológico y religioso.
Un fuerte abrazo!!!!