
Si hay algo característico de Serbia son sus monasterios ortodoxos. Los más de 200 Monasterios de la Iglesia Ortodoxa Serbia han ido poblando su territorio desde el siglo XIII y, desde entonces, han sido utilizados como protectores y difusores del cristianismo, y conservadores del Arte y de las tradiciones religiosas y seglares de los territorios en los que se ubican.

Los eruditos de la Historia del Arte y los diferentes estilos arquitectónicos, han agrupado a los Monasterios Ortodoxos serbios en cuatro grupos: Los monasterios de la escuela Raška, con iglesias de una sola nave y una cúpula; los Serbo-Bizantinos, tradicionalmente de planta de cruz griega y varias cúpulas; los de la Escuela Morava, conocida también como Escuela Vardar, cuya característica distintiva es la planta cruciforme de sus iglesias; y, por último, los Monasterios Barrocos, principalmente en Fruska Gora, de estilo dominante en el Imperio Habsburgo pero integrando los elementos arquitectónico y artísticos utilizados con anterioridad.
Los Monasterios de la Escuela de Raška (Escuela de Rascia o Rasciana)
Nuestro itinerario en Serbia, integrado en la ruta que hicimos por los Balcanes, cruzaba el país de Sur a Norte desde Macedonia, por la ciudad de Niš y pasando por Belgrado, para terminar cerca de Novi Sad desde donde saldríamos del país hacia Bosnia & Herzegovina.

La intención en Serbia era, entre otras, visitar la amplia tipología arquitectónica de sus Monasterios Ortodoxos, así que dedicamos el segundo día en el país para visitar dos de los Monasterios de la Escuela de Rascia: El Monasterio de Žiča y el Monasterio de Studenica, al que apenas separan 55 km.

Se conoce como Escuela de Raška al estilo arquitectónico que floreció en Serbia durante la Alta Edad Media (siglos XII a XIV), durante el reinado de la dinastía Nemanjić, y que debe su denominación a la región serbia medieval de Raška (Rascia).
El Monasterio de Žiča

El Monasterio fue construido por el primer rey de Serbia, Stefan Nemanja, y el primer Jefe de la Iglesia Serbia, San Sava. El rey ordenó que sus sucesores fueran coronados en el Monasterio de Žiča, por lo que se le conoce como “Monasterio de la Coronación”, porque 7 reyes serbios han sido coronados en aquel lugar.

Se dice que el Monasterio posee siete puertas debido a que cada vez que se coronaba a un rey, éste debía entrar por una entrada separada que se abría especialmente para la ocasión.

Por orden de San Sava, el monasterio fue pintado de rojo –ese rojo característico y común en los Monasterios serbios- para simbolizar la sangre de los mártires serbios sobre la que se construyó el Monasterio.

Pero, curiosamente, ese rojo brillante por el que tantas y tantas veces habíamos suspirado viendo fotografías, había desaparecido cuando nosotros lo visitamos.

A lo largo de la Historia, el Monasterio ha sufrido numerosos avatares: los saqueos otomanos, los bombardeos de las Guerras Mundiales, un incendio y un terremoto, por eso es tan meritorio su estado de conservación y los frescos del interior de su iglesia.

El Monasterio de Studenica

Cincuenta kilómetros más alejado, se encuentra el Monasterio Fortificado de Studenica, incluido en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1986.

Studenica fue fundado también por el Rey Stefan, en 1190.

Se trata de un Monasterio fortificado en un excelente estado de conservación que posee varias Iglesias, una de ellas dedicada a la Virgen, y otra al Rey, pero además, hay una pequeña iglesia dedicada a San Nicolás y los cimientos de una iglesia medieval, que estuvo dedicada a San Juan Bautista.

Pero en el complejo se pueden contemplar también el campanario y la residencia monástica del siglo XIII reconvertida en museo.

El Monasterio, de estilo rasciano, es conocido por sus frescos bizantinos de los siglos XIII y XIV.

Es la principal Iglesia de todos los templos de Serbia, por lo que se trata de un lugar muy visitado por peregrinos locales e internacionales.

El acceso a ambos monasterios es gratuito y en los dos se pueden encontrar tiendas de souvenirs religiosos y productos naturales elaborados artesanalmente.

Después de la visita, nos dirigimos a dormir en Cuprija, en lugar de hacerlo en la más cercana ciudad de Kraljevo, para poder continuar nuestra ruta al día siguiente hacia los Monasterios de Ravanica y Manasija.
Qué bonitos y las fotos son espectaculares!! Un abrazo
Sí, son bonitos. Un beso, Asun.
Que maravilla!!! Enhorabuena por las fotos Macarena, son fantásticas. Un fuerte abrazo desde Cantabria.
Gracias Germán. Un fuerte abrazo.
Pues sí que son bonitos estos Monasterios de Serbia.
Además gracias a ti he aprendido que se clasifican en cuatro tipos diferentes, según sus características particulares de planta y cúpulas.
Así que el color rojo tan característica, tiene el significado de la sangre de los mártires serbios. Qué curioso!
Especialmente me ha encantado el Monasterio de Studenica. Qué bueno que lo hayan declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a priori eso implicará mejores cuidados y conservación.
Ojalá.
Muchas gracias, Macarena, por estas entradas que te curras tanto.
Un beso enorme.
Querida Nélida,
Cuando veas el Monasterio de Manasija en la próxima entrada te vas a quedar boquiabierta, verás. Pero, independientemente de eso, los Monasterios de Serbia, en general, tienen una belleza extraña. Esa belleza que da lo diferente y que acrecienta la devoción de los visitantes. Había que recorrerlos uno a uno, pero no me quejaré. Disfruté mucho visitándolos.
Un beso fuerte
sin duda son geniales y dignos de visitarlos todos
Estaría bien conocerlos todos. Un saludo!!!
Estas fotos me han encantado. Yo no soy una experta en arte y a mi modesto entender me gustan más estos que los de la entrada posterior. Anda que no aprendemos historia contigo. Gracias
Un abrazo
Parecidos y diferentes al mismo tiempo. Éstos son de una época más temprana y, a medida que avanzaba el tiempo, fueron perfeccionando y añadiendo elementos. A mí me gustó mucho hacer una ruta de templos, pese a que dejamos muchos atrás. Quizá la próxima vez…
Un abrazo, Laura.