La Cueva Ialomita, también conocida como la Cueva del Monasterio Ialomita, la Cueva de la Ermita o la Cueva Ialomiciara ha sido lugar de cobijo para los ermitaños que se retiraban a los Montes Bucegi desde el siglo XV.


El Monasterio de la Cueva Ialomita
El lugar está ubicado en las Montañas de Bucegi, a una altitud de unos 1600 metros, y su principal atractivo reside en la ermita que se encuentra a la entrada de una cueva. Se puede llegar hasta aquí en teleférico –que está bastante lejos- o en coche por un muy bello paisaje, pero lleno de curvas en una carretera muy estrecha. 35 kilómetros separan este sitio de Sinaia, aunque se tarda bastante en llegar dada la condición de la ruta.


Desde el lugar en el que se aparca el coche, hay que atravesar el Monasterio actual en el que hay varios edificios para celdas monacales y algunos lugares de culto, además de una pequeña torre de madera. Luego, se emprende un camino por el interior del bosque y atravesando un río, para llegar hasta la cueva, que es la parte más espectacular del conjunto monástico.


La cueva, además del pórtico y la pequeña ermita, es una formación del jurásico que también se puede visitar.


El Monasterio data del siglo XVI y fue fundado, justo en la entrada de la cueva, por Mihnea cel Rău (hijo de Vlad Țepeș). En sus orígenes, se trataba de una construcción en madera que se quemó en 1818 y fue reconstruida. A su alrededor, había varias celdas en las que se alojaban los monjes.


El primer dato escrito que existe de la Cueva Ialomita es de 1793, en un texto sobre las Cuevas de Transilvania, y la primera descripción completa de la cueva es de 1897. Para aquel entonces, la Cueva Ialomiciara era ya un lugar famoso que atraía a numerosos peregrinos y curiosos para contemplar la mayor cueva de todos los principados de Rumanía. El primer plano completo de la cueva se trazó en 1953.


La ermita actual cerca de la Cueva de Ialomita fue construida en 1901, fue destruida 60 años después por un nuevo incendio y se volvió a edificar. En 1994 se inició la construcción de una nueva iglesia, también a la entrada de la cueva, y el 29 de junio de 1996 fue consagrada a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.


La Cueva Ialomiciara
La Cueva Ialomiciara posee 1.128 metros de profundidad y su formación se debe a la erosión del agua subterránea. No es una cueva en la que se vean muchas estalactitas y estalagmitas, ni bellas formaciones calcáreas, pero es muy curiosa porque las galerías corren a la par que las aguas subterráneas que discurren por esta gruta en la montaña.


La visita al Monasterio es gratuita, pero hay que pagar para acceder a la cueva, teniendo que utilizar casco para la visita porque hay galerías, algunas muy estrechas y otras muy bajas, en las que, sin darte cuenta, te vas golpeando la cabeza.


La entrada, sin embargo, es impresionante: una cavidad de 40 metros de ancho por 20 de alto, que sirve de lugar de encuentro para la celebración de oficios religiosos.


A partir de aquí, una pasarela de metal se adentra en la cueva, arriba y abajo, llegando a tener ascensos de hasta 60 metros con inclinaciones de vértigo. La pasarela también cruza un río y se adentra en la llamada “Galería de los Osos”, en donde fueros hallados unos cuantos esqueletos de osos de la prehistoria.


En ocasiones, la cueva resulta claustrofóbica. En otras, las galerías se ensanchan y se pueden contemplar grandes espacios en lo más profundo de la tierra.


La temperatura en el interior de la cueva oscila entre los 5 y 6 grados, y la humedad entre el 85% y el 100%.
Zalmoxis y la leyenda de los guerreros – lobo
La Cueva Ialomiciara es también cuna de leyendas, como la de los guerreros-lobo, conocida a través de los manuscritos de Herodoto. Cuentan que para transformarse en guerrero – lobo había que pasar tres pruebas. Zalmoxis, el primero en alcanzar la inmortalidad y dios de los Dacios, pasó tres años en la cueva Ialomita en donde murió y renació como inmortal. Hay quien visita la cueva, para ver el lugar en el que brota el agua y donde dicen que renació Zalmoxis.


Hace siglos, se cree que quienes llegaban hasta aquí atravesando Transilvania, “La tierra más allá de los bosques”, tenían un tercio de la inmortalidad garantizada. Dicen que si pides un deseo y eres puro de espíritu, éste se cumple porque la magia del mundo antiguo te concede lo que pides.


Tras pasar otras dos pruebas en los Monstes Bucegi, los valientes dacios se convertían en inmortales (guerreros-lobo), que no temían a la muerte ni a la lucha, y por eso provocaban terror en sus enemigos cuando bajaban de las cumbres vestidos con pieles y aullando, se dice que los Dacios son los hijos del gran lobo blanco Zalmoxis, el primer hombre que alcanzo la inmortalidad.
Datos Prácticos sobre el Monasterio y la Cueva Ialomitei


La Cueva abre todos los días de 9:00 a 16:00 y la entrada para dultos cuesta 10 lei (2€) y 5 lei (1€) para estudiantes y niños. Es gratis para periodistas, discapacitados y jubilados.
10 comentarios
Preciosa la ermita Macarena y la leyenda de los gerreros me ha encantado. Da gusto pasrme por aquí para leerte, siempre aprendo algo nuevo. Un beso y feliz tarde ???
Es un sitio especial.
Un beso, Vicenta. Muchas gracias.
¡Hola, Macarena! Jo, un enclave de Fantasía. No sé qué es más impresionante, si el camino arbolado para llegar a ella, si la ermita o la cueva. Desde luego que no me extraña que con estos lugares, Transilvania nos evoque un mundo en el que casi podemos tocar la magia. Y, además, fundada nada menos que por el hijo de Vlad Tepes. Una visita que seguro que a más de uno le inspiraría una novela de Fantasía, espadas y brujas. Un abrazo!!
Un pack completo, David. La verdad es que es alucinante.
¡Un abrazo!
que lugar único, me encantaría conocerlo 😀
¡Está chulo!
Que hermosas las leyendas rumanas,… creo que alguna vez ya comentamos este aspecto,… pero no por ello dejan de sorprenderme. Vayas don de vayas, en Rumanía todo rezuma leyendas, historias, tradiciones. Creo que al margen de su arte o su historia,… su tradiciones e historia conforman un rico legado que se debería conservar con mimo.
Que se pas que me sigues dando envidia!!
Creo Norte, que las leyendas enriquecen muchísimo lo que ves en Rumanía porque independientemente de que el sitio sea más o menos espectacular, conocer el misterio le aporta un plus que lo hace más atractivo.
Estos lugares son muy tuyos, es verdad. Te imagino paseando por los caminitos en medio del bosque y es que ¡Es tu medio natural!
¡Un fuerte abrazo!
que lugar mas sensacional, me encantan las cuevas y los rios, asi que este entorno es precioso para mi gusto
Sí. Además, las historias que lo envuelven lo hace más atractivo.